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/////INICIÓ DE FLASHBACK /////
—“Al fin, mi obra maestra está lista”.
Aquella voz resonaba una y otra vez en su cabeza, como un eco insistente que le tentaba a arrancar sus cabellos con la finalidad de silenciar esa horrible voz.
Tenía miedo.
No sabía donde se encontraba. Sus párpados no cooperaban, ya que por más que lo intentaba, estos no le obedecían.
Por más que intentara moverse, su cuerpo se encontraba petrificado y firme en aquel sitio. Como si un gran peso se encontrara encima de él y le impidiera moverse, para posteriormente, respirar.
Una lágrima llena de impotencia, bajó por su mejilla con dolor. No sabía donde estaba o quien era el dueño de aquella voz que le penetraba de miedo hasta lo más profundo de su ser, pero lo que sí sabía, era que estaba vivo…
—Está vez Kim no se burlará de mí, ni de mi inteligencia. Yo me burlaré de él al verlo sufrir.
Sus ojos se abrieron de golpe al escuchar nuevamente esa voz, y fue entonces que a pesar de las luces cegadoras que eran dirigidas en su dirección, pudo ver la silueta del maldito que le había arruinado su vida y a su lado, la persona que lo había vendido como un simple objeto.
////////FIN DE FLASHBACK ///////
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Todo estaba listo para inyectar el sedante sobre Jinnie. Alzó la jeringa con el fin de divisar el líquido y con unos pequeños golpes eliminar las burbujas que se acomulaban.
Al momento de darse la vuelta, el ritmo que registraba el electrocardiógrafo aumentó con agresividad, lo cual llegó a alarmarlo. Sin embargo, no se preparó para los fuertes ataques que lanzó el pelimorado.
En menos de un minuto, yacía sobre el suelo, intentando defenderse de aquellos golpes que para nada eran indefensos.
Y cuanto lo estaba disfrutando Jinnie, pues es lo menos que podía hacerle al idiota después de todo el infierno que le había hecho pasar. Por todo el daño que había causado en su matrimonio y en su persona.
Si bien, cuando tomó aquel bisturí que se encontraba a su alcance y lo apuntó firmemente sobre el pecho de Ken, Hoseok rápidamente lo tomó de la cintura y con fuerza lo alejó de Ken.
Lo sujetaba con fuerza, ya que Jinnie se removía, buscando a toda costa matar a Ken de una vez por todas. Mientras este se mantenía en una esquina, como una presa se encontraría ante el asecho de su depredador.
SeokJin y Suga se encontraban desconcertados tan pronto llegaron. Sabían que Jinnie mataría a Ken si tenía la oportunidad, pero lo que no sabían era como es que todo eso había sucedido en cuestión de segundos.
—¡No volverás a tocarme, maldito imbécil!— soltó con agresividad, mientras trataba de soltarse del agarre de Hoseok.
Suga al ver esto, rápidamente se dirigió hacia Hoseok, para apoyarlo y detener a Jinnie, quien cada vez estaba más cerca de cumplir su objetivo.
—Jinnie, baja eso. Podrías lastimarte.—le rogó SeokJin, sin embargo Jinnie continuó con su postura firme—.No es lo que tú crees.
—¡No me importa si es lo que creo o no, él no puede estar a menos de un metro de mí y de mi hijo!
—Jinnie, es por tu bien.
—¿De qué están hablando?—miró al mayordomo, perplejo por lo que acababa de decir.
—En el hospital te secuestraron en cuanto Suga se durmió, así que no podemos ir ningún hospital porque tú y tu hijo están en riesgo.
—¿P-por qué me secuestraron?
—No lo sabemos.
—Pensamos que se corrió la voz sobre tu creación y los científicos y médicos están detrás para poder experimentar contigo.
—¿Q-qué hay del doctor personal de NamJoon?
—No podemos confiar en nadie, Jinnie.
—¡¿Y les pareció mejor idea confiar en alguien que intentó matarme?!
—Jinnie, es por el bien de tu bebé.
—Mi bebé y yo estamos bien… estamos… b-bien…—segundos después, se desplomó en los brazos de Hoseok, luego de que Suga le inyectara la dosis del sedante sin que se percatara. Bj hj
—Sabíamos que esto iba a suceder.
—En cuanto Jinnie despierte tenemos que explicarle lo que sucedió en el hospital.
—Estará muy molesto al saber que Ken fue quien lo revisó.
—Lo estará, pero tenemos que convencerlo de que Ken fue supervisado por nosotros, que en ningún momento lo dejamos sólo con él y que está seguro—mencionó Suga.
—Emh, aún estoy aquí.—hizo saber el peliazul al percatarse qué hablaban de él como si no se encantara presente, lo cual hizo que recibiera malas miradas de los presentes.
—Silencio Ken.—lo silenció SeokJin, evitando que dijera otra estupidez—
—Y-yo, estoy de acuerdo con Suga. El doctor dijo que Jinnie está bien, pero sabemos que Jinnie no es… un ser humano y sus diagnósticos son diferentes, así que lo único que podemos hacer es permitir que Ken analice sus síntomas y lleve control de su salud ahora que ha despertado.
—A-ah, bien. Lo haré, pero a cambio, les pido asilo para mi hija y para SeokJin.
—Está bien, pero hay que aclarar que tú no puedes dormir aquí… —le recordó Suga.
—Yo puedo quedarme en un motel, no importa. Lo que realmente importa es que mi hija y SeokJin se encuentren a salvo.
—No hay ningún inconveniente con ello, siempre y cuando SeokJin no lastimé de ninguna manera a Jinnie—condicionó el mayordomo.
—Escuchen, realmente he cambiado. No volvería a dañar a mi hermano, mucho menos ahora que NamJoon…—bajó su cabeza, al igual que los demás.
—Bien, bien. Hay que subirlo a la camilla. Hoseok y yo nos mantendremos aquí para cuidarlo y así cuando despierte se encuentre más seguro—demandó el pelinegro, para después regresar a Jinnie a la camilla con ayuda del mayordomo.
No obstante, cuando Ken estaba por iniciar nuevamente, pero aún manteniendo el miedo de que Jinnie despertara, un ruido les llamó la atención.
—¿Escucharon eso?
—¡Está escapando!—gritó SeokJin, para después correr a toda velocidad hacia las escaleras.
Suga fue detrás de SeokJin y al momento de entrar a la habitación, se encontró impactado.
—¿D-dónde está?—preguntó con temor.
—S-salió por la ventana—respondió con frustración, al tiempo que suspiraba— Nuestra única evidencia escapó por la ventana…
—N-no debió haber ido tan lejos. ¡Vamos! ¡Podemos encontrarlo!—rápidamente salió de la habitación, siendo seguido por el rubio.
Con prisa bajaron las escaleras, encontrándose con un Hoseok desconcertado, mientras Ken veía desde lejos lo que sucedía.
—¿Qué sucedió?—inquirió el mayordomo.
—Hoseok, cuida a Jinnie en lo que vuelvo. SeokJin y yo saldremos a buscarlo—demandó, a lo que Hoseok asintió y se dirigió hacia el laboratorio, llevándose consigo a Ken para que comenzara con el diagnóstico.
Por otro lado, el pelinegro tomó el abrigo que previamente se había quitado, para después ponérselo. Posteriormente, se dirigió hacia la cocina, de donde sacó dos linternas de uno de los cajones y después volvió con SeokJin.
—¡Vamos!—ordenó, para después entregarle la linterna.
Abrió la puerta de la mansión y con SeokJin detrás de él, comenzaron a caminar por el sendero que guiaba hacia la entrada de la mansión. Aquel sendero formaba un camino con los árboles, adoptando un estilo campestre y elegante a su vez.
Sin embargo, por la noche, aquel sendero perdía su encanto significativamente, ya que la penumbra hacia de las suyas en este, convirtiéndolo en un sendero sombrío. El lugar indicado para todo tipo de atrocidades. Es por eso que siempre se evitaba salir de noche y pasar por ahí caminando.
NamJoon nunca había previsto colocar iluminaria en aquel sendero, ya que no solía salir de noche, sin embargo, nunca imaginaría que aquello había facilitado los planes de SeokJin y de su amante…
El sendero era largo y por la noche era casi imposible ver. Así que Suga suponía que no había ido lejos. Sin embargo, no había ningún rastro de él.
Media hora después, seguía sin haber rastro de él por más que buscarán. El clima comenzó a descomponerse, trayendo consigo neblina y vientos frescos.
—¿Crees que sea hora de regresar?—inquirió SeokJin, estremeciendose con el fresco viento que impactaba directamente a sus brazos debido a su playera de manga corta.
—Sí, el clima no está ayudando para nada. Además, tenemos que volver antes de que la niebla nos borre el camino a casa.
Dieron la vuelta y regresaron por donde vinieron, sin embargo, un ruido entre los arbustos los hizo detenerse en seco.
—¿Escuchaste eso?—preguntó el pelinegro—. Pensé que habías sido tú.
—¡Cómo pude haber sido yo si estoy aquí!—exclamó SeokJin, indignado, sin embargo nuevamente fue silenciado por el mismo ruido proveniente de los arbustos.
Suga caminó hacia los arbustos, alejando a SeoKJin con su brazo en precaución de cualquier peligro, sin embargo, al instante se vio obligado a retroceder sin dar explicaciones.
—¿Qué sucede? ¿Qué hay?
—Nada, hay que irnos—dijo con naturalidad, para después continuar con su camino.
SeokJin frunció su ceño con desconfianza, pero al ver que Suga prácticamente lo estaba abandonando, corrió hasta llegar a él, para luego caminar en silencio hasta la mansión.
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Capítulo dedicado a:
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