El título, ok no.
No piensen mal, no es Boku no pico.

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Era primavera y Konoha abundaba de color, algo que a un Kawaki paseando por la calle, le llamaba mucho la atención.

Estaba aburrido en la casa Uzumaki, ambos menores no estaban, Naruto estaba como habitualmente, en la oficina Hokage y Hinata, no suele hacer mucho ruido.

Por lo que, decidió salir a repeler un poco su aburrimiento.

En un punto de la Aldea, escuchó la suave voz de la persona que últimamente le sacaba uno y mil suspiros.
Inconscientemente la busco con la mirada en sus alrededores, pero deseo no haberlo hecho, pues la vista de ella hablando cordialmente con un chico, no era agradable a sus ojos.

Se tranquilizó, no tenia derecho a recriminarle nada por más que imaginara en como matar a ese chico de las formas más dolorosas posibles. No, él solo debía centrarse en que no debía hacerlo.

Ella tenía trece años y era una buena ninja a los ojos de todos, además, de que estaba floreciendo igual, o incluso más bello que un girasol.

Parecía un Ángel a la vista de cualquiera.

- ¡Kawaki! - de todo lo que pudo imaginar, nunca llegó a pensar que notaria su presencia.

Cuando se volteó para donde oyó la voz, pudo encontrarse ya más cerca a la menor, quien lo veía con una agradable sonrisa.

- ¿Qué haces fuera de casa? - era curiosa por naturaleza.

- Estaba aburrido - contestó con sequedad, como era habitual en él.

Una linda risa salió de ella, quien lo tomó de la mano y lo jaló. No entendía muy bien a dónde lo llevaba, pero él dejaría jalarse por ella hasta por donde no hubiera nada.

Se detuvieron, frente a una heladería.

- Elige un sabor - anuncio ella.

- Chocolate - pidió sin dudar.

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Himawari veía como Kawaki disfrutaba el helado que llevaba. Realmente le gustaban las cosas dulces al chico y no temia demostrarlo.

- ¿Estás segura de que tú no querías? - le preguntó este, viendo como la chica solo lo miraba de vez en cuando.

Himawari negó sutilmente. No era que no quisiera, solo que no se había dado cuenta de que no llevaba tanto dinero como pagar otro helado.
Así que solo optó por que Kawaki comiera, después de todo, lo llegó a ver realmente decaído.

Iban de regreso a la residencia Uzumaki, el sol ya se estaba poniendo y en una cuadra silenciosa, al dar la vuelta en la esquina, la de pelo azulado pudo ver el cono de helado frente a ella.

Dudosa, volteo a ver a Kawaki, quien era quien le ofrecía el helado.

- No es justo que solo yo disfrute esto - dijo con un poco de vergüenza, mientras apartaba la vista - Compartamos.

Al principio trató de negarse, pero al final terminaron compartiendo el helado de chocolate.

Sin duda, había sido una buen día después de todo.

★彡Chyio67🌻