El aire fresco de otoño comenzaba a hacerse presente.

Himawari lo notaba bien, cometió el gran error de haber salido a dar un paseo sin llevar chaqueta y, en el bosque siempre hacía más frío.

Era su día de descanso y afuera era un día perfecto, decidió ir a su lugar preferido. Guardo algunos artículos de dibujo y se adentró al bosque hasta llegar al campo de girasoles.

Una tarde de otoño, los abundantes colores del cielo, de las flores y los árboles a su alrededor la hacían demasiado feliz.

Por un rato ignoro el hecho de que el aire era helado, semejante al de invierno.

Pero llevaba una falda y una playera de manga corta, no tenía nada que pudiera cubrirla del frío.

- Estabas aquí...

Volteo a donde la voz masculina se hizo presente, no era nadie más que Kawaki.

Ella sonrió en señal de afirmación. El chico iba bien abrigado a diferencia de ella.

Kawaki la observo unos segundos hasta que la menor le ofreció asiento a un lado de ella.
Cedió, aunque el césped estuviera algo seco y raspara aún con pantalón, no entendía como ella había estado en ese mismo lugar todo el día.

Estaban en silencio, un silencio cómodo para ambos y bastante común entre ellos.
Pues se decían todo y nada a la vez.

Paso un rato en ese estado, ambos contemplaban con admiración los colores de la naturaleza.

Al poco tiempo, Kawaki pudo notar que la menor temblaba muy poco y frotaba sus brazos con sus manos constantemente.

Himawari no quería parecer una tonta ante él, decir que se equivocó y que no había traído un abrigo con ella. Pero se estaba congelando y aún no quería regresar a casa.

No sabia que hacer muy bien, el Séptimo le había dado instrucciones de como tratar a las chicas, pero los métodos del rubio suelen ser muy... extraños. Además de que no creía que eso que le enseñaba sirviera de algo.

La chaqueta cayó sobre sus hombros y la cubrió, estaba calentita por el calor corporal de Kawaki y por la misma.
Himawari se sorprendió un poco al sentirla, Kawaki estaba sonrojado de cierta forma y había desviado la mirada, para que no lo viera en ese estado.

- Gracias - le dijo en un tono dulce y bajo.

Kawaki no dijo nada solo seguía viendo su entorno.

- No quiero que te enfermes - agregó.

Himawari sonrió con dulzura, le agrada ese aspecto del chico.
Sin pensar en el que diría, se recargó a su costado, tomó la mitado de la chaqueta y se la pasó a él hasta el otro extremo.
Estaban algo apretados, pero a ninguno le molestaba.

- Compartamos la chaqueta - dijo esta, al ver que Kawaki aún no entendía muy bien lo que hacía.

Su contrario sólo asintió y sonrió, feliz.

★彡Chyio67🌻