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☆1- 𝘊𝘩𝘢𝘯𝘨𝘭𝘪𝘹

-Felix pov-

Ahí estaba otra vez ese profesor, dando para algunos una aburrida clase de Geografia, pero para mi era sumamente interesante. En sus años anteriores le hubiese valido igual asistir a aquella clase, al fin y al cabo siempre acababa reprobando sin importar lo mucho que estudiara.

Todo cambiaria cuando al comenzar la primera clase, del primer día, entró un hombre bastante fornido vestido con una camisa celeste y una corbata negra, acompañado de un pantalon color cafe y su maletín en mano, con unos lentes de marco transparente sobre el puente de su nariz. Su altura era un poco bajita pero se veia como una persona intimidante, al menos hasta que se presento y nos brindó a todos una sonrisa muy amable, haciendo que sus mejillas se vieran gorditas.

-Lindo...- Susurré apenas lo vi.

El primer trimestre lo aprobe sin problema, cuando el hablaba con su voz algo ronca parecia como que por arte de magia todo quedara guardado en mi memoria. Creí que solo podia ser una clase de admiracion, pero mientras más pasaban los días y más lo veía, un cosquilleo extraño se hacia más grande en mi interior.

Hoy era día de examen, luego de pararme de mi asiento a entregar mi hoja perfectamente completa, ganandome así una sonrisa orgullosa de parte del profesor, me encontraba garabateando en la pequeña libreta donde hacia mis apuntes. En mi mente se reproducia una cancion la cual habia estado escuchando mucho ultimamente.

-Started giving up on thе word forever...Until you gave up heaven so we could be together (Empecé a renunciar a la palabra para siempre...Hasta renunciaste al cielo para que pudiéramos estar juntos)- Tarareé por lo bajo mientras mi mano se movía formando una silueta familiar. Levante mi mirada en direccion a Seo, sonrojandome de inmediato al notar que me miraba con una sonrisa tierna, al parecer me habia escuchado.

Sacudi un poco mi cabeza intentando que mi anaranjado cabello cubriera un poco lo rosado de mis pecosas mejillas, concentrandome en la forma que le estaba dando al dibujo, se veia...familiar.

La cancion Baby Angel siempre se reproducia en mi cabeza, como si fuese la cancion más popular en un radio al momento de ver al profesor. Luego de tomar un par de lapices y agregarle viveza a dicho boceto, lo admirré unos momentos. Se veia bastante bien, hasta...sexy.

Solté un suspiro enamoradizo, sintiendo de nuevo un hormigueo en el estomago, o mayormente conocido como "mariposas en el estomago". ¿Eso era posible? Acabó de cumplir 16 años y él tiene casi 30, es por poco el doble de mi edad. ¡Es una locura!

Pero al ver esas mejillas gorditas, esos hombros musculosos que se veian tan firmes y sus pectorares viendose tan cómodos como dos almohadas. Sus piernas bien formadas debajo de un pantalon bien planchado de un ya mencionado color café. Esos ojos tan intimidantes pero tiernos al mismo tiempo. Dios, él es hermoso. Más hermoso que cualquier otro chico o chica mi edad. Era amable, detallista y cariñoso, o bueno, tanto como un profesor podria serlo, pero eso que importa. ¿Es normal esto que estoy pensando? Pero viendolo de otro lado... trasero no esta mal, se ve amasable, siendo sincero. ¿Como seria su...?

-¡Lee Felix!-

-¡Ah!- Se levanto de golpe tirando unos cuantos lapices al suelo, llamando ligeramente la atencion de sus demás compañeros que salian, ya que la campana del recreo habia sonado -L-lo, lo siento- Me agaché para recoger los lapices, golpeandome mentalmente por estar pensando en cosas tan tontas, aunque, mentira no eran.

-Lee, lo quiero en mi oficina luego de clases- Dijo con una expresion seria, que me hizo dar un escalofrio y seguido se retiro del salón. Tanto mis compañeros como yo nos quedamos extrañados, todos sabian que era el que sacaba mejores notas en esa materia, entonces. ¿Por qué me habia citado?

Para mi fortuna solo debia aguantar, y si, digo aguantar porque nadie quiere tomar una maldita clase de matemáticas por gusto, a la profesora Jihyo, que a pesar de ser buena con todos, sin ofender, su materia me la paso por donde no me da el sol.

Con los nervios matandome por dentro, la clase que otros días parecia ser eterna paso con bastante rapidez. Guarde mis pertenencias despidiendo a algunos chicos, no tenia amigos en realidad o al menos yo no los consideraba asi, eran como conocidos cercanos.

-Nos cuentas que paso luego, ¿eh Lixie?- Me codeó Jisung con diversion y solo atine a reirme con nerviosismo.

-Claro, y suerte en el partido Min-

-Sayonara- Dijo mientras salia, arrastrando a Jisung consigo.

Colgué la mochila en mi espalda y tomando las correas, camine por el pasillo que llevaba hasta una puerta con la inscripcion "Profesor Seo C.". Di un suspiro tomando fuerzas, gire la perilla y al instante como puse un pie adentro, recibi un regaño.

-¿Acaso no le enseñaron a tocar?. Salga, toque y espere la orden para entrar, joven-

-Oh, si, lo siento- Cerre la puerta de nuevo, dandome una leve cachetada en la mejilla antes de golpear la puerta. Escuchando de adentro un "Pase". Quité mi mochila poniendola en mis piernas y me sente en la banca frente al escritorio repleto de papeles y una computadora portatil, por alguna razon no podia siquiera mirarle a los ojos. Nunca en mi vida me habian hecho un llamado de atencion o siquiera habia puesto un pie en la oficina de algún profesor. Estaba aterrado.

-¿Sabe por qué lo llamé aquí?-

-No, profesor. ¿Eh cometido algún error?- Pregunté aun con la mirada fija en mis rodillas.

-¿Sabe que no mirar a los ojos es de mala educacion?-

-Lo siento, profesor- Levanté la vista, chocando al instante con sus ojos oscuros. Se encontraba con los codos apoyados en el escritorio y sus manos sosteniendo su propia cabeza, mirandome como si fuese la cosa más maravillosa que nunca habia visto, haciendo que inmediatamente mis mejillas se tintaran nuevamente de un color rosado.

-Respondiendo a tu pregunta, no, no has hecho nada malo- Se paró de su lugar dandome la espalda para así arremangar su camisa, dando una buena vista de sus musculosos brazos y su bien formana espalda. -Puedo preguntar...- Dios, la piel de sus brazos estaba levemente bronceada, se veia apetecible -¿Qué es lo que piensas durante mi clase?-

-Quiero que me ahorques...- Susurre inconcientemente ganandome una mirada divertida.

-¿Ah si?-

-Emm, y-yo, no era lo que...- Bajé mi cabeza otra vez, sentia sudar frio y me golpee mentalmente casi por tercera vez en el dia, por haber hablado tan a la ligera. Él recorrio el escritorio hasta llegar frente a mi, tomo mi menton e hizo que mis ojos cayeran directamente sobre sus labios. Rosados y carnosos.

-¿Cree que no note sus dibujos, joven Lee?- Su perfume era penetrante, tan varonil, haciendo contraste con el mio siendo de un suave olor a coco. Sentía como sus ojos analizaban todo mi cuerpo y volvian a mis ojos esperando una respuesta, con una sonrisa de lado haciendolo ver tan coqueto -¿Crees que no note la manera en la que me miras, Felix?- Susurro en mi oido hundiendo su cabeza en mi cuello, haciendome desfallecer. Sentí como su mano decendia tomando firmemente mi cuello en la parte de las claviculas y comenzaba a desprender la camisa de mi uniforme.

-Profesor Seo...-Susurre casi en un jadeo al sentir sus belfos calidos rozar mi piel.

-¿Qué tienes que decir ante eso?-


No pude responder, solo abri mis ojos de nuevo al sentir como mi piel rozaba con la fria madera del escritorio. Mis piernas enredadas en su cadera y mis manos intentando torpemente quitar su muy arreglada camisa, en lo único que podia pensar era en que se sentia ¡Malditamente bien! Tenia el pecho descubierto, ya que sin notarlo él habia abierto con sumo cuidado mi camisa y adornado con un camino de chupones rosados que se dirigian a la hebilla de mi pantalon.

Con los ojos semi-abiertos, mejillas fuertemente sonrojadas y un poco de sudor corriendo por mi nuca, me atreví a mirarlo. Sus ojos oscuros chocaron con los mios casi al instante, sonriendo de manera coqueta mientras sobaba mi ereccion y daba un ligero apreton. Gemí.

-Por favor~...- Murmuré

-¿Qué quieres, bonito?- Recobró su postura comenzando a desanudar su corbata, quedé embobado ante lo que mis ojos veian. Cualquier chica moriría por tener un par de esas, y no hablo exactamente de aretes o zapatos. Su cuerpo estaba mejor trabajado de lo que en mi mente podria alguna vez haber imaginado. Dejo su prenta sobre el respaldo de la silla, la cual hace minutos me encontraba sentado y me miró totalmente serio. Mierda, no habia dado una respuesta -Sea obediente, joven Lee. Volteese- Pidió con un tono dulce pero a la vez dominante.

Mientras me bajaba del escritorio con suma verguenza, lo senti caminar hacia la puerta, por un momento sentí miedo cuando con la mirada me volvio a señalar que me volteara. Click. La puerta habia sido cerrada con seguro. Oh mierda, esto se pondra bueno.

Con mis codos sosteniendo mi cuerpo sobre la madera de roble y mi mirada fija al frente, unas manos asperas recorrieron mi cintura de una manera deleitante, continuando hasta quedar nuevamente sobre la hebilla de mi pantalon, haciendo que muerda mi labio para evitar soltar cualquier sonido. Sus besos bajaban por mi espalda haciendome estremecer, pude sentir un bulto lo suficientemente grande arremendar minimamente contra mis gluteos, al parecer eso era algo de lo que siempre habia estado seguro. Mi prenda inferior cayó al suelo, seguido de mi ropa interior, dejandome como una oveja indefenza a merced del lobo hambriento.

-¿Lo quieres...baby angel?- Susurró en mi oigo, debia admitir que ese lugar era como mi talón de aquiles. Asentí, cerrando mis ojos y tragando en seco -Responde- Dio una nalgada.

-¡Ah! Si~-Dije entre un gemido, inmediatamente lo sentir sonreir en mi hombro.

Movió su mano sobre mi miembro rojo por atención, mientras con su otra mano tanteaba mi entrada. Todo eso hacia que no fuera más que un mar de jadeos y gemidos incontrolables. Todo se sentia tan maravilloso que habia olvidado que ayudaria a uno amigo saliendo de clases, al igual que el partido de Minho al cual Jisung me habia guardado un lugar, entre otras cosas que podia hacer cualquier otro dia sin problema. Apenas podia pensar con claridad, mi cuerpo ardiendo por más y un abdomen marcado apegado a mi espalda, siendo el mismo el causante de todas mis fantasias. Era casi como si estuviese cumpliendo uno de mis sueños, uno bastante sucio y hormonal.

Probablemente si mis padres se enteraran me cambiarian inmediatamente de escuela y me darian un legendario sermón, pero no importaba.

Que dios me perdone por lo que voy a decir, pero ansiaba tanto ser follado por el maldito profesor de geografia.

-Ah-aaah~- Temblé al sentir su hombria hacerse paso lentamente en mi interior, haciendome sentir lleno de una manera deliciosa y a la vez doliendo, pero no demasiado, solo perfecto. Subi un poco mi trasero cuando una fuerte embestida toco rapidamente mi próstata, haciendome aflojar y gemir sin verguenza.

Se sentia tan nuevo, esa sensacion de ser llenado una y otra vez con eficasia y habilidad por unos probables 20cm. Habia tenido encuentros con otros chicos y chicas, no era del todo santo habia que admitirlo, pero nada se comparaba a un cuerpo como el que tenia el mismísimo profesor Seo Changbin. Gruñó en mi espalda, tomando con fuerza mis caderas haciendome sentir en el puto cielo.

-Más~... Daddy, dame más~- Pegé mi pecho al escritorio sintiendo como su pene entraba mucho mejor en mi. Comenzando a sentir ese conocido cosquilleo ya en la parte baja de mi estomago ya que una de sus manos la permanecia masturbandome.

-¿Profesor Seo?- Habló una femenina desde el otro lado de la puerta. "Gracias al cielo no era de esas puertas que tienen ventanal" dije en mi cabeza. Seguido se escucho como tomaban la perilla intentando abrirla. Mierda.

-Señorita Rosé- Habló Seo con una voz ligeramente ronca, bastante pasable, cubriendo mi boca mientras comenzaba embestidas duras, junto a movimientos en mi pene más rapidos. Maldita sea, no era reconocido por ser de los mejores guardando silencio y juro que todas las sensaciones de mi cuerpo me hacian querer gritar, tanto como para que toda la escuela me escuchara -Estoy un poco ocupado, debo corregir los examenes...Mmm, yo te llamo- Suspiró pesadamente cuando todo mi cuerpo temblo y arque mi espalda, corriendome de forma abundante sobre su mano y parte de su escritorio.

Ya habiendo escuchado los tocones de la pofesora Rosé, que enseñaba espesificamente Literatura, manipulo mi delgado y liviano cuerpo dejandome de rodillas. Ahora tenia una buena vista del venoso y gran amigo del profesor, si fuese otra ocasion hubiese dicho: Tomale una foto, durara más tiempo.

"Alabado sea el señor" Pensé cuando tomo mis anaranjados cabellos y hundió en mi garganta su pene, casi haciendome ahogar. Pero valia la maldita pena. Su sabor era peculiarmente bueno, a pesar de que lo tenia metido por el culo hace unos segundos. Empujo repetidas veces mi cabeza con fuerza, tanto que mi nariz ancanzo a rozar su pelvis con minimos bellos, dejandola ahí hasta sentir como un liquido espeso y caliente bajaba por mi garganta.

-Estuvo cerca, baby- Dijo con una sonrisa, bellisima ante mis ojos, mientras me quitaba los mechones pegados de la frente, en cuanto yo trataba de respirar con normalidad. Se acercó delicadamente y me beso, comenzando solo con un roce tierno y pasando a ser más erótico, metiendo su lengua sin permiso dejandome como un total novato, que tan mentira no era -Prometo darte una segunda ronda-






¡Follame cuantas veces quieras, Seo Changbin! - pensé



















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