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O41

" Estudiarse a sí mismo es el arte más difícil. "

Hoy no sería un día cualquiera, SeongHwa se mantuvo pensativo toda la noche mientras su pequeño dormía en su pecho para idear un plan, extrañaba los paseos que daban antes de ser novios, en el tiempo que llevaban de relación también habían salido a unos pocos lugares pero casi por el trabajo no se podía, era fin de semana, así que el día perfecto para visitar el zoológico era este.

Cuando el sol chocó con sus rostros se removieron con incomodidad, frunciendo el ceño y haciendo pequeños pucheros como dos cachorros renegones, el primero en abrir los ojos fue YeoSang, quién al darse cuenta que por primera vez en la semana su novio durmió con el esbozó una gran sonrisa, trepando sobre el cuerpo más grande hasta quedar sentado a horcajadas.

— ¡Hwannie! ¡Hwannie! ¿Cómo estás? ¿Cómo te fue en el trabajo? — Preguntó lleno de emoción, acercándose a dar pequeños besitos en las mejillas contrarias, logrando despertar al somnoliento Alfa.

Llevó sus manos a la estrecha cintura de YeoSang y en un movimiento rápido lo dejó bajo su cuerpo, miró por unos segundos la imagen tan adorable del castaño con un rubor durazno en sus mejillitas y ocultó su rostro en el cuello que desprendía el aroma de vainilla y frutos tropicales.

— Te extrañé mi vida. — Murmuró sobre la tibia piel de esa zona, cuando se encontró con la rosa marca que apenas llevaba unas semanas de nacida no dudó en repartir besitos húmedos sobre ella, sintiendo el relieve de la cicatriz que sus dientes y colmillos habían dejado.

— Yo a ti amor… — Balbuceó YeoSang disfrutando de aquel contacto, llevó ambas manos al cabello suave y despeinado de SeongHwa para comenzar a acariciar mientras que sus deditos se enredaban y jugaban con los mechones sueltos.

La nariz del Alfa viajó con tranquilidad por la barbilla contraria, así hasta que ambas narices se encontraron y jugaron entre sí, dándose pequeñas caricias amorosas. En unos segundos sus ojitos se conectaron, tal y como la primera vez de su acercamiento; YeoSang se sonrojó a más no poder mientras miraba con emoción las acciones de SeongHwa, la magia aún se sentía y jamás se iría, a pesar de que los meses de noviazgo eran largos dejar de ponerse nervioso ante los besos y caricias de su Alfa era casi imposible, los sentimientos permanecerían intactos, ya no era una simple relación porque la conexión era inmensa, el cariño que se tenían no se podía comparar con nada.

Desde el día que el doctor le diagnosticó ser infértil comenzó a ver el mundo con otros ojos. Las personas solían caminar en dúos y tríos, el lo hacía solo. Cuando se sentaba en los asientos traseros del transporte público paseaba su vista por cada pasajero para analizarlos en su mente, casi no encontraba ningún error en ellos, los miraba por largos y torturosos segundos, cada rasgo, cada manera de actuar, sonreír, caminar, hablar, el transporte público se veía seguro de si. Cuando llegaba el momento de decir "bajo aquí" tenía que respirar y preparar su voz un minuto antes de decirlo, todo debía de salir bien.

Solo eran dos palabras. Se levantó del asiento y caminó con las piernas temblando por el largo pasillo entre los asientos del bus, de solo verlo su pecho se apretaba pues tener que ser el centro le aterraba, a medida que avanzaba escuchaba las voces y risas en sus oídos gritar lo defectuoso que era, por eso sus piernas eran lentas, flaquean con levedad cada que daba un paso, pero mientras se acercaba más a la puerta la sentía lejana, el pasillo se alarga a tal punto de verse escalofriante, ya no encontraba una salida, la única opción que le quedaba era correr. Apretó sus dedos y agachó su cabeza buscando un lugar en el cual esconder su cobardía, los murmullos eran audibles en sus oídos y sus pasos más rápidos, intentaba escapar de sus propios pies que parecían estar en su contra porque mientras el se motivaba para no caerse estos se hacían pesados.

— Bajo aquí.

Entonces pagó y cuando pisó el frío cemento se vio solo en el callejón, los segundos que le tomó bajar del bus se sintieron horas, fue ahí cuando comprendió que ver el mundo de tal forma no era normal, pero simplemente las fuerzas para seguir adelante no eran suficientes por lo tanto se conformó con sus tristes días hasta normalizar sus miedos.

Detrás de un chico estudioso y sonriente se encontraba su yo más débil, peligroso. Depresión, compulsión, a veces vuelve a recaer, creía que era su verdadera cara, sentirse alejado de la realidad creaba conflictos con ideales que hacían doler su cabeza, su fobia social comenzó a desarrollarse cuando tenía diecinueve y vio que el no era como los demás Omegas, fue durante ese tiempo que su mente se contaminó. De vez en cuando él se tenía miedo a si mismo también, cuando su mente volvía a jugar y sus pasiones dejaron vivir, el compararse con otras personas se volvió una rutina.

Por hábito siempre respondía que no le importaba en lo absoluto o que le daba igual, todas son palabras que usa para ocultar sus debilidades y aquella ocasión que quiere borrar hasta ahora de su mente; cuando se vió a si mismo escondido en su habitación atemorizado de la gente, de su sangre.

Con el pasar del tiempo decidió que escapar sería su única opción, cogió sus billetes y salió por la puerta avisando que iría a comprar comida, pero no volvió a pisar la alfombra de la sala de su hogar.

Si mi desgracia es tu felicidad entonces voy a sonreír.

A pesar de que todo había mejorado cuando se alejó, su autoestima le decía que se había traicionado a si mismo y que había perdido el autorespeto que se tenía, constantemente se preguntaba, ¿Soy una buena persona? ¿O una mala persona? La respuesta varía, pero el es solo una persona, un Peter Pan que aún no sale de sus sueños.

Porque ahora su mundo era mágico, lo que alguna vez soñó de pequeño estaba frente a sus ojos. El transporte público se había vuelto una inseguridad para el porque pasar por el centro para llegar a la salida le hacía creer que todos lo juzgarían, pero pronto comprendió que la situación era similar al recorrido que dábamos en nuestras vidas. Constantemente seríamos juzgados por personas a nuestros costados que nos miraban caminar a nuestros sueños, unas no tan buenas, otras si, pero la mente es manipulable, uno cree lo que quiere creer o lo que le hacen creer, así que esas personas se convertirían en los monstruos que harían nuestro caminar más cansado dependiendo de nuestra seguridad.

YeoSang no había tenido ningún tipo de ayuda al principio, el fue su única compañía cuando se levantó para caminar por el pasillo del transporte público, pero cuando estaba por darse la vuelta para volver a su asiento y rendirse alguien tomó su mano, haciendo que tomara fuerzas para avanzar y seguir su camino en el que poco a poco se asomaba la salida para su nuevo inicio.

— ¿A dónde iremos hoy?

— Daremos un paseo por el zoológico, así que vístete, tendremos un lindo día, iré a despertar a HongJoong. — Cuando se levantó de la cama para salir de la habitación una manito tomó la suya, evitando que siguiera caminando.

— Te amo mucho SeongHwa. — Dijo YeoSang con una sonrisa tímida, para después correr al baño con una inmensa alegría rebasando por sus ojitos marrones dejando sin palabras a su Alfa, había sonado muy sincero.

Se lavó y arregló, hoy quería sentirse lindo así que maquilló con sombras de color melón sus párpados y en sus labios puso un delicioso bálsamo labial, peinó su cabello a manera de librito dejando su frente descubierta para después salir del baño y buscar ropa, su armario estaba lleno, no faltaba ni sobraba, después de tanto esfuerzo en su trabajo logró darse los gustos que había anhelado los primeros días. También había algo de ropa que SeongHwa dejaba cada vez que se quedaba a dormir, así que escogió un shorts color beige, una camisa blanca y unas botas militares, tendió las prendas en la cama para cuando su moreno volviera a ponerse la ropa que el mismo escogió.

En pocos minutos estuvo listo, se vistió con un pantalón holgado blanco y una playera de color rosa, era un día caluroso así que no se abrigó ni nada, cuando vio a su novio entrar le sonrió con dulzura, acercándose a dejar un besito corto en los labios del más alto.

— Ahí está tu ropa, prepararé loncheras para nosotros, ¿Si?

— Estás hermoso, anda, yo no tardo.

Ambos fueron a hacer lo suyo, YeoSang preparo sándwiches, panqueques y juguito de piña que guardó en un bolso que siempre usaba para llevar cosas grandes, también guardó unos cuantos snacks y chucherías que habían en la alacena. Era la primera vez que iba a un zoológico, los zoológicos en Seúl, a comparación de otras ciudades eran bastante grandes y completos, habían variedades de animales y lo más bonito era que estos tenían una muy buena atención y cuidado.

— ¡YeoSang Hyung! — La voz de HongJoong se hizo presente, el mismo corrió a los brazos de su mayor para colgarse y así dar un beso de saludo mañanero, como siempre.

— Hola HongHong~ ¿Estás listo para el paseo de hoy?

— ¡Si! Estoy emocionado, nunca he ido a uno, ¿Habrán leones?

— Creo que si… No lo sé, yo tampoco fui a uno. — Rió levemente, dando un pequeño beso en la frente del pelinegro para después tomar su mano y llevarlo a la sala. — HongJoong, la próxima semana es la Luna roja e iré a pasarla con SeongHwa… Mh… ¿Quieres quedarte aquí? — Preguntó con un pequeño sonrojo mientras desviaba la mirada, era un tema un poco incómodo, pues tanto HongJoong como YeoSang sabían que esos días sería muy movidos, bastante movidos.

— Prefiero quedarme aquí Hyung, le pondré seguro a la puerta de casa. — Sonrió, dejando más tranquilo al ansioso YeoSang.

Cuando el Alfa ya estuvo listo salieron los tres de la pequeña casa como una linda familia y se montaron en el auto, el zoológico quedaba a unos minutos de la ciudad ya que era en una zona de áreas verdes, por lo tanto se ubicaba más donde eran los campos y afueras de la ciudad. En el camino escucharon música y comieron algunas bolsas de papas que habían en el bolso de lonchera, hace unos meses YeoSang anhelaba tener alguna experiencia bonita como esta, estar con personas que el amara en un día tan tranquilo y con un cielo azul, al fin y al cabo la semana no estaba yendo tan mal, la espera había valido la pena, pues ahora podía disfrutar la calidez que sus tesoros le brindaban, no podía pedir nada más, era feliz con SeongHwa y HongJoong a su lado.

— ¿Habrán serpientes Hwannie? — Preguntó YeoSang con una pequeña sonrisa, subiendo la ventana de su lado ya que el aire que chocaba contra su rostro comenzaba a despeinar su cabello.

— Mh… Creo que sí, pero están protegidas así que no te harán nada.

— ¡Uff! Qué suerte, a mi me dan miedo las serpientes. — Exclamó ahora HongJoong, riendo.

— Si las molestas te morderán, así que es mejor verlas de lejitos. — Bromeó SeongHwa para espantar un poco a los Omegas que hacían preguntas inocentes, por dentro moría de ternura, amaba que esos dos pequeños tengan curiosidad por cosas que muchas personas ya tenían conocimiento, eran como dos pequeñines que andaban de curiosos, bastante adorable. — Llegamos, ahora bajen bebés.

— ¡Wooo! Mira, es bastante grande amor. — Murmuró YeoSang con asombro cuando vio un letrero enorme dar la bienvenida con el nombre del zoológico, se bajó con rapidez y corrió a la entrada, parándose a unos metros de la puerta para mirar todo aún sorprendido, y eso que solo era la entrada, porque más adentro el paisaje sería hermoso.

Compraron tres boletos e ingresaron, un camino de piedras los guió al lugar donde se iniciaba el recorrido, YeoSang y HongJoong no podían estar más que impresionados, todo era verde, habían muchos árboles y flores, incluso se podía escuchar a lo lejos los cantos de los pájaros y loritos. Cuando comenzaron a caminar decidieron ir primero por el lado de los mamíferos con un instructor que les daría recomendaciones a la hora de interactuar con los animales para no salir dañados, y así fue.

Primero llegaron a la casa de los monitos, donde habían un sin fin de especies pero la que más atrajo a los Omegas fue el mono ardilla, uno pequeño con pelaje de color marrón claro, tan adorable con la manera en la que trepaban que sin poder evitarlo YeoSang chilló.

— ¿Puedo adoptar uno como mascota amor? — Preguntó con un pequeño puchero, entrelazando sus dedos con los del mayor.

— Mh… Tal vez si, pero sería necesario tener un jardín bebé, además sería muy costoso criar uno. — Dijo acercándose para dejar un pequeño beso en los labios rosas de YeoSang, los cuales saboreó por el sabor dulce que tenían. — ¿Te pusiste labial?

— Un poquito. — Rió. — ¿Sabe feo?

— Me encanta. — Murmuró con una sonrisa amplia que dejaban ver sus hoyuelos.

HongJoong exploraba lejos de los otros dos, habían quedado en encontrarse en el lugar de entrada ya que había una buena seguridad en el zoológico por lo tanto si se pierden se encontrarían sanos y salvos.

A él le fascinan los tigres y en esos momentos se encontraba mirando uno con ojitos brillantes a través de la gruesa pared de cristal, por un lado creía que se veían adorables pero al mismo tiempo rudos, soñaba con que su próxima pareja le dijera "tigresito" como apodo, sería lo más hermoso que le podría pasar. Con su celular abrió la cámara y tomó un par de fotos la cuales las pondría como fondo de pantalla muy pronto, estaba a punto de darse la vuelta para seguir caminando pero un aroma llegó a sus fosas nasales y sintió el miedo en su corazón, buscó con su mirada por todo lugar al dueño de ese olor esperanzado de que no sea quién estaba pensando, pero tal y como lo había imaginado ahí estaba el dueño de sus pensamientos, con una nueva chica a la cual le desconocía el rostro, no sabía si era la del otro día, o la del otro, o la de ese mes… En fin, Song MinGi cambiaba cada semana de pareja así que no era para sorprenderse.

Se dió la vuelta para escapar al lado contrario, sin embargo veía la figura de SeongHwa y YeoSang acercarse con una sonrisa, eso no era bueno, el no quería volver a encontrarse con ese Alfa que le había causado mucho insomnio, sería extraño volver a verlo, su corazón aún latía de manera frenética, pero intentaba ignorarlo por el simple hecho de que sabía que no sería tomado en cuenta por sus sentimientos.

— ¡YeoSang Hyung! Vamos a ver a la serpientes, creo que es por allá. — Tomó las manos de ambos para arrastrarlos lejos, pero no lo logró, supo que era el momento de fingir una sonrisa sincera y no golpear el lindo rostro que tenía Song, le enojaba, simplemente eso.

— Mira, ahí está MinKy Hyung, vamos a saludarlo. — Exclamó YeoSang con una suave sonrisa.

Pronto los cinco estuvieron frente a frente entablando una conversación excepto HongJoong, quién mantenía su mirada en la pantalla de su celular mientras tecleaba mensajes a su amigo, ignorando por completo la presencia de los demás, sin embargo podía sentir la mirada de un Alfa sobre el, de cierto modo le hacía sentir bien, pero al mismo tiempo incómodo.

JongHoooooo, respóndeme.

Necesito tu ayuda

JongHonnie por favor responde, no me dejes solo

11:23 am

¿Qué pasa?

11:25 am

¿Podemos salir hoy? Por favor, estoy aburrido :c

11:25 am

No sé, ¿Por qué saldría contigo?

11:25 am

Porque me quieres mucho y yo a ti

11:25 am

dónde y a qué hora

11:26 am

En unas horas, ahora estoy en un paseo con mi Hyung, ¿te parece en la tarde? a las cinco

11:26 am

Bueno, a esa hora entonces, nos vemos en el centro

11:26 am

Gracias JongHonnie <3

11:26 am

— HongJoong, no has saludado a MinGi Hyung y a su novia, no seas grosero. — Regaño YeoSang tomando la pequeña manito de HongJoong para hacer que prestara atención a las personas que lo miraban.

— Hola. — Dijo con simpleza.

Conectó sus ojos con los del Alfa por unos segundos que se sintieron como cosquillas en su barriguita, estaba sonrojado, sentía sus mejillas calentarse y una tristeza inexplicable se instaló en su pecho. Sus esperanzas se habían ido por el tacho de basura cuando bajó su vista y miró las manos unidas, tal como una linda pareja. Bien sabía que solo era un "polvo" y que en unos días otra persona ocuparía ese lugar, por un lado se quedaba tranquilo ya que a pesar de haber reconocido que el amor que sentía hacia Song era muy grande, no se declararía por el simple hecho de que el tampoco quería convertirse en un polvo más. Sus sentimientos no duraban solo una semana.

Tampoco sería agradable con ese Alfa, no se merecía una sonrisa así que sería un Omega malo. Frunció el ceño y giró su rostro a otro lado para romper el contacto visual, si bien podía ser alguien dulce, cuando se trataba de personas aprovechadas y malas no pondría buenas caras, claro que no.

— HongJoong, ellos irán a ver a los felinos, hay otras especies de tigres, ¿Quieres ir? — Preguntó el castaño con una sonrisa, asintiendo suavemente.

— No, quiero ir contigo y con SeongHwa Hyung. — Respondió.

— Nosotros no iremos por ahí HongJoong, iremos por otro lado. — Habló ahora el moreno.

Lo pensó varias veces, obviamente quería ahorrarse malos ratos pero deseaba con todas sus fuerzas ver a los otros tigres, tal vez hasta habían tigres bebés y no se iba a perder eso, solo tenía que ignorar a ese Alfa y ya, sería fácil.

— Está bien Hyung, iré con ellos y tomaré fotos para ti. — Sonrió suave, acercándose a dar besitos en la mejilla de YeoSang y SeongHwa como despedida, agitó su mano y sin más comenzó a caminar por delante del dúo que hablaba de manera dulce y melosa, tal cual como una linda pareja.

La tarea se le hizo fácil, pues el solo avanzaba sin darse vuelta para hablar con esos dos, con su teléfono le tomaba fotos a los animales con los que se topaba, pues aún no llegaban a la parte de tigres, no faltaba mucho igual así que apresuró su paso pero cuando creyó que podía avanzar más una mano tomó la suya con algo de fuerza. Gruñó.

— No te adelantes, te puedes perder.

— Yo puedo ir solo, no necesitas cuidarme Hyung. — Dijo soltandose de aquel agarre cuando se dió cuenta que MinGi lo había tomado.

— Debes ir con nosotros, YeoSang lo dijo.

— No me lo dijo a mi, yo caminaré solo. — Frunció suavemente su ceño y dio unos pasos más, pero otra vez, la mano más grande lo detuvo.

— HongJoong, no porque vengas de una familia millonaria tienes el derecho de ser grosero, ubicate, yo no soy YeoSang para aguantar tus berrinches de Omega mimado, ¿Si? Con tu mala actitud no lograrás nada, demuestra que si tienes educación de millonario y comportate — Regañó con voz gruesa.

— MinGi, amor, déjalo, el sabe cuidarse… — Ahora se escuchó la voz femenina interrumpir.

Pero el pelinegro sintió sus ojitos cristalizarse suavemente.

Cuando JongHo esparció el rumor de que él venía de una familia rica, sufrió el fuerte rechazo de sus compañeros porque según ellos el hecho de que alguien millonario llegara a una escuela del gobierno era para burlarse y mandonear, lo tacharon de niño hipócrita y presumido, eso causó que llorara por muchos días seguidos en el baño de la escuela, por alguna razón sus raíces le avergonzaban, el no había pedido nacer en una familia con cero humildad, aunque ahora su familia era YeoSang y SeongHwa aún tenía el miedo de que alguien se enterara de que en realidad era el hijo biológico de los Kim. MinGi había usado eso para regañarlo, pero en vez de darle una lección solo hizo que su tristeza se agrandara, pero vamos, es Kim HongJoong, el no iba a llorar ahí.

— Si, soy un niño millonario que le gusta mandonear, ¿Por qué? ¿Te duele que un Omega no te haga caso? Estás acostumbrado a tener a todos tus pies y que te digan siempre "si", ¿No?  — Apretó sus puñitos, tirando de su brazo para soltarse de ese agarre con brusquedad. — Porque Song MinGi es tan guapo, ¿Quién no quisiera estar una noche con el? — Dijo con sarcasmo. — Los únicos que pueden castigarme es YeoSang y SeongHwa Hyung, ¡Tu no! — Se había olvidado de usar el lenguaje formal, pero no le tomó importancia, tutear a un Alfa grosero como Song no dejaba su conciencia intranquila.

Se dió la vuelta y caminó con seguridad a pesar de que pronto su vista se nubló y sus cejas se arquearon con tristeza, si iba a llorar lo haría, pero no en frente de alguien que no merecía verlo así, Kim HongJoong era, además de un niño mimado como muchos le decían, un niño justo también.

Tal vez no solo fue el tema del niño millonario el que lo dañó, fue el Alfa que tanto le gustaba el que usó el tema de su familia para regañarlo sin razón. Solo quería ver a los tigres y después a YeoSang y JongHo, sabía que JongHo lo consolaría con sus abrazos y mimos, no pediría nada más.

JongHo se había vuelto su consuelo también.

" Cuando uno discutía menos el otro pensaba que estaba ganando, en realidad sólo lo estaba perdiendo."

Holi, espero les allá gustado el capítulo de hoy, estoy muy cansada así que en un rato dormiré.

Primero que nada me gustaría agradecerles mucho, no sé hayan visto pero..¡Ya llegamos a los 1.03k de votos!, muchas gracias por esa cantidad y por su apoyo, por demostrarme que les a gustado el fic, quiero, agradecerle especialmente a la autora, por crear un libro tan hermoso, como a su vez tan único.

¡Muchas gracias a todos!, prometo actualizar más seguido y darles el maratón que merecen, ¿les gustaría?

¡Si hay algún error, pueden decírmelo y lo arreglaré en seguida!

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