₵₳₱. 53 "Tiempo al tiempo"
Semanas interminables se sucedieron ante la desesperada espera de que abrieras los ojos y me dijeras que todo era un fatídico sueño... Y aunque luchaba con todas mis fuerzas por no caer en un total desconcierto, más de una vez, maldije por lo bajo el no tenerte despierto.
"Coma inducido por posible falla orgánica antes de recibir el trasplante de donante vivo" fueron las palabras del doctor que trataba de calmar cualquier reclamo que saliera de mis labios cuando pude empezar a caminar y me encontré con que estabas profundamente dormido... Y no solo eso, también entubado.
Así que con el corazón en la mano y fragmentado en mil pedazos, dediqué horas interminables a parlar con el único fin estratégico de que me notaras contigo, que sintieras que ésta lucha tenía en su campo de batalla a dos guerreros: tú en tu limbo de ensueño y yo, deseándote ferviente a mi lado despierto.
¡Es que dolías en lo profundo de mi alma! Porque parecías otro hombre, acostado y envuelto en una extensa aura de concomitante angustia y dolor... Ya no eras mi sexi morocho que con suma gracia ponía mi mundo de cabeza; eras un clon irreconocible porque no respondías y con eso, te llevabas un fragmento de mi endeble corazón.
Y mientras pasaba el sempiterno tiempo a favor de tu pronta recuperación, mis nervios eran consumidos por la desasosegada espera. En tanto engullía sin ganas la obligada medicación para adaptarme a la recuperación y te pasaban la tuya mediante solución salina para evitar el posible rechazo de una porción mía dentro de tu cálido interior.
"Tiempo al tiempo..." Dijo una y otra vez Seok Jin, el doctor. Ese amigo que refuerza la amistad con tu jefe y amigo Nam. Porque cuando creían que dormía apostado a tu lado y sin permitir que me trasladarán de habitación una vez que me dieron -finalmente- el alta, se escuchaban intensas sesiones de cuchicheos, algunos sonidos húmedos y algún que otro arrumaco en ese par.
Interminable jornal de angustiados días padeciendo la necesidad de ver tu cálida sonrisa y de que me regales la dicha de rodearme con tus fuertes brazos... Brazos que han perdido gran parte de su masa muscular pero de la cual, estoy completamente seguro de que recuperarás bien puedas entrenar más asiduo.
En fin, casi perezco por ahogarme en el mar de mis continuos lamentos mientras estuve incesante a tu lado...
Así que ahora, observar tu cuerpo parado al otro lado de la cocina con tu bata de personajes cómics de Marvel mientras pelas en rodajas finas varias frutas, me parece un verdadero milagro.
Atrás quedaron los lamentos, los reclamos, el desconcierto...
Casi tres meses de lucha interminable entre mi recuperación y tú rehabilitación, mi amado morocho, nos trajeron hasta aquí:
A mi casa que es tu hogar, porque lo sientes así.
A la dicha de la nueva vida de juntos a la par, porque no nos merecemos estar ni un segundo sin el otro.
Porque te elijo como tú me eliges a mí, aunque nuestro camino curse mil trabas.
Y porque luego de transitar largos años sintiéndome vacío y carente de lo que parecía ser alguna otra mitad, llegaste tú, con tu locura de dominación absoluta haciéndome temblar las piernas y el corazón de genuina emoción. Y mostrándome que puedo ser yo, a través de cada una de todas mis capas.
—¿Piensas seguir mirándome así? Mira que no me recupero del todo pero mi amigo está de más entusiasmado con la erótica percepción de la situación, mi rubio bello —suelta mi amado morocho rellenando la habitación con el dulce eco del bello timbre de su voz.
—Deja de hacerte el guapo amor, que primero debes ser capaz de caminar sin andador, eres todo un sexi ancianito —le suelto resguardando una pequeña sonrisa ante su ceño fruncido.
—Ven aquí a darme un tierno besito y de paso, te llevas la fruta a la mesa ya que esté abuelito no puede con su mustio cuerpo. ¡Pero ojo! Mira que lo que me funciona de más bien son los dedos —suelta el descarado medio pálido y sobre que emprende la marcha a pasos milimétricos, estallamos en risas cuando lo sexi se le fue al carajo.
—No importa mi bebito, que si te debo cambiar el pañalito, lo hago —le digo divertido. Y recibo un fuerte pellizco en el culo cuando me acerco a su lado.
—Dame tiempo nomás cariño, que este bebito necesita de su lechita para fortalecer los huesitos —me suelta travieso a medida que me arrimo hacia sus tibios labios y me dedico a saborearlos bien despacito.
Como si mi mundo dependiera exclusivamente de ellos.
Nada de extra limitaciones.
Un beso suave, dulce y controlado, donde ambos amamos lo que recibimos del otro y de paso, con sumo amor nos cuidamos.
Un toque lleno del anhelo reservado a través del tirano tiempo que nos puso en su redada como un cruel titiritero.
Un roce con todo el sentimiento de dos amantes que se reconocieron y que estarán siempre dispuestos a dar todo por el otro.
—Te amo JungKooki —suelto sin poder ocultar las incipientes lágrimas de dicha y de gozo por tenerlo despierto y aquí, conmigo.
—Cariño... No llores más. Te me has quedado seco a lo largo de estos meses... Yo te amo mucho, muchísimo más. Y con todo lo que soy en el intento... Estoy sumamente orgulloso del hombre que eres aunque sigo algo enojado contigo, porque pusiste en riesgo tu vida sin medir las consecuencias de tus actos —me cuestiona acariciando con profundo amor, mis mejillas.
—¿Qué hubieras hecho si tuvieras la mínima posibilidad de salvarme la vida? —le pregunto apoyando mi frente sobre la suya y entrelazando cada dedo de nuestras manos.
—T-tampoco h-hubiera d-dudado... — dictamina con su respiración entrecortada y preso de la emoción del momento.
—Ahí tienes tu respuesta Jungkooki... Porque tu felicidad es la mía. Y si puedo darte una parte de mi viveza, o lo que resta de ella para que tengas la dádiva de ver el sol cada día; tenlo por seguro que no dudaría ni un solo segundo.
Me ofrezco con todo lo que soy y lo que tengo, a recibir de cada tierno beso suyo.
Con dejes de temor y culpabilidad al sabernos conscientes de que no deberíamos estar tanto tiempo sin el necesario barbijo, y mucho menos, estar embebido continuamente de nuestros fluidos. Y eso que me refiero solo a las sesiones interminables de besos cada vez que nos tenemos al alcance de la boca del contrario.
—Te amo, mi valiente plebeyo de otros tiempos...
—Te amo, mi avezado guerrero de ambas líneas del tiempo...
Estamos en su recta final🥺
Gracias por leer, comentar y votar😍
Los amito mucho♥️
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