₵₳₱. 45 "Quiero todo"
Como si todo el mundo se hubiera puesto en complot para gritarme de frente y en mi cara que estoy completamente loco de amor y de deseo por un joven morocho y muy apuesto que con su gruesa y masculina voz me domina como solo él sabe hacerlo desde antes de tener conocimiento de mi perfecta sumisión bajo su mando, intento concentrarme en desayunar sobre la hora del almuerzo mientras la trama de mis trágicas novelas románticas -más la dulce melodía que resuena en cada cambio de estación de la radio- me dejan repleto de suspiros que nacen desde el medio de mi pecho y se expanden como un mantra necesitado de su tacto.
Completa e irremediablemente enamorado... Así me siento.
Y no puedo contener mis exacerbadas ganas de salir preso del deseo de envolverme entre sus fuertes brazos cual koala mientras asomo mi cabeza desde el entierro de la misma sobre su amplio pecho, y decirle al mundo entero que lo amo.
Pero debo actuar como el maduro hombre que soy -supuestamente- o eso creo. Porque en vez de terminar el diseño del jefe de mi perfecto morocho y finalizar unos pendientes pos puestos de anteriores trabajos, estoy sentado en mi sofá, a medio vestir y soñando con su magnífica estampa despierto.
No han sido nada fáciles estos últimos días para Jung Kook, en donde recrudece el fatídico recuerdo de su muerte siendo él; un imponente guerrero al cuál he amado con mi vida en otra línea del tiempo. Pero el poder hilar y atar cabos sueltos hablando a mí otro yo desde esa época, sumado a los perdones por lo bajo y a las necesidades latentes de ambos, me dan la certeza de que las heridas -poco a poco- se irán cerrando.
Ya que al fin y al cabo, el destino y sus diversas formas de jugar cual titiritero con nuestros imperceptibles hilos, nos ha juntado en esta línea del tiempo...
Y no pienso dar marcha atrás o dudar de la fogosa necesidad que quema como lava ardiendo cuando mis ojos se pierden en la intensidad del mar renegrido de sus ocelos.
Si en definitiva, soy un hombre maduro con futuro y un hogar asegurado... Así que si el bendito destino lo quiere dejar a mi cuidado ¡No me ofendo en lo absoluto!
Nada me haría más feliz que ayudar a cumplir sus sueños y que crezca, personalmente, a mí lado...
Y no me refiero solo al número que marca la diferencia de edad entre dos seres que se aman sin reparo. Me refiero a ser felices juntos, codo a codo, ayudando a descubrirse en esta vesánica travesía que significó para él, dejarse llevar por los acontecimientos que la vida le interpuso en su camino sin contar con el apoyo incondicional de su familia.
De ahora en más, no estamos solo Jimin y Jung Kook contra el mundo...
Somos un par de tórtolos para luchar y sostenerse mutuamente cuando la adversidad nos ataque sin piedad. Y para soportar el peso que cargará el pecho de tanta felicidad cuando nos sobrepasen las buenas nuevas del otro.
Y por prima vez en mi biografía, me veo de la mano y transitando lo que reste de mi vida a su lado. Siendo yo un viejito y él, un viejo bien sabroso.
E imaginarme la situación me extrae una acentuada sonrisa, hasta que suena el timbre de llamada entrante en mi teléfono y se me borran hasta las arrugas incipientes de mi cara cuando observo que es uno de mis viejos clientes y al cual le debo su diseño desde hace un par de semanas.
Así que atiendo mientras carraspeo el sonido de la voz en mi garganta y para sorpresa mía, solo quería agregar algo más al bosquejo de la promoción de su complejo de alto rendimiento y centro deportivo. Así que quedamos que en cualquier momento pasaría por el lugar para ponernos de acuerdo en lo referente a su diseño.
Luego de cortar la llamada y seguir dándole vueltas al asunto de decidirme de una buena vez por continuar con mi estancado trabajo, un certero golpe a la puerta de acceso a mi departamento atrae mi atención de inmediato. Y abro despacio utilizando el pasador con la misma desconfianza que me caracteriza porque si hubiera sido aquél caliente morocho el que golpeaba, ya hubiera tirado la puerta abajo.
Al otro lado se encuentra Tae, hablando entre susurros con alguien mientras acomoda sus prendas sin percatarse de que lo observo de reojo hasta que se nota clarito clarito cómo es el receptor de un sentido beso por parte del hermano de Jung Kook.
Entonces, para incomodar el asunto, abro rápido la puerta justo en ese preciso momento. Y los colores de Hobi pasan de ser blancos a rojos en cuestión de segundos.
—¡Chimmi! Me has agarrado justo... Pero no le digas nada a tu amorcito porque me la tiene jurada... Chau bonito —articula todo mimoso y apretado como garrapata a mi supuesto cuñado.
Pero cuando veo que el susodicho pariente luego del beso se me queda viendo y Tae pone su mayor cara de endiablado, me percato de que mis vestimentas simulan transparencias más que ropas para cubrir mi cuerpo.
—¡Ehh! Me visto y vuelvo... —suelto apenado lo más rápido que puedo para luego cerrarles la puerta en la cara y ponerme algo más correcto.
Por supuesto que tarde me di cuenta de lo que había hecho y cuando regreso para abrir el acceso, Tae me salta al cuello diciendo que para qué cambiarme que en pelotas estoy más que bonito.
Y entre risas me lo saco a los tirones de encima mientras aprieta mis mofletes con excesiva ternura. Y se me hace imposible no quererlo aunque me haga pasar vergüenza... Es que el mejor amigo de mi amado morocho se ha ganado un gran lugarcito en mi corazoncito de pollo y espero que también esté con nosotros, a lo largo de los años.
¿Cómo qué estoy medio apurado a que la rueda del destino junte nuestros caminos, no?
Debe ser lo que estoy grande... Y que el por fin haberlo encontrado, me da en partes iguales, miedo de perderlo.
—¿Pero qué demonios pasa por esa cabecita sexosa a parte de nuestro querido Kook? Y déjame decirte de paso, que vas a dejarme seco al muchachito —suelta agarrando una fruta del frutero de la mesa como si fuera su casa.
—Puede servirse si quiere ¿Se le apetece algo más?
—Un vaso de agua si no es molestia, porque tu bendita manzana está dura y debo pasarla con algún líquido si no quiero morir atorado —me suelta a las risas el descarado.
—¡Encima que me comes la fruta, me cuestionas! —digo mientras busco el vaso de agua y escucho.
—Pasaba por aquí para invitarte el almuerzo... ¿Qué dices Chimmi? ¿O debes trabajar? —cuestiona revisando los papeles de la mesa.
—¿Cómo qué trabajar? Debería, debo ponerme al día hasta con el diseño de Nam aunque eso no sea lo mío ¿Qué colores piensas que deberían utilizar adentro del local? Estaba pensando tal vez en celestes y pasteles —le suelto dubitativo.
—Blanco leche se me viene a la cabeza... De ese color sabes mucho.
—¡Pero estoy hablando en serio Tae! Así no se puede —artículo hasta que -nuevamente- suena el acceso a mí apartamento.
Y cuando abro, me sorprendo con mi joven morocho de infarto que trae entre sus manos, unos envoltorios de comida acompañados de una resplandeciente sonrisa que me enamora aún más, cada día.
—¡Pero qué casualidad! Hablamos de leche y aparece —suelta nuestro amigo a las risotadas mientras Jung Kook le cuestiona -todo serio- si él tiene algo que ver con qué su hermano se haya pasado por la cafetería para invitarlo todo correcto, a la hora del almuerzo.
—Tal vez.... ¿Presentarte formalmente a tu cuñado? —emito con toda la intención y recibo de parte de ambos, una penetrante mirada de rayos láser.
Me parece que nuestro hermoso rubio quiere traerse a casita al morocho de infarto... Quién pudiera?😏🤣
Gracias por leer, comentar y votar🥰
Los amito mucho ♥️
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro