₵₳₱. 44 "Combustión espontánea"
Si alguna vez tuviera la oportunidad de volver el tiempo atrás. No pediría nada más que solo disfrutar de este caliente momento, así tal cual y con todo lo que tuvimos que pasar como contexto...
Es que ver a mi rubia debilidad, al hombre que amo, todo desinhibido y retador mientras su magnífico cuerpo se menea sin pudor sobre mi pecho provocando su castigo, es un regalo divino que activa cada fibra de mi piel ante su acto.
Su condescendencia más allá de que claramente quiera provocarme, me trae como un eufórico adicto al verlo sumiso pero a la vez desafiante. Provocando que ame marcar cada parte de sus nalgas con la firmeza de mi tacto.
—Eres un niño travieso —murmuro sobre su depilado sexo para luego dedicarme a engullirlo mientras me aboco a saborearlo.
Un par de potentes mamadas a su erecto miembro y llega el anuncio de su imperceptible sonido que me dicta que está sobre su ocaso. Y yo como buen amo y señor de nuestra función, no me olvido de lo pasado. Así que saco su venoso falo desde las profundidades de mi garganta y de inmediato apreso su cabeza colocando mi dedo sobre la salida de su simiente.
—Por vivo, no te vendrás hasta que se me dé la puta gana bonito —le suelto mientras levanto su esbelta cadera y mojando todo con mis fluidos y saliva, lo bajo rudo sobre mi embravecido falo.
El gutural sonido que proviene desde el fondo de su garganta sumado a una pequeña lágrima que recorre su mejilla, me pone aún más duro al verlo aguantar como un rey el trato rudo. Y bloqueando su conducto me dedico a besar y morder todo a mi paso mientras espero que se adapte a mi tamaño.
Pero me sorprendo -gratamente- sobre que se eleva gimiendo profundo y se deja caer de pleno sobre mi regazo, apoyado en sus rodillas mientras enérgico realiza un sube y baja que me dará muy poca vida.
¡Es que debo pensar en cualquier otra mierda si no quiero venirme y quedar como un púbero enamorado! Porque la condenada cadera de mi bonito sumiso parece actuar como si de vida propia se tratase.
Y contengo con todas mis fuerzas las malditas ganas de rellenarlo como pavo de fiesta sobre que el desgraciado sube y baja para luego rodar su caliente canal con maestría sobre mi dureza.
—N-no p-puedo m-más —emite entre susurros y jadeos desesperados mientras contornea su cadera y lo mantengo apresado con mi dedo.
—Ahora te la aguantas ¿escuchaste? — cuestiono elevando mi cadera para enterrarme presto y extraerle un sonoro jadeo sobre que me choca con la piel de sus nalgas.
Y presiento que reviento si no tomo cartas en el asunto, es que su candente movimiento me tiene preso de su cálido cuerpo. Así que raudo, lo empujo con mi pelvis elevándolo en el aire sin salir de nuestra carnosa comunión para apoyarle luego la espalda sobre el colchón y dedicarme a tomar el control de mis firmes estocadas.
—¡Pero qué demonios! —exclama cuando una certera y profunda estocada mía lo clava duro sobre el colchón.
Y lubricando con saliva la zona para arremeter más duro le digo: —Tú señor demonio, bonito. Basta de juegos que quiero follarte bien duro y cuida esa boquita que te cargas ¿O quieres que te la silencie a base de atoradas?
El brillo lloroso de sus ojos, me demuestra que ama tanto como yo la situación en la que se encuentra y dedicándome a hundirme velozmente, y certero en sus profundidades, aprieto nuevamente la salida de su lefa inclinándome a embeber el elixir de sus labios para finalizar estirando el ribete inferior hasta dejarlo magullado.
¡Y maldita sea que necesito de mi otra mano para marcarlo por completo! Porque mientras lo someto a nuestro juego debo afirmarme con la mano que necesito para delinear en rojizos todo su cuerpo.
Una, dos, tres firmes, certeras y rápidas estocadas, me llevan a un camino sin retorno sobre la inminente llegada de mi potente orgasmo que sumado a los jadeantes lamentos de mi amado; estoy seguro de que reventamos aunados.
—¡Cómo me gusta verte padecer de placer! —me hundo en sus calientes paredes mediante una profunda estocada —. Ahora sí puedes correrte mi amor —suelto sobre sus labios con un gutural sonido a medida que libero la llorosa cabeza de su falo y me dedico a retorcer sus pezones con ahínco mientras el clímax me recorre como tren bala por el cuerpo entero.
Un par de arremetidas encima suyo y percibo como su cavidad se contrae asfixiándome adentro de su cuerpo. Y caliente como lava ardiente me empiezo a dejar ir junto al eximio clímax que acontece a mi rubia belleza...
Y en un arrebato por prolongar lo que tiene fecha de plazo, me aferro a la nívea piel de su cuello apretando por completo mientras estocada tras estocada me libero furioso dentro de toda su caliente cavidad. Y la condenada mirada vidriada que me devuelven sus ojos, no es ni más ni menos que de pleno gozo y exuberante placer.
—¡Dios mío hermoso! —le suelto caído sobre el costado de su cuerpo —. Me tienes preso de tu sensual y apasionado cuerpo —finalizo mientras beso enamorado de cada porción de piel al alcance de mis labios.
Él, se retuerce a medida que mis besos lo envuelven en un clima amoroso y observando de reojo hacia la mesita de luz, me doy cuenta de que tengo media hora para bañarme y estar en el Coffe Bar de Nam, si es que quiero conservar el laboro.
—¡Maldición cariño! Te juro que necesito tenerte por mil horas envuelto entre mis brazos pero debo laborar y por andar de calentón temprano, debo ir a trabajar a contra reloj.
Él, entre sonidos risueños y una gran carga sensual, gracias a su adormilada mirada y jadeantes ruidos expedidos desde sus labios, provocan que me aboque dos minutos -que asemejan horas- para degustar del dulce néctar de sus labios mientras me enamoro más y más ante cada segundo que transcurre.
—Vas a llegar tarde amor mío, y no quiero ser el responsable —me suelta entre suaves gemidos a medida que degusto -con apremio- de sus labios.
—Tarde bonito, tus labios me vuelven un adicto... y ni hablar de tu sabroso culo —le suelto entre risas durante el sensual roce de labios y recibiendo un débil topetazo de su parte.
—¡Báñate y te marchas, sucio! —me suelta decidido y como no le doy lugar ni hago caso a su pedido, de un certero empujón caigo de culo al suelo frío mientras comienza a disculparse de mil maneras. Y haciéndome el pobrecito lo agarro con las defensas bajas para luego elevarlo como saco de papas sobre mí hombro y depositarlo en la bañera mientras abro el grifo del agua helada.
⏳🕧🕛⌛
—¿¡Pero qué demonios Kook!?¡Llegas quince minutos tarde! —me suelta mi jefe amigo a los susurros demasiado fuertes a medida que ingreso veloz para buscar mi uniforme y dirigirme directo hacia a las mesas, que por arte de magia, están repletas.
—¡Complicado el tránsito jefecito! Pero ya estoy a tono con el ritmo laboral —contesto a medida que salgo desde atrás del mostrador con mi mejor sonrisa a causa del tremendo orgasmo arrollador que tuve abajo de la ducha gracias a la laboriosa boquita de mi amor.
—¿Me imagino que te habrá costado cruzar la calle, no? ¿Es que acaso me viste la cara de idiota Kook? Te vi salir del edificio de enfrente, por si no te habías dado cuenta.
—Ups... ¡Atrapado! Pero debo decirte que valió la pena cada maldito segundo tarde jefecito —le digo guiñando un ojo a su dirección a medida que me alejo velozmente y escucho a mis espaldas, sus elevados refunfuños.
Me acerco con mi mejor porte y sonrisa a tomar el pedido de una de las mesas que se encuentran sobre la abertura que da hacia la avenida, y a medida que anoto en mi libreta observo de reojo que la ventana del departamento de mi amor está entre abierta. Y en mi próxima y nada disimulada observación, me bendice Dios con la visión del pasar de su silueta envuelta en una fina tela que se transparenta a contra luz.
Y no puedo evitar que justo en este momento, un cálido sentimiento de gozo y amor me recorra el cuerpo por entero... Mariposas que revolotean sobre la base de mi estómago que se combinan con un intenso hormigueo sobre mi entusiasmada entre pierna que pareciera que no basta con dejarla casi seca, porque muero de rebosante amor así como de ardiente deseo cada vez que la belleza de su impronta se me viene a la cabeza.
—Eso sería todo joven guapo... —emite una añejada voz que me saca de mi ensueño, despertando de inmediato cuando me percato que delante de mis ojos se encuentran un par de ancianas... Clientas de más entusiasmadas con la forma que adoptan los músculos de mis brazos.
¡Y maldita sea! Que no recuerda una palabra de lo que salió desde sus arrugados labios pero aún así, les regalo la mejor de mis sonrisas dispuesto a preguntar de nuevo por su pedido y rogando que Nam no me haya visto en mi trance de: perdidamente enamorado.
Porque lo único que me faltaría sería que después de follar como un maldito conejo, me distraiga con la sensual sombra de su cuerpo en mi cabeza.
Esa ventana será la perdición de Jk😏🥴🤣
Gracias por leer, votar y comentar😍
Los amito mucho♥️
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