—¿Estamos listos Jung Kook? —articula mi amigo con una suave voz que pocas veces le he sentido —Utilizaré tu nombre completo para llamarte y comunicarme todo el tiempo contigo —dictamina decidido.

Y a pesar de los crecientes nervios que se quieren apoderar de cada célula de mi cuerpo, la suavidad que flota en cada recoveco de mi cerebro gracias al sosiego que imparte su voz en mi interior, logran apaciguar de gran manera mi marcada ansiedad. Que sumado a la confianza ciega que le tengo desde larga data, obtiene de a poco, la calma y relajación de cada musculatura de mi trémulo soma.

—Necesito que conserves la calma obtenida Jung Kook, que te relajes suavemente y me dejes llevarte guiado solo por el armonioso abrigo del timbre de mi voz —suelta como en un suave susurro totalmente entendible para mi persona que aminora, a gran velocidad, las incertidumbres que quieran aflorar ante cualquier duda.

—Es de suma importancia que estés completamente cómodo para comenzar con la terapia que nos permitirá atravesar el umbral que conecta el más allá con el mundo actual. ¿Sigues conmigo Jung Kook?

—Sí, estoy listo —resuelto le digo y concentrado en mantener mis ojos cerrados y dejarme llevar lo más relajado posible por las suaves palabras emitidas por mi amigo.

—Cuanto más relajado te encuentres, más fácil será conectar con tu sub inconsciente, comenzaremos con la respiración y no olvides que estás a salvo -conmigo- todo el tiempo. Y cuando decidas regresar aquí, lo haremos inmediatamente y sin dudarlo —murmura en un cálido sonido.

El aire del ambiente se torna liviano y percibo mi cuerpo como ido, desprendido de todo aquello que lo pueda mantener ceñido. Así que relajo nuevamente mi mente dejándome llevar por los diversos sonidos que interpreta mi intelecto.

—Inspira de manera conciente y retenlo... Ahora expúlsalo con calma y muy lentamente...

Siento como mi respiración va cediendo a su pedido mientras noto llenar mi capacidad pulmonar, expandiendo por completo mi vigoroso pecho.

—Vuelve a respirar Jung Kook inhalando profundo pero ahora, trataremos de retener ese aire por el mayor tiempo posible... Inspira, sostenlo y expulsa con extremada calma... Y con esta misma paz obtenida, ahora respira de forma natural...

Siento como cada parte de mi cuerpo se sumerge en una liviandad absoluta, y me doy cuenta de que mis párpados han cesado su constante movimiento.

—Siente como tú cuerpo es traspasado, lentamente, por una corriente de electricidad de tenues colores violetas, visualiza su movimiento y déjate llevar por sus formas...

Visualizo en los confines de mi mente una marea que enseguida se torna en diferentes matices de colores preponderando por encima de todos aquellos el violeta. Y discierno en un momento, como mi cuerpo es traspasado de lado a lado por una especie de campo magnético recubierto de halos de energía en colores lila que tira mis entrañas desde adentro, arrastrándome hacia abajo y haciéndome cada vez más pequeño.

—Imagínate que estás de pie sobre ese marco colorido y repleto de dinámica energía, mientras percibes como la misma asciende lentamente desde tus tobillos hacia tus rodillas, déjate envolver y llevar por lo que sientes...

Mi cuerpo responde conciente a cada una de sus suaves palabras emitidas en susurros, mientras un ligero cosquilleo de poderío circundante asciende paulatino fusionándose con mi propio vigor. Entonces, me relajo dejándome inundar de percepciones adquiridas, llegando a notar como se mueve pausada mi frecuencia respiratoria ante cada toma de oxígeno y en la manera en que mi relajado corazón late continuo.

—Sigue respirando profundo y continuo Jung Kook, visualizando todo lo que observas a tu alrededor mientras te dejas llevar guiado por mi suave voz. Ahora, quiero que te enfoques en el comienzo de tus pies... Estos flotan sinuosos sobre el comienzo de un círculo en espiral que empieza a ascender paulatinamente por sobre tu cuerpo...

Observo a mi alrededor hasta que veo como un viciado círculo renegrido traga -lentamente- cada parte de mi cuerpo, sofocando pero -a la misma vez- abriendo los horizontes de mi mente.

—Haremos una cuenta regresiva y quiero que con cada número hacia atrás, te dejes llevar relajando aún más cada parte de tu soma... Diez... Nueve... Ocho... Siete... Seis... Cinco... Respira profundo y continuo Jung Kook... Cuatro... Déjate llevar... Tres... Reina la calma en todo tu interior... Dos... Uno... Ahora, estás en este estado de maravillosa paz y relajación. Imagínate a ti mismo descendiendo lento por una escalinata que te mete en las profundidades de tu psiquis...

Mi cuerpo liviano recorre pausado escalón por escalón mientras me hundo más profundo en lo que pareciera alguna especie de habitación, sonidos lejanos algo conocidos por mis oídos resuenan de a momentos y entonces lo veo...

"¿Dime qué vez Jung Kook?" Cuestiona la dulce voz que resuena en mi cabeza.

—Lo veo a él... —sentenció seguro de querer apurar mis débiles pasos para llegar finalmente a su lado.

"¿Quién es él y quién eres tú?" Vuelve a cuestionar esa agradable voz que acompaña cada uno de mis pasos.

—Él es... mi plebeyo... Mi gran amor —contesto decidido.

Pero luego de que lo reconociera a lo lejos, observo que su porte está más ensimismado de lo normal y tendido sobre un bulto tirado sobre las altas hierbas.

"¿Qué más observas? Acércate lentamente pero relata lo que ocurre a tu alrededor... Te pregunto nuevamente ¿Tú quién eres?"

"¿Quién soy yo?" Retumba en mi adolorida cabeza y una fuerte puntada de repente me aqueja. Duele mi cabeza y más duele, en demasía, el costado de mi cuerpo.

"¿Qué sucede? ¿Estás bien? ¿Jung Kook? ¡Háblame!" retumba en el abismo de mi mente pero no puedo emitir palabra.

El dolor me consume y solo inspiro profundamente cerrando mis ocelos a conciencia (o eso es lo que yo creo) pero sobre que los abro, me encuentro tirado en el suelo con mi plebeyo llorando desconsolado encima de mi débil cuerpo y su tomo manchado de sangre por completo.

¡¿Quiero gritar y preguntar qué le pasa!? ¿O qué demonios está sucediendo? Y entonces, un creciente nudo en mi garganta florece llenando mis ojos de cuantiosas lágrimas más una inminente percepción de que soy yo el promotor de lo que pasa. Mi cuerpo de llena de culpas y me aplasta la conciencia de no haber actuado correcto en su momento.

"¡Maldito seas! No t-te m-mueras... Te lo s-suplico... ¡Quédate conmigo! M-mi señor... Por favor se lo pido..."

Suplica acongojado la réplica de mi rubia debilidad en esta vida ¿O esta es la verdadera vida en la que vivo?

Pero en el medio de toda la cuestión y en cuando trato de forzar a mi habla sin ningún maldito resultado, retumba a lo lejos, la voz de aquel amor de otros tiempos que he soñado o que realmente he vivido entre sonoros sollozos que me suplican que regrese, que me aleje de ese lugar, que no importa que pasó anteriormente porque ahora -finalmente- estamos unidos...

"Ahora" palabra que resuena provocando un inminente dolor en mi cabeza a causa de que no puedo entender lo que realmente sucede. Solo sé que mi cuerpo está caído, débil, abatido y que el carmín que impregna el cuerpo del amado frente a mis cansinos ojos, fluye y brota sin parar desde mi pausado cuerpo.

Entonces, percibo en el medio de tamaño dolor como mi sistema va cediendo paulatino al cese de mis funciones vitales, dejando un débil suspiro en cada trémula contracción dictaminando que estoy, en mis últimos suspiros.

Hawww pero que malditos nerviosssss Dios miaaaa.😬

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Los amito mucho❤️