₵₳₱. 35 "Tómame"
"Fóllame con tu boca". Orden precisa y directa que retorció cada uno de mis escasos auto controles (si es que existiese alguno por ejecutarse por debajo de mi claro sometimiento).
Sus formas... La manera en que apresa mi cabeza restregando su dureza sobre mis temblorosos labios que se abocan a morir acalambrados si la presurosa y calurosa situación lo precisa, debería ser como un glorioso himno para despertar de mi letargo cuando quiero seguir descansando.
Mi retorcida mente se regresa a este exquisito momento, y desearía tener por siempre su bragueta restregándose sobre mis hinchados belfos haciendo buen uso de mis dientes como el aplicado sumiso que parezco ser ante su mando.
Así que de rodillas y ansioso por lo que se viene, hago usanza de la destreza de mi dentadura sobre que observo como desabrocha el botón de su pantalón. Y dejando mis manos sobre mis rodillas aprieto con ahínco el tirador de la cremallera, dejando al descubierto su firme erección que se trasparente sobre la húmeda tela de algodón que sin piedad lo aprisiona.
—Eso es cariño... —susurra ronco y bajo sobre que mi lengua delimita su magnífico contorno, sustrayendo jadeos desde lo más profundo de su garganta a medida que mi roce se intensifica sobre la fina tela y mi necesidad crece -deliberadamente- a la par de su falo.
Sus caderas cobran vida sobre que mis dientes aprisionan el elástico de su ropa íntima, dejando su acuosa punta roma al descubierto mientras sus manos se abocan peinando hacia atrás cada uno de mis rebeldes cabellos y así; no perder detalle alguno de mi erótico acto.
Y en un momento dado, percibo un fuerte tirón desde la parte posterior de mi cuero cabelludo... Tirón que llena mis ojos de lágrimas de gozo al sentirme consciente de mi empleo para su total deleite.
Me siento embriagado al escasear el aire en torno a mis fosas nasales, y de manera repentina, siento el palpitar frenético de mi músculo cardíaco cuando me obliga a observarlo extrayendo un sensual jadeo desde el obscuro abismo de mi indigente garganta.
Inclinándose a besar intenso cada porción expuesta de mis labios para rematar luego, con mi ribete inferior lubricado en los fluidos que deposita su obscena lengua.
Luego se incorpora y arrastra mi rostro hasta su imponente miembro descubierto que saluda en una clara invitación a mi atore y devoción. Así que abriendo magno mis labios me ofrendo como menesteroso receptor de lo guste, sacando mi lengua desesperado por recibir su glorioso sabor.
—¡Maldición cariño! Me vuelves loco... —jadea a medida que se hunde profundo en mi interior, sobrellevando un certero ritmo ante el cual relajo mi garganta para poder tomar más de su venosa y caliente piel.
Enloqueciendo en el éxtasis de sentirme el promotor de su calor y arder en él. Deseoso porque consuma hasta la última gota de sangre de mis venas, cual vampiro hambriento de poder, y expidiendo sexo por cada poro de mi piel ante su arrebato de tenerme a su merced.
Un par de estocadas más y se viene como lluvia torrencial dentro de mi cavidad bucal, provocando que trague continuo para no dejar de saborear el residual de sus jadeos que me entregan hasta el último resquicio de su alma y devoción.
Entonces, elevo mi acuosa visión encontrándome con su porte de sobre esfuerzo. Ese pendejo dominante que promueve mi obediencia haciéndome sentir a la par de su frescura, enteramente entregado y envalentonado con esto que se cocinó desde hace un largo tiempo entre dos cuerpos del antaño.
Dos almas que fueron capaces de encontrarse a pesar de las épocas y la diferencia de edades.
Y aunque algo provoque un parvo mi impaciencia, muy para mis adentros sé que sea lo que sea, estaremos adosados a la par del otro. Codo a codo.
—C-cariño ¿T-te encuentras bien? —cuestiona mi sexi morocho, agachándose hasta quedar frente a mis ojos mientras aireo mi conmocionado cuerpo del arraso de emociones que requiere estar bajo su mando.
Y solo atino a inclinar mi cabeza en un mínimo esfuerzo porque sepa que está todo más que bien, aunque sienta las carnes de mi rostro arder como las ascuas de un brasero.
—N-no q-quiero señales hermoso, necesito palabras —dictamina alzando mi mentón y conectando nuestra visión.
Y puedo jurar que percibo la llamarada que arde incesante en el bendito sistema de distribución de su sangre, sistema que eyecta tonos de rojo pasión a sus orbes obligando a mis cuerdas vocales a fonetizar un "Estoy bien" para prepararme dispuesto para lo que venga.
—Necesito ocuparme de tu placer mi belleza ¡Ven! Acompáñame a mi habitación —solicita con ronca voz a medida que acaricia mi sonrojada mejilla y acomoda sus ropas resguardando lo que con tanto alborozo deguste yo.
Me dejo levantar desde su fuerte toma bajo mis axilas, como un pequeño niño con trémulas rodillas mientras acaricia y acomoda mi enmarañada cabellera que de tanto forcejeo se parece de seguro, más a nido de pájaros que a sedosos cabellos.
—Tu perfecta y deliciosa boca será mi perdición cariño... ¿Lo sabes, no? —me cuestiona asiendo una de mis manos con sumo afecto mientras trato de tapar mi creciente erección con la otra.
—No es mi culpa, es tuya, por no contener tus instintos sobre que me observas.
Suelto a medida que avanzamos entre risas, pero sobre que salimos de la cocina, un reinante silencio a nuestro alrededor llama en demasía la atención tanto de mi candente morocho como la mía.
—¿Se habrán ido? —pregunto a medida que acomodo hacia un costado mi juguetona molestia —¿Recuerdas que mañana debemos ver a Tae, no? —y sobre que termino con mi cuestionamiento, un sonido de risillas proveniente desde el fondo del pasillo nos alerta.
—Lo veremos si es que está vivo para hacerlo, no puedo creer que de todos los que se puede comer este idiota, se meta justo con mi hermano —finaliza algo exasperado.
Y cogiendo mi mano con un parvo más de fuerza nos encaminamos hacia la habitación de al lado de la supuesta festividad o algarabía de la habitación lindera.
—¿Jungkooki, acaso estás celoso? Bastante grandecito está tu amigo y otro tanto más tu hermano —zanjeo tirando sal a la reciente herida para ver qué recojo.
—¿De mi mejor amigo? ¡Ni en pedo! Solo que muchos años tuve que aguantar a mi maldito hermano hablar pestes de su forma de vida para enterarme ahora, que este par se está follando.
Lo observo perplejo al agarrarse la cabeza de golpe, como si un repentino y fuerte dolor lo aquejara. Y sin entender del todo la cuestión (pero con cierto criterio de que esto es un tema algo delicado para él) nos acercamos callados hacia su habitación en cuanto se escucha un patente "¡No Hobi! Así no ¡Detente!" como ¿angustiado? de Tae desde la habitación de al lado.
Y de inmediato, el cuerpo de mi zagal morocho se tensa sobremanera. E incapaz de contenerse, se mete de lleno en la pieza aunque yo le reclame que por qué mejor no lo piensa.
Entonces, tropieza de lleno con su hermano tirado a los pies de la cama de Tae tratando de acomodar a la fuerza unas maderas que se han salido del cabecero posterior del lecho, mientras su amigo rezonga que terminará por quebrar las maderas y que de esa manera, él también podría haberlo hecho.
De inmediato, ambos se giran enfrentando el rostro desencajado de mi joven amante, que contra todo pronóstico, me toma del brazo poniéndome adelante y diciendo que yo necesito decir unas palabras.
Mi cara de "¿Qué demonios?" Se debe notar a la legua porque de inmediato, Tae se me acerca y me pregunta entre susurros al oído: —Chimmi ¿A poco Kooki creía que me follaba a este tío? —tratando de hacerse todo el superado.
Pero a mí con otro verso chiquito... Hoy no se habrán revolcado, pero sus miradas dictan que más de una vez ha pasado. Y eso lo reconozco yo aunque hasta hace poco era casi virgen entero.
—Jungkooki creía que estaban follando, pero parece que justo hoy no les toca.
Y ¡Madre mía! Las caras de ambos dos frente a mis ojos es una total juguetería, pero ni quiero imaginarme la cara del que está detrás de mi cuerpo aferrándose a mi brazo como si fuera un salva vidas.
Así que tomando valor de seguir lo que empezamos o dormir (aunque no creo que sea el caso luego de lo que haré a continuación) me giro enfrentando su rostro y diciendo: —Amo, necesito mimos...
Con un demonio este par ¿Seguirán en la pieza?😏
Gracias por pasarte, por comentar y votar😍
Los amito mucho♥️
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