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₵₳₱. 34 "El ayer y el ahora"

En donde el deseo de transmitirse afecto a flor de piel era incesante y en donde moraban las ganas de sellar el sufrimiento del inhóspito invierno a través de las extremidades del otro, ahí, en ese emplazamiento se encontraban dos amantes a escondidas del desbaratado entorno.

Envueltos en el velo de la nube de sus más profundas pasiones y expuestos a sensaciones que transformaban su objetividad al instante. Y en donde el pequeño contacto de la piel de uno con el otro, le daban herramientas de lucha para aferrarse contra todo.

Lucha del gran guerrero contra la incomprensible sociedad que les tocó. Sin poder creer como puede afectarle, más allá de que su amante sea un plebeyo (un ser insignificante ante los ojos de sus padres "según ellos") el hecho de que sea un masculino y muchísimo más joven que su hijo.

Lucha del joven plebeyo ya que en donde él llamaba hogar, lo destrataban por su gusto personal en cuanto se enteraron de que sus preferencias dictaban de ser solo esclavo para el aseo de sus amos y la morada habitacional, disfrutando de un ardiente juego pasional bajo las sábanas y el mando del más zagal amo.

Soportando, tanto el guerrero como el plebeyo, las constantes acusaciones de que todo era una burla para la alta alcurnia social en la cual se manejaban y que esto sería nada más que un pasatiempo al cual su fecha de caducidad se aproximaba.

Noches de insomnio aferrado a la delgada almohada que poco reparo le otorgaban al joven sirviente para escabullir su mente de rememores sin porvenir, dándose cuenta de que solo era un depósito para la descarga de la furia de su amo según aquellos que picoteaban su fragmentada mente diciéndole que no estaba ni estaría nunca; a la altura de las circunstancias.

Un momento expuesto de emociones donde solo se escuchaba el respirar acelerado del imponente amo sobre el desnudo y marcado torso de su amado. Tirado sobre las hierbas secas que servían de alimento para los animales de cría. De aquel heno que emulaba una cómoda cama para perderse entre los vivaces sentimientos del otro y en donde más de una vez, dejaba vestigios sobre las blanquecinas rodillas del sumiso... Vestigios del fogoso intercambio amatorio entre la dureza de su amo y la calidez de su boca.

Regada de besos salivados y una firme mano que resonaba en latigazos sobre las nalgas del plebeyo, haciéndolo emitir lágrimas que simulaban sufrimiento pero que se encontraban teñidas del más exquisito morbo... Morbo que sumado a las palabras hirientes expedidas desde los finos labios de su guerrero, solo provocaban incrementar su éxtasis.

Exigiendo por más y más fuerte, más veloz y con mayor rudeza. Una nívea piel que quemaba por sentir el ardor de sus gruesas marcas y la connotación del poder reflejado en la forma que lo agarraba.

La sublime sensación de haber sido forjado por sus callosas manos cual espada que se carga en enérgica batalla, soltando gemidos ante la intensidad de lo acometido, ante cada certero golpe a su húmeda cavidad dando directo en su próstata, ante cada rasguño a su blanquecina dermis dejando dolor que se transformaba en inmediato placer y en donde al cerrar las orbes privadas de ver, se dejaban ser como la comunión que eran ante el gozo que generaba su insano roce.

Dos amantes lascivos del placer en la ofrenda del otro. Dos corazones fríos que se calentaban en los brazos del otro y un pequeño destello de lo serían si habitarán de prestado en otra vida.

"Te buscaré hasta encontrarte y moriré, si eso me permite estar contigo nuevamente..."

"Si mi designio es amarte como lo hago a través del vesano tempo, ten por seguro mi amo que también moriré contigo..."

⏳🕛🕧⌛

El calor de sus labios me transporta en un mar de pensamientos al revivir como un espiral de déjà vu, cada puto momento que nos rozamos juntos.

Su piel, su bendita piel que expide aromas del antaño para mis agrandadas fosas nasales, provocan que en medio de la redada de húmedos toques de labios quiera aferrarme con fuerza al inminente dolor que se aqueja en mi jodida cabeza. Sacándome del momento del ahora para regresar al ayer o al nunca.

Entonces, abro mis renegridos ojos y mi rubia debilidad me observa con un semblante dubitativo y nervioso. Cómo dándome a entender de que cuento con él y que está aquí y ahora para mí... Y vuelvo a aprisionar mis orbes ante la puntada que me aqueja y al abrirlos, es el joven plebeyo de su amo y no el rubio maduro al cual me aferro con creces a su cintura...

Estoy en un medio infinito que me está matando y haciendo trizas, necesito regresar consciente a mi punto de partida.

—¿Jung Kooki estás bien? —percibo el roces de sus delicados dedos sobre mis aguadas mejillas.

Y maldigo por estar así de entregado cuando debería estar arriba o abajo suyo, dominando la situación, provocando el ardor y no el dolor de impartir llanto con mis dolorosos rememores.

—Y-yo —balbuceo en un intento por alejar aquel fantasma de su otro yo, que regula mi cabeza arrastrándome hacia él en un acto de codicia total —. S-solo m-me d-duele la cabeza —finalizo arrastrando su cuerpo en un connotado abrazo lleno de impresiones.

Él, se aferra con fuerza a mi cuerpo que reclama que se quede aquí, rodeado del calor de sus brazos para poder marcarlo a flor de piel.

Mi respiración se vuelve errática mientras inspiro su aroma sobre los pliegues de la dermis de su cuello y dejando escapar aquello que me aterra me dejo ser una vez más a su lado, apresando con vehemencia los sublimes contornos de su cadera y extrayendo un profundo jadeo desde sus labios.

_Shh... Tranquilo cariño... Déjame demostrarte cuanto te quiero...

Susurro sobre el lóbulo de su oreja que se contornea sensible bajo el agarre de mis dientes, delineando un camino sensual desde su cartílago, pasando por su perfecto rostro marcado en rojos, hasta morir en sus abultados belfos...

Lugar en donde yace mi redención ante todo aquel hecho que me ataña.

Morada para expedir mis pecados cuando nuestras lenguas se fusionan sin culpa y sin pudor.

Punto en donde creo renacer, una y otra vez, desde lo más profundo de mi ser para poder estar con él.

Me dedico a deleitarme en sus gemidos mientras aferra sus manos a mis renegridos cabellos, inclinando nuestros rostros para así tener mayor alcance cada vez que mi lengua socava la profundidad de sus fauces.

Entregándonos en una danza que comienza veraz para luego transformarse en un frenético baile, dando paso a nuestros oscuros anhelos de entregarnos -una vez más- tal cual lo soñamos dormidos o despiertos.

Entonces, mi lengua procura trazar húmedos y provocativos roces en cada fragmento que recorre por su soma, aliviado de cargas en mi mente y viviendo solo en el ahora de su cuerpo.

—Necesito... —exige sin necesidad de palabras con su pecaminosa boca apostada en mi piel enchinada, mientras inspira profundo.

—Lo que desee mi rubia belleza —le contesto succionando los dedos que están puestos en mi boca mientras me pierdo en el amparo del mar profundo de sus transparentes ocelos.

Succionando y delineando su contorno con mi lengua mientras mi otra extremidad, se encarga de recorrer a lo largo de sus prendas. Absorbiendo cada jadeo y cada temblor de su grosor, hasta apresar con rudeza su dureza y así lograr el desdoble de su cuerpo a la merced que tanto nos apasiona.

—De rodillas...

Exijo talante en impronta mientras me aferro con firmeza a las mejillas de su sonrojado rostro, provocando que su mirada mude de pureza a una necesidad absoluta.

Se desliza -sin dudarlo- hasta caer arrodillado sobre el piso de la cocina. Y acercando mi despierto falo asfixiado en telas, lo empujo con toda la intención sobre su enrojecido rostro.

De inmediato, adopta una sumisa posición que enardece mis sentidos, sacando dentro mío lo que genera su vestigio y enloqueciendo a cada célula de mi cuerpo sobre que apresa con sus labios, mi tieso miembro, sin dejar de observarme en ningún momento.

Me aferro rudo a sus cortos cabellos gruñendo como un maldito animal en celo de verlo tan dispuesto. Y con un deseo irrefrenable de olvidarme de todo en los confines de su boca le ordeno: —Fóllame con tu boca. 
























































Y aquí vamos😏

Estos meten primera y nos prendemos fuego🤭

Recuerden que en otra letra y en tercera persona, se narran sucesos de sus vidas pasadas😉

Gracias por leer, comentar y votar 🥰

Los amito mucho❤️

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