₵₳₱. 20 "Eres todo"
Cómo explicar cuando algo te quema por dentro a tal magnitud que no sabes si es que esta percepción es realmente verídica o si forma parte del engaño de tu mente por querer tener lo que siempre soñaste.
Cuando trasladaba tu frágil cuerpo hacia tu departamento, ensimismado en mi mundo que se limitaba solo a ti, únicamente podía observarte con ojos de hombre arrobado del apego frente a sus ojos.
Mirarte como un pequeño cachorro mimoso mientras te aferrabas a mí torso, infló de mil maneras a mi ardoroso pecho. Deseando repetir en mi mente luego -una y otra vez- este maldito momento en que me recreo solo a tu merced. Nutriéndome de tus gestos, movimientos involuntarios tan perfectos para ser enmarcados en el más bello cuadro. Aquel que me devuelva la dicha de observar tus facciones por mil horas o sesenta mil minutos de la más perfecta casualidad que me otorgó esta vida.
"¿A dónde diablos vas Jung Kook? ¿Y qué haces con el vecino a upa?" Cuestionó mi jefe y amigo. A lo que solo me limité a responder que me tomaba el día, uno de los tantos que me corresponden y de los cuales no ocupé nunca. Dejando así a un Nam más confundido que otra cosa mientras mi mejor amigo trataba de calmar su tempestad palmeando su hombro y diciéndole "Te explico luego Nam, déjalo marchar".
¡Como si el que me hubiera dicho que me frenara hubiera hecho la diferencia!
No cambio ni por todo el oro del mundo este bendito momento...
El percibir como se menean tus dorados cabellos cuando inspiras profundo.
El como tú aniñado rostro parece compuesto de algún material etéreo, elevado y sublime para mí alcance y para ser cierto.
Pero estás aquí... Situado al lado de mi vehemente complexión que añora por tu tacto.
Rogando al Dios que es grande, que cuando abras tus ojos me veas a mí, que puedas contemplar -enteramente- lo que soy por y para tí...
¿Cómo es que el cosmos ha sido tan irreverente de mandarnos a distintos años?
Porque si de algo estoy seguro, es de que mi vida prende del hilo vítreo que se ciñe hacia tu mano, mi pequeño ensoñado.
Tan perfecto que hasta irreal pareces...
No puedo llegar a imaginarme el calvario que haz padecido con tantos años alejados, reclamando por cuidado mutuo y velar por tu bienestar, mi bello rubio.
Es que te miras tan retraído, tan inmerso en tu mundo, que temo que abras tu burbuja y te desinfles. Y para nada quiero eso. Anhelo que resurjas de entre tus cenizas y le muestres al mundo que estás hecho para esto. Para habitar este insano mundo guiado de mi mano.
Y nada me importa menos que ser menor por diez años, pero temo mucho que a ti eso te pese, y que despiertes huyendo sin siquiera darte la posibilidad de verme.
Y aunque no lo creas, no me siento inferior ni nada por el estilo al no tener un futuro programado, la vida no ha sido tan condescendiente conmigo como para tener la posibilidad de hacerme de un diploma. Pero estoy seguro que el destino me llevara por buen camino, si lo moldeo a tu lado.
—Mmm, h-hola... —abres tus cansados orbes enfocando mi rostro sin miedo y sin exaltación. Y no sé si largarme a llorar por lo que implica este maldito momento o llenarte de besos y... —¿Qué tanto piensas?
Me congelo al darme cuenta que quede como tildado solo observando tu bello rostro y aclarando mi garganta te suelto: —Solo te estoy disfrutando... ¿Dormiste bien?
"¿Dormiste bien?" ¿No tenías algo mejor que decirle en vez de desvariar en tu cabeza atolondrado?
—Perfecto pero... —frunces tu ceño tratando de recordar que ha pasado o el cómo llegamos hasta aquí —¿Cómo es qué estamos en mi cama?
Me sonrío al recordarte como te aferrabas a mi cuerpo —Llegaste envuelto en el calor de mis brazos luego de desmayarte de placer... O eso espero —finalizo ante tu sonrojado rostro inmaculado que quiero comer a besos pero me contengo. No quiero que huyas por ser un arrebatado.
—Hablando de eso, lamento haberte tratado mal ayer u hoy o no recuerdo... -es sumamente bello verte despistado de tanto que te entregaste a mi placer —No quise decir eso, yo... Lo que quiero decir es... —retuerces las frazadas entre tus manos, expresando frustración o algún sentimiento asemejado.
—No tienes que explicarme nada cariño, yo te entiendo. Y no me molesta para nada si no sabes cómo expresar lo que sientes. Yo esperaré paciente a que formules tus palabras. No quiero que te fuerces a hacer nada que no te salga fluido. Yo estoy aquí para tí...
Me observas con tu enfoque anhelante y me queman los brazos por aferrarte contra mi piel restregándome todo necesitado, percibiendo como mi respiración se traba cada que recreas mi rostro bajo el escrutinio de la intensidad de tu mirada.
—No respondo de mí si sigues mirándome así —ronco desembucho calentando mi piel en segundos ante la dualidad de tu ser.
—No te contengas...
¡Y alabada sea la deidad que te trajo hasta mí..!
Me acerco como animal al acecho bufando cual toro bravío, sin poder controlar lo que provocas en cada fragmento de mi ser mientras regalas miradas ensoñadas a mis ojos que solo quieren perderse en ti.
—¡Maldita sea cariño..! Dime si te abrumo porque lo que quiero justo ahora es arrebatar cada porción de oxígeno que retengas en tu garganta y beber cada gemido que desprendas ante mi tacto.
Abres levemente tus labios mientras se asoma tu inquieta lengua detallando el maldito abismo de mi designio a morir en los confines de tu boca, oscureciendo tu ojeada amielada a cada segundo que nuestras distancias se acortan.
Como si la difusa línea del tempo permaneciera paralizada para que los segundos se dilataran y disfrutar de este bendito momento, detallando en mi retina tu acalorada faz.
A medida que me acerco extiendo mis brazos rozando el estremecimiento que desprende tu dermis, para situar luego mi mano apresando tus pequeños dedos. Tú, devuelves el efímero agarre temblando bajo mi estampa pero sin desviar tu mirada de mi ávido rostro.
—Eres tan hermoso... —susurro sobre tus labios absorbiendo cada jadeo que emite tu estremecida boca a segundos de impactar los mil planetas que rodean nuestro cosmos.
—Te necesito... —sueltas repentino quedándote sin aire de apresar con tanto fervor mis humedecidos belfos.
Tamañas sensaciones reflorecen bajo mi dermis y quema mi piel expuesta ante tus endebles dedos. Te dejo explorar sin acrecentar mi lengua en lo profundo de tu cavidad para darte lugar a que me absorbas por completo y que seas tú, el que dictamine que ésto es lo correcto.
De una manera u otra... Yo no pienso huir así deba esperarte por mil siglos enteros o volver a buscarte al más allá de mi alcance terrenal.
De a poco te sitúas sobre mi cuerpo solo enredando tus piernas, nuestras ropas queman ante la necesidad de piel inmediata pero me quedo quieto, recibiendo gustoso lo que me des así muera agónico por la necesidad.
De repente, te separas retraído de mi pecho observándome indefenso, con tus pelos revueltos y enrojecida tu piel.
Y cuando espero que te levantes y empiece todo esto de nuevo buscando la explicación al por qué de nuestro sentir, me sorprendes sentándote sobre mis piernas y desprendiendo tu camisa mientras jadeas en un susurro apenas audible para mí, un "te deseo" que me pone a mil.
Entonces, me siento velozmente. Acomodando tus caderas sobre mi pelvis para detallar con mi lengua la ardorosa piel de tu pecho expuesto por y para mí.
—Eres una delicia cariño —digo a medida que te beso con todo mi ser, apresando con firmeza tus caderas aún sabiendo que posiblemente deje marcas que luego con suerte tendré la dicha de ver.
—Yo solo sé que te necesito, una y otra vez si te tengo cerca de mí, mi morocho.
—"Mi morocho" me gusta... Y eso es algo bueno porque pensaba pisar tus talones y follarte duro para recuperar el tiempo perdido o para recrear el tiempo venidero de ahora en más, mi pequeño.
—Y mi cuerpo agradecido pero, ¿pequeño? Pequeño mi culo —susurras emitiendo un profundo gemido ante la firme aprensión de tu pezón entre mis dientes.
—¿Y esto? —aprieto con presteza tus nalgas mirándote directo a los ojos —. No tiene nada de pequeño cariño y me encanta verte todo combativo.
—Deja de dar vueltas ¿quieres? —te sales de encima y con sorpresiva rapidez desabrochas mi apretado pantalón, bajando todo de un tirón y dejando mi embravecido amigo a la merced de tus labios.
—¡Con un demonio pequeño! —jadeo desde lo más profundo de mi garganta sobre que me encuentro absorbido y con tus labios que chocan desaforados contra mi inquieta pelvis.
Agarro tus cabellos con ímpetu mientras renuente te retuerces —D-deja de h-hacerte el que no quieres —emito ronco y con mi carga a punto de explotarte en la cara porque ¡Carajos! Me está tragando de dos profundos bocados y verle los ojos llorosos mientras golpeo el fondo de su garganta me puede.
Un par de dientes me muerden de costado y sumado a tu lengua que envuelve mi falo cual helado, basta con que me tragues solo una vez más para entregarte hasta mi alma en un orgasmo desgarrador de vientres.
—¡P-pero... q-qué... fue eso! —emito entre cortado tratando de recuperar parte de mi aliento -Ven aquí -te jalo desde la nuca para saborear mi sabor desde tu boca mientras profano en lo profundo con mi lengua, como buscando el final de mi gloria.
Un par de minutos de humedecidos besos con comisuras que rebasan la baba como poseso y cuestionas: —¿Eso es todo? -con tu aniñada cara toda brillante de fluidos y encuadrada como toda una maldita deidad impúdica del sexo.
—Te voy a dar hasta que pidas basta por loco... —retumba una firma nalgada a su nalga izquierda provocando su jadeo mientras lo tumbo de espaldas jalando desde su sonrojado cuello.
A la mier este par😏
Amo la intensidad del apego del morocho😍
Y que Jimin, se esté dejando llevar🥺
Gracias por leer, comentar y votar🥰
Los amito mucho❤️
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro