₵₳₱. 2 "El extrovertido"
Troto suave y continuo en las húmedas calles cuando apenas el sol asoma por el horizonte. Con mi campera de algodón algo mojada por el fresco rocío de la madrugada. Y aunque resguarde mi cabeza de enfriamientos, de nada sirve la capucha para acallar mis renuentes pensamientos.
Aumento aún más el ritmo con tal de despejar mi mente porque, últimamente, me consume la escasa cordura cuando cierro mis ojos por efímeros momentos.
Es que aunque no quiera, en cuanto me privo de visión, regreso a ese instante, a ese momento. ¿Regreso al lado suyo o él retorna a mí lado?
Realmente no lo comprendo.
Y me sugestiona...
Porque vivir el ensueño de sus llantos en desgarro componen un creciente nudo en mi garganta, cuando sofocado abro mis ojos conmemorando lo vivido y sufrido a su lado. O cuando, por el contrario, la intricada quimera de la nívea piel de su cuerpo sin rostro, quema bajo el tacto de mí mano y de mí mando.
Malditas sensaciones que se disponen en un camino directo hacia mi ingle... O a perforar mis pulmones, por la acentuada angustia que me cargo.
Y con tal de olvidarme por tan solo un instante de ese hombre, realizo un pique a fondo para agarrotar y fatigar cada músculo de mi condenado cuerpo.
Aunque sé que a estas alturas, todo intento de olvidarlo me es en vano...
Así es cómo jadeante al extremo de sostener mi cuerpo contra el muro, mientras gruesas gotas de sudor surcan mi frente, me encuentro en la entrada del complejo donde vivo con mi amigo. O mejor dicho, uno de ellos. Aunque al otro bien podría nombrarlo como "el jefe" aunque se que le molesta su designio.
Kim Tae-hyung, mi Rommie, mi fiel amigo desde siempre. El hermano de distinta sangre que la vida puso en mi camino. Y aunque esté un poco tarado, se le quiere demasiado... ¡Es que el tipo está condedamente loco! Siendo un maldito gurú del otro lado o un chamán del más allá, como le digo.
Varias veces ha querido analizarme con sus mierdas pero, lejos de dejarme, yo le esquivo.
Es que nadie sabe lo que habita dentro de mí mente. Lo que pienso, lo que me sucede, o lo que siento... Solo he contado de algunos recuerdos, de retazos y de sueños, pero nunca en detallado.
Así es que resguardo cada loca vivencia en mi mecánica cabeza. Y para el resto del mundo, le dedico la mejor de mis sonrisas, como si nada en este puto mundo me afectara... Es que es mejor eso, que a sentirte reprimido o estudiado como rata de laboratorio lleno de cableado a la cabeza.
Apoyado sobre el muro de la entrada a mi edificio, empiezo a estirar cada parte de mi fatigado cuerpo mientras mis entumecidas piernas pesan ni que fueran hierro forjado o acero. Y a medida que lo extiendo, percibo como cada porción de músculo quema por el intenso entrenamiento.
Pero yo buscaba esto, así que al fin y al cabo me la banco y no me quejo. Es que amo la maldita sensación de vivenciarlo, de sudar agotado hasta que las condenadas piernas me flaqueen. Porque, aunque la mente no se despeje del todo, el cansancio provocado lo compensa en cierto modo.
Una vez dentro del departamento, ingreso veloz y directo hacia el baño, chocando con un Tae rascándose sus partes con solo medio ojo entre abierto y lagañoso.
—¡Hey amigo! ¿Ya corriendo tan temprano? —Dice entre continuos bostezos.
—Tenía que entrenar, tú ya lo sabes. Pero déjame pasar que te orino si no te sales —dictamino con el ceño fruncido y tratando de intimidarlo.
Intimidación que me dura un suspiro cuando el tarado de mi amigo abre sus brazos gritando a todo dar —¡Ven lluvia dorada!
A empujones arremeto con mi cuerpo cerrando rápido y entre risas el acceso, olvidando por momentos de que estaba acongojado, o fingiendo una sonrisa para no quedar expuesto.
Reír para ocultar su presencia espectral...
Reír para no dar motivos de socavar datos del ¿porqué? o ¿desde cuando? Datos que solo harían realidad lo que más temo: o que tengo bipolaridad y estoy enfermo, o que vivo de recuerdos de otros tiempos.
Y tengo conocimiento de lo poco que te rememoro, hombre sin rostro...
Se que eres terso y delicado como una bella perla del océano.
Sé que te entregas a mi cuerpo como si mi ADN te reclamara desde antaño.
Y daría lo que fuera por tener la dicha de contar con tu presencia aquí a mi lado. Aunque sé que solo habitas en la inmensidad de mis ensueños.
Detenidamente, me observo frente al espejo. Esperando que aparezcas como el maldito fantasma que merodea en lo profundo de mi mente. Pero el vidrio, solamente, me devuelve mi patético reflejo.
Así que agarro la toalla y me dirijo hacia la ducha ¡Nada como el agua helada corriendo por cada vena de mi cuerpo! O despejo mi cabeza de fantasmas o me ahogo entre recuerdos a medida que me congelo.
¡Borrón y cuenta nueva Jeon Jung Kook! Poniendo la mejor de mis sonrisas enmarcada en mi rostro para luego recibir a los clientes que me esperan.
Trabajo como barista desde hace un par de años, en el Cofee Bar de mi jefe y amigo Nam. Ya que a pesar de solo contar con 22 años de edad, desde adolescente tuve que salir a laborar o me quedaba re tirado. Así que de estudiar... bien gracias. Algún día me podré proyectar como todo un hombre con título en mano, por ahora: solo me queda soñar.
Tuve que arremangarme y salir a buscar una bendita fuente de dinero, cuando mis padres se enteraron de que su hijo menor era "El desviado" (según ellos). Y eso que no se enteraron ni de la cuarta parte de lo que escondo en mi pesar diario.
Y aunque conservo cada tanto los mensajes o llamadas con mi hermano, percibo dentro mío que no es lo mismo, que algo está quebrado y que va a ser difícil el repararlo. Así que cada astilla suelta que se remueve cada tanto, se clava lentamente como una agonizante tortura en el medio de mi pecho...
Pero, aún así, sonrío para poder soportar...
—¿Te puedes apurar lluvia dorada? ¿O necesitas una mano? —grita risueño el tarado de mi amigo al otro lado de la puerta provocando mi sonrisa en automático. Las ocurrencias de Tae son todo un tema.
—¡Primero muerto antes que necesitar de tu mano! —grito entre sonrisas para que me deje terminar lo comenzado.
Comenzar otra jornada de tantas, pensando en cómo serás, durante cada oportunidad que se presente. O en medio de entregas de las cartas de bebidas a los clientes o de respuestas sobre los ingredientes del café.
Este TAE es caso serio🤣 amo su amistad😍
Gracias por leer, comentar y votar 🥰
Los amito mucho♥️
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