Me pego mentalmente... No puedo ser más desubicado con decirle que no mezclo placer con trabajo cuando me rebotó en mi rostro la auténtica verdad de que anoche me dejé llevar por el fervor entre sus fuertes brazos.

¿A quién quiero mentirle y hacerle creer que no lo he extrañado? Si en definitiva, mi recurrente sueño tiene por fin el enmarque de un bello rostro, y es nada más ni nada menos que el perfecto rostro suyo... Tan palpable como los objetos que me hacen sentir seguro, como aquellos que me sitúan en casa. ¿Cuándo pienso dejar de huir si me había decidido a dejarme ir?

Me boicoteo a mí mismo ¡Increíble! Soy un completo imbécil. Un hombre condenado al fracaso amoroso por estar destinado a la maldita soledad de huir de lo ofrendado, de huir del calor de sus brazos.

"Lo tienes frente a tus ojos, es solo cuestión de saber ver" Me había dicho Tae en el desayuno. ¡Y cuánta verdad en tan escasas palabras! Lástima que el objeto mirador sea medio lerdo para las relaciones interpersonales y en vez de aprovechar, escapa.

—¿Acaso me estás escuchando siquiera? —cuestiona Tae frente a mí, mientras desliza la mano por delante de mis ojos.

—Sí, por supuesto —miento descaradamente.

¡Maldita seas tierno! Si le dije que venía por trabajo y lo que menos hago es concentrarme en ello. Mi cerebro sólo hace sinapsis para redirigir mi mirada hacia el otro extremo del salón, en donde estaba el morocho con morritos puestos a causa de mi desplante sin querer queriendo, pero no en serio... Porque esa nunca fue mi intensión.

—¡Ah no querido! ¡Yo no seguiré hablando solo como un lunático explicando lo que quieren si tú solo piensas en ese mocoso! —suelta el parapsicólogo sustrayendo mis pensares con un golpe de realidad al presente.

—Lo siento, es solo que... —no se cómo empezar a armar mi fragmentado rompecabezas para darme a entender de mis actos —allí atrás... —comienzo mi labia nervioso a medida que procedo a tronar cada una de las falanges de mis manos.

—Continúa... —articula observándome fijamente y con un semblante relativamente serio.

De repente, el ambiente se torna extraño y el recinto, pequeño...

—Este... Yo...

—¿Tú..? —asevera y mi nerviosismo se incrementa de tal manera, que empiezo a mover mi cuerpo en continuo temblor de lado a lado —. A ver, primero que nada respira, inhala y exhala muyyy lentamente —me dice Tae tomando mi tremulante cuerpo desde mis hombros y solo entonces lo enfoco. Concentrando mi atención en el desarrollo de la exposición que daré del cómo actué ante su mejor amigo.Y tomando una gran bocanada de aire, emito un profundo suspiro a continuación para detallar lo que me aflige: —Y-yo... lo trate mal. 

Listo, lo desembuché y ahora ¿Cómo mierda se sigue?

—¿Cómo que lo trataste mal? ¡Si eres un amor de persona Chimmi! Eso es imposible, explícame mejor ¿quieres?

—¡¿Puedes dejar de llamarme así?! —cuestiono algo alterado sacudiendo mi cabeza en el proceso. Es que tomar consciencia de mis cambios de humor repentinos sumado a la percepción de sentirme presionado, me asusta.

—¡Ah no querido! Ya te dije que eso es imposible ¡Y no me cambies de tema! —dice elevando su ceja mientras planta ambas manos en sus caderas.

Me apoyo de costado sobre la pared lindera dejando caer las expresiones abarrotadas de mi soma en tanto rebusco por dentro encontrar mis palabras envueltas en valía.

—¡No cambio de tema! E-es q-que ese apodo me descoloca... Es como... Si yo fuera alguien importante para ti y apenas me conoces... Apenas te conozco... Y apenas lo conozco... —alicaído finalizo con mi voz temblorosa, sobrepasado y dejando expuesta la desnudez de mis acongojados sentimientos.

—¡Gracias especialista! Por la sesión gratuita digo, porque aunque no seas psicólogo, solo te falta el título. Pero cómo que ya es mucho ¿no crees? —interviene una profunda y ronca voz conocida a mis espaldas y cerrando mis ojos me dejó guiar por la segura toma de mis brazos mientras inhalo profundo de su aroma.

Y a los segundos, percibo el arrollador calor de su cuerpo sobre el mío en un avasallante abrazo.

La ropa pasa a segundo plano cuando está tan cerca mío. Es como si se fusionarán las partículas de nuestro soma para estabilizar y devolver el equilibrio al ambiente circundante que nos rodea.

Y noto con mis otros sentidos, como su respiración se acelera mientras lanza pequeños bufidos y chasquidos desde su boca.

Esa endemoniada boca...

Es que recrear en mi memoria tan apetitosos labios me traerá posiblemente, condenadas consecuencias.

Mi cabeza da mil vueltas y mi respiración se acorta con cada segundo que transcurre envuelto en su toma. Pero aún así, mantengo firme el temor de desplegar mis ojos y chocar con la expresión frustrada de sus orbes ante mi anterior arrebato y subsiguiente huída.

—Necesito que estés bien, solo eso me importa... —declara como si no fuera él, el dolido por mi trato luego de haberme entregado en cuerpo y alma, fingiendo que no me importa.

Y como el condenado niño en cuerpo de adulto que resulto ser ante su impronta, me dejo inundar de emociones que me desbordan y hago lo que no debería hacer...

Llorar sin poder controlar mi arrebato.

Llorar porque le importo a él.

Llorar porque por fin lo encontré, aunque solo sea un niñato, tomando coraje de ser aunque al final me arrebate.

—¡No! ¡por favor! No llores que no puedo verte sufrir si no se cómo mierda ayudarte —declara acunando mis mejillas —. Calma cariño —articula en un hilo de voz sufrida.

Y no se percibe igual que el "querido" de mi parapsicólogo que bien podría resultar siendo un amigo.

Esto es mucho más íntimo, como si me quisiera desde mucho antes de conocerme.

—Repite lo que me dijiste —suelto en un arrobo sin meditarlo y abriendo en demasía mis soñadores orbes mientras lo enfoco.

Él, me observa sin comprensión alguna de mi petición repentina pero aún así me repite —Que si puedes calmar tus lloros, que no me gusta verte triste, aunque ahora ha cesado para mi fortuna.

—Eso no, lo otro —solicito apostando mis manos a su nuca.

Él, detalla cada mínimo movimiento de mi cuerpo y observándome en la profundidad de sus ojos, me reflejo.

—Cariño... Mi cariño... Porque eres mío desde la perpetuidad, mi plebeyo...

Proclama en un susurro caliente y posesivo sobre el lóbulo de mi oído mi fornido guerrero. Para luego sucumbir las terminaciones nerviosas de mi cuello ante el vestigio de su lengua infame de pecado.

Mi soma oscila ante su tacto y solo puedo dejarme llevar por el torrente de deseo que atraviesa mi columna vertebral de lado a lado. 

Y mientras sus majestuosos labios se disipan en los alrededores de mi cavidad bucal, provocando al latente anhelo de ser absorbidos nuevamente por ellos, el roce de su abultada entrepierna en mi cadera; provoca que la obscura unión de mis prominentes gemelos palpite de antemano ante lo inevitable.

—H-hazme t-tuyo —jadeo en contrapunto a la mordida de mis labios.

—Con todo gusto —dictamina mi sexi morocho atrapando con suma fuerza mis ribetes.

A la mier... Se nota que me gusta la tensión ¿no? 😏

Y que su pecaminosa mente reviente esperando el otro cap😈🤣

Gracias por leer, votar y comentar😍

Los amito mucho❤️