₵₳₱. 16 "Lo necesito"
¡Maldita sea! Debería estar enredado entre la suaves piernas de mi sexi hombre y no acá a acarreando material para finalizar con las terminaciones del local.
Es que sus sensuales gestos y resuelta impronta hacen mella en mi maldita mente y no puedo explicar con palabras cada una de las sensaciones que se fusionaron al verle, porque es como si hubiese sido él siempre, aquel que se adueñó repetitivamente de mis sueños y por el cual anhele eternamente poder acariciar aunque sea una hebra de su rubia cabellera.
Y estas ahí... Al alcance de mis manos, para recorrer nuevamente el mapa de tu bello vientre y para adueñarme de cada uno de tus gestos al implicarte gozoso dolor que recibes dispuesto.
Y seguro que no puedes ni siquiera imaginarte todo lo que me aconteces, sonrojado rubio provocador de cada fragmento de mi cuerpo. Pero estoy condenado a luchar por obtener todo lo que estés dispuesto a ceder, y a darte todo lo que quieras tomar de mi ofrendado ser.
Y rememorarte le trae gratos recuerdos a cada fibra de mi soma, por no decir que refloreces mi libido como todo un púbero, pero por suerte lo transmuto en combustible para trabajar de más y no morir desesperado por gozar del calor de tu tímido tacto.
—¿Se puede saber en dónde está tu mente últimamente? ¡Porque estás de más callado! —grita Nam al otro lado de la barra mientras hace el intento de acomodar los estantes para las jarras.
"Pienso en donde debería estar mi pene metido en este momento y no es en este agujero precisamente" retumba en mi mente quemando por salir desde la punta de mi lengua mientras blasfemo por lo bajo por haber metido mi pie en este maldito agujero en el suelo.
—¡Nam! Se me atoró el pie... ¡Con un demonio! —me siento sobre el borde al hacerme doler por forcejear mi tobillo en el intento de extraerlo.
—¡Pero si serás nabo!
Encima, me grita desde el otro lado de la barra cuando lo que quiero es meterme ya en la cama con él o hacer lo que sea que esté haciendo con tal de verlo realizar los diversos gestos de su hermosa y aniñada cara. Se nota algo mayor que yo, pero carente de experiencia en relaciones o roce social pareciera. Y eso, me vuelve malditamente loco. Saberme capaz de sacarlo de esa burbuja diaria a la cual se apega.
—¡Maldición Nam! Llama a tu novio para que me vea el pie que necesito el día —risueño le digo mientras lo escucho refunfuñar sin darme pelota alguna ante mis palabras.
Y en eso escucho: —¿T-te encuentras bien?
¿Acaso estoy alucinando con su perfecta voz en los confines de mi mente mientras me ensueño despierto y desesperado por él?
—¡Hey idiota! Estás metido en el hoyo equivocado —resuena otra conocida voz.
Y la carcajada de mi amigo es tal que decido darme la media vuelta enfrentando al par de visitas. Mi bello rubio está aquí, frente a mí... Impecable de pies a cabeza pero sexi como el infierno con prendas que simulan una segunda piel sobre su esbelto cuerpo que si no me equivoco son del clóset de mi amigo.
—Voy a saludar a Nam y a echarle el ojo a ese que arma paneles por allá... No me agradezcas y cierra la jeta que se te meterá una mosca —dice Tae acercándose entre susurros mientras palmea mi hombro.
—¿Estás bien? —consulta nuevamente. Y es mi momento de brillar.
—¡Nooo! Me duele y mucho —coloco mi cara de gatito necesitado y de inmediato se aproxima hacia mi encuentro.
Y como en cámara lenta, donde el tiempo se detiene en esa línea del tempo que quiero que se convierta en etérea. Lo asgo de su muñeca sentándolo en el proceso que quiere emitir vocablo pero dejándolo sin habla, ya que se encuentra enteramente colorado y aposentado en mi regazo mientras me aferro con firmeza a su cintura y apoyo mi cabeza entre la unión de su hombro y de su cuello.
—Te extrañé... —le confieso inhalando profundamente su aroma. E inmediatamente me quiero matar, pero aún así le asevero: —Y sé que suena patético, pero es lo que siento, así que patético o no aquí, me tienes.
Él, me observa entre medio de su rojez y con sus brillantes y expectantes ojos que me dicen todo sin palabras. Pero más allá de eso, me alcanza con sentir el frenético latir de su corazón que se entremezcla con mi desaforado pecho cuando lo veo. Y sobre todo, cuando lo tengo piel a piel, sintiendo su calor corporal o percibiendo que lo protejo entre mis fuertes brazos.
Y cuando creo que va a regalarme un "Yo también" desde lo más profundo de su pecho, de un salto se incorpora y me suelta: —Vine a hablar con tu jefe, yo no mezclo el trabajo con placer.
—Pero el placer estuvo primero —rápido le contesto mientras me incorporo sacando mi pie del maldito agujero, pseudo ofendido por no recibir mi dosis de miel luego de pensarlo tanto y de la tremenda noche que nos mandamos.
Él, queda completamente rojo -nuevamente- y como era de esperarse, con un mutismo total.
—Nam está por allá —le suelto completamente indiferente. Sin querer demostrarle de que me acaba de enterrar un puñal en el medio de mi ser.
Y aunque mi rostro vire mirando al otro lado, percibo su intensa mirada sobre mi nuca, erizándome la piel.
Aunque te hagas el difícil y el desentendido. A como de lugar te conseguiré, así deba rastrearte bajo las piedras o recordarte a base de nalgadas lo que sientes bajo el calor de mi piel.
—Y-yo... —escucho a mis espaldas.
Y cuando me giro para traerlo con fuerza hacia mi cuerpo aparece a mí costado, el susodicho "No la pongo y no la dejo poner" de mi jefe.
—¡Hola! Tae me dijo que me buscabas. Soy Nam, un placer conocerte como buen vecino —acota mi jefe amigo.
Y ahí, tomo real consciencia de que lo tendré enfrente mío la mayor parte de mi tiempo porque, o estaré atendiendo en el bar, o estaré arriba o abajo de él y envuelto entre sus sábanas. Y de solo imaginar esa escena me quedo tildado una vez más hasta que Nam me grita que siga acomodando los estantes que no pudo acomodar él.
Respondo un escueto "Ok" a mí jefe y sobre que lo observo, interpreto un "lo siento" hermosamente detallado desde sus voluminosos labios que incitan a mí placer, a perecer por aguantar sin respirar con tal de satisfacer mi necesidad de probar nuevamente su sabor y su fascinante textura. Aunque creo que nunca será suficiente viniendo de él.
Así que pego la vuelta y acelerado en mis pensamientos, me dispongo a acomodar lo que desacomoda Nam hasta que aparece en mi campo de visión como un felino agazapado, mi mejor amigo.
—¿Y? —cuestiona.
—¿Y qué? —respondo.
—¿De qué hablaron? ¿A qué no te lo puse de lo más lindo? —comenta.
—Primero Tae, me lo haces desear por otros y segundo, me cortó el rostro esquivando mi "te extrañé" ¿Puedes creer?
—¡Pero es que tú lo asustas! Eres como un toro avasallante de su impronta y de su piel. Así que ármate de paciencia hermano. Y segundo, el hombre está bien chulo, así que su cuerpo fue echo para que otros lo deseen... Y si tú no puedes, otro seguro podrá.
Suelta como si nada y desaparece de mi campo de visión exigiendo mientras blasfemo que vuelva y me aclare ese último punto.
Sé que soy avasallante y de seguro le impuse cierto miedo a la primera de cambio, pero es que ¡Vamos! ¡Nos follamos hasta que nos descabezamos de tanto jalarla! ¿Y ahora debo actuar con maldita cautela?
Los observo conversar largo y tendido junto a Tae que se incorporó al debate, y en eso, veo que mi mejor amigo le indica a mi hermoso que por favor lo siga mientras me mira de reojo.
Y por supuesto que esto, es una invitación aunque nadie me lo diga.
Es que debo aclarar un par de cosillas con el "No mezclo placer con trabajo" o "Primero follo y luego me pongo todo colorado" y ya tengo una idea de dónde o cómo hablarlo.
Pa mí que no van a hablar mucho que digamos😏🤭
Gracias por leer, votar y comentar😍
Los amito mucho ❤️
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