₵₳₱. 14 "Tú amo"
Perdido en la perfecta imagen que se posa frente a mis ojos, de su rostro acalorado y jadeante mientras agarra todo tembloroso mi dureza, doy comienzo a la paciente espera de sus sensuales movimientos. Porque lo que menos quiero es asustarlo y que salga corriendo todo despavorido desde donde se encuentra.
Pero de a momentos, me invaden unas tremebundas ganas de jalarlo fuerte desde sus cabellos y refregarle su perfecto rostro aniñado sobre mi mojado falo mientras llora implorando por sentir mi sabor sobre la punta de su lengua.
Dichos pensamientos junto a su candente impronta sobre mi regazo, dan comienzo a una inminente falla orgánica de cada una de mis funcionalidades si no logro aspirar aire por quedarme embelesado mientras lo observo desenvolverse en mi regazo.
Y es que verlo deshinibido de a ratos, y luego escondido detrás de sus intensos rubores intentando controlar aunque sea un poco sus palpitaciones a medida que balancea con maestría su cadera sobre mi dureza... Debería ser declarado un pecado.
Es como si su cuerpo hubiese sido creado para encajar como la perfecta pieza de mi desarmado rompecabezas. Como si nuestras pieles se conocieran entre ellas desde antaño. Como si a través de los tiempos él reconociera mi tacto y como si su soma palpitara ante el augurio de nuestros inminentes orgasmos venideros.
Entonces tiento a mi suerte y pruebo arrastrando mi mano con firmeza sobre su cuello, y recibo un jadeo sentido desde lo más profundo de su garganta. Sus orbes mieles vidriosas por la excitación me penetran intensas y percibo como mi maldita faringue se cierne ante su conmocionada respuesta.
—Por Dios... —susurro contrayendo mis abdominales mientras arrastro su rostro hacia mis labios, desde la fuerte aprensión de la parte posterior de su provocativo cuello.
—N-no... m-metas a Dios en esto —jadea entrecortado sobre la comisura de mis ansiosos labios.
Y no puedo creer que de todo lo que nos pasa, a él le sorprenda esto... Así que tentando a su ofrendada boca que la moja cada tanto con esa pecaminosa lengua que se asoma, aprovecho cuando la saca nuevamente para comenzar a chuparla presionando con firmeza en su cadera.
Y me vuelve malditamente loco percibir su estremecimiento bajo mi tacto y peor aún, escuchar sus gruñidos por lo bajo.
Mi dureza choca con su rosado y lloroso falo, y consumiendo lo que nos resta de oxígeno mientras lo beso con ahínco y exigencia, tomo entre mis grandes dedos nuestros miembros para masturbarlos juntos.
Su boca se abre gustosa ante las succiones, barridas y mordidas de mis dientes en el proceso de devorarlo por completo.
Y puedo jurar en este maldito momento, que lo que menos reina es afecto es este indecoroso acto, es puro fuego exacerbado y una piel inexplicable que se reclama con lujuria incontenido y una excesiva vehemencia compartida.
Entonces suelto nuestros húmedos miembros y aprieto sus nalgas desnudas al desgarrar parte de sus prendas, y la firmeza del agarre de mis dedos sobre su tierna carne le extrae sonoros jadeos que son combustible en estado puro para mi creciente calentura.
Deslizo mis labios desde su fogosa boca hacia la nívea piel de su pecho, dejando lamparones rojizos a medida que trazo el camino hacia el final de mi dicha.
Y lo elevo desde sus axilas, acercando su depilado sexo hacia mis labios, y me dedico impaciente a provocar su turbación mientras se aferra arañando con firmeza cada uno de mis hombros.
Al entregarle un par de dedos sobre sus labios se confunden sus lágrimas con la saliva en el proceso, entonces elevó mi visión separándome un momento y le consulto preocupado.
—¿Quieres que pare, cariño?
Él, me observa jadeante mientras llora en el proceso y entonces la situación se torna inquietante para mi total agrado, y cuando voy a secundar mis palabras de nuevo suelta agitado.
—Te necesito adentro...
Y comprendo que es una completa nube de placer lo que lo atañe... Y maniobrando su pequeño cuerpo, lo recuesto sobre el sofá con sus piernas abiertas a cada lado y con mi sudoroso cuerpo apoyado entre medio.
Los siguientes minutos me dedico a estirarlo y lubricarlo aunque mi maldita mente me pida enterrarme en seco, salivando mucho en el proceso mientras devoro con lujuria cada porción ofrendada de sus labios.
Me estremece como responde ante mi duro agarre, como si estuviera en una agónica espera consciente de que haga lo que quiera con su cuerpo, entregándose por completo y confiando ciegamente en mi persona.
—¡Maldición! blasfemo apoyando mi cabeza sobre su torso y golpeando los almohadones en el proceso —. Espérame aquí que no tengo condones—murmuro resignado.
No puedo ser más tarado por falta de tiempo ¡Es que realmente me desespera meterme ya en las profundidades de su cuerpo! Entonces cuando me estoy por incorporar, me sorprende el agarre de sus manos en mis brazos y sus posteriores palabras.
—Tae colocó unos en el centro de mesa, ese que está ahí —señala como un niño impaciente con su cabeza.
—¿Es en serio? —cuestiono con una mueca de costado mientras mi caliente tentación asienta velozmente con su cabeza.
Y no sé cómo hace mi condenado amigo para estar en todas. Empezaré a creer que es un maldito vidente a parte de un gurú del otro lado.
Así que veloz manoteo el contenedor de cual se desparraman varios envoltorios, y me sonrío nuevamente al ver que son todos de mi maldito tamaño.
Y colocándome el látex redirijo mi visión, encontrándome con el más hermoso hombre que se toca sin reparos frente a mis ojos.
La bendita vista de su hermoso y teñido cuerpo en manchones rojizos, altera cada uno de mis sentidos...
Y se me viene de repente a la cabeza dejándome extrañado, rememores de sus nalgas marcadas a consecuencia de mis grandes manos, mientras se encuentra apoyado sobre su vientre jadeando descontrolado encima de unas maderas en un supuesto establo...
—¿A-a...mo?
Escucho patente mi llamado... Y no sé si desde sus labios o desde las profundidades de mi sueño.
Tres malditas letras que me transforman en un salvaje sediento de su trémulo cuerpo...
Y sin perder ni un minuto más, lo arrastro desde la corva de sus rodillas hacia el borde del sofá en un movimiento completamente brusco, mientras me deslizo de un solo empellón en lo profundo de su cuerpo...
Omaigat😈 Necesito bañarme y regreso😬
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