Cap-5 Vendas
Narradora omnisciente:
—¡¡Capitánnnn!!— exclamó TN abrazando al ya mencionado por detrás, tomándolo por sorpresa.
—Tch ¿Qué haces y por qué estás aquí? ¿Que no debes estar con Hange?— la apartó rápidamente de él, dándose la vuelta. Cuando hizo esto se percató fácilmente de las heridas que había en la piel blanca de la menor, en su rostro había varios rasguños, había una parte de la tela que cubría su pierna izquierda desgarrada, pero era muy pequeño, aunque no difícil de ver. También en el hombro de su brazo izquierdo había un poco de sangre.
—¿Uh? Hange-san está revisando el estado de salud de Eren, al parecer no ha despertado desde la pelea que tuvo con el Titán Femenino hace una hora— la rubia desvió la mirada mientras colocaba la mano derecha sobre su codo izquierdo intentando aliviar su dolor, mientras tanto sus mejillas se sonrijaban levemente —¿Usted se encuentra bien? ¿No le pasó nada?—
La expresión de Levi era neutra, se mantenía observando fijamente a TN, como queriendo atravesar su alma.
—Estoy bien— terminó respondiendo después de unos segundos en silencio, mientras se volteaba y comenzaba a caminar —Me dijeron que tuviste problemas con la cuatro ojos antes de que la pelea se llevase a cabo— la miró de reojo y TN abrió sus ojos más de lo normal —Me explicarás eso más tarde— se alejó de allí.
La chica hizo un pequeño gemido al sentir nuevamente aquel punzante dolor en su hombro izquierdo, el cual había estado intentando aguantar ante la anterior plática. Esa herida era la más profunda, estaba segura que debía ir por cuidados médicos y eso hizo, fue a donde Hange.
[...]
—Cuenta cuenta— habló la chica de cabellos castaños y con gafas, notablemente emocionada enrollaba una venda blanca en el hombro de la rubia de ojos ámbar.
—¿Que cosa?— ladeó la cabeza.
—¿Eh? ¿No me escuchaste?— dijo igual de confundida.
—Mmm, no—
—Ah, bueno, lo que te decía es que qué te había dicho Levi de las heridas. Seguro parecían dos tortolitos mientras él intentaba verlas— cerró sus ojos y aprisionó sus puños cerca de su rostro infantilmente, imaginándoae a Levi y a TN como toda pareja de casados.
—¿Ah?— el sonido emitido por las cuerdas vocales de TN dió a entender muy fácilmente que no estaba de humor, ya que para nada había sido de la forma que deducía la de orbes carmelita, pero aún así, rápidamente sonrió de oreja a oreja y dijo con un tono más alegre —¡Por supuesto!— se sonrojó de forma finjida —Y-ya no me haga recordar eso...— desvió la mirada.
—Ajajaja, sabía que Levi no era tan cruel como para dejarte como si nada, tenía que haberlos vistooo— hizo puchero saltando por todas partes.
—¿Ya terminó?— interrumpió su accionar mientras observaba su venda.
—¿Eh? ¡Si! Ya estarás bien, solo deja reposar el brazo— sonrió.
—Gracias— imitó su gesto bajándose de la camilla, colocando sus pies devuelta al suelo —Me voy— comenzó a caminar, entonces Hange la empujó burlonamente.
—Anda, antes de que tu esposo venga a protestar por qué su querida TN no está a estas horas en su cuarto—
TN rió entredientes divertida, salió de allí y se recargó en la puerta de madera, con semblante serio y aparentemente cansado.
—Ojalá él te escuchase— susurró y se dirigió a su habitación.
Cuando se adentró en aquel cuarto, estaba Levi sentado en el escritorio con algunos papeles en mano, lo único que podía ver TN era su espalda. A la chica no le importó su presencia, simplemente se dejó caer sobre la cama dejando la mitad de sus piernas fuera de esta, tapando su rostro con su antebrazo. Sintió como la cama se hundió a su lado, Levi se había sentado allí, pero optó por ignorarlo, aunque ese pensamiento se desvaneció cuando sintió la mano del mayor muy cerca de su entrepierna.
—¡¿C-Capitán?!— se levantó totalmente sonrojada, viendo el rostro relajado de Levi, quien rodó los ojos y señaló hacia la herida que estaba a en su muslo.
—¿Cómo te has hecho esas heridas?— se le acercó un poco, ahora tomando su mano viendo los cortes que había allí, los cuales no había curado Hange ya que TN le dijo que eran muy pequeñas y sin importancia.
—No es como si le importase...— susurró echándose para atrás, deshaciendo la unión de sus manos.
—¿Ah?— alzó una ceja y frunció el seño —¿Cómo no va a importarme? Eres mi esposa—
Los ojos de TN se abrieron más de lo normal por unos pocos segundos, entonces desvió la mirada ruborizada a las sábanas, las cuales eran arrugadas por sus puños.
—Son mínimas...— respondió —Sanarán rápido— se levantó de la cama y se dirigió al baño, no sin antes tomar algo de ropa para cuando saliese.
Después de ducharse TN salió, su hombro ardía horriblemente ya que se había quitado la venda y había lavado allí, su mano sobre la lesión y su mueca de dolor lo decían todo. Se encaminó a un estante, dispuesta a colocar nuevas vendas pero no encontró, por lo que iba a ir al cuarto de Hange.
—TN— llamó el de hebras negras, frenando el paso de la rubia, quien se volteó y lo vió neutral.
—¿Qué?— respondió seca, su mal humor se reflejaba en su rostro y Levi alzó una ceja por esto.
—Ven aquí— palmeó la cama en la cual estaba sentado.
—No gracias— tomó el picaporte pero no llegó a abrirlo cuando su capitán volvió a hablar.
—Te he dicho que vengas—
—Y yo he dicho que no— lo observó, ambos viéndose con desigualdad, sus labios y seños fruncidos enseñaban su molestia.
El mayor dió un suspiro pesado y se levantó, se abrió camino hacia ella y se detuvo justo en su frente. La chica lo vió neutral y de igual manera él.
El azabache agarró su brazo izquierdo y lo golpeó contra la puerta bruscamente, haciéndola gemir de dolor, había lesionado más su herida por lo que perdió su fuerza sintiendo fuertes latidos en su hombro.
—¡A-agh...! ¿Q-qué le pasa? ¡Suélteme!— exigió mientras trataba de soltar su brazo con su otra mano, pero era en vano.
—¿Vas a dejar que vende tu herida?—
Y explotó.
—¿Qué?— fue lo único que dijo al levantar su vista con un pequeño brillo en sus ojos, tanto de sorpresa como de ilusión.
—Tch— soltó su brazo pero la agarró del otro, arrastrándola hasta la cama, allí ambos se sentaron y Levi sacó unas vendas.
Llevó sus manos a la piel blanca de la de orbes ámbar y comenzó a colocar las vendas, las mejillas de TN estaban rojas al sentirlo tan cerca, por lo que miró hacia otro lado sintiéndose incómoda. Levi solo le dirigió una mirada seria y desinteresada... según ella, luego siguió con su trabajo. Era tarde y el sueño comenzaba a vencer a TN, entrecerraba sus ojos con cansancio, había hecho mucho ejercicio físico hoy y estaba agotada. La brisa que se colaba por la ventana era fresca y eso también influía.
Levi terminó y se apartó un poco de TN, pero justo en ese instante sintió los sedosos cabellos de la menor posarse sobre su hombro, haciéndolo abrir sus ojos sorprendido. Le dirigió una mirada y la chica se había dormido, descansando su cabeza en su hombro.
—Gra...cias~— se escuchó en susurro la voz de la rubia, quien aún dormida le agradecía por demostrarle que le importaba, que no solo la creía una mocosa inútil.
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