Querido diario:

   Hoy pasó algo mucho más extraño que el letrero: cuando iba a comprar algo para desayunar, vi en el pequeño televisor del almacén desde la fila para comprar que en el matinal aparecía mi mamá hablando y había una foto mía. En ese momento, los que se encontraban en la fila se dieron la vuelta y me miraron. Yo no supe qué hacer así que sólo hui de ahí.
   Ahora ya no sé qué hacer. Si apareció en la televisión entonces debe saberlo todo Chile. Aún así, me quedaré aquí en Rancagua, pero ya no iré a la parte de ciudad, me quedaré en el campo en donde sé que la gente no ve mucha televisión.
   No quiero volver, y haré lo que sea para que no me encuentren.