Zenitsu veía a su abuelo, miro a Tengen mientras negaba varias veces.

—No ire contigo abuelo, mi hogar es junto a Tengen, no voy a dejarlo, si me dejas explicarte las cosas, tal vez cambies de opinión—, Jigoro ve a su nieto, asiente al ver a su amado niño tan decidido a resolver las  cosas.

—Todo es un mal entendido abuelo, un horrible mal entendido, Tengen jamás haría algo para herirme, lo que paso fue un juego que se salio de control—, el anciano miro al rubio, Zenitsu mordia su labio.

—¿Que paso?, quiero la verdad Zenitsu—, el rubio asintió, respiro profundo antes de continuar.

—Cada que Tengen y yo salimos, las chicas y chicos suelen coquetear con el, al principio no me molestaba, pero despúes de casarnos, eso se volvió molesto para mi, a Tengen le gusta molestarme asi que en ocasiones responde a los coqueteos, la última vez que lo hizo, me moleste por, porque yo queria decirle algo importante qué hasta el día de hoy no he podido decirle—, el rubio tomo la mano de su abuelo.

— Tengen y yo seremos padres—, Jigoro miro a su nieto, una sonrisa se formo en su rostro a pesar de estar molestó.

— Es por eso que no quiero dejar a Tengen, quiero salvar mi relación con ese tonto, yo en verdad lo amo—, Jigoro miro a su nieto, resignado asintió.

Tengen veia a Zenitsu, el rubio estaba concentrado mientras ponia una gasa en el golpe.

—¿Duele?—, el peliblanco nego, aprovechando la cercanía con el rubio lo abrazó.

— Lo siento, siento ser un idiota y lastimarte—, Zenitsu cerró los ojos, su mano toco los blancos cabellos de su pareja mientras negaba.

—Todo está bien Tengen, por cierto, tengo algo que decirte—, Tengen miro al rubio, la enorme sonrisa en su rostro lo hizo suspirar, cuando el rubio pronunció palabra por palabra de lo que quería decir el sólo sonrio.