ᴱˡ ᵐᵒⁿᵒ́ˡᵒᵍᵒ ᵈᵉˡ ᴵⁿᵐᵒʳᵗᵃˡ‧
Trigger Warging:
Atención, el siguiente contenido puede contener temas delicados como lenguaje ofensivo moderado, se recomienda discreción.
Las locaciones y varios datos han sido cambiados, alterados o creados por mí misma. Cualquier similitud con la realidad es mera coincidencia.
Sólo faltan unos minutos para la culminación de todo, tal vez unos quince o veinte minutos mientras una sonrisa arrogante se dibujaba de oreja a oreja en mi hermoso rostro, podía sentir el peso del metal oculto por la tela del saco. Si ponía atención, en el ambiente olía a podredumbre debido a los días en los que dejé pasar por la falta de interés en su bienestar, de todas formas, hoy todo terminaría.
A este paso te estarás preguntando, querido y estúpido espectador ¿Qué acaba de pasar para que esta desconocida demente comience a decirte estas cosas en medio de una bonita celebración? Ya que preguntas, me gustaría decirte que todo inició como a cualquiera de nosotros, naciendo en este asqueroso mundo junto a mi adorada bastarda.
¿Algo cliché? ¿Muy simple? Sí, algo.
¿Qué esperabas? Una gran prosa de cómo es que llegué a este punto no vas a encontrar, no, basta de esas patrañas. No me quieras confundir con un artista simplón, de esos que encuentras en cualquier lugar, que con sólo una pluma y palabras rimbombantes te deja apantallado porque eres tan estúpido para decir que te falta cultura, ¡JA! Menudo pedazo de inculto resultaste ser, querido e ingenuo espectador. No, yo no haré que te conmuevas o armes un jodido culto con mis palabras, eso no me importa, mi verdadero fin es otro y lo sabrás dentro de poco.
¿En qué estaba? Ah, mi nacimiento. ¿Qué puedo decir? Todo normal, padres sosos y entregados a la idea de tener hijos deseados. Niñez bastante regular, tuve uno o dos amigos que no duraron en cuanto dejaron de hablarme por su popularidad en la secundaria. La preparatoria... ¿Lo normal? No lo recuerdo, en ese tiempo sólo estaba preocupada por las exigencias de mis padres por elegir universidad y tener el promedio perfecto para entrar con la tan esperada carta de honor y así causar una gran impresión en los rectores de la Universidad, desde esa edad nos enseñan a ser lambiscones. Si yo estuviera a lado de esa pequeña seguramente le arrancaría las uñas de los dedos del pie e insertaría una aguja al rojo vivo o simplemente le daría un bofetón; no lo sé, pero realmente me arrepiento de dejar que los adultos le impidieran llegar al verdadero propósito.
Todo suena bastante normal y se pone aún peor cuando entró a la Real Academia de Medicina de Campodorado. El sitio más caro y prestigioso de la ciudad, pero como cualquier pedazo de pobre que ves en estas cosas, ella entró con beca. También pasó mucho tiempo entre los estudios y con nuevos amigos; digamos que, para cumplir la necesidad de atención y cariño social. Fue ameno, creyendo que sería diferente. Imbécil. Se estaba distrayendo demasiado, pero le agradezco a Cassie por aparecer con esa atolondrada caminata al salón en la orientación de la universidad. Ella fue en parte, un detonante para poder darme cuenta de mi verdadero propósito y es por eso que la adicioné en mi obra maestra.
Cassie Lancaster era la chica normal con tendencias al vudú mal hecho, lo digo enserio, se creía la gran bruja enseñando muñecos de trapos de los maestros que realmente nunca sabré si de verdad funcionaban o no; porque ella se decía ser una psicópata sin control que haría pagar al profesor de nuestro primer semestre por haberla reprobado. ¡BAH! ¡Patética! En realidad, era una cobarde, le daba miedo jugar con la magia negra, al principio le creía; hasta que vi que esas estupideces sólo eran eso, estupideces creadas por hongos mal cocinados y convertidos en droga alucinógena.
Para la etapa previa a la epifanía de mi coronación me conocerás como la parte oscura de Charlie. Y ella... Bueno, fue la chica más simplona, tímida y agradable del mundo. Supongo que por esa razón Cassie la tomó bajo su ala al igual que Kyle y Lucinda, ellos eran el trío más perfecto de amigos y Charlie fue la que se coló por decisión ante su obvia falta de interacción social. El par restante también fue parte de mi gran obra, sujetos agradables y sinceros, jamás hablaron a su espalda a pesar de dar muchas razones para hacerlo.
¿Amigos perfectos? Demasiado para mí, pero suficientes para Charlie. Ellos la llevaban a todas partes para que perdiera timidez. Mis padres estaban felices de igual manera al verla con más personas, Charlie estaba igual de agradecida. Yo no tenía interés por nada de eso.
La verdadera magia es la que yo comencé a hacer después del taller de química en el laboratorio, una otoñal tarde de octubre. Recuerdo muy bien ese año, el más doloroso para Charlie y el más aburrido para mí hasta que el chiquillo me cansó.
No recuerdo hasta la fecha cómo se llamaba, no pretendí aprenderme su nombre si quiera, no me molesto en saber detalles tan burdos como esos. Sólo sé que es una persona que se disfraza con el rostro de otra amable, que, al más mínimo detalle hace que los errores que comete parezcan suyos. Charlie se dejó seducir por el buen trato, cubriéndolo de los turnos a los que faltaba en las guardias e incluso dejó que robara parte de su maldita tesis. Yo tuve que intervenir, porque me apreció divertido tratar de quebrarlo; encontré cierto placer al imaginarme sus gritos agonizantes pidiendo clemencia, incluso casi pude darme el éxtasis máximo una noche imaginando el calor de su sangre escurriendo entre mis dedos y lo dulce que sería olerla si podía sacarla de sus ojos, una oreja o de sus asquerosos dientes de víbora.
Pero si quería tener éxito tuve que dejar a Charlie sufrir un poco más. No sé por qué tantos lloriqueos, lo que le hacía era leve a comparación del destino que tenía planeado para el tipo.
Y qué maravilla hice.
Recuerdo que fue una tarde en la que la universidad prácticamente se quedó casi vacía, sólo nuestro grupo se quedó a cuidar de unas sustancias en el laboratorio de radiografía. Charlie se sentía un poco mal, porque quería enfrentar de una vez por todas al tipo que le robó parte de su tesis, ella al menos tuvo el cerebro de ocultar su celular para grabarlo. Lo que ella no sabía era que estaba esperando la oportunidad para meter mis manos en el asunto.
No me costó mucho tiempo, agradezco las palabras de Lucinda me dieron la llave para poder ir a la mesa de enfrente y comenzar a jugar un poco con su mente; hasta que con un par de palabras para provocar su hombría débil por robar palabras que no le saldrían jamás al ser un retrasado, ocasionaron una pelea en la que dejé que golpeara a Charlie. El verdadero premio fue un movimiento en el que estando forcejeando con él, pude tomar las manos de Charlie, deteniendo el ataque del hombre. La mirada que vi reflejada por sus asquerosos ojos de sapo fue la mía: llena de diversión al momento en que le detuve la muñeca y lo empujé contra el escritorio de metal y la cámara de uranio del que "cuidaba por una práctica" se rompió. Quien diría que una pequeña fuga quemara a ese bastardo más rápido de lo que me dejaría disfrutar.
¿Salimos vivos de eso?
Sí, o al menos yo.
Lástima que Lucinda haya cometido un error esa noche: estar ahí y no ayudar. Cuando la policía interrogó a Charlie mucho después de que se recuperara de la radiación, nadie pudo dudar de una dulce, traumada y violentada mujer que sólo se defendió de su agresor; del que pronto le comenzaron a sacar sus trapos sucios. No afrontó mucho más que el funeral de Lucinda, se lo tenía bien merecido, muchas palabras poca acción. Su rostro desesperado antes de comenzar a ahogarse con el veneno después de que le cerrara la puerta en sus narices, fue lo que me empezó a dar ese cosquilleo de placer en todo el cuerpo. Quería más de eso. Diez personas envenenadas no iban a ser suficientes, no hasta que viera un poco del líquido vital.
De repente, ya no soportaba que Charlie fingiera que no pasó nada de lo que hicimos. Ella se negaba a ver que nuestra misión en la vida, comenzaba a ser más clara que el agua, entonces tuve que hacerme cargo; a veces la dejaba encerrada en el baño amordazada y amarrada con la soga que tenían sus padres oculta en la cochera.
Así, yo pude salir.
Las primeras semanas comencé vagando, hasta que vi a la novia de Kyle sola a altas horas de la noche, saliendo de su trabajo. Mujer decente, perfecta para el papel. No tardé en convencerla de que me acompañara a dar una vuelta y comencé a estudiarla. Todas las noches que salía de su trabajo pude saber de ella y su promiscua vida con su jefe para poder ganar más dinero. Oh, Kyle, cómo daría lo que fuera para hubieras visto eso.
Lo siguiente que hice, fue plantar un poco de discordia entre el trío secretamente formado, para que el jefe lograra acorralar a la chica cerca de una fábrica de fundición. El hombre cometió el error de subestimarme cuando llegué; él jamás esperó que le diera tan fuerte con una llave pesada como si sólo hubiera bateado una bola curva, sólo que, en lugar de una pelota terminé botándole parte del cráneo con cuero cabelludo y un poco de sus sesos. Para esa chica fui un ángel, hasta que la tomé del cabello y estallé su cabeza contra un yunque, el golpe fue fulminante. No obtuve el placer que quise, así que, para no correr riesgos tomé una sierra de mano y desmembré primero la cabeza; después los miembros sueltos y porque me pareció un poco divertido, cortar en tres partes iguales los troncos. Puse todo, incluyendo la sierra, en el horno de fundición para metales. No fue tan difícil descubrir cómo funcionan. Realmente no quedó nada de ellos en menos de media hora. Limpiar tampoco, gracias a los trabajadores, por dejar todo lo que necesitaba para deshacerme de ellos.
Ay querido espectador, te resumiré la parte en la que se levantó la denuncia de la desaparición, la ridícula agonía de la familia y la de Kyle cuando supieron que nunca más volvería o de que se enteró por la investigación, que se prostituía con su jefe. Charlie ni siquiera se reía conmigo por ello cuando me veía por el espejo, porque nunca quise dejarla ver lo que hacía e incluso le ocultaba gran parte de lo que pensaba, todavía no estaba lista para unirse a mí de forma definitiva.
El principio de la epifanía fue cuando llegó mi segunda víctima sin Charlie cerca. Fue un extraño chico que rondaba en las primeras guardias de la pobre e ingenua Charlie, carismático, lindo y... bastante bueno que me provocaba vómito. Su muerte no tardó en pasar después de dos meses que rondó cerca y terminó con la garganta abierta sobre plástico. Sin embargo, caí en la cuenta de que entre más cerca esté la persona al polo estereotipado del bien, era más fácil descubrir sus hábitos, sus secretos, su vida. Porque confían en ti.
Entonces lo descubrí.
La razón por la que la gente podría fácilmente caer en mis garras. Justo como otros antes de mí, tuve que entrenar a Charlie desde las sombras y sin que ella sospechara que yo era la que la convirtió de la patética chica retraída a la mujer carismática de la que todos hablaban en el hospital. Al ser un pueblo casi urbano, había la cantidad necesaria de flujo humano para poder escoger y Charlie fue la llave a todos ellos: Su miradita de perrito, su sonrisa amable e incluso sus sentimientos comunes y patéticos atraían a la gente, le conferían sus vidas en muchos sentidos más allá de los médicos.
Haciendo un cálculo exacto, fueron seis años trabajando a la gente del lugar para que pudieran ver a Charlie ascender en la pirámide social, teniendo contactos y relaciones con muchas personas. Por primera vez la vi sin indiferencia o sarcasmo, aprendió bien. Incluso llegó a tener ideas tontas de que yo me había ido de vacaciones eternas por tanto tiempo en silencio. Y es que la mejor parte de tener una epifanía a punto de cumplirse, es la recompensa que tendremos una vez que Charlie conozca a alguien importante para ambas.
Fue entonces cuando tuve lo suficiente para empezar a conseguir mi propio deleite en la vida:
Sangre.
Solía dejar a Charlie de nuevo encerrada, pero no sólo en las noches; también llegué a hacerlo durante el día, antes del amanecer, en el medio día, vacaciones o día festivos. Todo sin que ella pudiera evitar o recordar si quiera. Disfruté del aire libre y caminar por las aceras, detrás del objeto que me traería paz.
Así fue que mi imperio empezó. Primero con una chica del pueblo, problemática y de la que nadie querría saber su paradero hasta después de que hiciera mi jugada, la tomé desprevenida hasta el lugar donde conocería el primer deleite real de mi vida. Fue fácil seducirla, hasta dejarla sin salida gritando en vano por ayuda antes de abrirle la piel de la palma, disfrutando del sabor de su sangre. Era ferrosa y poco memorable, pero los gritos que salieron de su garganta al sentir el dolor me dieron otra clase de felicidad, así que seguí cortándola hasta dejarla sin sangre en menos de tres horas. Para recordarla saqué uno de sus ojos de su cuenca. Luego, la llevé a la fábrica de fundición muy entrada la madrugada, para deshacerme de ella como los primeros dos peldaños a mi triunfo. Los siguientes seis meses, fui sembrando el terror entre las calles.
Al principio creyeron que se trataba de una de las pandillas que trataban de sacar dinero extorsionando a las familias. Me molestó, querido espectador, que la policía pensara que unos mugrosos gatos callejeros fueran los autores de esta obra de arte. Así que comencé a ser más creativa y menos discreta, dejé pistas a medias para que pudieran saber que era un artista de la sangre quien estaba haciendo el trabajo.
Comencé a tallar palabras o poemas de filósofos en las pieles de mis víctimas para mandarla a la estación de policía, aprendí a darles una seña distinta si decidía dejar el cuerpo completo; cómo abrirlos en canal cual cerdos para el matadero de manera descuidada, deformando sus caras a cuchilladas, quitando algún órgano o miembro, colocando una figura geométrica como patrón a lo largo del mismo porque me parecía que les faltaba un poco de decoración. Una de las señas más increíbles que logré, fue el haber desollado a un par de personas para extraer una máscara de su rostro y jugar con ella antes de conservarla como recuerdo.
Los policías no entendían mi comportamiento errático por cada víctima que llegaba. Aunque lo más irónico, fue que hayan dejado a Charlie a cargo de parte de la investigación como la médica de consulta. No tienes idea, querido espectador, de la carcajada que me tiré cuando no supieron que el lobo estaba en el gallinero.
Entonces llegué casi al año y me detuve. Porque quería jugar con todos, dejé que capturaran a un violador común al que le planté parte de mis preciados recuerdos; el pueblo en realidad sólo quería encontrar a un culpable, no a mí. Y esperé... con ese cosquilleo en mi estómago ansioso porque llegara una fecha que me resultó hermosa de ver un calendario. ¿Recuerdas las fechas espejo, querido espectador? Esas tonterías que los humanos creemos que nos dará suerte.
Pues me dio mi reflector en las pantallas de la ciudad.
EL ASESINO DE CAMPODORADO ATACA DE NUEVO.
Mi cuerpo tembló de emoción al saber que las personas se sacudían en sus asientos por mi regreso. Las medidas de seguridad aumentaron y me molestó que hubiera un maldito toque de queda. No importaba, de todas formas, nadie evitaría que el 7 de julio llegara a pasar. Oh, olvidé mencionarlo, pero me gustaría que sepas querido espectador, amo los números que combinan entre sí y es que escogí esa fecha en particular porque me gustaba cómo quedaba anotado en mi libreta.
Charlie de pronto comenzó a ver todos mis planes, debo admitir que no fui tan cuidadosa en mi propia casa con esta pequeña niña que tuvo una crisis nerviosa cuando supo lo que había debajo de los tablones de nuestra casa. Fue un dolor de cabeza tener que encerrarla por un tiempo cuando vi que planeaba ir a la policía a acusarme, como niños de preescolar peleando por una cobija. Nada detendría la noche tan especial para ambas, ni siquiera Charlie. Entonces, reemplacé la sencilla puerta de madera por una de metal. No pretendía ser tan mala con mi propia sangre, pero ella se lo buscó.
Y el día finalmente llegó.
Lo más increíble del mundo, fue que Cassie y Kyle llegaron a tiempo para ser parte de todo. Grata fue mi sorpresa cuando tocaron a la puerta; entonces decidí que serían la pieza faltante de mi trabajo que desarrollé a lo largo del año que estuve fuera de las calles.
Los conduje por mi casa hacia el cuarto donde tenía mis trofeos, asegurada detrás de una pesada puerta de metal debajo de una humilde morada controlada por Charlie. Ellos por un momento creían que era una broma, hasta que sintieron el delicioso aroma de la carne fresca de una niña a la que acaba de drenarle la sangre. No entiendo por qué tanto alboroto cuando vieron la montaña de carne sin sangre, incluso se ofendieron porque mi arte les parecía inhumano. ¡BAH! Como si de verdad supieran lo que significa ser humano.
Recuerdo el dolor de cabeza que me dio cuando Charlie rompió la puerta y trató de explicarles que no era ella quien hizo todo eso, si no yo. Diría que esperaba ese plotwist, hasta dejé que ablandara un poco a Kyle antes de tomar del cabello a Charlie y empujarla lejos. Tenía escondida un arma que rara vez quise usarla, así que disparé; tengo que admitir que estuve de suerte cuando ambas balas les dio en lugares que no esperaba, en el muslo a Cassie y hombro para Kyle. Examiné el arma con cierto aire burlón y la tiré lejos, no quería más retrasos. Los drogué con el cloroformo que usaba por si quería un poco más de diversión con alguno de mis materiales de arte humano.
Oh, hablando de eso, tienes que ver lo que te tengo preparado, sígueme.
[...]
El sonido de sus pisadas fue lo único que se escuchó en cuanto la cámara bajó de su ángulo estático, revelando pies descalzos manchados de algo mucho más oscuro en contraste de su nívea piel. Sin una buena iluminación, parecían manchas de pintura, pero en realidad era sangre seca que nadie en el pueblo sabía de quién provenía.
Cualquiera querría voltear, pero el morbo escondido en cada una de las personas reunidas esa noche en aquel estadio, no podían dejar de mirar el atroz acontecimiento, esperando por saber qué estaba pasando.
¿Cómo fue que una sencilla celebración por la fundación de su pueblo, acabó siendo el programa de una demente asesina que estaba rayando en los marcos de la demencia? Había niños, adolescentes, familias enteras, ancianos. Casi todos se reunieron en ese estadio de futbol para disfrutar de un pequeño desfile y en lugar de eso, vivían una pesadilla.
[...]
Mientras te llevo, querido espectador, hasta el escenario final te estarás preguntando ¿Cómo demonios hizo esta mujer loca para tener a más el a mitad del pueblo viendo esto? Responderé a tu pregunta con sencillez: Son un pueblo habitado por ovejas tontas. No fue tan complicado darle dinero a un par de idiotas para forzar las cerraduras o bloquear cualquier salida posible.
¿Le señal par transmitir esto? Fácil, el ratoncito de tecnología que prometía ser un prodigio en el área de la informática, el nerd del pueblo, tiene un encargo especial hoy. Tampoco es que le haya dado mucha opción, necesitaba alguien que entendiera estos cacharros como yo entiendo las maravillas ocultas por el cuerpo humano. Una navaja bien afilada fue el incentivo para este ratoncito adorable de cuatro ojos, y ¡Bingo! Eme aquí, en sus pantallas y ojos.
Y es que aparte de celebrar su tonto aniversario como ciudad, vamos a celebrar el nacimiento de un ser tan hermoso que hará más feliz a esta ciudad.
No se preocupen por la policía, ya para estas alturas estarán buscándome, así que para avivar el juego de esta noche les diré dónde estuve, estoy y estaré. Todas estas direcciones son verdaderas o no, depende de qué tanto me quieras creer; no me importa, ya estoy cansada de ocultarme, de que todos esos hermosos cuadros pintados de rojo tengan el nombre de anónimo en lugar del mío.
[...]
Una vez que la mujer de hermosa cabellera oscura y ojos penetrantes de un hambre animal, reveló las direcciones, los pocos policías en servicio dentro de la estación se pusieron en marcha hacia las indicaciones. Decidieron dar un salto de fe en las palabras de la mujer; no sólo estaban por atrapar a una máquina de matar que estuvo fuera del radar por más de diez años, si no que debían rescatar a las posibles víctimas que han desaparecido del pueblo y que seguramente estarían cerca de la tan enloquecida figura, quien sabe si algunas ya hayan muerto a manos de ella, para eso debían encontrarlos.
Todo comenzó a tornarse como una película de persecución a contra reloj, con los pocos elementos policiacos dividiéndose en las tres direcciones; mientras por los monitores de sus autos, seguían viendo la escena atroz que se desarrollaba.
La mujer a la que conocieron como la dulce doctora Charlie Stevens poco a poco, se transformaba en alguien más. Como si algo dentro de ella saliera a la superficie, le cambiara su modo sencillo y discreto al caminar por pasos firmes y elegantes, como una pantera en medio de su caza.
La cámara dejó de enfocar el oscuro pasillo hacia una puerta de metal semi-abierta y lo que encontraron adentro. Dejó a los espectadores con la piel pálida, muchos otros más vomitaron o se desmayaron; los padres con hijos más pequeños les taparon sus ojos para evitar que vieran la terrible escena.
Los dos amigos de los que tanto ha mencionado se encontraban en un estado deplorable. Sus cabellos pegados a sus cráneos, manchas de sangre y otros fluidos que nunca fueron limpiados; marcas de golpes e incluso la gasa de las heridas de bala se veía tan sucia, cualquiera podría decir que estaban infectadas. Sus cuerpos los encadenó de las muñecas y tobillos, imitando la posición de una figura religiosa muy famosa.
[...]
Ahora que las cartas están sobre la mesa, te contaré sobre mi hermoso cuento de hadas, el que espero completar antes de la media noche.
Estaba emocionada por el giro de acontecimientos, creí que estaría sola el día en que llegaría a mi máximo potencial, pero por azares del destino, mis mejores amigos llegaron como ángeles caídos del cielo. Sólo que un poco antes, para ser exacta, unos cinco días antes de la gran revelación y es por eso que tuve que cuidarlos para que no se desangraran y vivieran lo suficiente para este momento.
En el que tú, mi querido espectador, estás viendo este video por su pantalla. Si no estás aquí, en este humilde estadio, seguramente estarás en la sala de tu casa, en la cocina donde compartes los alimentos con tu familia. En el bar con tus amigos o tal vez con una prostituta a tu lado. Y en especial a todos ellos que creen hacer el bien, sí, hablo de ustedes, mis amados uniformados.
¡JA! ¡PATÉTICOS!
Ellos juran proteger al débil y al inocente. ¿Entonces qué pasa con los delincuentes que dejan salir con un poco de dinero? ¿Con los violadores que deshonran a sus hijas, a los que le dan sentencias que no hacen justicia a sus familias? ¿Con la distribución de drogas u órganos? Ellos no podrán protegerlos, de nadie; ni siquiera pudieron atrapar a una mujer que ha matado cerca de treinta personas en completa libertad y que será el heraldo de la muerte hasta el final de esta asquerosa ciudad.
Pero basta de discurso político sobre su deficiente sistema de seguridad, porque me han quitado ya bastante tiempo. Y ahora verán mi trabajo final siendo la mejor artista de sangre que haya pisado en este sucio y asqueroso planeta, entenderán de una vez por todas su posición: no son nada más que piezas en mi propio tablero.
Me verán convertirme en algo mucho más que una débil mujer.
[...]
Sus amigos comenzaban a moverse al ver a la que consideraban su amiga por años. Por el reflejo del sencillo espejo, podían ver que no había rastros de la dulzura de la Charlie que conocían. A tan sólo unos metros de ellos estaba el monstruo que ha aterrado a la ciudad.
Ella no tenía ojos para ellos, porque notó al chiquillo que supervisaba su gran espectáculo planeaba liberar a sus víctimas principales. Rodó los ojos, con el arma ya cargada, se giró para disparar hacia el pecho del chico de lentes, quedó encantada de ver que su puntería mejoró después de unos cuantos tiros. La sangre salió a borbotones, manchando el piso y sus amigos gritaron frustrados.
« ¡Monstruo! » esa fue la voz de Charlie, la que resonó por su mente.
Por el espejo, los humanos veían algo común, un reflejo de su propia imagen y a sus ojos era sólo la delgada ventana por la que podía ver a Charlie y ella por separado. Estaba molesta y decepcionada, podía ver que repudiaba a la asesina que ha arrebatado vidas de personas inocentes sólo por placer.
Sabía que ella jamás estaría de acuerdo, porque nunca comprendió que los que hacían sus manos, no sólo eran los deseos de la persona oscura, a la que llamó Pesadilla por tantos años, a quien Charlie veía como un demonio. También eran los deseos de la parte más brillante. Se apartó de la vista de Charlie para que ella pudiera ver a una tercera persona, igual a ambas con la excepción de que parecía más fría, implacable y con toda la inteligencia de un depredador hecho para una sola cosa.
La Pesadilla dejó que Charlie se acercara hasta la tercera presencia y cuando estuvieron frente a frente, todo embonó. La parte dulce de pronto ya no sintió miedo o asco; ni siquiera lo que la hacía tan diferente de su Pesadilla se encontraba con vida, dejó de sentir. La Pesadilla en cambio, simplemente dejó que la tercera de ellas tocara su frente con la mano y desvanecerse en el acto, porque sabía a dónde iría.
Los chicos detrás de ella, forcejearon y gritaron muchos improperios, tratando de hacerla razonar, buscando dar un poco más de tiempo a la policía para que llegaran en su rescate. La mujer frente a ellos movió ligeramente la cabeza, como si apenas los escuchara. Gritaban su nombre con más fuerza, pidiendo que los encarara.
Al girarse, sus ojos se oscurecieron como un par de pozos negros. Tan vacíos que daba pavor incluso mantenerle la mirada, provocando temblores en todo el cuerpo de las dos personas a las que una vez Charlie consideró familia. La nueva persona se acercó hasta el chico de lentes moribundo, se rio de él. Le parecía todo un deleite visual ver la sangre regada por todos lados, incluso podía ver unas cuantas mariposas formadas por las manchas rojo oscuro. Se agachó para pasar delicadamente sus dedos por el líquido carmesí y llevárselos hasta sus labios, saboreando con mucho descaro la sangre y luego sacó un cuchillo que tenía oculto entre los pliegues de su abrigo.
El sonido seco de la hoja cortó el aire, carne y hasta un poco de hueso, justo en donde estaba la tráquea del joven de lentes al que no se molestó en aprenderse su nombre; sin nada de sentimientos pasó el cuchillo de izquierda a derecha varias veces hasta casi cercenarle la cabeza al ratón tecnológico, todo con una sonrisa calmada, como si decapitar personas no fuera nada más que un juego de niños. Los amigos de Charlie gritaron llenos de terror y Cassie vació el poco contenido de su estómago, con gotitas de su vómito cayendo cerca de las manchas rojas. Esto molestó a la extraña entidad, llegando hasta su lado y golpearla sin reparo con el mango del cuchillo varias veces hasta hacerle dos cortes profundos en el labio, nariz y frente.
Kyle, lanzó la pregunta que ha dejado en pie a lo que pasaba:
¿Quién era?
Ella sólo sonrió, agradeciendo la molestia antes de tomar firme el cuchillo y cortarle las mejillas. Iniciando así, el estado de frenesí más animal dentro de sí misma que terminó por lanzar cuchilladas a diestra y siniestra, incluso realizó cruces en los globos oculares, en el pecho, o en donde ella considerara que faltaba un poco de su toque artístico. Al dirigirse hacia Cassie, la miró por un largo rato antes de abrirle el estómago, dejando que sus entrañas se esparcieran por todo el lugar sin importarle los gritos de dolor que profería la chica, mientras su vida se le escurría con el pasar de los minutos.
[...]
¿Mi nombre?
Una pregunta bastante escueta. No tengo nombre, ni identidad, o sentimientos tontos. Nada de eso, soy más que simple saco de carne o huesos; soy un simple deseo que pretende cumplirse y nada va evitar que llene mi vacío, qué mejor punto de inicio en este lugar, tan lleno de... instrumentos que harán un perfecto cuadro rojo.
Escucho golpes del otro lado de la puerta, que mal tiempo para ser interrumpida, pero les diré algo: Estos humanos, a los que la chica a la que llamaron Charlie, no eran nada más que una simple piedra en el camino a mi nacimiento, uno en el que ya no habrá más closets o baños en los que puedan encerrarnos, eso se acabó.
Ahora que he venido a este asqueroso mundo, viviré por siempre. No como humana, o persona, oh no. Seré su peor pesadilla, aquella por la tengan tanto miedo de salir en las noches. Me convertiré en su amigo, en su padre o madre, en aquella viejita desamparada en la calle. Haré que no confíes en nadie. Tus pensamientos me pertenecerán por completo y nunca podrás escapar de mí.
Porque ahora, seré Inmortal. Y no como sus dioses, no, mi carne no será el receptáculo. La sombra que caminará detrás de ti, el rojo que escapará de tus venas. Viviré mucho después que el más joven de los recién nacidos gracias a ustedes, porque jamás dejaré que me olviden, seré su monstruo favorito.
[...]
Con una sonrisa, tomó el arma de fuego y disparó a la cámara.
Se estarán preguntando ¿La policía llegó a tiempo? Que gracioso, esa persona era diez veces más lista que todos en esa ciudad. Todas las direcciones que dio resultaron ser los primeros lugares en los que se deshizo de la mayoría de sus víctimas y por diversión; les dejó muchas cintas, cartas y un enorme mural con todos los recuerdos que tomó de cada una de sus víctimas, hasta encontraron un dedo del pie de las más recientes. Pero nunca la atraparon.
Después de esa noche, el pueblo organizó múltiples patrullas de búsqueda, involucrando a todos. Mas, sin embargo, nunca dieron con su paradero; la historia de terror de este poco hablado lugar se convirtió en noticia nacional. Mandaron apoyo para poder atrapar a la asesina que causó tanto revuelo en la pequeña ciudad; pero parece que estaban tratando de capturar a la niebla con sus manos, su presencia se esfumó por un tiempo, en el que el pánico reinó por la ciudad, hasta que todo comenzó a quedar como un mal recuerdo...
Hasta que las carnicerías se reanudaron.
El terror volvía por periodos cortos o muy largos, a veces duraban meses o un par de días. A veces sus víctimas aparecían en terrenos baldíos, otras en plazas públicas donde dejaba expuestos los cadáveres. Dejando siempre cintas de cómo es que torturaba y mataba a sus "instrumentos" con tanta felicidad que hacía temblar hasta el más experimentado de los policías. Incluso creían que todo era causado por un demonio al ver que el rostro e Inmortal cambiaba con una facilidad escalofriante, podían identificarla con claridad y otros no había referencia, se perdía entre la multitud. Lo que hizo más difícil la tarea de detenerla.
Y es que, por más de veinte años, la ciudad fue presa del miedo.
Inmortal cumplió su promesa: jamás dejó su ciudad, se convirtió en ella; en cada persona que podía, atacando entre las sombras y hasta en la luz, sin que nadie pudiera jamás contenerla. Y cuando se calculó el fallecimiento de esta mujer que adoptó el apodo de Inmortal, la ciudad pudo respirar, pero cada cierto tiempo; las calles se tornaban tan negras como el vacío mismo y rojas como la sangre. Las familias enteras se ponían a temblar y es que las masacres hicieron un hueco en la memoria de todos, reviviendo cada año el trágico nacimiento de Inmortal.
Inmortal se convirtió en la maldición de Campodorado: cada vez que la ciudad intentaba olvidar, una nueva masacre tenía lugar, una más sádica que la otra y nadie sabe si alguna vez lo olvidarán.
Porque Inmortal vivió más años de los que creían, pintando todo el lugar del más bello y exquisito carmesí; realizado por la más fina mano hecha de sombra y miedo que desató una simple humana, y se convirtió en una leyenda de terror que sigue viva hasta nuestros días, una que castiga el olvido con sangre.
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