[Narrador/a POV]

Los meses habían pasado como un susurro entre Green y Blue. Compartieron risas, momentos tranquilos y aventuras, cada día fortaleciendo su conexión. Pero para Green, había algo que todavía no era oficial, algo que quería cambiar. Ahora sabía que era el momento perfecto para dar el siguiente paso.

El plan era sencillo, pero significativo. Había elegido la playa al atardecer, un lugar que sabía que Blue encontraría especial. El cielo pintado de tonos cálidos y el sonido relajante de las olas serían los testigos perfectos para lo que estaba por suceder.

Cuando llegó el día, Green se aseguró de que todo estuviera preparado. Había llevado una pequeña manta para sentarse, un par de velas que encendería cuando el sol comenzara a ocultarse y una caja pequeña, cuidadosamente escondida en su bolsillo.

—Blue, pensé que podríamos ir a la playa hoy —le dijo con una sonrisa casual esa tarde, fingiendo que era solo un plan espontáneo. Blue, siempre dispuesto a disfrutar momentos con Green, aceptó sin dudar.

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Cuando llegaron a la playa, el sol ya estaba descendiendo en el horizonte, tiñendo el cielo de dorados y naranjas. El aire era fresco y salado, y los sonidos de las olas parecían calmar cualquier nerviosismo que Green pudiera sentir.

Ambos caminaron un rato por la orilla, sus pies hundiéndose en la arena húmeda. Después de unos minutos, Green los guió hacia el lugar que había preparado, un pequeño rincón más apartado donde nadie los molestaría.

—¿Aquí? —preguntó Blue, curioso, mientras veía la manta extendida en la arena y las velas que Green encendía cuidadosamente.

—Aquí. —Green sonrió, ayudándolo a sentarse. Se acomodaron juntos, mirando el mar mientras el sol seguía su descenso.

El tiempo pasó entre conversaciones suaves y momentos de silencio compartido, hasta que finalmente el cielo se tiñó de un rojo intenso. Green respiró profundamente y se giró hacia Blue.

—¿Sabes, Blue? Estos últimos meses han sido... los mejores de mi vida. —Su voz era sincera, con una calidez que hizo que Blue lo mirara con atención. Green tomó su mano con cuidado, entrelazando sus dedos—. Nunca imaginé que encontraría a alguien como tú, alguien que pudiera cambiar mi vida de esta manera.

Blue sonrió tímidamente, su mirada bajando a sus manos unidas.

—Yo también he sentido lo mismo... Contigo, todo parece más fácil, más feliz.

Green apretó suavemente su mano, sacando la pequeña caja de su bolsillo con la otra.

—Por eso, quiero que esto sea oficial. —Abrió la caja, revelando un pequeño anillo con un diseño sencillo, pero elegante—. Blue, ¿quieres ser mi pareja? No solo como amigos cercanos, sino como alguien con quien pueda compartir todo, sin reservas.

Blue lo miró, sus ojos brillando con emoción mientras trataba de procesar lo que acababa de suceder. Pasaron unos segundos antes de que su rostro se iluminara con una gran sonrisa.

—Sí... sí, quiero. —Su respuesta fue firme, aunque su voz temblaba de emoción. Green no pudo evitar sonreír mientras sacaba el anillo y lo deslizaba en el dedo de Blue.

Sin poder contenerse, Green se inclinó hacia él, abrazándolo con fuerza antes de separar su rostro y mirarlo con una intensidad llena de ternura.

—Te prometo que siempre estaré a tu lado, pase lo que pase. —Y con esas palabras, lo besó suavemente, sellando ese momento bajo el cielo teñido de rojo y las olas que susurraban su aprobación en la orilla.

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Después del beso y la emoción de aquel momento, Green sonrió mientras miraba a Blue, quien seguía admirando el anillo en su dedo, sus mejillas todavía enrojecidas. La luz del atardecer bañaba la escena con un brillo dorado, pero Green sentía que lo único que brillaba más que el sol era la felicidad de Blue.

—Espera aquí un momento —le dijo Green, levantándose de la manta donde estaban sentados. Caminó hacia una mochila que había llevado con él y sacó algo que había planeado con mucho cuidado: su guitarra.

Blue levantó la mirada, curioso, y una sonrisa suave curvó sus labios.

—¿Qué haces con eso? —preguntó, aunque en el fondo ya intuía la respuesta.

Green se rió un poco mientras volvía a sentarse frente a él, ajustando la guitarra en sus manos.

—Bueno, pensé que si este momento iba a ser especial, tenía que hacer algo más que solo hablar. Quiero dedicarte algo que escribí... es una canción, para ti. —Sus palabras estaban cargadas de dulzura y un toque de nerviosismo.

Blue se llevó una mano a la boca, sorprendido, pero no pudo evitar sonreír ampliamente.

—¿Para mí? Green, no tienes que hacer tanto...

—Claro que sí. —Green le guiñó un ojo, rasgueando suavemente las cuerdas para asegurarse de que todo estuviera en tono—. Ahora, siéntate, relájate y escucha.

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Green comenzó a tocar un ritmo tranquilo, con acordes que parecían fluir como las olas detrás de ellos. Su voz, cálida y ligeramente áspera, llenó el aire mientras cantaba:

"En tus ojos encuentro un hogar,
un lugar donde quiero estar,
tus risas son melodías que me salvan,
y en tu abrazo sé que puedo volar."

Blue lo miraba con los ojos vidriosos, claramente emocionado. Cada palabra, cada acorde, parecía estar diseñado para él. Green continuó, su mirada fija en la de Blue, como si nadie más existiera en el mundo.

"Caminé entre sombras hasta encontrarte,
y ahora no quiero soltar este instante,
porque contigo, Blue, todo tiene color,
eres la razón detrás de mi canción."

La última nota resonó suavemente mientras Green terminaba, dejando que el sonido de las olas tomara el relevo. Hubo un silencio breve, pero cargado de emoción, antes de que Blue se inclinara hacia Green y lo abrazara con fuerza.

—Eso fue... hermoso. —La voz de Blue temblaba ligeramente, y Green pudo sentir su respiración acelerada contra su hombro.

—¿Te gustó? —preguntó Green, fingiendo una inseguridad que ambos sabían que no era real.

—Me encantó. —Blue se separó solo lo suficiente para mirarlo a los ojos, sus manos todavía sujetando los hombros de Green—. No puedo creer que alguien haya escrito algo así solo para mí.

Green sonrió y le acarició la mejilla con el dorso de su mano.

—Siempre escribiría para ti, Blue. Siempre.

Y, como si fuera lo más natural del mundo, volvió a besarlo bajo la cálida luz del atardecer, con el sonido de las olas como testigo de su amor.

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Mientras el sol se ocultaba lentamente en el horizonte, bañando la playa en tonos anaranjados y rosados, Green no podía dejar de mirar a Blue, quien seguía abrazado a él tras la canción. La expresión de Blue era pura felicidad, con esa sonrisa que tanto le encantaba. No pudo resistir la tentación de acercarse más.

—¿Sabes qué? —dijo Green en un tono juguetón, inclinando la cabeza hacia él.

—¿Qué? —preguntó Blue, todavía con un rubor leve en sus mejillas.

Green no respondió de inmediato. En lugar de eso, comenzó a darle besos pequeños en la mejilla, luego en la frente, después en la nariz. Cada beso era suave, cargado de ternura, mientras Blue soltaba pequeñas risas, incapaz de contenerlas.

—¡Green, basta! —exclamó entre risas, tratando de apartarse un poco, aunque no hacía mucho esfuerzo para escapar.

—¿Basta? No puedo. Tu risa es demasiado adictiva. —Green siguió, ahora dejando besos rápidos en sus mejillas, hasta que Blue terminó recostado en la manta, riéndose tanto que apenas podía hablar.

—¡Ya, por favor! —pidió Blue entre carcajadas, sujetando los hombros de Green para detenerlo.

Green se detuvo finalmente, pero solo para mirarlo con una sonrisa que parecía iluminarlo todo.

—¿Sabes lo mucho que amo verte feliz? —preguntó en voz baja, rozando suavemente la nariz de Blue con la suya.

Blue, todavía respirando entrecortadamente por las risas, le devolvió la mirada, ahora más tranquila pero llena de emoción.

—Yo también soy feliz contigo, Green... mucho.

Green sonrió, esta vez con menos jugueteo y más ternura. Se inclinó de nuevo, dejando un último beso en los labios de Blue, un toque suave y lleno de cariño. Luego se recostó a su lado, abrazándolo mientras ambos miraban el cielo, donde las primeras estrellas comenzaban a aparecer.

—Gracias por estar conmigo —susurró Blue, apoyando su cabeza en el pecho de Green.

—Siempre estaré contigo, Blue. —Green le acarició el cabello suavemente, disfrutando del momento, sintiendo que no necesitaba nada más en el mundo que a él.

Y así, bajo el cielo estrellado, ambos permanecieron juntos, compartiendo risas, besos y un amor que parecía no tener fin.

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[Continuará...♡]