💔💔

—¡Mírame, Taehyung! No pienso dejarte pasar nada esta vez; ese maldito de Jeon me va a escuchar y tú no vas a interferir. La primera vez que sospechaste fue cuando te dijo que empezaría con jornadas largas de trabajo. Me pareció una mierda puesto que lleva en ese trabajo más de tres años y nunca, por más ascensos que consiguió, lo enviaron a trabajar muchas horas; pero después me dices que mañana va a viajar y así consecutivamente en menos de un año, ¿a hacer exactamente qué y adónde? ¿Revisaste los viajes? ¿A dónde fue? ¿Con quién?

—Jimin, yo confié en él.

—No, no, no; pero después de eso contratas a un guarura para él, y termina diciéndote que va a un hotel cerca de no sé dónde, y ahora mismo me dices que estás embarazado, ¿dejé de lado algo?

—Jim...

—No me mientas, por Dios, ¡ya estoy furioso! Yoons incluso me hizo prometer que no iría a buscarlo a su oficina, cosa que no pienso cumplir.

—Jimin, el detective tiene fotos; yo no sé por qué las pedí; no quiero ver la cara del hombre que tiene a mi esposo en su cama...

—¿Dónde está ahora?

—Supongo que, trabajando, no lo sé.

—Dame el celular...

—No lo hagas, Jimin...

—¡Dame el celular ahora! —Jimin marcó a la oficina donde la secretaria contestó la llamada; después de tres timbres y un saludo cordial, Jimin pidió por su jefe. (El señor Jeon salió esta mañana; iba con su esposo, así que no iba a volver más tarde. ¿Quiere dejar su recado?) Demás está decir que Jimin colgó el teléfono y miró a Taehyung con aquellos ojos inundados.

—Está con él, ¿cierto?

—Sabes lo que debes hacer, así que deja de llorar y piensa mejor que todo va a estar bien; nos tienes a Yoon y a mí contigo.

—¡Quiero saber quién es Jimin! Sé que me va a doler, pero nada puede romperme más si veo su rostro. Quiero saber por qué me cambió después de 4 años.

—De acuerdo, pero no será hoy; ya sabes de tu bebé y esa es una buena noticia, así que vamos a caminar por allí y despejar tu mente. Después podremos planear bien lo que harás.

Febrero

—¡¡¡Ningning!!!

—¡¡Kookiee!!

Después de la pelea con tae; esa misma noche jungkook llego al departamento de kai y se quedo ya a vivir con él, su vida había cambiado sin embargo; no era lo mismo, tenia ahora bastante tiempo como en un principio, cuando llegaba a casa hyuka siempre estaba ocupado con sus tareas y sus libros y a pesar de que las sesiones intensas de sexo seguían tan activas como siempre a jungkook le seguía martirizando una sola cosa; Taehyung estaba sorpresivamente de mejor ánimo y se veía aun mas hermoso de lo normal, no es que lo siguiera, pero esque forzosamente tenía que pasar por su trabajo y siempre pasaba cuando entraba o salía, seguía enamorado de su exesposo, realmente lo amaba mucho pero ya no podía acercarse a él, no después de confirmar que tenía un amante.

—llamada—

—¿Cómo estás, Jungkook? ¿Dónde estás viviendo?

—Bueno, supongo que eso ya lo sabes, ¿no? Creo que Jimin te mantiene muy informado.

—Dímelo tú; fui primero tu amigo antes que su esposo.

—Sí, Yoon Gi, estoy con Ningning. – El sonido del auto encendiendo se escuchó del otro lado. —¿Estás saliendo?

—Humm, voy a ir a comprar una cuna y pintura azul; Jimin lleva dos semanas amenazando con que me va a cortar las bolas si no se lo llevo a Taehyung ahora mismo.

—¿Cuna? ¿Pintura? ¿A qué te refieres?

—Bueno, parte de hablarte para saludar y preguntar dónde te metes, también era para reclamarte por no decirme de la llegada de mi sobrino. —Jungkook dejó caer en el sillón a Hyuka y se levantó a prisa, escuchando mejor el teléfono.

—¿De qué estás hablando?

—¿De qué más va a ser? Taehyung y su bebé tan ocupado te tienen que no fuiste bueno para decirme.

—Yoon Gi , Taehyung no está embarazado, él no puede... —La mirada de Hyuka en él se hizo tan seria e incómoda que solo dijo "hablamos después" y colgó. —Kai...

—No me lo digas, Jungkook...

—¡Ningning! Por favor, no te pongas así...

—Jungkook, no vamos a hacer esto, ¡me dijiste que ya no te interesaba Taehyung! Que te ibas a quedar conmigo, ya empezamos a planear mudarnos de ciudad y llevarme a conocer a tus padres; no quiero escuchar nada.

—Kai; es mi hijo...

—¿Tu hijo dices? ¿Cuánto tiempo hace que no estás con Taehyung? ¿O es que aún sigues viéndolo?

—No puedes decirme eso cuando voy de aquí al trabajo y regreso para verte estudiar solo a ti.

—Entonces dime qué estás planeando para saber qué voy a hacer, porque es seguro que si regreso a la clínica hoy por la tarde, Taehyung va a abortar ese bebé sí o sí...

—¿De qué estás hablando? ¿Te estás escuchando? Estás hablando de asesinar...

—Pues ya sabes que si te vas no me vas a dejar como él; si te vas, también te quitaré una parte de ti y los dos vamos a sufrir...

—Estás demente, Kai, no puedo creer lo que dices... —Jungkook tomó sus llaves y se encaminó a la puerta.

—No lo busques, Jungkook, ¡me daré cuenta si lo haces! Y sabes que sí lo haré.

La puerta se cerró y Kai aventó el vaso de vidrio a la pared. Estaba tan molesto. ¿Cuánto tiempo pasó para que Jungkook estuviera con él formalmente? Y ahora un estúpido bebé venía a joder todo, pero no se iría de su lado sin antes sufrir, porque él no era un sumiso al cual utilizaría y desecharía sin más.

—Si tengo que matar por ti, lo haré. ¡Taehyung no volverá a tenerte nunca más...!

—Una semana después—

—Tae, ¿quieres hablar más sobre tu estado de ánimo?

Taehyung había iniciado una terapia con Sally, le tenía confianza y entendía su situación, así que empezó a tomar sesiones de psicología para afrontar su pasado y ahora su embarazo, casi dos meses, y aún sentía que podría matarse o matarlos. Era tanto su odio y su tristeza que su única forma de canalizar todo era a través de pláticas que lo mantenían "sedado" de forma natural.

—Me siento mal, Sally,cada que recuerdo que él se fue y no volvió y que yo lo sigo esperando, incluso a saber del bebé, y no le importa.

—¿Crees que a él no le importa?

—Lo único que creo es que ahora mismo ya no lo quiero a mi lado y si viene a reclamar paternidad, lo único que encontrará será a una persona rota que hizo con su corazón una cerca tan alta y filosa que podría morirse desangrado.

—No pienses en muerte, piensa que estás dándole vida a un ser que te amará y te hará feliz.

—Solo sé que si Jungkook vuelve, será solo para vengarme por esa infidelidad.

—Cuéntame,¿que has pensado de conocer la identidad de su pareja?

—Ya no me importa en nada; eso no hará que vuelva a mí. —El sonido de una puerta cerrándose de forma violenta los hizo levantarse de las sillas; los dos salieron corriendo pensando que tal vez alguien se había metido a robar, pero en su lugar encontraron a Hyuka en el recibidor, siendo detenido por dos policías.

—¿Huening? ¿Qué está pasando? Él estudia aquí. —Tae corrió hasta ellos y los policías lo detuvieron lejos del menor.

—¡Qué bueno que apareces!, ¡Porque justo contigo vengo a hablar! —La agresividad con la que le habló hizo a Tae retroceder asustado; Sally lo tomó por los hombros y se alejaron del menor.

—¿Qué está pasando? ¿Qué te hice?

—Yo soy el amante de Jungkook; Taehyung, todo este tiempo, desde que lo conocí, incluso ese día en el restaurante, empezó todo entre nosotros. —Tae sintió que su presión se bajó de golpe; tuvo que sentarse y retener las lágrimas tanto como pudiera.

—Huening Kai, ¡debes irte! No vendrás más a este lugar; busca otro sitio para terminar las prácticas.

—No se preocupe, doctora, hace mucho que ya cambié de lugar; solo mantenía la apariencia, pero estoy cansado de fingir que Taehyung no me cae mal. Lo mejor de todo es que yo no pierdo nada; al contrario, estoy por titularme y ese día me casaré al civil con mi amado Jungkook! Así que no quiero que tú y ese bastardo que no sabemos si sea de él, se interpongan en nuestra vida juntos. Tú lo corriste de tu vida aquel día y él vino a buscarme a mí primero en lugar de rogarte, así que no pienses en amarrarlo de nuevo con esa mentira de un bebé. Si no pudiste dárselo en 4 años, ¿lo harás ahora que ya no viven juntos? Por favor, ve y dáselo al idiota con el que te revuelcas.

El golpe fuerte y sonoro en la mejilla de Kai fue suficiente para callarlo. Los policías retrocedieron una vez que el dueño de la clínica o lo que era el establecimiento entró por la puerta y golpeó al menor en la mejilla.etrás, dos hombres de negro armados lo seguían, así que tuvo que quedarse en silencio cuando su mejilla se tiñó de rojizo.

—Suficiente tenemos con saber que tú eres el que te revuelcas con él, como para que vengas a armar este desorden. Sal de aquí y no vuelvas; si lo haces, me encargaré de que pierdas tanto tus papeles como cualquier lugar de trabajo donde vayas.

—¿Y usted quién carajo se cree para golpearme así...?

—¿Yo? Jimin Park, ahora mueve esas piernas a la calle o te sacaré a rastras yo mismo.

—Taehyung, no busques más a Jungkook, él es mío y no te quiere volver a ver.

Cuando salió , Tae se levantó corriendo y gritando para alcanzarlo, pero Jimin y Sally lo detuvieron. Estaba en crisis, tuvo que ser sedado con psicotrópicos que no dañaran directamente su embarazo y fue internado en la clínica, donde fue puesto en vigilancia debido a la fuerte reacción de la noticia. Parecía un enfermo mental más que un doctor, daba vueltas por el cuarto y gritaba tan fuerte cuando se desesperaba. Tuvo que ser atado a la cama cuando comenzó a golpear su vientre de forma violenta y sus ojos parecían más negros que cafés. La noticia no le cayó bien y, por supuesto, cuando Jungkook fue a buscarlo, todo mundo le dijo lo que había pasado y que Tae había desaparecido por completo.

—No pudo desaparecer, no está en casa, no está con Park, ni aquí; dime, por favor, en dónde está.

—Jungkook, no lo sé, después de que Hyuka se fue, él salió detrás y no lo hemos vuelto a ver. Aquí dejo sus cosas, pero él no está, no puedo ayudarte, lo siento.

Jungkook estaba vuelto loco, buscándolo por todos lados; después de que discutió con Hyuka, no lo dejaría, era claro porque había empezado a quererle, pero Tae no podía estar solo y con su hijo, no podía comenzar una vida donde el bebé no estuviera con él, se haría cargo de todo, a pesar de que Huening no lo quería y había hecho destrozos por todo el departamento cuando discutieron.

—Jeon, no tengo idea dónde se metió tu esposo. Ya lo busqué para darle los papeles del divorcio, pero no está en ningún lugar.

—Ahora no hablemos del divorcio, Hoseok, mi esposo está perdido y en embarazo. Hyuka le dijo todo y ahora no sé cómo está; ya llamé a todos los hospitales, en las cárceles él no está.

—¿Llamaste a las morgues? —La mirada de Jeon sobre su amigo lo dejó sonriente por la ironía. —Vamos, incluso fuiste capaz de llamar a la cárcel. ¿Crees que el doctor podría matar a alguien? ¿O meterse en problemas? Recuerda que ese hombre te amó hace mucho tiempo y tú mismo lo conoces; él simplemente no tiene maldad en su interior, aunque tú, por el contrario, seas un hijo de puta.

—Solo búscalo, Hoseok, y quiero que cambies de nombre todas nuestras propiedades; ya no quiero que Hyuka sea el titular. Vas a poner como único dueño a mi hijo o hija.

—En serio crees que es tuyo.

—¡No me colmes la paciencia, Hope! ¡Haz lo que te digo!

—¿Y qué nombre le darás al nuevo Jeon? —Jungkook giró a verlo en silencio; mucho tiempo lo habló con Taehyung, estaban tan emocionados por ello que ya tenían pensado todo.

—Si es un niño, se llamará Jeon Yoon Sung y si es una nena, se llamará Jeon Seo Yeon.

—De acuerdo,amigo, modificaré eso y te aviso cuando esté listo.

—Una vez que lo esté, llévaselo a Yoon Gi; él lo cuidará hasta que resuelva este conflicto que armé por mis infidelidades.

—Amigo, estás loco; tenías todo con Tae, ¿como fuiste a fijarte en un chico menor que tú?

—No entenderías el poder con el que puede hacerme mover el universo por él; aunque en realidad tenía el universo entero en el corazón de Taehyung.

—Dos semanas después—

Taehyung fue trasladado a un cuarto de hospital donde terminaron de tomarle signos y un experto en psiquiatría lo abordó en total calma; Tae se mantuvo en silencio, respondiendo como si estuviera en otro mundo. Revisaron su embarazo que para entonces era de 4 meses reciéncumplidos y estaba creciendo bien el bebé.

—Taehyung, ¿quieres comer algo en especial? ¿Te gustaría ir a pasear?

—No, Sally, quiero estar en mi casa, ha pasado mucho tiempo y ese es mi lugar seguro ahora, quiero dormir; no saldré de ese lugar hasta que pase mi depresión.

—¿Quieres que nos mudemos a vivir contigo para acompañarte?

—No; creo que no, mi pequeño y yo necesitamos aprender a vivir solos. Ya le hice mucho daño, así que ahora quiero estar en casa y acomodar todo para su llegada.

—Es bueno escucharte hablar así, entonces pediré el taxi; ya te dieron el alta y ahora puedes descansar en casa.

—Está bien, aquí estaré esperando...

Tae ahora mantenía una apariencia tranquila y serena; de otra forma jamás lo hubieran sacado del nosocomio psiquiátrico. Ahora que estaba afuera, cumpliría con esa venganza aplazada por el encierro. Ese hombre había tenido el valor de venir y humillarlo delante de todos diciendo todo aquello. Bien, entonces Tae también tenía mucho valor para defender su posición como esposo; no se iba a rebajar a pelear y buscar a aquel hombre y su esposo; haría que ellos vinieran por sí solos a su guarida, donde seguro sería su morada.

Una vez en casa, tomó su maleta y echó mucha ropa oscura, apagó los focos de su casa y echó por última vez una mirada a ese recibidor de cristal que siempre vio a la pareja de esposos despedirse y saludarse; amarse, bailar, reír y pelear hasta llorar...

Dio una reverencia en la puerta de 90 ° y cerró la puerta pegando su frente a la misma; esta era la casa de sus sueños, la casa que amaba en verdad, la casa que hubiera sido un palacio para su hermoso hijo y sus padres.

—Gracias por cuidar de mi matrimonio este tiempo; por favor, cuida de su futuro dueño también.

Tomó la autopista una vez que salió de aquella estética; su cabello ahora de un rojo carmín brillaba bajo el tenue sol en el horizonte. Viajando a 150 km/h, se dirigía a Ulsan; a esa velocidad tardaría por lo menos un día y medio. Estaba disfrutando del aire en su rostro, pensando en que pronto terminaría todo para él, para todos.

—Esta cabaña fue un regalo de papá; aquí planeamos tantas cosas. Inicialmente queríamos que tú crecieras aquí, porque es hermoso y a unos cuantos kilómetros está el mar; podrás ir cuantas veces quieras una vez que crezcas, de hecho; aquí estará tu padre para cuando vengas, podrás hablarle y decirle cómo va la escuela y todo lo bueno que aprendas. Solo espera a que lo conozcas, es muy guapo, seguro te vas a parecer a él.

Tomo el teléfono y marcó un número; no tuvo que esperar mucho como siempre. Estuviera donde estuviera, siempre iba a responder al primer timbre; eso jamás había cambiado a pesar de que era un hombre engañado y olvidado.

—¡Taehyung! ¿Donde estás? ¿Como estás? ¡Te he estado buscando! Dímelo, por favor; iré ahora mismo por ti.

—Jungkook; estoy bien, ¿para qué me buscabas?

—Necesitamos hablar...

—Viene de vacaciones a Ulsan, no regresaré pronto, así que, cualquier cosa que me quieras decir, puedes hablar si es que no incomodo a Hyuka.

—Estoy en la oficina, no te preocupes, ahora mismo voy para allá. Por favor, no te muevas de allí; no tardaré.

—¿Seguro que vienes? —Taehyung limpió una lágrima. "No lo hagas, mi amor; quiero que estés vivo, por favor".

—¡Iré , Tae! Estaré allí en la madrugada, ¡promete que me vas a esperar allí!

—De acuerdo, si es que así lo quieres, estaré aquí esperándote; esta vez no me iré y confiaré una vez más en que llegarás solo y a tiempo.

Sus palabras dejaron a Jungkook helado; ¿a qué se refería con "a tiempo"? Una angustia en el pecho lo hizo mover sus pies hasta la camioneta y, sin llevarse nada más que las llaves y el teléfono, salió rumbo a la carretera; necesitaba verlo y saber que ese bebé, al igual que Tae, le pertenecía. Haría todo de nuevo como en un principio por el bebé y por Tae, aunque en el proceso dejara aparte a Ningning.

KAILov: ¿Vendrás a cenar?

Reviso el mensaje con los ojos en la carretera, pues ya era de noche e iba a toda velocidad para llegar y cerciorarse de que Tae estaba bien; así que no dijo a dónde ni con quién en su respuesta.

JK: No; volveré en dos días.Come bien!

Acelero aún más cuidando las curvas en el camino cuando, a menos de 40 min, manejando diviso el gran letrero azul de las farolas "ULSAN 250Km"; ya casi estaba allí, un poco más y vería de nuevo a su universo hecho persona.

Taehyung se preparó, dejó la casa limpia, puso flores amarillas por toda la casa, cambió las sábanas y quitó todos los protectores de los sillones y mesas; su casa era perfecta para recibir a su esposo una vez más por última vez.

Hizo una cena italiana, sacó de la cava un vino tinto y puso la mesa para dos; él nunca abrió el vino, se lo dejaba a Jungkook porque sus manos dolían mucho. Esta vez él lo abrió, vertió un poco en su copa y bebió un sorbo para probar. Sirvió la cena una vez que dieron las 12am; las luces del auto de su esposo aluzaron la sala y el comedor. Su casa tenía grandes ventanales y cortinas blancas de tela transparente, así que lo vio bajar casi corriendo y abrir la puerta desesperado; dejó sobre el recibidor el delantal que usaba y giró a la puerta cuando esta se cerró detrás de aquel extraño.

—¡Tae! —Los ojos del azabache se inundaron de lágrimas; Tae levantó sus brazos y el otro no esperó cuando lo abrazó por la cintura; escondiendo su cara en el cuello y oliendo aquel aroma a fresa tan embriagante, su instinto era superior a su pensamiento, necesitaba verlo y abrazarlo.

—Jungkook; ¿por qué viniste? Debiste quedarte donde estabas, ¿por qué me obligas a hacerte esto?

—No importa nada, necesitaba verte, me volví loco cuando desapareciste, no verte fue...

—Estamos bien... —Jungkook puso su mano en aquel vientre ligeramente abultado; era tan pequeño y se sentía tan ajeno a esa piel, pero la mano de Tae lo mantuvo firme en el toque. "Las mariposas volvían a pelear por volar en su interior".

—Yo quiero...

—¡Shht! Primero vamos a cenar; después hablaremos y dejaremos las cosas en sana paz.

Los dos se sentaron a cenar. Esa madrugada, Tae fue el mismo esposo que fue durante 4 años seguidos: sirvió el plato, el vino, y dejó de lado el teléfono y la TV. Eran solo ellos dos en silencio, comiendo con tranquilidad; cuando Tae tomó la copa y la llevó a sus labios, la mano de Jeon lo detuvo. Tae miró sus manos unidas en la copa y después los ojos negros que lo espectaban.

—Por favor, no lo hagas. —Estaba sudando frío, pensando en que se había dado cuenta.

—Yo...

—Es vino y, a pesar de que aún es pequeño, podría dañarlo; mejor toma jugo de uvas o manzana.

—Sí, tienes razón... —Jeon se levantó y sirvió en un vaso el jugo y se lo entregó; después tomó su copa y bebió el vino bajo aquellos orbes cafés. Una vez que terminaron la cena, los dos fueron a la habitación. Tae se sentía abrumado, su ansiedad comenzaba a salir a flote y Jungkook lo menos que quería era que se sobresaltara, así que los dos fueron directo a la cama; antes lavaron sus dientes y después, en pijama, se recostaron uno frente al otro. Jungkook ahora entendía que esto era lo que su corazón pedía; nadie más llenaría ese hueco más que su esposo.

—Casi muero al no verte en ningún lugar.

—Bueno, ahora estoy aquí; ¿que es eso importante que me quieres decir? Hoseok me dejó bajo la puerta los papeles; los tengo conmigo y ya los firmé.

—Tae, yo no, yo no quiero perderte... —Los ojos cafés se enrojecieron en lágrimas, sus mariposas de repente golpearon con fuerza el corazón.

—Tú nunca me has perdido, Jungkook; seré tu esposo hasta que la muerte nos separe y, después de ella, te aseguro que seguiré a tu lado siempre.

—Siento mucho todas tus lágrimas por mi culpa; te amo tanto, de verdad que sí...

—Bésame, ¡quiero ser tuyo de nuevo, por favor!

Así lo hizo, se acercó desesperado a besar aquellos labios bonitos que tanto amaba; sus manos tocaron cada parte expuesta bajo la sábana, incluso su lengua usó todo aquel cuerpo a su mejor disposición.

—¡Jungkook!

—Te amo, Tae; te amo tanto...

El ruido de sus labios al separarse y la piel bajo las sábanas húmeda los hizo acelerar el ritmo cardiaco en ambos. Mientras el azabache entraba en tae y le arrancaba suspiros y gemidos fuertes, el pelirrojo se aferró a su espalda y a su cuello cuando el orgasmo los llenó por completo.

Tae abrazó a Jungkook en silencio, soltando grandes lágrimas; faltaba tan poco tiempo para que todo se terminara, pero ya no podía hacer nada, el tiempo había terminado y su venganza comenzaba a cobrar su primera víctima.

—Tengo mucho sueño, pero estoy feliz de estar a tu lado, mi amor.

—Jungkook promete que de verdad esta vez seremos los dos con nuestro pequeño... —Jungkook cerró los ojos; se esforzaba por mantenerlos abiertos, pero las semanas que no lo vio casi no dormía ni comía, y unido a eso, la actividad física lo había agotado al máximo.

—Lo prometo, Tae, una vez que despierte estaré a tu lado toda la vida, mi alma; lo prometo.

—¡Te amo Jungkook! Te amo muchísimo.

—Yo te amo a ti también, esposo mío; los amo a los dos...

Dicho eso, Tae sintió que lo abrazó fuerte y ambos cerraron los ojos; no quería pensar en nada, ahora solo quería disfrutar de esos brazos cálidos, de esos labios que le volvían a pertenecer, de tener todo aquello que alguien más le quiso robar, pero afortunadamente ahora volvía a tener solo para él.

Cuando Tae despertó, se vio en los mismos brazos; la temperatura a su alrededor era fría, pues cerca de la cabaña había árboles y, unido a la lluvia, la neblina hacía que se viera en blanco todo en las ventanas. Levantó su mirada al hombre que dormía plácidamente; besó sus labios llorando amargamente. ¿ Cómo podría vivir sin él? ¿ Cómo confiar en alguien que ya lo había traicionado una vez?

Cuando terminó de arreglarse, tomó su maleta y volvió a mirar al chico del que se enamoró perdidamente a los 12 años; ahora con sus 29 recién cumplidos y un bebé en camino, la vida que le esperaba solo sería muy difícil de afrontar.

—Mírate; eres el hombre más hermoso del que me pude enamorar; nunca en mi vida me voy a arrepentir de nada, Jungkook, cada una de mis acciones se dedicaron a complacerte, incluso dejarte ir con él... Fue para complacer tu necesidad por otro cuerpo, pero ahora, me he complacido a mí mismo por primera vez. Pero no te apures, seguirás tan bien como hasta hoy; dejaré la calefacción apagada y el aire bajo cero para ti; solo espera, mi amor, pronto me uniré a ti nuevamente; ni la muerte nos va a separar; así que descansa en paz, mi amor.

Diciendo esto, dio un cálido beso en esos labios morados y rostro pálido que seguía inmerso en un sueño inquebrantable y salió de regreso a Daegu.

"Las mariposas ahora estaban expectantes a lo que su dueño haría próximamente a continuación".

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