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²⁰. ❝𝐔𝐧𝐝𝐞𝐫𝐰𝐚𝐭𝐞𝐫.❞

𝕴𝖓𝖛𝖎𝖊𝖗𝖓𝖔 𝟚𝟘𝟙𝟡. 

𝕴𝖓𝖎𝖈𝖎𝖔𝖘 𝖉𝖊 𝖉𝖎𝖈𝖎𝖊𝖒𝖇𝖗𝖊.

Adoraba la sedosidad de las hebras rubias contra sus yemas, su piel blanca, los ojos avellana que tanto brillaban, era el paraíso. El calor que sentía era similar a una hoguera que solían poner sus padres en invierno para cantar toda la casa mientras lo veían dormir. Hogar, una palabra que tenía ahora más poder estando entre los brazos de HyungWon.

―Ven ―le susurró el omega apenas se separaron del beso.

― ¿A dónde?

―He visto el mundo en el que vives, ahora déjame mostrarte el mío.

Llevó sus manos hasta el pin de la capa, la cual dejó caer al suelo, seguidamente comenzó a quitarse la camisa para hacer lo mismo con su pantalón. Al principio sintió un poco de timidez al revelar su completa desnudez, aunque la mirada serena y sin morbo, de WonHo le transmitió la confianza necesaria para poder mostrarse. Sus luces resplandecieron un poco más en cuanto las cálidas manos del heredero tocaron sus brazos. Ver en completa libertad cada luz en el cuerpo de HyungWon fue un deleite, lo nívea de su piel era el perfecto contraste con el rosado y morado de sus luces.

―Eres hermoso ―dijo, sus manos alcanzaron las luces de su cuello, HyungWon acunó las manos humanas con las suyas.

―Créeme, es sólo el comienzo ―estrechó entonces sus manos y tiró del humano hasta el agua.

En el instante en que su piel tocó el agua, brumas rosadas comenzaron a rodearlo, dándole otro color al azul brillante del océano. Entre risas lo guio hasta que sus barbillas y pudieron nadar en completa libertad, HyungWon abría paso en su ruta hasta que decidió hundirse junto al humano, su luz ayudó a traer vida a los arrecifes de bajo de ellos.

Tal como su mundo, los corales, rocas y algas brillaron en variados colores. La pequeña ciudad marina con sus algunos de sus habitantes despiertos y curiosos de los nuevos visitantes, fueron atraídos por el inusual par nadando entre ellos, algunos curiosos escoltaban a los jóvenes enamorados y otros más jugueteaban con ellos, ya que reconocían el poder inmenso dentro de HyungWon y como todo lo que habita en el océano, lo familiarizaron como una energía cálida e inofensiva.

El humano emergió por un poco de aire antes de volver a reunirse con HyungWon debajo del agua, nadó hasta el último lugar donde lo vio, sin embargo, no estaba ahí.

El fulgor rosado apareció encima de él y giró sobre sí mismo. Estuvo frente a frente del omega que le sonreía, tenía razón, HyungWon cambiaba cuando se sentía por completo en su lugar, en el agua. Sus movimientos eran tan fluidos, mágicos. Su cuerpo no obedecía alguna ley humana al nadar, las curvas que traba con sólo mover un poco sus brazos, alguna que otra estela en sus pies se enroscaba para formar un vórtice similar a una cola de sirena.

Era simplemente único.

WonHo prestó mucha más atención a su precioso leviatán, entre sus dedos se formaron unas membranas que le permitían nadar con mejor fluidez entre las corrientes de la costa, al igual que sus pies tenían escamas y membranas entre cada dedo. Las brumas de sus luces formaban estelas de grande alcance y servían de igual forma luz en aquel océano, complementado con lo azulado de las algas sobre ellos y la luna llena agregando toques plateados.

Llegaron hasta el límite del arrecife, donde se encontraba el paso a mar abierto. HyungWon detuvo a WonHo y lo guio hasta una columna llena de corales.

"―Quédate aquí ―" pidió a través de su lazo en la mente.

"― ¿Pasa algo? ―" los ojos de WonHo realmente centelleaban de curiosidad, detalle que enterneció a HyungWon.

"―Sólo espera un poco."

Le dio un corto beso en su frente antes de alejarse, cuando estuvo a una distancia segura miró a su cachorro humano antes de que estelas de luz rosada comenzaran a transformarse en burbujas. HyungWon le dedicó una sonrisa antes de cerrar los ojos y arquear la espalda, las burbujas junto a la bruma rosada cubrió el cuerpo del omega para hacerse más grande. Sus manos y pies crecieron formando las aletas del leviatán, la cola bifurcada con la membrana rosada y apareció el elegante cuello con la cresta rosada, las escamas de su lomo adquirieron más brillo, lanzando chispas moradas con el reflejo de la luz lunar.

WonHo quedó aún más embelesado por el cambio de HyungWon la verlo por primera vez en persona, las estelas disminuyeron hasta desaparecer por completo. Los enormes ojos rosados adquirieron una tonalidad morada en borde, el humano entonces podía sentir mejor que nunca a ambos: a la bestia y el mortal que tanto adoraba.

El leviatán nadó hasta quedar cerca de WonHo, quien con plena confianza acarició el largo morro de HyungWon escuchando un gorgoteo alegre en respuesta, mientras deslizaba sus manos por las escamas rosadas con un degradado en morado hasta alcanzar el hueso que usaba para sujetarse a HyungWon.

Sin necesidad de palabras se montó sobre el lomo de HyungWon y el omega nadó hasta la superficie, abriendo el agua como si fuera nada más que aire delgado, la luz de la luna sobre las escamas de HyungWon lanzaban chispas moradas como si de su cuerpo salieran piedras preciosas. Sólo fue un momento en el que le humano recobró el oxígeno y volvieron debajo del agua, el cuerpo del leviatán era increíblemente rápido en el agua, tanto que alcanzaron el fondo y regresaban a la superficie a tiempo para que WonHo pudiera respirar.

Entre estando en la superficie y debajo del agua, WonHo se sentía en completa libertad a lado de una bestia poderosa, mostrándole las maravillas ocultas en el océano.

Extendió las manos como si fueran alas mientras el leviatán abría paso a través de las olas, con la adrenalina a tope, no pudo evitar soltar un aullido de emoción. HyungWon rio en su mente hasta aminorar un poco su velocidad, entonces WonHo pudo escuchar un sonido peculiar a lo lejos.

―HyungWon ¿son?

El omega asintió antes de volver al agua, con la luz de la luna iluminando todo en conjunto con la del leviatán, WonHo avistó una manada de orcas salvajes, el hermoso cántico subacuático de las criaturas nadando en paz era lo más hermoso que haya presenciado en su vida. Las pulsaciones de sus canciones de tan hermosos ejemplares le ponían la piel de gallina y lo transportaban a un lugar mágico, aunque no tanto a comparación de las aventuras que ha vivido junto al leviatán que lo cuidaba.

La matriarca de la manada, una orca de por lo menos unos ocho metros de largo lanzó un chirrido preguntando por el intruso, WonHo se sorprendió cuando sintió la magia del leviatán recorriendo su cuerpo y escuchó un cántico melodioso, muy similar a los sonidos de esos mamíferos.

Hyung se estaba comunicando con la abuela y líder del grupo.

La orca inclinó la cabeza reconociendo al leviatán y al humano que viajaba con él, entonces los demás miembros de la familia se desplegaron para conocer a los visitantes. Rodeándolos y lanzando silbidos juguetones, entonces la madre más joven de la manada se acercó y debajo de ella un pequeño ballenato se mostró curioso por el humano que estaba a lomos del leviatán.

WonHo dejó el lado de HyungWon para nadar hasta el pequeño, el bebé tenía el tamaño de un oso con el poder de arrancarle una mano de un mordisco, pero se podía percibir su aire juguetón y tímido. El heredero extendió su mano esperando mostrar que no era una amenaza; la cría curiosa pegó su morro contra la palma del humano, escuchó una vibración agradable del pequeño quien giró varias veces y empujó a WonHo al mismo tiempo que se alejaba muy divertido de haber hecho un nuevo amigo.

En una mirada de reojo notó que el leviatán lo miraba entre una mezcla de orgullo y enternecimiento, le hizo una seña con la cabeza indicando que estarían junto a la manada de mamíferos, WonHo no comprendió al principio, entonces el ballenato le ofreció su aleta dorsal para llevarlo en un paseo. Emocionado se sujetó del pequeño y jugó con el humano junto a los miembros más jóvenes de la manada, entonces cuando necesitó aire, descansó junto al bebé.

Un nuevo espectáculo aconteció en el mar, las orcas más grandes comenzaron a saltar por encima del agua, mientras seguían su viaje y cuidando de los pequeños, armando un círculo de juegos entre esos grandes animales. WonHo buscó con la mirada a HyungWon hasta que el leviatán emergió del agua trazando un arco perfecto, el agua a su alrededor se esparció en formas de gotitas llenas del brillo morado proveniente del leviatán, el agua salpicó hasta el joven heredero y su nuevo amigo ballenato. Los siguientes minutos fue testigo de un espectáculo en el que las orcas junto al leviatán saltaban por los aires y trazaban increíbles figuras en el agua, todo bajo la guardia de la orca más vieja e incluso HyungWon tenía el tiempo para vigilar y jugar con los miembros de la manada.

Ver todo aquello calentaron al corazón de WonHo y se preguntó ¿por qué la magia no podía ser simplemente trasmitida y entendida de la forma en la que él lo hizo con el resto de la humanidad? Es decir, cambiaformas y animales no tenían problemas para entenderse, esas criaturas como las orcas no eran prejuiciosas como un ser humano, en cambio lo aceptaron y estaba jugando con una cría bastante juguetona. En pocos segundos pensaba que nadie merecía ver ese mundo si iban a destruirlo por miedo y recordó su promesa a HyungWon.

Él iba a hacer todo lo posible por garantizar la seguridad de los leviatanes en tierra firme.

El silbido cariñoso de la orca lo sacó de sus pensamientos, le dio una leve caricia en su cabecita al notar que hasta los grandes mamíferos del océano querían un poco de mimos de su familia, siguió al pequeño cuando un cambio en la corriente lo alejó de la manada.

"―HyungWon ―" le llamó por su mente.

El leviatán giró su cabeza y su humano estaba muy lejos de ellos. HyungWon nadó hasta WonHo y cambió a su forma mortal, el heredero fingió estar sin oxígeno. El leviatán no era tonto, conocía para dónde iba ese pequeño truco, sólo que esta vez no le importaba cumplirlo. Acunó las mejillas de WonHo para besar sus labios y darle un poco de su oxígeno, al alejarse WonHo apenas abría sus ojitos, en parte satisfecho y por otra no contento con lo poco que recibió, pasó su brazo por la cintura del omega y atraerlo hasta su cuerpo.

"― ¿Qué haré contigo? ―" negó con la cabeza, WonHo se encogió de hombros.

El leviatán rodeo el cuello de su humano antes de ser atraído a otro beso.

Por esos segundos, todo a su alrededor quedó suspendido en el tiempo, como si éste no aconteciera en su pequeña burbuja bajo el agua. Donde sólo las manos de WonHo recorriendo su espalda desnuda hasta alcanzar sus mejillas y HyungWon aferrándose a sus hombros.

Las líneas de fulgor rosado resplandecieron aún más, desplegando una calidez como una fogata en medio del invierno. Ni siquiera sus pensamientos previos alcanzaban para explicar lo reconfortante o exquisito que era para WonHo saborear los labios esponjosos de un ser tan amable y poderoso al mismo tiempo, ni cómo terminar por agradecer a quien sea que los haya ayudado para estar juntos.

El crepitar de las llamas frente a él producían un sonido bastante agradable junto al aroma de la leña consumiéndose deleitaban la habitación de un ambiente perfecto después de tantos juegos en el agua y reencuentros memorables.

Tomó la manta hasta subirla a su nariz y aspirar la esencia de WonHo, jamás se casaría de ella, no importaba lo mucho que batallara por darle un nombre, era de su cachorro y le brincaba una paz que hace tiempo no podía conciliar.

El humano regresó a los pocos segundos con un par de tazas con la nueva bebida favorita de HyungWon. Las dispuso enfrente del omega y volvió a su pequeño nido hecho de mantas y cojines mullidos de todo el cuarto, se acomodó detrás del omega para poder obtener un poco del calor que perdió al irse. HyungWon se hizo a un lado para recibir a su humano y fue abrazado por la espalda, el omega le dio un besito tierno en su nariz.

― ¿Qué tanto pueden bajar en el océano? ―preguntó WonHo pasando su brazo por el estómago de HyungWon, acariciando la peluda tela del suéter.

―Muy profundo ―dijo HyungWon después de tomar un gran sorbo del chocolate caliente hasta vaciarlo―. Mis padres me dijeron que llegaban a lechos tan profundos que nuestra luz daba vida a todo lo que estaba a nuestro paso, yo nací cuando el océano se volvió un lugar peligroso, aunque daría lo que fuera por viajar a las profundidades y regresar a nuestra cuna ancestral.

―Ustedes son demasiado poderosos, dudo que haya algo que les de miedo ―WonHo se acomodó entre los cojines mirando hacia su precioso omega.

―Me refiero a que los humanos desarrollaron tecnología que puede comprobar nuestra existencia y por eso decidimos ser precavidos con la frecuencia en la que leviatanes salen a mar abierto ―tomó un par de cojines entre sus brazos y se arrejuntó contra el pecho de WonHo―. Lo único a lo que realmente le tenía miedo mi pueblo era al Kraken.

― ¿De verdad existió?

―Sí, pero el último murió a finales de la Gran Guerra.

― ¿Pero y las pruebas de los pueblos vikingos?

―Mentiras, un Kraken no ataca barcos a menos que tengan grandes tesoros, a esas bestias les gustaba el oro.

―Suena muy parecido a un dragón.

―Los dragones conservan el dinero por vanidad, los Kraken lo usaban para hacerse corazas más fuertes.

― ¿No es casi lo mismo?

―No lo sé, no he conocido ninguno para saberlo con certeza ―refunfuñó el omega―. Sólo son leyendas que nuestros abuelos cuentan, la verdad nunca la sabremos por lo devastado que quedó el mundo... ¿Qué tanto me miras?

―Nada ―rio, se recargó sobre uno de sus brazos y peinó distraídamente la cabellera rosada―. Es sólo que te ves adorable cuando frunces la nariz.

―WonHo ―se quejó estallando en un sonrojo salvaje―. Cachorro travieso.

Soltó una risita antes de besar a WonHo con delicadeza en los labios. Sólo han sido pocos los besos que han compartido y se ha convertido en un adicto a esa acción tan simple, ni siquiera toda el agua del mundo bastaría para dejarlo tan satisfecho como besar a WonHo.

Las manos traviesas del heredero quitaron los cojines entre ellos y ponerse encima de su amoroso omega. Los besos eran sin prisa, con tanto cariño que derretían el alma de ambos en ambiente muy cálido, HyungWon enterró sus dedos en su dorada cabellera, disfrutando de la sensación agradable de sus yemas contras las hebras tan sedosas. Al separarse por un poco de aire, WonHo dedicó castos besos en cada párpado, nariz, frente, mejillas y cuanta piel se le atravesara en el camino. El suéter se deslizó por el hombre del omega revelando uno de los lugares que ha estado muriendo por probar.

El humano disfrutó por fin de la tierna carne del cuello más pálido, fue un simple roce de sus labios ante de por fin devorar un poco más de la extensión de piel, arrebatado sus piros amorosos de HyungWon en el proceso. 

Al bajar su boca y llegar hasta las desprotegidas clavículas de HyungWon admiró de nueva cuenta el anillo de turmalina colgando de la cadenilla de oro.

― ¿Pasa algo? ―preguntó HyungWon al notar que WonHo se quedó mucho tiempo mirando hacia aquel objeto.

―Nada, es sólo que a veces pienso sobre nunca haber recuperado las memorias.

―WonHo ―regañó el omega y se sentó, encarando al humano―. Escúchame bien, con o sin esas memorias, hubieras sabido la verdad, no quería que nuestra relación empezara mal.

― ¿Relación?

―Ay por el Hacedor, no repitas todo lo que digo ―chilló HyungWon dándole un golpe con la almohada―. Haces que me dé pena.

―Aunque de verdad no hemos dicho si somos novios ―tomó la mano de HyungWon y la besó con cariño―. ¿Tienes algún título para cuando alguien está en una relación?

―Pareja o compañero ―dijo sencillamente disfrutando de los mimos de WonHo―. Aunque me gusta un poco la palabra novio, suena más cortito y moderno.

― ¿O prefieres que te diga mi omega?

HyungWon estalló en un sonrojo casi imposible de ignorar y tiró de WonHo para dejarlo en el suelo quedando encima para atacarlo con besos apasionados. Su bestia interior estalló en alegría por escuchar esas palabras de WonHo, ni siquiera él mismo pudo ocultar su emoción al oír a WonHo decir cosas que sólo cambiaformas valoran en demasía. Le encantaba cómo sonaba mi omega de su boca y quería escucharlo todos los días.

―Te gustó mucho ¿no es así? ―inquirió colocando un par de mechones rosado detrás de las orejas de HyungWon cuando el omega lo liberó de su amoroso ataque.

―Perdón, es sólo que ―sus manos se dirigieron a su pecho, donde podía sentir el tranquilo palpitar del corazón humano―. Es extraño y lindo que adoptes palabras que en mi vida diaria parecen comunes, pero viniendo de ti significan mucho.

El omega besó de nuevo a WonHo con cariño, esta vez era suave, como el roce más delicado del mundo.

―Mi WonHo ―dijo en medio del beso―. Mi príncipe del lago, novio, compañero, pareja, lo que desees es lo mismo, cualquiera suena lindo.

―Lo que ordene mi dulce novio leviatán.

HyungWon rio como el bobo enamorado que era, feliz de tener a ese humano como su pareja. Después de tanto dolor y sacrificio por fin iba decidir el rumbo de su corazón sin importar lo mucho que a otros no les parezca, era su decisión y de WonHo, de nadie más.

El omega se recostó sobre el pecho del heredero, escuchando con calma el sonido del latido más suave y con los musculosos brazos de WonHo cubriendo su espalda, trazando sendos círculos sobre ella, no deseaba irse de su lado y dormir todo cuanto quisiera sobre su nuevo compañero, sólo que había un detalle.

―WonHo ―dijo con pereza en su voz.

― ¿Qué sucede?

―Debo que irme.

― ¿Tan pronto?

―Tengo trabajo en unas horas, la fiesta de la primera cosecha de invierno es hoy y debo estar ahí, soy de los que ofician la ceremonia ―dijo sin mucho ánimo de moverse de su lugar―. Quisiera no ir, pero es mi trabajo.

―Yo tampoco quiero que te vayas ―algo en su tono de voz hizo que HyungWon se separar de WonHo, entonces le preguntó con la mirada―. No es nada es sólo que...

―WonHo.

―Quiero tener una cita contigo, iba a preguntártelo hasta que mencionaste lo de la cosecha ―admitió.

HyungWon todavía no estaba familiarizado con el término de cita en el ámbito romántico, aquel que va antes de contraer nupcias, en su mundo lo más cercano que tenían a eso eran las temporadas de cortejo. HyungWon o podía hacerlas ya que su compañero era un humano y no debía hacer maniobras en el agua para llamar su atención, consentir el permiso de ambas familias para empezar su relación formalmente, supuso que las citas humanas eran un pre-cortejo. El omega no quería negarse, además, cada minuto con el humano quería que valieran la pena y su relación deseaba disfrutarla el tiempo que el Hacedor les concediera antes de...

―Está bien ―concedió el botánico―. La fiesta dura todo el día, pero mi papel sólo es corto, supongo que la tarde sería un buen momento para tener ¿citas?

―Podemos tenerla otro día ―sugirió más HyungWon negó rotundamente.

―No, perdí muchos años y no pienso dejar pasar un solo día sin ti.

―Desearía que no sonara como creo que parece ―la mano de WonHo acunó la mejilla de su novio y el omega la cubrió con la suya.

―Lo sé, tampoco me gusta, pero quiero estar contigo todo lo que pueda ―admitió―. Encontraré la forma de arreglar nuestro problema.

WonHo le sonrió, no quería ser pesimista y creyó en la palabra del omega, después de todo, su magia debería tener algo que los pudiera ayudar a superar el detalle de la inmortalidad del leviatán. HyungWon soltó un suspiro largo, dio un pequeño beso en la nariz de WonHo y se levantó para ir por su ropa tendida cerca de la chimenea, ya estaba seca y la depositó en su bolso. Al volverse WonHo lo atrapó por la cintura y lo besó con ánimo, HyungWon siguió la acción del humano con la misma intensidad abrazando el cuello de WonHo.

―Así menos querré marcharme ―suspiró en medio del beso―. Déjame ir, cachorro.

―De verdad que lo intento, pero no puedo evitar hacerlo ―respondió después de otro beso largo.

―Volveré antes del atardecer ―rompió el beso de una buena vez entre risas―. Dile a BaekHyun que necesito su ayuda, tengo un novio humano que impresionar.

El omega suspiró por décima vez en lo que lleva de la mañana con una sonrisa soñadora que todos en el clan comenzaban a notar. El término de la jornada en la que revisaba todas las cosechas junto con los agricultores, como en el mercado, las terrazas y tierras de cultivo aconteció hace poco tiempo, pero debía entregar unos reportes en la Casa de los Líderes. Mientras escribía sobre los pergaminos, sus pensamientos viajaban a su velada compartida con su... novio humano.

Un picor atacó sus labios, con sus dedos acarició esa parte de su cuerpo y los recuerdos de los besos compartidos con WonHo sacaron un gorgoteo de felicidad. El gentil tacto del humano fue en lo único que podía pensar y en cómo su piel se erizaba cuando evocó las amorosas palabras que WonHo profesaba su amor.

―Por el Hacedor, despierta tonto ―se regañó.

El salón se sentía un poco frío, sólo faltaban unos pocos pergaminos, pero HyungWon se aburrió. Soltó un bufido y se levantó de su asiento para estirar las piernas y se acercó a la venta. Debajo la manada festejaba la llegada del invierno y vio un grupo de cachorros jugando con esporas. Ese alegre grupo le agradó un poco.

Era raro que un cachorro le agradara, otro defecto a la lista, muchos de los clanes han considerado como un insulto a la falta de emoción por su paternidad. HyungWon no les daba importancia, sólo que a veces pensaba que algo andaba mal con él, un omega que no quería tener crías... Por el Hacedor, ni siquiera debería volver a pensar en eso, porque ahora estaba aprendiendo que tenía más opciones y caminos por recorrer, uno de ellos lo llevaron hasta un humano que lo aceptaba sin importar esos ridículos estereotipos en su mundo. No sabía por qué tan de repente volvía a pensar que era un mal omega, cuando era perfecto para WonHo.

WonHo.

Lee WonHo.

Lee-Thorburn WonHo.

Hasta su nombre parecía escogido por el Creador de Siete para que en su cabeza sonara como un poema precioso que muchas generaciones en adelante cantarían relatando proezas o aventuras. Se mordió el labio inferior cuando sintió las mariposas por volver a recordar cada beso, cada abrazo, todas las palabras amorosas y las miradas de WonHo.

―Alguien está muy feliz ―la voz de HoSeok hizo que saltara en su lugar.

―HoSeok, me asustaste ―llevó su mano a su pecho―. Creí que no habría nadie a estas horas.

―Vine para entregar unos pergaminos que me pidió NamJoon ―alzó un par de ellos y los dejó en la mesa principal de nogal negro―. Pero lo importante ahora es saber la razón por la que mi mejor amigo está tan despistado y soñador.

―Tenías razón ―admitió―. WonHo hizo mucho más que perdonarme, me hizo feliz.

― ¿Significa que puedo brindar por que ya no eres soltero como pez en el río? ―HyungWon asintió, apenado de revelar su relación al primer leviatán de su vida, HoSeok le sonrió y notó la cadenilla dorada con el anillo de turmalina―. ¿Vas conservarla?

―Hice las paces con mi propio rencor y pasado ―dijo―. Algún día arreglaré las cosas con MinGyu, no te preocupes, fui demasiado cruel con él.

―Me alegra que hayas decidido verla.

HyungWon le agradeció con la mirada y el par se dio un abrazo. Justo en ese momento, KiHyun y HyunWoo entraron a la habitación encontrando al par demasiado cerca.

―Me parece que interrumpimos algo ―dijo KiHyun divertido por la reacción de su hijo menor al separarse de HoSeok como si hubieran hecho una travesura―. Creí que estaban abajo, celebrando con los demás, vamos a la casa, toda la familia está reunida para el banquete.

―Mejor me apuro o si no, entre mi tío YoonGi y tío Jackson se acabarán las tangerinas que tanto le pedí que me guardara ―le dijo a KiHyun, ambos se fueron de la sala, dejando a padre alfa e hijo atrás.

―Tenía papeleo por hacer, bajaré en unos minutos ―aseguró HyungWon recogiendo los pergaminos del escritorio y revisó que nada la faltara.

―También vengo a dejar cosas que NamJoon me encargó ―mostró sus pergaminos y los dispuso en la mesa.

―Papá ―llamó el omega, HyunWoo se giró a ver a su hijo―. ¿Puedo hacerte una pregunta?

― ¿Sucede algo?

―No es nada, es sólo que a veces me pongo a pensar en el destino ―no quería sonar demasiado sospechoso, pero necesitaba saber―. ¿Crees que el amor puede superarlo todo? ¿Incluso especies?

―No te entiendo, HyungWon.

― ¿Te hubieras enamorado de papá si no hubiera nacido como un leviatán?

La pregunta la pareció un poco extraña viniendo de su hijo, suponía que su pequeño hijo omega sólo estaba un poco pensativo o culpable por su pasado con un pegaso terrano.

―HyungWon, cuando naces con destinado amas esa alma sin importar el género o especie elemental, si KiHyun hubiera nacido como un dragón o un grifo de igual manera terminaríamos juntos, el Hacedor crea los complementos de todos a la medida para que tengamos el equilibrio que quiere ¿Es por tu ex alfa?

―No del todo, sólo son tonterías que pienso ―se encogió de hombros, dejando el último pergamino en su lugar.

―No las preguntarías si algo te molestara.

Diablos, su padre alfa era muy observador.

―De verdad no es nada, sólo es una bobería.

―Claro.

Mejor mantendrá la boca cerrada para la próxima. Padre e hijo salieron de la Casa de los líderes para poder reunirse un rato con su familia, HyungWon solo se dio el lujo de estar sólo un ratito antes de retirarse junto a HoSeok para estar "a solas". Así siguieron sin levantar sospechas, sin embargo, HyungWon llevó a HoSeok hacia un pasadizo en la gran red de túneles donde le pidió un pequeño favor antes de irse a la superficie.

Tal como lo prometió, en cuando el sol se tornó naranja sobre el horizonte, apareció al final de muelle de la academia, BaekHyun ya lo esperaba cerca del ventanal con una enorme sonrisa en su cara. Para su suerte, ese día era domingo y tendrían toda la escuela, dispuesta para poder arreglar al omega. Mientras BaekHyun preparaba tanto el maquillaje como ropa, HyungWon ocultaba sus luces con las esferas, esta vez el leviatán interno de HyungWon aceptó el camuflaje sin rechistar sabiendo que su parte mortal tendría las cosas bajo control.

Ambos amigos se sonrieron en complicidad mientras el omega le contaba sobre lo que sea que BaekHyun preguntara, no era necesario hablar lo que hizo con WonHo, seguramente el heredero del Lago Ness habrá contado sus aventuras en el océano a su mejor amigo, tal como él lo hizo con HoSeok estando en las cavernas que descubrió junto a un nuevo pasadizo de tierra sin necesidad de cruzar por agua.

Para esa ocasión HyungWon imploró porque lo dejara usar un poco de su ropa.

―No sé si sea buena idea... ―se interrumpió al ver una camisa con cola larga color perla y un bordado en espirales negras a lo largo de la espalda y con el cuello abierto hasta las clavículas―. Dios parece hecho para un modelo.

―Te dije que mi ropa no es tan mala ―sonrió al ver las chispas en los ojos de BaekHyun.

―Quedará fantástica con esto ―tomó de la pila de ropa unos jeans claros, parecían nuevos y con las proporciones de HyungWon―. Antes de que digas algo, sí, fui de compras, no todo el tiempo vas a usar la ropa de WonHo, eres demasiado alto y largo de las piernas.

―Desearía que no hubieras gastado tu oro, digo dinero ―se corrigió recordando que su vocabulario era un poco anticuado en la modernidad humana.

―Tu tranquilo, te dije que tengo más que suficiente y trabajo para tener mis cosas, además, eres mi amigo, no te iba a dejar desamparado y mucho menos en tu primera cita.

―Gracias BaekHyun.

―Muy bien, ahora, a arreglarte, que no tenemos mucho tiempo.

―De acuerdo.

El pelirrojo se puso en marcha, acomodando el cabello de HyungWon de manera que se viera un poco menos despeinado, resaltando mucho más esa melena rosada, al igual que experimentaron con colores más suaves en sus ojos y labios. Al final, no aceptó tan a regañadientes los zapatos blancos, sólo que su rato alegre no duraría tanto en cuanto vio a cierta mujer entrar por la puerta.

― ¿Qué está pasando aquí? ―inquirió Lucille a ambos―. ¿Desde cuándo la escuela se convirtió en un salón de belleza?

―No es de tu incumbencia ―respondió BaekHyun notando que fue muy hostil con ambos―. Sigue con tus cosas y nosotros no te estorbaremos.

―Esta es una escuela de artes, BaekHyun, ten respeto por el trabajo de WonHo.

Si antes BaekHyun la toleraba porque no quería ser grosero con esa mujer, había perdido el respeto en ese instante al notar que los miraba con tanto desdén que le hervía la sangre por responder. Desde que se conocieron, ambos tenían sus roces, nadie sabe la razón lógica del por qué. BaekHyun prefiere llamar a esa persona que por más esfuerzos hagas por entenderla o llevarte bien, nunca lo lograrás, sólo terminarás odiándola más de lo que ya hacían antes. Ese era el caso con Lucille, HyungWon y BaekHyun.

―Por si se te olvida, esta escuela también es mía, por lo tanto, puedo hacer lo que me dé la gana con ella.

― ¿Ah y si quieres hacer un burdel con él lo harías?

―Bueno ya basta ―declaró HyungWon harto de oírla parlotear―. Mira, nunca nos agradamos, créeme, desde el momento en que te vi sólo me causas dolor de cabeza, pero te tolero porque eres amiga de WonHo.

―No necesito de tu tolerancia.

―Todavía no he acabado ―interrumpió, Lucille notó que los ojos y la presencia de HyungWon eran mucho más intimidantes que antes―. Pasé por alto tu treta de niña malcriada el otro día, pero no voy a dejar pasar otra falta de respeto contra mí, así que hazte a un lado y finge que no pasa nada, punto.

El pelirrojo miraba oda la escena con una sonrisa de suficiencia, contento de que alguien la pusiera en su lugar y se le bajaran esos humos petulantes que cargaba consigo. La joven maestra hervía en rabia por ser trata de esa forma por alguien que ni parecía del nivel económico de WonHo.

― ¿Y si no quiero?

―No es de que quieras, niña ―el tono tan frío hizo a la mujer joven retroceder―. Es de que tengas algo de respeto a otros y no te metas en donde no te llaman.

Ella bufó resignada y salió de la escuela hecha una furia, el leviatán sonrió victorioso.

―Y así, es como nos deshacemos de las zorras ―apareció BaekHyun a su lado y le puso el puño, HyungWon no reconoció la seña―. Vamos, ¿ustedes no las chocan?

― ¿Te refieres a darte un puñetazo?

BaekHyun se golpeó la frente con la palma.

―Perdiste tu swag, mi hermano.

WonHo se dio un último vistazo en el espejo.

¿Debería volver a peinarse? No era tan mala la vista de su cabello de lado, incluso diría que su frente lucía mejor. Evaluó el estado de su piel era el más óptimo, por si se había excedido en el maquillaje de sus ojos, no era tan malo, pudo haber experimentado con algo más atrevido.

―Diablos, para de pensar ―se regañó―. Sólo es una cita... pero estoy muerto de los nervios.

Sacudió su cabeza, con eso esperaba que parte de los nervios se desvanecieran. Salió del cuarto de baño con sólo una toalla alrededor de su cintura hacia el armario. Buscó la muda que tenía preparada desde antes, como era una cita casual iría lo más cómodo posible. Pantalones rasgados de las rodillas en color azul oscuro, una camisa blanca con otra de franela en colores azul con amarillo desabotonada y amarrada a la cintura, las mangas igualmente las subió hasta antes de sus codos.

Usó un par de aretes de plata en las perforaciones que tenía en la oreja izquierda, hace mucho que no se ponía nada de joyería en dicha zona, ese día era una ocasión especial tanto para el heredero del Lago Ness como para el Leviatán.

A su memoria legaron los cortitos momentos en los que HyungWon lo abrazaba con tanto cariño, la suavidad de sus labios sobre los suyos estallaron una bomba de mariposas en su cuerpo, ni qué decir de la comezón agradable en sus dedos cuando vuelva a tocar a su novio leviatán en unos minutos.

―Bueno, creo que ya está ―dijo cuándo se dio un vistazo más detallado frente al espejo de cuerpo completo en su armario―. Okay, es hora de irse.

Tomó las llaves de su vehículo del colchón junto a su celular y apagó las luces antes de salir al pasillo de las habitaciones, sus perros estaban al inicio de la escalera de mármol y rodearon a su dueño, saltándole en busca de su atención. WonHo les dedicó un par de mimos e incluso les habló con la voz más dulce de mundo, todo esto porque estaba bajo los efectos de estar lleno de amor hacia cierto habitante del Lago Ness.

En su mente comenzó a tararear una melodía alegre al tiempo que saltaba los escalones con una euforia tan notoria por su cita con su novio leviatán, que sus padres lo notaron en cuanto lo vieron bajar a la planta baja.

― ¿Vas a algún lado? ―preguntó JooHeon a su hijo.

WonHo paró en seco y casi se cae en el último tramo de la escalera por el susto de haber escuchado a su padre llamarlo de la nada. Los dos perritos saltaron hacia la pareja y saltaron sobre los cojines del sofá más largo, reclamando su lugar en la habitación, ladrando a WonHo esperando que se uniera a ellos.

―Dios, papá, me asustaste ―farfulló llenado su mano al pecho y calmar su ritmo cardiaco.

― ¿Por qué tan alegre? ―terció ChangKyun notando lo evidente en el menor.

―Por nada ―intentó mentir, sólo que la mirada inquisitiva de ChangKyun pronto lo hizo soltar parte de la sopa―. Voy a una cita.

― ¿Con BaekHyun? ―preguntó JooHeon ahora bastante curioso.

―No ―WonHo se rio de la ocurrencia de su padre y su insistente deseo de verlos salir―. Conocí a alguien y me está esperando en este momento.

― ¿Es de aquí?

― ¿Qué es esto, un interrogatorio? ―bromeó WonHo―. ¿Dese cuándo importa eso?

―Lo que tu padre quiso decir ―intervino ChangKyun tomando la mano de su esposo entre las suyas, le lanzó una mirada de advertencia a JooHeon―. Diviértete.

―Gracias papá, volveré después.

―No es eso a lo que...

Pero ya era tarde, WonHo salió corriendo de la mansión como el joven enamorado que era, impaciente por ver a su adorado HyungWon. Los señores de la casa al quedarse solos, fue ChangKyun quien soltó una sonrisa soñadora.

―Jamás creí que volvería a verlo tan feliz ―dijo, se levantó del sillón y fue hasta la ventana, donde vio a su hijo irse con una sonrisa de oreja a oreja.

―Sí claro ―respondió JooHeon de mala gana.

― ¿Cómo que sí claro, Lee-Thorburn JooHeon? ―cuestionó ChangKyun, incrédulo de la actitud de su esposo.

―Sólo digo que no nos emocionemos tanto o pasará como la última vez en la que nos presentó a su último novio formal, porque por lo feliz que está, seguramente no tardará en traerlo a la casa ―el rubio de ojos azul verdoso dejó el periódico que estaba leyendo en la mesita de té y se dirigió a su esposo―. No debemos confiar del todo en este extranjero.

―Hablas como si fuera un enemigo mortal y ni siquiera sabemos si es de otro estado o país, tal vez sea de por aquí.

―ChangKyun, no lo conocemos.

―JooHeon, suenas como tu padre cuando me conoció ―reprochó con un mohín en sus labios―. Al menos debemos darle el beneficio de la duda, quizá hasta te agrade el muchacho.

―Sabes lo que opino de estas cosas, perdón por no poder evitar pensar que esto tal vez sea una trampa para sacarle dinero a nuestro hijo.

―Y lo repito, suenas igual a tu padre ―se burló el pelinegro, su esposo lo miró ofendido―. No todos son interesados, deja de pensar mal de todo hombre que conozca WonHo.

―Hay algo que me tiene más preocupado.

El menor enarcó la ceja por la extraña actitud de su esposo, pero lo siguió hasta la oficina de la mansión, donde JooHeon oprimió el botón de la contestadora. Después de escuchar el sonido de la operadora, siguió un mensaje corto que heló la sangre al pelinegro.

KyungIl había regresado a Escocia y estaba buscando a WonHo.











Hola mis preciosos shapeshifters, ha sido mucho tiempo desde la última actualización, no quiero poner todo el peso de la escuela sobre el retraso, porque en realidad ¡SÍ LO FUE, CARAJO!

Primero que nada, Feliz Navidad y muy buen inicio de Año 2021, espero que todas y todos se estén cuidando en sus casitas. Recuerden que no fue un buen año, pero debemos ser positivos y seguir adelante. Espero que este año hayamos tenido grandes momentos, porque yo si los tuve leyendo sus comentarios, con sus estrellitas y a personitas que conocía gracias este libro y que ahora puedo convivir un poco más. A pesar de que tuve varios momentos malos a lo largo del año como todos, créanme, que cuando escribo me siento feliz y en casa. Todo mi amor lo expreso en este libro, que si bien es un poco pesado, espero que lo estén disfrutando tanto como yo y sigan dándome el apoyo que tanto he recibido, es chiquito pero demasiado valioso para mí.

Me tardé un poco en hacer la actualización, fue un mal cálculo de tiempo en edición, esperaba publicarlos todos los caps ayer, sin embargo, me atrasé en varios caps por decisiones creativas.

Ahora les tengo unos anuncios:

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ℙ𝕣𝕚𝕞𝕖𝕣𝕠

Después de tanto tiempo arreglando cosas, voy a empezar nuevos proyectos a la par que BM. Espero no tardar tanto por la universidad y en parte también me hice adicta a un juego...

Uno de ellos a parte de esta actualización de 5 capítulo y es la más larga de todo el libro, les traigo un pequeño regalo por año nuevo que estará disponible por estos días en mi perfil con el nombre de Pacific Rim: The Drift. 

Sí, es un AU de Titanes del Pacífico versión HyungWonHo.

Al igual que ese corto AU, para esta año planeo publicar otros tres proyectos.

1. Una comedia con triangulo amoroso, situaciones ridículas y mucho humor mexicano. [Not a D.U.F.F.]

2. Mi propia historia de mafia con superpoderes. [This is the Hunt]

3. Re-tellings de cuentos clásicos con varias ships y tramas más complejas [Nombres por revelar]

Todas sobre Monsta X. Llevan ya un año en desarrollo y por fin he tratado de tener todos los hilos cerrados para que puedan pasar a sus celulares esta año, soy una escritora que es muy apegada a la fantasía, pero he querido experimentar en otros géneros. 

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𝕊𝕖𝕘𝕦𝕟𝕕𝕠.

Además de esto, también les tengo otra sorpresa, desde hace unos meses he trabajado en una guia a mi universo de esta saga que prontamente estará publicada y quería saber si ustedes querrían lo siguiente:

1. ¿Desean participar en la guía como un pregunta y responde? 

Ustedes me preguntan y todas las dudas serán aclaradas en la Guía Elemental, además de que voy a incluir otros tópicos poco desarrollados en la novela, como el cambio de piel, hechizos, castas, aceros y aleaciones, armas y muchas otras cosas. Si están interesados pueden preguntar cosas que han leído y no comprenden hasta preguntas que no hemos contemplado en estos capítulos y quisieras saber.

Dejen su pregunta aquí.

2. Al igual que la guía, deben saber antes que nada, su clan dentro del Elemental Universe. Así es, ya está listo el test pronto estará disponible para la siguiente actualización del libro.

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Para no hacer el anuncio muy largo, lo dejaré hasta aquí. Gracias a todos los que me han leído y apoyado a lo largo del año 2020 y espero que en este 2021 sigamos juntos por un buen tiempo.

Los ama mucho.

―𝕬𝖗𝖎

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