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¹⁵. ❝𝐓𝐚𝐤𝐞 𝐚 𝐑𝐢𝐬𝐤.❞

𝕴𝖓𝖛𝖎𝖊𝖗𝖓𝖔 𝟚𝟘𝟙𝟡. 

𝕰𝖓𝖙𝖗𝖊 𝖒𝖊𝖉𝖎𝖆𝖉𝖔𝖘 𝖞 𝖋𝖎𝖓𝖆𝖑𝖊𝖘 𝖉𝖊 𝖓𝖔𝖛𝖎𝖊𝖒𝖇𝖗𝖊.

WonHo seguía los movimientos delicados de HyungWon con la mirada. Estaba un poco impaciente por escuchar su respuesta, ya que cuando soltó su oferta, HyungWon lo miró severamente y lo arrastró hasta la escuela donde lo sentó en el sillón sin oportunidad de concederle la palabra más que gruñidos molestos del omega si se atrevía a decir una palabra más. En silencio comenzó a sacar utensilios para preparar un tónico y curar las heridas del humano, usó una gota de su medicina para revolverla en agua común, ésta formó una capa gruesa de cristal brillante de medio centímetro de grosor; con ayuda de un cuchillo de cocina lo clavó justo en el centro sacándolo de un tirón fuerte. Tomó asiento en la mesita frente al sillón dejando el tazón lleno con agua a su lado; se lavó las manos con tranquilidad, tomó un paño de cocina, que trajo consigo minutos antes, sumergiéndolo levemente en el agua.

―HyungWon ―habló WonHo cansado del silencio entre los dos.

―Silencio ―ordenó serio, el morado comenzó a teñir sus iris de inmediato que sólo volvieron a su estado normal después de que HyungWon se calmara―. Quédate quieto.

El maestro obedeció a regañadientes, HyungWon le lanzó una mirada de advertencia antes de comenzar a lavar la herida de la frente, inició con el hilo de sangre seca hasta dejar la piel pulcra, cuando llegó a donde la carne se resquebrajó se detuvo unos segundos, su gesto serio se tornó en uno lleno de dolor y arrepentimiento.

―WonHo, te debo una disculpa ―dijo después de reanudar su labor, con el cuchillo fragmentó el círculo de magia que se comportó como la arcilla fresca: maleable. Comenzó a esparcirla sobre las gasas que WonHo fue a buscar por órdenes de HyungWon al no contar con una hoja especial que en el clan del botánico usaban como vendajes naturales. Cuando se agotó todo el azul en las gasas, procedió a colocarlo en la herida, el improvisado vendaje se adhirió a la piel de WonHo y sintió cómo su herida se curaba al igual que los moretones en su rostro―. Nunca debí dejar que te metieras en estos problemas, es sólo que.... Es difícil ―murmuró con poca fuerza, dejando caer sus manos sobre el regazo de WonHo, claramente cansado―. Eres demasiado amable para este mundo... No quiero que vuelvas a estar en medio de mis problemas con tu raza, porque eres tan frágil y no quiero cargar con tu sangre en mis manos, por eso te alejaba de mi mundo.

―Creo que estoy bastante involucrado ―determinó el heredero―. ¿Podemos hablar del trato?

―Es lo menos que te debo después de haberme salvado, en más de una ocasión ―se rio, todo ese pequeño lapso de tiempo tenía la mirada gacha, centrada en los tablones de madera oscura de la sala, necesitaba un poco de valor antes de enfrentar a WonHo―. Pero antes, déjame hacerte una pregunta.

―Adelante.

―Me has visto como un mortal, como bestia y ahora como un guerrero entrenado para matar a tu raza, dime WonHo, después de haber sido testigo de la masacre hacia los humanos y que jamás titubeé para mancharme con la sangre de mis enemigos ¿Aún así quieres conocerme incluso si cupiera la mínima posibilidad de que hiciera lo mismo contigo?

La pregunta fue lanzada, lo único que restaba era la respuesta de WonHo. El heredero del Lago Ness aprovechó la oportunidad para admirar a HyungWon con la guardia baja. Pensaba en los horrores y ferocidad animal que presenció, era casi imposible de creer o incluso imaginarse que HyungWon era tan capaz de matar sin pestañear o no mostrar alguna clase de resentimiento por ello; lo único que lo mantenía en perfecta sincronía y sin un ápice de miedo era la mirada de HyungWon antes de iniciar la batalla.

―Sí ―la respuesta hizo que el omega levantara su cabeza y sus ojos se encontraran, avellana contra rosa, sorpresa contra serenidad.

―Sigues impresionándome para ser un humano ―soltó con una sonrisa amarga―. Deberías temerme.

―Si me da miedo lo que hiciste, pero es porque me da terror la sangre, no porque fueras tú ―musitó WonHo, dejando aún más confundido al leviatán―. Pero estoy más enojado conmigo mismo, por eso quiero que me enseñes a pelear como tú.

― ¿Por qué?

―Prometí que la superficie sería un lugar en el que pudieras caminar en total paz, en cambio, no puedo ni hacerles frente a personas de mi talla o peso ―explicó con una mueca en sus labios, un gesto que el omega no le gustaba ver en el tierno cachorro―. Sé que no suena como una excusa válida para pedir tu sabiduría... ―le tomó unos segundos acomodar los sentimientos apabullantes de su pecho en palabras, HyungWon lo escuchó con paciencia y lo alentó a seguir, colocando sus manos sobre las suyas apretadas en un puño―. Conozco esa sensación de estar alerta todo el tiempo, mi familia es como la realeza de estas tierras y tal parece que estamos en guerra con naciones más poderosas por conservar el único lugar que conocemos al que podemos llamar hogar. Este lago, las tierras a su alrededor, su gente, todo... Son tesoros que se han resguardado de extranjeros y siempre hemos estado rodeados de personas hipócritas que nos saludan abiertamente con una sonrisa frente a las cámaras mientras guardan un cuchillo en la mano fuera del ojo público para quitarnos del camino en cuanto estemos desprevenidos. Incidentes como el de hoy son más comunes en mi familia de lo que crees, no todo es culpa de tu magia; tal vez hayamos coincidido por un enemigo en común y verte hoy arriesgando tu vida por mí, me hizo sentir tan impotente y furioso conmigo mismo porque dejé que me protegieras si podía haber hecho algo para ayudarte.

―Cachorro.

―HyungWon, no quiero que mi familia esté preocupada cada vez que éstas cosas sucedan, porque te lo aseguro, seguirán pasando. No es sólo que sea consciente que existes por lo que me atacaron, personas con poder quieren este lugar por ser un punto militar importante y sus recursos naturales son invaluables, eliminar a los dueños de sangre provocaría que las propiedades pasaran a otras manos una vez que paguen con una miserable cantidad de dinero vacío, tal vez unas más peligrosas que esos mercenarios ―sus ojos de repente se cristalizaron, estando al borde de las lágrimas le tomó otros segundos en los que se limpiaba para que el leviatán no lo viera llorar patéticamente―. No deseo ser la razón por la que mi familia muera de preocupación, quiero ser alguien capaz de defenderme y a otros, lo supe en el momento en el que te vi casi ser derrotado por esos bastardos.

HyungWon comprendía sus deseos, sólo que todavía se sentía extraño por dudar, quería mantenerse firme para decir que no, más la insistencia y el coraje que muestra hacen que HyungWon accediera.

―Sígueme ―le dijo soltando una gran bocanada de aire y se levantó en dirección hacia el muelle.

― ¿HyungWon?

―Tu trato: te enseño a pelear ¿y ya está? ―inquirió cuando llegaron a la mitad del muelle y HyungWon se quitó los guanteletes dejándolos a su lado.

WonHo se dio cuenta de algo, tal vez sea poco tiempo en el que ha estado congeniando con el leviatán, más se dio cuenta de su gusto peculiar por la competencia.

―Creo que sería mucho más interesante hacer un reto ―dijo WonHo, mostrando una confianza que hizo al leviatán levantar la ceja, adicionando una sonrisa divertida―. Te reto a una pelea mano a mano, si yo gano: no sólo me enseñas a defenderme, también quiero que pases tiempo en la superficie de día ―HyungWon soltó un suspiro alarmado, a lo que el rubio continuó―. Dudo que nuestras visitas nocturnas nos hagan algún bien, debes estar cansado en algún punto y tampoco puedo durar meses o años sin dormir lo necesario; también se acabaron los secretos sobre tu magia, quiero saberlo todo.

―Y si yo gano ―contraatacó el omega―: Nos veremos menos tiempo y no volverás a preguntar sobre mi mundo.

― ¡¿Qué?! Pero HyungWon...

―Sigo creyendo que es mala idea. Mientras más sepas de mí, menos seguro estarás, eso incluye a los que están a tu alrededor: tus padres, tus amigos, quien sea ―interrumpió a WonHo―. Así que demuéstrame que me equivoco ¿trato?

―De acuerdo ―concedió con una sonrisa, HyungWon le devolvió la sonrisa y se puso en guardia.

―Enséñame lo que tienes.

― ¿Qué?

―Empiezo a creer que es mala idea ―refunfuñó dejando su postura de defensa―. Quiero saber qué tan verde estás y así medirme en habilidad para luchar en igualdad de condiciones.

― ¿O por qué no me muestras algo? ―inquirió―. Aprendo rápido.

HyungWon le lanzó una mirada irritada, aunque no le pareció del todo descabellado. Pensó en movimientos adecuados para enseñarle a un humano. Aunque los entrenamientos de los omegas eran de los más leves en las manadas, seguían siendo superiores a los humanos, aunque debía admitir que el salvajismo de los mercenarios de hace unos momentos era brutal y se asombraba por el nivel de habilidad en sus débiles cuerpos, tal vez WonHo no muera si le mostraba algo suave.

En los siguientes cinco minutos HyungWon le demostró cómo golpear, algo básico hasta para un cachorro bastante mayor, después procedió a enseñarle una que otra técnica avanzada de ataque y defensa, para cuando terminó WonHo tenía la palabra impactado calcada en su rostro.

― ¿Dices que eso les enseñan a los más pequeños?

― ¿Demasiado para alguien que presume de un buen físico? ―se burló el omega, un mohín se formó en los labios de WonHo.

―Muy gracioso.

― ¿Te parece dos de tres?

―De acuerdo.

HyungWon volvió a su posición de defensa, esperando que WonHo atacara primero. Error de novatos, pensó cuando acertó en sus predicciones de un posible puñetazo a la cabeza, HyungWon se hizo hacia atrás con dos pasos estableciendo una distancia segura, WonHo por su parte trastabilló. El leviatán se rio bajo al ver las expresiones de perplejidad en el cachorro, por unos segundos planeaba ser demasiado blando con él, pero fue el rubio quien pellizcó ese nervio de competitividad en él; con el siguiente intento del humano por asestar un golpe HyungWon paró el puño con su palma, se giró deslizando su brazo por el de WonHo haciendo uso del peso contrario como su ventaja y derribarlo.

―Auch ―musitó WonHo, sobándose parte del costado sobre el que cayó.

―Arriba cachorro ―apremió, una venita en la frente de WonHo estalló al notar que el omega se divertía de esa situación―. No me hagas ser más suave contigo.

WonHo lo miró indignado. Se levantó con rapidez, cambiando su semblante molesto a uno sereno en segundos, con un deje de ese sentimiento de un cazador evaluando a su presa, HyungWon no pasó por alto éste cambio en la postura del rubio, así que también mostró un gesto firme. Caminaron en círculos evaluando quién sería el primero en dar un paso en falso, HyungWon tragó saliva, buscando un punto débil por dónde atacar; tal vez el costado izquierdo desprotegido junto a un golpe por detrás de la pantorrilla o puede que opte por lanzar un golpe falso para distraerlo. Aunque esos minutos de pensamientos fueron la ventaja para WonHo.

WonHo lanzó un golpe hacia la cabeza de HyungWon, el omega usó su brazo como bloqueo llevando la mano de su adversario hacia arriba mientras que su otro brazo pretendía atacarlo en el costado. Desde esa fracción de segundo, todo sucedió demasiado rápido: WonHo se alejó al predecir con éxito el ataque del leviatán a su costado desprotegido, por lo que al dar un paso atrás supuso que lo seguiría en el movimiento y acertó; usó el claro sentimiento de frustración de su amigo mágico para cambiar de posiciones. HyungWon luchaba a contra luz, así que caminó rápidamente usando como señuelo otro ataque hacia las costillas de HyungWon, justo a tiempo. En cuanto la luz de Sol dio de lleno en el rostro del omega, éste quedó cegado momentáneamente obligándolo a cerrar los ojos siendo presa fácil; WonHo repitió el movimiento que HyungWon le mostró, bajando rápidamente y utilizar su pierna para barrer las de HyungWon y derribarlo, declarando su primer victoria.

― ¿A eso le llamas suave? ―contraatacó el heredero del lago Ness con una sonrisa confiada―Uno de dos.

― ¿Qué mierda? ―preguntó en voz baja, más para sí mismo que para WonHo.

El botánico miró estupefacto hacia el humano. Una parte del leviatán estaba encantado con la nueva faceta que veía en el humano; se había acostumbrado a ver una cara amable, tranquila y linda, nunca imaginó que el rostro que ahora tenía WonHo era algo... atractivo y viril. Sus cejas levemente fruncidas al igual que sus labios, el color avellano inundado sus iris producían una calma terrorífica que cualquier depredador tenía antes de dar el golpe final. La otra parte del leviatán disparó una alarma en el cerebro de HyungWon: el humano no mentía cuando decía que aprendía rápido. WonHo en sus primeros segundos tenía una postura demasiado sosa y descuidada para atacar, ahora que estaba frente a él notó un cambio. Sus hombros estaban notablemente más relajados e incluso la posición de su tronco y piernas era más decente de cuando inició.

―Esto es ridículo ―se lamentó HyungWon estando a punto de retirarse de ese desafío sin sentido.

― ¿Miedo a perder HyungWonnie?

El apelativo con el que fue nombrado muy lejos de sentirse amigable, el leviatán lo tomó como un desafío. No era propio de omegas adoptar actitudes como el desafío, siendo la mayor parte del tiempo en la que eran criaturas amables, eso es a lo que fue educado desde pequeño por los maestres; pero su honor estaba en juego. Puede pecar contra su casta de orgullo y terquedad, una derrota así no puede pasarla por alto, no desperdició años en los que dormir era su última opción para que un descuido lo haya dejado como un cachorro inexperto.

―Jamás ―contestó en respuesta.

Usó sus manos como apoyo al arquear su cuerpo e impulsarse hacia arriba, regresando de nuevo a su posición de defensa, no cometería el error de subestimar a WonHo otra vez. Ambos se dedicaron unos horribles minutos en silencio dentro de los cuales sus ojos se deslizaban desde la punta de los pies hasta la última hebra de su cabello, tratando de leerse y predecir lo que el otro haría. Se cansaron de esperar e iniciar otro enfrentamiento en el que los golpes y bloqueos se interrumpían por distancias que WonHo o HyungWon decidían poner de por medio para el siguiente paso.

―Acércate, no muerdo ―incitó HyungWon viendo que el rubio se mantenía de nuevo a raya.

―Lo dice el que tiene los colmillos más prominentes de los dos ―respondió con una sonrisa.

Motivados por una nueva tensión entre los dos, en la siguiente ronda de ataques parecían que sus movimientos se conectaban sin ninguna malicia o resentimiento. Con simples miradas o fruncimiento de sus cejas halagaban la habilidad del otro; hasta que determinado un momento uno de los dos debía caer... solo que, ¿quién lo haría primero?

Se diría que la voluntad y la descarga de adrenalina ayudó a HyungWon a evitar que WonHo no pudiera tocarlo por un rato, sólo que, en cierto punto su resistencia bajó considerablemente por lo cansado que estaba física y mentalmente por el final de su celo, luego el subidón de magia empleado en la batalla anterior; como guinda en el pastel estaba ese momento de batalla que requería más esfuerzo de su parte. Eso fue lo que le permitió hacer a WonHo un ataque: Se movió a la derecha dejando su brazo extendido cuando HyungWon lanzó un golpe en dirección hacia su cabeza, su palma llegó hasta el pecho del omega; usó toda su fuerza para empujarlo y desequilibrar su pierna apoyada a un lado de la suya usando el talón, tiró de la pierna del leviatán. Ambos cayeron al suelo con HyungWon siendo apresado por el fornido cuerpo de WonHo.

La posición dejó consternado al omega, más se sintió embargado por el calor y la cercanía de WonHo. Su mente aún con pocos indicios de su horrible celo dejó que su cuerpo fuera mucho más sensible a los puntos de contacto que compartían el cuerpo leviatán con el humano: sus caderas, parte de su estómago siendo cubierto por uno más duro; por último, la palma enorme en su pecho. Justo donde se podía sentir su frenético palpitar y el calor se extendió desde su pecho hasta quedar retratado en un intenso color carmín tiñendo sus mejillas y orejas.

―Dos de tres ―susurró con una sonrisa victoriosa que terminó por ser tímida cuando sus miradas se encontraron―. HyungWon, no fui del todo sincero contigo.

― ¿De qué hablas?

―No sólo quiero que te quedes más tiempo por un bien mayor ―comenzó con un poco de dificultad al notar que el leviatán tenía puesta su completa atención sobre él―. Egoístamente quiero saber más de ti.

―Por el Hacedor, WonHo.

―No buscaba presionarte esa noche ―dijo ahora buscando un poco de valor desviando la mirada y hacer retroceder las lágrimas que se formaron en sus ojos―. Es sólo que me emocioné por saber que por fin estabas confiando en mí para comenzar a preguntar más cosas, no sólo conformarme con silencios mientras me veías trabajar o preguntas tuyas por mi mundo, ya ni siquiera sé si pueda soportar tus maldiciones hacia mi pobre cafetera ―ambos rieron por el recurrente episodio en el que el omega maldecía con todas sus ganas al pobre aparato, en una ocasión casi lo atraviesa con sus puños―. No quiero que te alejes después de esto, yo te tomé cariño en este poco tiempo y pretendo conocerte no sólo como un deber moral para concederte un hogar seguro, quiero genuinamente saber qué color te gusta, tu fruta favorita, la estación del año que más aborreces, todo eso y mucho más.

HyungWon se quedó sin palabras, devanándose los sesos para encontrar la forma de responderle. No cayó en cuenta de lo dócil que estaba ante el contacto tan suave de WonHo sobre su cuerpo. Se sentía un poco asustado por la confesión de WonHo; ese era el rumbo que trató de ignorar.

En ese preciso instante, en el que sus almas fueron abiertas a través de los ojos del otro se dio por vencido: amaba a WonHo por quien fue y también se estaba enamorando por quien se convirtió. Con ayuda del destino era empujado hacia el rubio para descubrir su futuro, donde ya no estaría fuera de esa burbuja que se formó con los años. Esa era la razón por la que seguía viniendo a esa pequeña cabaña junto al lago y tal vez era hora de dejar de huir de sus problemas para enfrentarlos.

― ¿Estás consciente de lo que pides, cachorro? ―inquirió en un susurro quedo, la voz del leviatán hizo que la piel de WonHo se erizara por completo.

―Sí.

― ¿Hay alguna oportunidad de que te retractes? ―volvió a preguntar, el mohín que se formó en el rostro del rubio lo hizo sonreír.

―Nope.

―Entonces, acepto.

El leviatán tragó en seco cuando notó un ligero cambio en WonHo. Un brillo especial se instaló en los iris avellanados, uno que era magnético e imposible de bloquear. El nombre del heredero salió en un exquisito susurro deslizándose desde sus labios carnosos hasta el canal auditivo del rubio; su tono era grave y quedo, pero sonaba a igual a una sinfonía sin nombre que encantaba a WonHo. Ahora entendía lo que BaekHyun decía, tal vez sí estaba atraído a HyungWon por algo mucho más fuerte que la curiosidad.

Sus miradas se encargaron de bloquear todo razonamiento lógico en las mentes de ambos para dejar que las sensaciones cálidas sean lo que gobernara el avance de la mano de WonHo en dirección hacia la mejilla del leviatán, cuando su piel hizo contacto con la de HyungWon no podía creer lo tersa que era e incluso quiso pasear sus yemas por las luces marcadas en el cuello, más se contuvo al considerarlo inapropiado, todavía tenía sentido de la caballerosidad dada la situación. Al llegar arriba ahuecó la mejilla con su palma, HyungWon dejó que su naturaleza omega brotara de sí mismo en forma de un ronroneo suave. Fue demasiado tarde para evitar soltar el sonido más vergonzoso de su vida porque WonHo lo escuchó claramente por la sonrisa en su rostro al ser testigo de algo único para el humano; HyungWon se llevó una mano hacia sus labios mostrando su bochorno junto al color rojo que volvió a teñir sus pómulos, el humano quedó enternecido por el sonido y la ternura que descubrió en el leviatán cuando estaba expuesto a situaciones como esa.

Maldijo en todas las formas posibles a su dios por dejarlo en tan vergonzosa situación, mucho más cuando su timidez dominaba su cuerpo hasta el punto de no ser capaz de mantenerle la mirada a WonHo, la desvió deseando encontrar alguna distracción que no fuera la definida mandíbula, ni siquiera quería pensar en que sus cachetes tenían menos carne de la que recordaba del niño que conoció y que de igual manera hacían a WonHo irresistible como un alfa bien dotado. Estaba dejando a su cuerpo cometer locuras cuando apenas sabía tan poco de ese humano, que le asustaba la tensión creadas por sólo unas palabras del heredero.

En medio de su paranoia momentánea, uno de los dedos del botánico rozó gentilmente con la mano ajena que aún sostenía su mejilla. Entonces centró su vista en ese ligero roce y volvió enseguida a encontrarse con la cálida mirada de WonHo, quien llevaba todo ese tiempo admirando cada movimiento del botánico, grabándolo a pulso en su memoria. Olvidó sentir culpa o pudor en cuanto se fijó en los carnosos labios del omega y fue demasiado tarde para disimular frente a HyungWon.

Él quería besarlo.

―HyungWon.

―Cachorro.

Se inclinó tratando de tocar sus labios, pero HyungWon salió del trance justo a tiempo y desvió su rostro al darse cuenta que estaba por cometer una locura, descubrió al fondo de la academia de artes a BaekHyun con su cámara apuntándolos, cuando el fotógrafo vio que había sido descubierto, corrió a ocultarse en algún lugar de la escuela, WonHo también notó a su mejor amigo siendo un entrometido de primera, ya hablaría con él más tarde.

Aclaró su garganta y con eso, ambos se separaron claramente ruborizados por lo acontecido. HyungWon se rascó la nuca, incómodo por haber casi besado a WonHo ¿En qué diablos estaba pensando? Una cosa era admitir que volvía a sentirse atraído y una muy diferente besar a un extraño.

―Volveré después de la puesta del Sol ―dijo al rubio, caminó hasta sus guanteletes y se los volvió a colocar.

―Pero el trato...

―Estoy cansado ―expuso soltando un tenue suspiro―. Necesito regresar a casa para recuperarme, la magia no es del todo sencilla de manejar, incluso para mí ―WonHo le dedicó una mirada escéptica―. No me iré para siempre, pero si vamos a hacer esto, quiero que lo veas todo desde mi mundo.

― ¿Qué? ¿de verdad?

―Te veré después, iré por mi capa y dormiré toda la tarde ―prometió ahora tomando dirección a la academia.

―Nos vemos en la noche.

Hallar su punto escondido recorriendo el bosque era más difícil hacerlo que pensarlo. Tuvo un poco de problemas al encontrar la cueva protegida por tierra hasta dar con el camino, en cuanto descubrió el arco notó que sus pertenecías seguían en el lugar donde las abandonó. Soltó un suspiro cansado y comenzó a recoger todo, entonces un escalofrío inició en la base de su espalda alertándolo de una posible presencia a sus espaldas. Sacudió su brazo rápidamente para deslizar la hoja de diacuarzus y apuntar hacia arriba quedando a milímetros de la garganta de HoSeok. Un chillido agudo salió de la garganta de su mejor amigo cayendo de espaldas por el tremendo susto que le dio su mejor amigo.

―Por el Hacedor, HoSeok ―gritó HyungWon corriendo hacia su amigo quien, del pavor, saltó un par de metros lejos de él con la mano en su cuello―. ¿Estás herido?

― ¡Santo Leviatán Blanco! ―articuló con mucha dificultad y uno que otro gallo salió de su boca por el tremendo susto que le propinó su amigo.

― ¿Cómo saliste de la manada? ―preguntó consternado, comenzó a examinarlo para saber si su amigo estaba herido.

―Lo más importante ¿Qué haces tú con un humano jugando a plena luz del día?

El omega detuvo sus acciones para ayudarlo a ponerse de pie y dedicarle una mirada mortífera.

―Volvamos a casa ―dictaminó serio―. No podemos quedarnos mucho tiempo fuera, hay cazadores cerca.

― ¿Y aun así saliste a defender a un humano? ―HyungWon volvió a advertirle frunciendo el ceño ante el molesto interrogatorio en el que se metió.

― ¿Qué tanto llevas siguiéndome Jeon HoSeok?

―Te vi marcharte de tu casa hacia un pasadizo del que jamás supe que existía en la manada ―explicó cuando los amigos regresaban por el túnel―. Iba a llevarte un poco de los biscochos que preparé hace tiempo para que tu celo no fuera tan amargo, entonces te vi mover la maleza; iba a preguntarte cuándo regresarías a casa o si te detendrías cuando el túnel se prolongara más de lo que un leviatán normal se atrevería a recorrer en su primera vez, pensaba que era un viaje curioso, que explorabas... hasta que te vi correr como un loco desenfrenado por el bosque.

― ¿Y me seguiste?

―No sólo eso, te grité a través de mi bestia para detenerte ―dijo, HyungWon lo miró alarmado―. Aclaro, nunca usé mi voz de mando contigo.

―No puede ser ―soltó HyungWon―. ¿Es cierto? ―preguntó ahora su bestia, más la respuesta no fue dada, sólo hubo silencio.

―Cuando dije que un cambio de aires te vendría bien, no me refería a un humano.

―Es idea mía ¿o estás más calmado sobre el asunto que yo?

HoSeok sonrió para el desconcierto de HyungWon.

―Créeme, cuando te vi salir de esa cueva estaba aterrado porque hicieras una locura y después verte en ese cruce con humanos para nada amistosos, estuve a punto de intervenir.

―Pero.

―Vi a ese humano, el rubio ―la simple mención de su cachorro lo hizo sonreír, relajándose de mostrarse seco con su amigo―. Fue un idiota al quedar en medio, aunque jamás había visto a un humano arriesgar así su vida por uno de nosotros, creí que era un simple deseo egoísta por mantenerte en secreto para él, pensaba que por eso te ayudó a salir bien librado.

― Especulabas que me conservaba por la fama y fortuna que tocarían a su puerta si él me destapaba al mundo mortal.

―Exacto, pero ellos de verdad se interesan por ti tal como nos cuidamos entre nosotros ―dijo recordando el episodio en la orilla del lago―. Me quedé un tiempo observando al segundo humano, el del cabello color rubí; mintió para protegerte, entonces fui a buscarte a esa peculiar morada del humano, debo decir que tiene un gusto impecable por lo sencillo ―HyungWon concedió con una mueca, su escuela era bastante sencilla a comparación de su verdadera casa―. Escuché casi todo lo que dijeron, HyungWon.

―Entonces sabes que no tengo elección.

―Por el contrario, podías haberte negado. Eres un leviatán, una criatura con poder y magia mil veces más fuerte de lo que es el hambre del mortal por consumir, fácilmente hubieras acabado con ese hombre en un segundo ―refutó HoSeok, HyungWon reconocía esa verdad sin dudarlo―. Deberías estar loco para dejar que la humanidad sepa que seguimos con vida después de que nuestros antepasados juraron silencio, creí que ellos te habían engatusado con alguna especie de trance barato.

―Sigo pensando eso.

―O estás muy enamorado.

―HoSeok, estás yendo muy lejos ―le reprendió mirándolo para que no dijera algo que provocara su ira.

―Lo digo enserio ―contradijo, HoSeok encaró a su mejor amigo―. Los vi en el muelle, la manera en que se desean asusta.

―No seas ridículo.

―HyungWon ―lo tomó del brazo y lo miró serio―. Ni siquiera cuando estabas con MinGyu lo mirabas de la manera en la que haces con el rubio musculoso, verlos juntos hace que seas más brillante de lo que eres en la manda ―HyungWon se sorprendió ante la observación―. No queríamos decirte nada, pero desde que volviste parece que estabas apagado y lo único que te hacía caminar era tu trabajo, cuando estabas con él volvías a sonreír como cuando eras un cachorro ―alzó la manga de la camisa negra para exponer sus luces―. Antes eran frías y rígidas, parecía que el invierno estaba llenándote con su energía y cuando estabas con ese hombre pude sentir algo cálido salir de tu interior, no necesitaba mi don* para comprender que estás enamorado de él.

HyungWon soltó un resoplido cansado con una sonrisa irónica pintada en sus labios.

―La verdad esperaba un poco de tu resistencia, incluso que usaras tu voz de mando para que no me permitieras verlo.

―Por favor HyungWon, estaría pecando contra nuestra amistad ―refutó rodando los ojos ante el escepticismo del botánico―, eres mi mejor amigo y quiero que seas feliz.

―Entonces ¿estás de acuerdo con esto? ―increpó, en el camino no se fijó que una roca se interponía en su camino y casi tropieza, pero HoSeok lo jaló a un lado entonces quedaron cerca el uno del otro.

―Eres un adulto ahora HyungWon, tengo al menos un poquito de fe en que harás lo correcto ―bromeó, recibiendo un leve empujón de su amigo y reanudaron su caminata―. No soy tu padre o tu alfa para decirte lo que tienes que hacer, además eres un omega capaz de tomar tus propias decisiones, que te hayas fijado en el enemigo es otra cosa.

―HoSeok, no ayudas.

Los dos amigos estando a punto de salir del túnel principal hacia otro que conectaba a la red de cuevas hacia su manada, antes de cruzar el umbral, se detuvo a caminar en círculos. Estaba entre la espada y la pared, debía decidir ahora mismo.

―Si bien, el humano al parecer te hace feliz, te recuerdo qué estás tomando un enorme riesgo si dejas que entre a la manada, si algo sale mal puedes sufrir...

―Estoy plenamente consciente de lo que pasará si todo sale a la luz ―dijo pensando en todo el dolor que su decisión desencadenaría en la manada, sobretodo en sus padres y hermana, sin mencionar que traicionó la confianza de su Alfa Líder―. Es sólo que... WonHo ha sido parte de mi pasado y ahora no puedo negar que quiero estar junto a él por muchos motivos. Él no es un humano común, es alguien que puede protegernos de su propia raza y mi bestia confía en él, pero también lo hago porque ya no sé si tenga la fuerza para ocultar que me estoy enamorando de él, todavía tengo miedo de que todo resulte en desastre; hará lucir a mi lazo roto con MinGyu como una ridiculez comparado con lo que está pasando con WonHo. Él me ha salvado en más de una ocasión, tuvo las oportunidades justo enfrente de sus narices para delatar nuestra existencia al mundo, él incluso debería estar babeando por la posible fortuna que tenga en puertas si supiera que valemos demasiado para su raza. Pudo haberse convertido en una de las personas más ricas y poderosas con sólo uno de nosotros en sus manos; y él siempre ha rechazado esos pensamientos. Todavía no puedo decir que es alguien digno de confiar por ahora, pero comienzo a creer que WonHo daría su vida por probar lo contrario.

―Creo que tienes mucho de qué hablar conmigo.

―Un poco de tu opinión no me vendría mal, a decir verdad.

Por el resto del camino ambos amigos compartieron una extensa charla en la red de cuevas subterráneas con cuerpos de agua rebosantes de luminiscencias, la mayoría se desenvolvió hacia su tierno romance de pocas semanas a los catorce años de vida del omega rosado hasta sus encuentros directos e indirectos con WonHo, sobre sus preocupaciones sobre sus sentimientos y lo serios que se ponían conforme pasaba más tiempo a lado del heredero y de lo aterrado que estaba por buscar a una persona que había muerto por su propia mano. El desconsuelo que sentía cada vez que veía a los ojos del humano buscando redención y no lo conseguía por culpa de una sonrisa inocente.

Al término de su conversación llegaron a la entrada del túnel y en lugar de dirigirse a la casa del botánico decidieron que un claro al que no muchos leviatanes frecuentaban sería el lugar ideal para tener privacidad. El estanque recibió a ambos amigos que remojaron sus pies en el agua, enterrando sus dedos entre las raíces del viejo sauce que crecía detrás de ellos.

―Vaya, es algo muy grave ―soltó HoSeok después de toda la historia―. Enfrentarte a tu primer amor al que le borraste la memoria después de años, que el Hacedor te bendiga.

―Ni que lo digas ―bufó y llevó su mentón a sus manos, demostrando que estaba al borde del colapso―. Sólo he resuelto una parte del predicamento, no puedo desaparecer de la nada en el día sin que alguien sospeche.

―Tal vez pueda ayudarte en eso.

― ¿Ah, sí? ―su tono incrédulo molestó a su mejor amigo.

―Me ofendes Son ―refunfuñó el alfa―. Hablo enserio, prometo que mientras estés fuera, nadie querrá molestarte si "estás conmigo".

Eso le recordó a la conversación que tuvo con su melliza en la mañana, si todo iba a ser de esa forma, necesitaba al menos que le dijeran la verdad.

―HoSeok, Sana me dijo que intentó emparejarnos como SeokJin a muchas parejas hace siglos, insinúa que sientes más que cariño conmigo ―comenzó un poco nervioso―. No quiero que hagas esto por nada, así que te lo pregunto una vez más ¿Por qué exactamente quieres ayudarme?

El silencio que se instaló entre ellos comenzó a paniquear a HyungWon, no deseaba escuchar que su mejor amigo estaba enamorado de él, sería tan horrible si lo confirma y se ofrecía este trato que terminaría por romper un lazo entre ellos. HyungWon ya sabía lo que pasa cuando acontecen éstas cosas, así que por si acaso, estaba usando su don para estar seguro de que HoSeok no mentía en su corazón.

―Eres mi mejor amigo HyungWon, lo que quiero para mis seres amados es su felicidad y si el humano es eso para ti, no me opondré ―declaró, el tono despreocupado hizo que HyungWon alzara una ceja por la respuesta del alfa―. Claro que me preocupa el hecho de que seas descubierto con el enemigo y te acusen de traición, pero hay algo en lo que concuerdo con tu humano.

―Espera ¿Qué?

―Hubo algo en su discurso me da esperanza ―se encogió de hombros y comenzó a juguetear con sus dedos, nervioso por revelar un deseo muy profundo a la primera alma que no era su leviatán interior―. Ya no quiero vivir en la oscuridad de las cuevas, espero algún día caminar por ese bosque en los días lluviosos sin tener miedo a que alguien nos apuñale con un arpón por la espalda, ver a los cachorros nadar en completa libertad por el lago, volver al tiempo en el que nuestros antepasados podían caminar en las costas y divertirse en los océanos, quiero saber qué se siente existir sin miedo a que nos cacen. Así que hago esto por ti, por mí y por todos en la manada, porque tengo fe en un mundo mejor, uno afuera de las sombras.

HyungWon apretó las manos nerviosas de su mejor amigo con cariño, claro que entendía sus deseos porque él sentía lo mismo, al igual que muchos otros leviatanes en la manada. Era un iluso al creer en ese cambio por los milenios en el que el poder fue arraigado en las almas de los humanos, pero WonHo, BaekHyun, HoSeok y su bestia lo impulsaban a seguir adelante en aquella aventura. Ese rayo de esperanza le daban el valor necesario para tomar ese riesgo.

―HoSeok, no sé cómo podré pagarte todo lo que haces por mí, a veces creo que de verdad te gusto por todos los sacrificios que has hecho.

―No HyungWon, a pesar de que todos lo digan, ambos sabemos que jamás seremos pareja, si buscas pagarme, sólo deseo que tengas cuidado con esta misión y triunfes ¿de acuerdo?

―Lo prometo.

Eran pasadas las nueve de la noche cuando miró su reloj de muñeca, después de la hora apareció la lectura de sus signos vitales, delatando en su dato de frecuencia cardiaca lo nervioso que estaba por el encuentro de esa noche, el único problema era burlar la seguridad de su propia casa.

Sí, BaekHyun había hecho un increíble trabajo por tapar que había sido víctima del ataque a la policía de su familia, lo que activó el lado de padre sobre protector en MinHyuk, dictaminando que ambos jóvenes no saldrían para nada esa noche a algún bar como WonHo pensaba hacer pasar su ausencia en la mansión, ahora los dos jóvenes maestros estaban en aquella mansión rodeados de mucha vigilancia, pero no perdería la oportunidad de su vida con HyungWon. Tuvo mucha suerte cuando su herida sanó antes de llegar a su casa y evitar más de la paranoia de su tío.

Salió de su habitación para ir de puntitas hacia la puerta de su tío, quien la dejó entreabierta. Lo encontró en su silla con mullidos cojines y una cobija gruesa sobre su regazo, durmiendo plácidamente siendo escoltado por sus dos perros a los que dejó hacerle compañía con la esperanza de tranquilizar al pelinegro del ajetreado día. Su tío era de un sueño bastante pesado, seguramente amanecería en esa posición o en el peor de los casos, despertaría muy entrada la noche con él de regreso de su encuentro con el leviatán.

Depositó toda su fe en que no despertara durante toda la noche suponiendo que la charla con HyungWon pudiera alargarse hasta el amanecer, así que cerró la puerta con cuidado y se encaminó hacia su habitación.

Fue directo a su cama para usar varias de sus almohadas como señuelo bajo las cobijas gruesas, una treta de niño, pero seguía funcionando hasta la fecha. Cuando supuso que su trabajo parecía su propia silueta le mandó un mensaje a BaekHyun, quien estaba encargado de distraer al mayordomo de su escape. Esperó hasta recibir el mensaje de su mejor amigo le indicó que el señor de la servidumbre llegó al cuarto para atender sus deseos, entonces se apuró en esos valiosos diez minutos que tendría de ventaja, según los cálculos de ambos amigos.

Fue hacia el buró junto a su cama de donde rebuscó entre sus cosas hasta dar con una llave de mando que hurtó del cuarto de sus padres cuando su tío estaba en el estudio de la biblioteca armando un tremendo drama en el teléfono con ChangKyun; la puso en el bolsillo izquierdo de su pantalón y se puso un suéter grueso y una chaqueta, los inviernos en el Lago Ness son muy crudos, era mejor prevenirse si iban a reunirse al aire libre.

Apagó las luces de su habitación y corrió al ventanal, luego fue hacia la columna más cercana con enredaderas; tanteó hasta dar con la más fuerte, se impulsó y comenzó a descender un poco apresurado, cuando estuvo a un metro del suelo saltó, pero se tropezó y cayó contra la grava del caminillo junto a la casa. No se dio el lujo de pensar en su dolor por la caída. Trastabilló un poco caminando rápidamente por el jardín, cuando el dolor no le parecía como el infierno un tenue brillo rosado en la superficie del agua llamó su atención. Una cola con membrana casi traslúcida se sumergió por unos segundos para que una cabeza humanoide saliera a la superficie; WonHo sonrió al por saber que el leviatán tenía un buen sentido de la orientación, insistió en verse cerca de su casa conociendo de antemano el predecible comportamiento de su tío.

El omega estaba flotando mostrando sólo hasta sus clavículas, luciendo realmente hermoso a la luz de la noche. Se dio una bofetada mental por tan inoportunos pensamientos.

¿Qué planeas cachorro? ―le susurró en sus pensamientos.

WonHo no quería levantar sospechas con su voz para responder al omega, pero ¿cómo se contesta a alguien si tal parece que HyungWon no leía su mente? El rubio hizo señas, tratando de explicarle que trataba de salir sin ser visto, aunque el omega no captó el mensaje.

Es como hablar contigo mismo, sólo concéntrate en decirme lo que quieres que sepa y te escucharé ―dijo comprendiendo que nunca antes le enseñó a usar la conexión telepática antes de venir.

WonHo concentró toda su atención e intentó que algo le saliera.

¿Me veo ridículo con chaquetas de cuero? ―increpó, fue lo primero que realmente le vino a la mente sin esperar que su intento fuera escuchado por el omega.

Esperaba algo más ―admitió el botánico, sus hombros se movían de arriba hacia abajo con tal de reprimir una carcajada al sentir por la conexión telepática el claro bochorno del humano.

Te veré del otro lado ―dijo avergonzado mientras sacaba la llave de mando al estar frente al tablero de entrada en una de las puertas de la gran muralla que protegía la mansión.

HyungWon se sumergió de nueva cuenta nadando por el lago, WonHo puso la llave de mando en la ranura, tardando unos segundos para activar la pantalla electrónica pidiendo la contraseña, el heredero agradeció a su dios porque sus padres no la hayan cambiado. Digitó la combinación de números, haciendo uso de los cumpleaños de todos los integrantes de la familia Thorburn viva, esperó otro segundo para que el seguro se desbloqueara y la puerta se abriera con un ligero «clic»; sacó la llave de la ranura y volvió a guardarla en su bolsillo.

Con cuidado, se puso contra la pared esperando que la cámara no haya captado su salida, el árbol junto a la entrada parecía ser la cubierta perfecta y cuando giró para seguir grabando el otro lado, WonHo salió disparado hacia los árboles, buscando la motocicleta de su amigo oculta entre los arbustos, se hizo una nota mental para agradecerle a BaekHyun por haberse tomado la molestia de hacerle ese pequeño favor.

Quitó varias de las grandes ramas con una gran mata de hojas en ellas y dirigió el vehículo hasta una roca enorme, HyungWon ya lo esperaba con la ropa puesta y terminaba por ponerse la capa negra para ocultar sus luces.

― ¿Y ahora a dónde nos dirigimos? ―preguntó sin hacer uso de la conexión telepática, HyungWon saltó de la roca y aterrizó con elegancia frente a WonHo.

―Hay una cueva cerca del lugar donde te emboscaron ―la última parte la dijo con un tono apagado, lleno de culpa; WonHo lo consoló frotando su mano contra el brazo de HyungWon.

―Tranquilo, una vez que me entrenes, no volverás a preocuparte ―intentó bromear, pero HyungWon difícilmente halló la gracia en el comentario ―. Lo siento.

―De verdad pudieron haberte herido ―recriminó, se mostró afligido por si quiera pensar en ellos―. Un segundo pudo haber hecho la diferencia, me hace querer estar todo el tiempo contigo para que no te hagan daño.

―Me encantaría que lo hicieras ―respondió WonHo con una sonrisa coqueta.

―Sólo bromeaba ―HyungWon se sonrojó y deseó no tener luz propia para que el humano no hubiera notado su cambio de color en sus mejillas―. ¿Podemos irnos?

―Claro HyungWonnie.

El calor terminó por subir hasta sus orejas por el apodo que WonHo decidió usar con él, viendo que las respuestas tímidas eran favorables cuando lo tomaba desprevenido. WonHo se colocó el casco que tomó del manubrio y se lo puso después de una corta discusión con HyungWon por quién se lo pondría, se montó sobre la motocicleta con HyungWon mortificándose por una simple variante de su nombre.

― ¿Subes? ―la pregunta tomó por sorpresa al omega.

― ¿Eh?

WonHo rio ante la tierna carita de confusión del leviatán extendiéndole su mano, HyungWon la tomó con delicadeza para que fuera atraído hasta el rubio, con un gesto le indicó que lo imitara y el botánico se tragó su nerviosismo para pasar una de sus manos sobre el hombro de WonHo, apoyándose de él y montarse sobre la motocicleta.

―Recomiendo que te sujetes.

HyungWon le preguntó con la mirada al humano si estaba bien si lo usaba a él para evitar caerse, WonHo quedó profundamente encantado por lo tierno que se veía pidiendo permiso. Asintió, el omega dudaba cual sería la mejor forma de sujetarse sin que fuera atrevido, hasta que pasó sus brazos por la estrecha cintura de WonHo y se abrazó al torso humano; con timidez estrechó su pecho contra la fuerte espalda del rubio preocupándose porque su frenético latido fuera sentido por el cachorro humano.

―No te sueltes.

Encendió el motor arrancando hacia la carretera principal. 

HyungWon casi muere de infarto por la tremenda potencia en ese extraño artefacto que los transportaba a una velocidad increíble. WonHo tomó un camino por el bosque que HyungWon le sugirió cuando él regresó por sus pertenencias aquella tarde, se detuvo cuando el omega apuntó hacia una cueva que parecía ser más bien una saliente común.

―Cuidado ―WonHo sujetó a HyungWon del brazo cuando intentó caminar después de bajar de la motocicleta y casi cae al suelo por el mareo de tanta velocidad en poco tiempo.

―Estoy bien ―dijo cuándo se aseguró que sus piernas no fallarían.

― ¿Y ahora?

―Ven conmigo.

WonHo ató la correa del casco al manubrio y caminó con la motocicleta a su lado a la entrada de un callejón sin salida.

―Eh, ¿HyungWon?

―Querías saber de mi magia ¿o no? ―comenzó el omega, extendió sus palmas hacia arriba y las runas que antes marcó emitieron un tenue brillo, la entrada se reveló como si un cristal se hubiera roto―. Bienvenido al mundo de los Clanes Elementales.

―Ay por Dios, esto es increíble.

WonHo estacionó la motocicleta dentro de la cueva después de que HyungWon le asegurara que no le pasaría nada una vez que pasaran la barrera protectora.

Siendo el omega ahora quien le extendía la mano para que lo siguiera a través de los pasadizos de roca, caminando entre la oscuridad hasta que HyungWon con las manos bien estrechadas, el leviatán dobló una esquina y WonHo pudo vislumbrar una luz azul al final del túnel, al cruzar el umbral descubrió un enorme estanque con estalactitas quienes eran las autoras de tanta luminosidad en la cueva, en el centro del agua había un islote que estaba conectado a la entrada con pequeñas piedras. HyungWon deshizo el enlace de sus manos para encargarse del nudo de las correas de su capa y ésta cayó delicadamente al suelo.

―Muy acogedor ―dijo WonHo, no quería sonar grosero por la precariedad del lugar y ocultó su decepción por ver el hogar de omega, le parecía extraño lo desierta que era.

― ¿Perdona?

―Tu casa, es algo apagada, pero linda ―respondió dando su mejor sonrisa, que terminó siendo una mueca extraña, HyungWon la encontró incómoda.

―No vivo aquí ―le dedicó una mirada como si WonHo fuera el loco y rebuscó entre sus pantalones con una bolsita de cuero bien amarrada.

―Pero, prometiste.

―Ustedes son demasiado impacientes ―murmuró rodando los ojos ante la vaga compresión del cachorro humano―. Primero tengo que mostrarte algo ―el omega saltó grácilmente sobre las piedras que servían como el puente al islote en medio del estanque―. Ven, éste es el mejor asiento de todos.

WonHo olvidó que estaba un poco molesto por haber sido engañado, más la invitación del omega lo compensó todo. En sus ojos había un brillo especial que le hacía obedecerlo sin problemas, y que realmente lo llevara a ese lugar del que podía sentirse la magia emanando de sus paredes, sentía que cada vez estaba más cerca de caminar en el mundo oculto del que provenía HyungWon. WonHo dio una serie de chistosos saltitos con poca elegancia, a diferencia del omega, en la última parte se resbaló. HyungWon se interpuso entre el suelo y el humano, tomándolo de los brazos sirviendo como su apoyo, evitando una fea caída.

―Con cuidado cachorro ―susurró, de sus ojos salieron chispas de cariño, hicieron sentir a WonHo como un niño de diez años: pequeño a comparación del leviatán.

―Gracias ―dijo, el sonrojo llegó hasta alcanzar sus orejas, se supone que así no debería resultar las cosas.

Desde un punto totalmente humano, HyungWon por su aspecto delgado debería ser el protagonista de tan tiernas escenas por ser torpe, no al revés. WonHo en ese simple agarre se dio cuenta de que el omega era todo, menos débil; en sus palmas se podía sentir la clara diferencia de fuerza como para soportar su peso considerando la clara ventaja en masa muscular del rubio, ¿entonces HyungWon realmente igualó sus habilidades por él? ¿Qué tanto poder escondía el omega? Todo lo pensó fugazmente al ponerse a la par de HyungWon, entonces el leviatán le dirigió la palabra.

―Está bien WonHo, pregunta lo que quieras.

―Ay por Dios ―soltó un suspiro, pasándose las manos por la frente y removiendo su dorada cabellera―. ¿Por dónde comenzar? Hay demasiadas cosas que quiero saber.

―Inicia con lo primero que venga a tu mente.

Un recuerdo de sangre emanando de su cuerpo en una tarde de lluvia y el grito desgarrador de HyungWon cuando le retiró el arpón erizó su piel, después evocó el tierno estómago del omega sin heridas a la vista más que un pequeño recuerdo del arma metálica.

―No entiendo cómo es que ya no tienes casi rastros de las heridas de la mañana y menos comprendo cómo es que saliste vivo de ser literalmente atravesado por un arpón, parecía que te desangrarías en cualquier momento por una herida en vías de hemorragia interna.

―Dentro de mí ―le mostró los brazos con las palmas hacia el techo―. Existe una magia que me permite sanar con rapidez, no siempre es así de efectiva.

―Pero hoy te vi recibir balas y repelerlas como si fueran nada, esas armas dejaron heridas que vi en ti antes ¿Qué cambió?

―No lo sé ―era más o menos la verdad.

Hasta donde tiene claro, sólo un arma puede herirlos de muerte y es el arpón; una maldición con la que su raza carga desde el inicio de su existencia, se desconocen las razones por las que estaban condicionados a la muerte por aquel artilugio si no era una enfermedad grave o el desvanecimiento natural a una MUY avanzada edad. El incidente debió haberlo matado junto a los pequeños agujeros de aquellos proyectiles de metal que le drenaron una importante cantidad de sangre. Tenía varias teorías de por qué pudo ser posible, sólo que no estaba completamente seguro ni su Alfa Líder, quien es el único conocedor de ese detalle. WonHo notó el cambio en el entrecejo de su amigo, pensó que sería mejor preguntar otra cosa.

― ¿Cómo es que nadie te ha visto? Durante todo este tiempo muchos de mis antepasados han estado debajo del agua y ni un rastro de ti hasta ahora que me topo contigo. ¿Eres el mismo monstruo que apareció a principios del siglo XX?

―Eh, no, claramente recuerdo que mi fecha de nacimiento: es el 15 de enero de 1970, de acuerdo a tu calendario mortal ―dijo burlón.

― ¡¿Ah?! ―chilló, no podía creer que el leviatán rondaba cerca de los cincuenta y se viera mucho menor a él, ante la crisis por descubrir su edad, tuvo que sentarse procesando la información. HyungWon se sentó frente a él, WonHo quiso distraerse tratando de bromear―. ¿Quién era el anterior? ¿Era tu papá?

―Sí, tengo padres, hermanos, amigos, tíos, primos, abuelos ―explicó con un tono relajado, casi hasta divertido que dejó estupefacto a WonHo.

― ¡¿Hay más?! ¿Muchos, muchos, muchos más?

―Somos una linda comunidad de cerca de trescientos leviatanes, hasta el día de hoy ―se sentía orgulloso de lo prolífero que ha sido su clan después de siglos sin buenos resultados de fertilidad entre sus integrantes, ahora sólo sentía un poco de vergüenza por compartir esto con WonHo, quien no parecía estar en sus mejores condiciones mentales por el golpe de información.

―Ay por Dios ―se sujetó la frente con su mano, fue un iluso al creer que estaba mentalmente preparado para esa clase de golpes de realidad―. ¿Cómo es que tantos de ustedes pueden vivir en un lago tan pequeño? Suponiendo que hay dragones de agua más grandes que tú y nadie los haya visto.

―Primero: No somos dragones ―señaló indignado, otros clanes tomaban esa comparación como un chiste local y prefería corregir a WonHo ahora mismo que soportar la comparación, por algo tenían nombre como especie―. Segundo: No podemos vivir siempre en el agua, también necesitamos oxígeno. No todos los cuentos que tu raza inventó para explicar nuestra huella en la historia son verdad.

― ¿Viven acaso ocultos entre nosotros? ―se aventuró, hasta ahora sus hipótesis tiradas al aire funcionaban, esperaba que esa tampoco fuera la excepción.

―No seas ridículo ―contestó de mal humor―. Vivimos abajo de ustedes.

―Ay mierda.

―Sí, debajo de tu suelo hay una extensa red de cuevas que han sido el refugio de mi pueblo por milenios y hemos asentado nuestro clan en lo profundo de la tierra ―explicó, desenvolvió el paquete que contenía un polvo plateado muy brillante―. Tal vez esto pueda ayudarte.

― ¿Qué es eso?

―Nuestra forma de contar historias.

Se extendió sobre el islote para dejar caer el polvo sobre el agua susurrando palabras en un idioma que WonHo no comprendió, inmediatamente el polvo se tornó azul formando espirales que fueron incrementado en tamaño, rodeando el islote hasta tocar la orilla del otro lado, el heredero quedó maravillado con lo que estaba ante sus ojos.

―Nuestras razas tienen un punto en común ―comenzó, sus palabras despertaron a las espirales atraídas por las palmas del omega flotando sobre el aire―. Hay una fuerza poderosa que hizo todo lo que ves.

―Un Dios.

―Sí.

Las espirales formaron una flor de luz blanca que estalló hasta repartirse en seis gotas que rodearon el islote.

―El Creador de Siete.

―Pero sólo hay seis círculos.

―Muy observador ―sonrió, una pizca de orgullo se instaló en su pecho al ver que WonHo asimilaba todo rápido―. Nuestro dios recibe éste nombre porque existió como el alma, la base de todo ser vivo y en los elementos básicos: Oscuridad ―alzó la mano hacia la onda de apuntando al sureste, el blanco se tiñó de rojo para comenzar a descomponerse en el símbolo del clan de la oscuridad: negro con vetas rojas como la sangre―. Hogar de demonios y criaturas de la noche.

― ¿Todas? ¿Vampiros? ¿Hombre lobo? ¿Brujas?

―Ellos prefieren que omitas la palabra hombre, son una especie muy rencorosa con la humanidad ―dijo recordando a cierto cambiaformas de esa estirpe, casi le arranca los ojos a uno de sus propios hermanos al usar esa burla cuando estuvo como pupilo de su hermano en aquel clan―. Al igual que los dragones ―ahora movió su mano izquierda apuntando hacia suroeste, el círculo estalló como el fuego de las bocas de los dragones para formar el sello de casa del dragón en el color anaranjado y amarillo de las llamas―. Seres que usan el calor del volcán como su patio de juegos, grandes alfareros, pero con un terrible temperamento y una burbujeante rabia por los tuyos.

― ¿Enserio?

―Ellos fueron los primeros clanes en ser atacados por tu pueblo.

―Oh.

Recordó los murales y pergaminos con memorias de ataques a pequeñas manadas donde sus hembras y omegas eran violados durante la guerra por los hombres de los ejércitos humanos mientras que las crías eran decapitadas en su forma bestial y las más jóvenes que no tenían aún signos de presentarse en alguna casta, no tenían mejor suerte, incluso no quería recordar las historias de los generales más viejos sobre cómo es que les arrebataban sus alas y colas.

―Eran los reyes del cielo y el segundo clan en ser de los más ricos en la mejor de nuestras épocas ―suspiró entonces alzó la mano derecha nuevamente hacia el este donde el espiral se trasformó en la insignia verde con dorado y motas cafés, colores que identifican a las comunidades de los caballos―. El Clan de la Tierra eran preciosas llanuras y bosques repletos de caballos enormes, ellos fueron los pioneros reales de la agricultura y compartieron sus conocimientos con todos, incluso con ustedes.

―Entonces sí hubo un tiempo en el que seres mágicos y humanos trabajaban lado a lado ―sugirió WonHo, a lo que HyungWon confirmó con un asentimiento―. No todos nos guardaban odio.

―Siempre hubo ese roce entre varios de nuestros clanes con tu pueblo, al igual que quienes depositaron su confianza en ustedes ―se encogió de hombros.

Ahora dirigiendo su mano izquierda y derecha hacia el oeste y noroeste respectivamente. Se activaron las ondas para formar los símbolos de los clanes más amables: las brumas blancas comenzaron a tornarse dorados en los bordes mientras que el otro se tornó gris con ciertas motas cafés.

―Los ángeles se mostraban muy cercanos a los humanos.

― ¿Son así?

― ¿Así cómo?

― ¿Los ángeles son criaturas con rostros aniñados y puros? Que siempre andan vestidos con pañales y arcos diminutos.

―No, algunos son demasiado viriles; ni el más hermoso de tu raza puede llegar a los talones de un ángel cambiaformas en belleza o masculinidad.

― ¿Eso no es pecar de vanidad?

―Buena pregunta, lo diré la próxima vez que vea un ángel.

Los amigos compartieron una carcajada que fue apagándose ahora dirigiendo su atención al clan del Aire.

―El Clan de los grifos y grandes aves eran los más neutrales, no estaban tan apegados a los humanos, pero tampoco los odiaban como los dragones ―recordó brevemente los pequeños pasajes históricos de los pocos siglos que humanos e hipogrifos estuvieron juntos―. Ellos se centraban en montar el cielo, ser libres.

― ¿Qué hay de ustedes?

―Nada se te escapa.

―Soy un maestro de artes, soy bueno notando los detalles faltantes.

―El Agua, mi clan ―apuntó sus manos hacia la última onda de luz que se expandió hasta formar su hermoso escudo en tonos azulados celestes, turquesas, oscuros y eléctricos―. El clan de los leviatanes, los señores del mar...

―Espera ¿Hay otras colonias en el océano?

La sonrisa de HyungWon se borró, recordaba la trágica historia de su pueblo, no sólo los dragones sufrieron de la caza excesiva.

―Ya no.

―Lo siento mucho HyungWon ―WonHo posó sus manos sobre la rodilla del leviatán, el omega le dirigió una sonrisa tranquila.

―Somos el último clan de leviatanes en el mundo ―con sus manos hizo que las seis gotas se deformaran en figuras de su especie nadando en total paz, hasta que barcos humanos pasaban sobre ellos, proyecciones de humanos sobre la borda lanzaban arpones hacia los leviatanes y sacaban sus cadáveres del agua para hacer con ellos cosas horribles―. Fuimos los más afectados por la guerra, no éramos criaturas agresivas o tímidas, según nuestro líder, los leviatanes solíamos nadar en completa libertad sobre los océanos, ayudábamos a los humanos es sus épocas de poca pesca e incluso fundamos una ciudad en medio del mar para que humanos y cambiaformas se formaran como sanadores, tus ancestros la conocieron como Atlantis, nuestra cuna ancestral.

― ¿De verdad existió?

―Nuestro líder nació como el príncipe de la ciudadela.

― ¿Y sí es cierto que se hundió por un gran maremoto?

―No lo sé, nuestro Alfa Líder no ha podido decirnos la razón exacta porque era una cría joven.

― ¿Alfa Líder?

―Oh, casi lo olvidaba.

Cruzó sus brazos, al instante los dolorosos relatos estallaron en brumas de partículas dirigiéndose a cuatro puntos formando ondas concéntricas de luz, entonces HyungWon sacó unas perlas del recuerdo de su bolsillo trasero del pantalón, las rodó unas tres veces entre sus dedos pulgar e índice para darles brillo y dejarlas caer en el agua.

―Nuestra sociedad se rige por una jerarquía basada en castas ―al norte surgieron los recuerdos de tres alfas muy queridos para HyungWon: Su padre HyunWoo, su sanador YoonGi y su adorada hermana Sana―. Los Alfas: Los más fuertes de todos, los que toman el mando de las manadas, encantadores desde la punta de los pies hasta el último de sus cabellos, con fuerza bruta natural, siempre de mayor tamaño en sus formas bestiales al igual que sus colmillos. Los distingues por sus olores dominantes o su gran confianza en su fuerza, la gran mayoría tiende a ser arrogantes.

«―Los betas: la casta más común en la mayoría de los clanes ―cambió apuntando sus manos hacia la derecha revelando a los pocos betas que ha visto en su manada―. Son básicamente un poco más parecidos a ustedes, por su tendencia a poseer menos de la magia que poseen las otras castas, sin embargo, son unos excelentes estrategas centrados, jamás se dejan llevar por sus instintos más bajos más que en las épocas de apareamiento. No hay que despreciar que tienen un cierto encanto en sus rostros serenos, atraen una que otra pareja de una casta más alta o baja que ellos.

«―Los deltas ―su mano se estiró hacia su izquierda donde aparecieron dos personas cercanas a él: su tío Jackson, su primo JiSung y su abuelo y Alfa Líder, NamJoon―: Es raro que nazca uno en las manadas, porque su condición poco estable les permite transitar de una casta a otra.

―Algo como: Si nació Alfa puede ser Beta o nació Beta y puede ser Alfa a voluntad ―indagó, HyungWon le sonrió por la inteligente observación.

―Exacto, pero como su rareza es algo a parte ya que hay deltas puros, la verdadera función de los deltas en nuestras manadas es completamente diferente y a ellos los llamamos deltas forzados ―juntó los recuerdos de NamJoon y Jackson mostrando a ambos leviatanes adultos con joyería fina en sus cuellos, cabezas, muñecas y sus relucientes armas―. Nosotros tenemos un líder por una razón, necesitamos a alguien con la fuerza suficiente para poder protegernos y tomar decisiones importantes, como tus reyes o políticos.

―Hacen algo así como ¿elecciones?

―No son del todo, muchas manadas se rigen por la filosofía del más fuerte quien toma el puesto sin que nadie pueda cuestionarlo debido a su evidente poder, otras eligen al más apto después de una serie de pruebas muy desafiantes y otras hacen la sucesión del poder a los descendientes directos de sangre; el puesto permite que la magia de todos los integrantes de la manada fluya a través del Alfa Líder. Aun así, la carga de poder es demasiada para uno de nosotros.

―Entonces se dividen el poder en dos Alfas Líderes y entonces tienen la casta de los deltas forzados.

―Sólo puede haber un Alfa Líder―corrigió el omega―. Así que se crea el mando de la Mano Derecha, quien ejerce tanto poder y voz como un Alfa Líder hasta ciertos límites, son compañeros que se cuidan las espaldas, guerreros natos, a veces suelen ser sabios, otras... demasiado fuertes y nadie desafía a un alfa con mayor poder, entonces los dejan tomar el cargo, más que nada su función principal es la militar, es quien cuida y cría los ejércitos de las manadas. Así sucede un cambio delta que los puede hacer más fuertes al cambiar de casta.

―Impresiónate ―soltó WonHo y le prestó atención a otro lugar―. ¿Qué hay de la última?

―Es la nuestra ―dijo con poco de pena―. Omegas: el peldaño más bajo de la jerarquía. Muchos nos describen como seres muy calmos, dulces, maternales o en su caso, los más idiotas nos dicen débiles porque no tenemos la fuerza bruta de los alfas ―recordó que se ha topado con cambiaformas como esos en el clan de la Tierra, el Fuego y la Oscuridad―. Nos subestiman por nuestra apariencia dulce o pequeña, comentarios como «es frágil» o «es muy tierno» me enferman.

―De pequeño no tienes nada, eres más alto que yo ―dijo WonHo recordando la clara diferencia de estatura―. Mucho menos, débil.

―Eso no me exenta de alguno que otro maltrato por parte de cambiaformas o humanos que se creen superiores por tener más fuerza.

―Suena algo cruel.

―Tienes razón ―se encogió de hombros, sí, su casta es infravalorada en muchos círculos de su raza, pero no en su clan, al menos eran más respetados que en otras manadas―. Somos la casta más débil de los cuatro.

―Lo dice alguien que pudo contra siete asesinos expertos ―replicó, HyungWon soltó una risita contagiosa que calentó el pecho de WonHo.

―Gracias por el apoyo.

―Yo diría que puedes contra uno de ellos.

―En realidad ―dijo un poco sospechoso, WonHo abrió los ojos sorprendido―. Cuando tenía doce vencí a un alfa con el doble de mi fuerza, tamaño y magia.

― ¡Increíble! ―gritó el heredero, HyungWon no paraba de sonrojarse por las reacciones de WonHo y se preguntaba cuánta vergüenza le faltaba pasar junto a ese humano.

―Ser omega también tiene sus ventajas: estamos más en contacto con nuestros sentimientos y nos comunicamos de otras más formas, por ejemplo: nuestro aroma o siendo un leviatán, nuestras luces ―HyungWon le extendió sus brazos, fueron recibidos por parte de un gustoso WonHo, le mostró que sus luces no sólo eran destellos, sino que se podía sentir vibraciones que el cerebro de WonHo comprendió y tradujo como sensaciones, una muy agradable por el estado de ánimo en HyungWon―. Y hay un detalle más: tanto hombres como mujeres podemos concebir cachorros.

―Espera, ¿qué?

―Sí, es algo parecido a lo que pasa con las hembras de tu especie ―dijo viendo que WonHo seguía con los ojos bien abiertos por la noticia―. Al igual que ellas, tenemos un periodo fértil, bueno en realidad todos presentamos periodos de celo para que podamos aparearnos, ser reclamados por un alfa o un beta, tener cachorros y formar una familia feliz.

―No suenas muy contento con la idea ―observó el humano cuando el gesto de HyungWon parecía de asco cuando mencionó la vida estereotipada para su casta.

―No todos los omegas somos perfectos para las labores domésticas.

―Pero igual, puedes elegir ¿no?

―Afortunadamente sí, a veces es un poco complicado lidiar con los leviatanes o cualquier cambiaformas con pensamientos en los que los omegas son una forma de asegurar herencia y virilidad, pero ahora somos un poco más independientes.

―HyungWon ―le llamó el rubio después de unos minutos incómodos sumidos en silencio, a lo que el omega le respondió con un ligero «¿eh?» ―. No lo quería pensar de más, pero desde hace poco hablabas como nosotros cuando sólo eres tú el que está aquí.

―Oh.

Ya era hora.

―Creo que lo que más me diferencio de ti es por esto.

HyungWon mostró su mano extendida frente a WonHo e incitó al menor a que juntara palma contra palma, de inmediato sintió un calor bastante peculiar, mandaba pequeñas vibraciones espontáneas en puntos aleatorios de su mano; HyungWon cerró los ojos y dejó que su bestia hiciera su magia. WonHo fue testigo de uno de los momentos más especiales en la vida de HyungWon pues mientras el omega despegaba su mano de la del rubio, aún podía sentir otra mano, igual de cálida y uno de los iris de HyungWon se tornó morado brillante.

― ¿Qué es esto?

"―Quien, cachorro ―" respondió la bestia interior del omega, WonHo pudo distinguirlo porque su voz era más ronca y etérea, como si fuera ahogada por el agua, además de que el botánico no movía los labios.

― ¿HyungWon?

―No sólo la magia nos hace lo que somos. ―respondió ahora HyungWon

"―Cuando nace un cambiaformas, nacen dos almas que están unidas por un cuerpo."

― ¿Cómo es eso posible? ―increpó WonHo, la energía que emanaba de HyungWon era tan tangible que siguió los movimientos del leviatán interior para entrelazar sus dedos con los de la bestia.

"―Es algo que no podemos explicar, sólo nacemos con una segunda alma y compartimos un mismo cuerpo: lloramos, reírnos y aprendemos a amarnos, a descubrirnos mejor; alertamos de peligros o presiento en quién podemos confiar."

― ¿Y eras quien dudaba de mí?

―No ―respondió HyungWon en lugar de la bestia―. Era yo ―primero colocó sus dedos sobre la palma hasta subir lentamente para imitar a su leviatán interior, estrechando su mano con la de WonHo―. Estaba aterrado después de siglos de historia de muerte hacia mi pueblo y mis experiencias con humanos que me deseaban por poder solamente agravaron el horror, fuera de mi cuerpo mi leviatán es delicado y por eso tengo que protegerlo de extraños. No sólo pienso por mí, también por mi otra mitad, más él tiene una segunda opinión por supuesto.

"―Casi siempre me ignora ―" respondió la bestia interior molesto, WonHo río al ver a HyungWon rodar los ojos por el comentario.

―Supongo que ahora ya no.

―Vas por buen camino.

―Prometo no fallarles ―el rubio le dio un leve apretón de sus manos mirándolo, esa promesa era mucho más valiosa porque ahora el cachorro humano estaba consciente de que eran dos entes a quienes no podía defraudar.

Confiamos en ti ―dijeron ambos, mortal y bestia.

Aquella voz cargada de poder le hizo comprender que una sola noche no bastaba para conocer todos los secretos detrás de HyungWon como mortal, bestia y omega. Tres palabras, pero cada una albergaba un mundo nuevo y completamente diferente el uno del otro; que esperaba descubrirlos en los años venideros, aunque fue en esa cueva donde WonHo se dio cuenta que HyungWon era el monstruo más hermoso que haya conocido en su vida y estaba a punto de caer completamente enamorado por él... y por la bestia que habitaba en su interior.








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*No había revelado en capítulos anteriores el don de HoSeok, el hijo de JungKook y TaeHyung. El chico posee una habilidad conocida como Empatía: Capacidad de comprender los sentimientos ajenos a través del contacto físico más mínimo, como cambiaformas el don lo ha evolucionado para sentir la naturaleza y por eso, es que HoSeok es habilidoso para la forja de armas, pues comprende al dueño del arma como a la misma, ya que la materia prima proviene de la Tierra.

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Hola a todos mis queridos shapeshifters, he vuelto.

Espero que estén teniendo un bonito inicio de semana, ahora vengo a alegrarla más con esta mega actualización, debo admitir que el el capítulo 14 iba a ser el único largo de esta temporada de actualización, pero realmente me emocioné en el último capítulo que quise un poco más de material.

Lamento que les haya interrumpido el beso, pero no la/os voy a dejar con ese beso sin cumplir por mucho tiempo... ¿o sí?

Bueno, para los que se lo perdieron, estuve activa por Twitter anunciando material oficial de la novela, suelo estar mucho tiempo ahí por si deciden enterarse de cosas antes de tiempo o aguantar a su pobre servidora que tarda siglos en actualizar. 

Ahora que estamos en la semana del debut de WonHo, hay que apoyarlo como podamos este 4 de Septiembre y también JooHoney con su nuevo cover.

Bueno, sin más, me despido y hasta la próxima con una actualización mucho más jugosa. Espérenla y denle mucho amor a este pequeño fanfic.

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