¹⁰. ❝𝐒𝐞𝐞𝐢𝐧𝐠 𝐚𝐧𝐝 𝐟𝐚𝐥𝐥𝐢𝐧❜.❞
𝕴𝖓𝖛𝖎𝖊𝖗𝖓𝖔 𝟚𝟘𝟙𝟡.
𝕻𝖗𝖎𝖓𝖈𝖎𝖕𝖎𝖔𝖘 𝖉𝖊 𝖓𝖔𝖛𝖎𝖊𝖒𝖇𝖗𝖊.
Tanto el heredero del lago Ness como BaekHyun dejaron de hablar del tema misterioso en cuanto su amigo despertó. BaekHyun aún estaba un poco traumatizado por haber visto a una criatura terrorífica que casi los mata a ambos, a conclusión de WonHo; dejó incluso las fotografías en el estudio con sus anotaciones. El artista sentía una enorme curiosidad por saber si las leyendas de su propia gente sobre un dragón estaban por ser resueltas, sin embargo; había algo que le resultaba extrañamente ¿conocido?
―Ya basta ―gruñó el rubio y se quitó de mala gana las sábanas de encima.
Con el alba muy próximo no se molestó en prepararse para ir a correr un poco más temprano de lo usual. Apenas y pudo pegar un ojo en toda la noche reviviendo los momentos bajo el lago; a diferencia de la primera vez que se topó con la terrorífica criatura, no recordaba casi nada y todo se volvió turbio, para esa ocasión estaba plenamente consciente de lo que iba a toparse con él. Ver entre la penumbra la muerte y su salvación despertaron en él un sentido de aventura que creyó muerto hace tiempo.
Blue extrañamente dejó de dormitar en cuanto escuchó a su amo apenas iba a saliendo de su habitación, saltó enseguida hacia él esperando que lo llevara consigo en su paseo. WonHo le acarició la cabeza y lo dejó acompañarlo; pasó por la habitación de BaekHyun quien estaba profundamente dormido con Emerald cuidándolo al pie de la cama, descansando de igual forma; cerró la puerta con gentileza antes de partir hacia su destino.
En el camino mientras corría unos kilómetros más delante de la mansión notó un disturbio, redujo la marcha contemplando que un bote pesquero varado contra la orilla del lago del que salía humo negro, logró escuchar de los lugareños curiosos sobre pirotecnia mal manejada por adolescentes alocados que sufrieron quemaduras graves. El chico entonces al ver que la carretera estaba bloqueada por autos policiales y de servicios médicos, tomó una antigua ruta que dejó de usar sin razón; viró hacia la izquierda hacia el bosque, todo se tornó un poco claro al empezar el amanecer. Comenzó a desacelerar su ritmo hasta optar por dar un calmado paseo con su adorado perrito revoloteando y persiguiendo lo primero que encontrara, el sendero revelaba cada vez más un tranquilo bosque que parecía casi mágico.
Su mente divagó de nueva cuenta hacia el lago. Por dieciocho años estuvo viviendo a orillas de ese cuerpo de agua dulce, que lo consideraba normal como cualquiera en el mundo, muy aparte de ser su legado familiar y pronto, su dueño legítimo; ahora una leyenda viviente viene a cambiar su modo de verlo. La gente común usaría el descubrimiento para ganar dinero o fama, morbo, curiosidad, "investigaciones" científicas o exterminar lo desconocido; WonHo pensaba de forma equitativa entre sus intereses personales y los de su pueblo. Si la criatura gris no ha muerto puede que necesite encontrar las pruebas necesarias para demostrar su existencia, alertar a todos en el lago y el mundo; encontrar la forma de contener esa amenaza o al menos entenderla. Pero no podía presentar lo que tenía en su computadora porque cualquiera con experiencia en la edición de imágenes crearía tales fotografías e incluso mejorarlas en Photoshop le costó unas horas de descanso. WonHo tampoco puede usar sus videos por la rapidez de los acontecimientos; tendría que buscar la forma de sonar creíble ante todo el mundo sin quedar como el loco del pueblo. Por otra parte, si hay un dragón manso y amigable, porque de ninguna otra manera explicaría las dos veces en las que le salvó la vida; de igual manera debía comprobar la naturaleza de dicha criatura para poder coexistir con él y descubrir la identidad del misterioso muchacho que lo sacó del agua o cómo es que sanó tan rápido con semejantes heridas.
Se llevó la mano al costado que estuvo herido. Aún recordaba el dolor y la gran cantidad de sangre que salieron de su cuerpo, cómo su vida se drenaba rápidamente hasta el punto que parecía no volver a respirar. Hasta ese instante en el que fue rescatado de su muerte por aquel muchacho. Era medianamente escéptico de la magia en la vida real, era un artista sí; pero la magia en su mundo no parecía ser posible y ver todo esto, era un completo shock para WonHo.
Cuando la primera gota de lluvia cayó sobre la cabeza del joven maestro detuvo enseguida su caminata por el bosque viendo hacia el cielo.
―Parece que debemos regresar ―le dijo hacia su cachorro, el cual brincoteó a su alrededor, estando a punto de irse el suelo bajo sus pies se derrumbó.
No le gustaba para nada el tono purpúreo que comenzaba a notarse hasta la base de su cuello poco más arriba de su clavícula. El dolor en su hombro izquierdo ni siquiera se comparaba al gran moretón en la parte del omoplato o los rasguños en el costado izquierdo, HyungWon aún sentía la ponzoña del troll en su sangre. Nada que con una buena compresa de roble con especias del aire y su magia no pudieran aliviar; lastimosamente gastó demasiada energía en los últimos hechizos de activación de terrazas con frutos de fuego, lo que hace aún más lenta su recuperación.
― ¿Quién habrá soltado un troll de piedra? ―se preguntó a sí mismo mientras encaraba a su reflejo.
No quería sospechar de su propia especie, pues nadie ha tenido conocimiento de dichas criaturas que han estado fosilizados durante siglos humanos a falta de agua abundante; éstas se alojaban en lo profundo de las Criptas de los Vigilantes. En las épocas bélicas mágicas eran antiguos protectores de sus fronteras que utilizaban los clanes costeros para repeler a los humanos cuando dejaban a omegas y crías jóvenes desprotegidos durante contiendas. Ninguna arma humana podría atravesar su dura piel de piedra a menos que acertaran a los ojos; condición que los volvía perfectos guardianes de su territorio en caso de que una cría se distanciara de la manada u ocurriera una emboscada.
Dejaron de usarse tras la ley de los Ley de Clanes para ocultar la magia y por ser seres sin otro pensamiento más que atacar extraños que su maestro considerara como enemigos. Sin uno eran criaturas con los instintos más primitivos y predispuestas a matar a quien fuera una amenaza sin importar que fuera amigo o enemigo del clan, se clasificaron como criaturas altamente peligrosas, terminado recluidos en cámaras que sólo los altos mandos del clan conocen. Dicho lugar tenía el acceso restringido a todo aquel que no fueran señores de alto rango militar o el propio Alfa Líder; ni siquiera su pareja o sus descendientes poseían tremendo privilegio para despertarlos. Tenía la ligera sospecha de que alguno de los extranjeros haya sido el responsable, pero no terminaba por acertar.
La primera vez que ocurrió el ataque contra el guardián de piedra HyungWon había salido como explorador a la parte sur de Lago, buscando unos moluscos en las costas de Escocia, el Alfa Líder los necesitaba como parte de un antiguo tónico que le era suministrado para soportar el ambiente costero y mantener en control su magia, ya que él era una criatura de mar; dicha misión era un secreto para toda la manda menos para su esposo y joven heredero. Ahora que HyungWon era un botánico prodigio, NamJoon ponía su confianza para fabricar la materia prima con la condición que saldría una vez al mes en secreto por un pasadizo oculto en la Casa de los Líderes y sin alejarse de las costas seguras que le mostró a través de un mapa junto a la ruta que usaba el antiguo botánico. Desde su muerte, los tónicos que hacía su tío Mark como jefe de los Agricultores no eran tan efectivos como los de un botánico.
Y el omega no encontraba mayor honor que ayudar a su líder y abuelo adoptivo en dicha tarea.
Untó su piel herida con los restos de la compresa molidos bañados aceites medicinales; sí que corrió con demasiada suerte al ya ser adulto, puesto que, de ser una cría habría muerto desangrado. El color morado se fue, pero las más grandes y con costra sólo se redujeron mínimamente; agradecía al Creador que fueran más fáciles de ocultar. Nadie debería saber sobre su segundo encuentro con el troll. En su primer viaje de regreso no pudo evadir las preguntas de NamJoon o disimular las heridas, explicando la verdad a medias. Si regresó fue para confirmar a muerte como aseveró ante su mayor, descubriendo su error.
Soltó un gruñido de dolor al sanar las zonas afectadas, el tono verde se diluyó rápidamente contra su piel, se alivió de intentar ocultar las heridas. Sin darse cuenta, el remedio le trajo de vuelta su pasado.
Gracias Señor Dragón.
Extrañaba esas palabras de WonHo, su cachorro humano; el omega a veces no podía evitar recordar tan preciadas memorias de vez en cuando, reviviendo una y otra vez su inocente primer amor. Había hecho innumerables locuras por un humano, desataban una sonrisa nostálgica en el omega, pero la quitó de su rostro al recordar que WonHo ya estaba junto alguien más.
―Despierta HyungWon, aunque sus recuerdos se hubieran conservado, seguramente él me habría abandonado por alguien más, así son las cosas ―se repitió al espejo, negándose a derramar una lágrima por alguien que ha desaparecido.
Se colocó su camisa blanca y ató la parte del cuello con cordones cruzándolos distraídamente mientras tarareaba una melodía que no tenía idea de dónde la pudo haber escuchado, continuando su ritual matutino con el omega apenas y prestaba atención a sus acciones, provocando torpes accidentes uno tras otro. Se reía de sus errores con desgano, falsamente si alguien lo veía, aunque a esas horas nadie estaría despierto. Apenas y habían señales de luz diurna sobre el lugar, su trabajo para aquel día requería estar antes del amanecer.
Corrió apresuradamente en cuanto el dolor disminuyó en todo su cuerpo al ver que se le hacía tarde, alcanzando a su tío en el lindero(1) de los campos de cultivo primarios.
―Perdón tío, no vi la hora ―se disculpó casi sin aire frente a su mayor, Mark le sacudió las ramitas que se enredaron en su cabello y le sonrió amablemente.
―Vamos, esa pócima no se hará sola ―le apremió una vez que el omega menor se recompuso.
Ambos caminaron hacia lo más profundo de los cultivos buscando una población de árboles en específico, Mark lo condujo hasta uno de los más grandes con cristales naciendo en las puntas de las ramas altas. HyungWon se golpeó de lleno contra una barrera invisible, destapando una estruendosa carcajada de su tío.
―Perdóname, Hyungnnie ―dijo casi sin poder decir las palabras sin reír, le tendió a su sobrino la mano y lo ayudó a incorporarse―. Olvidé por completo sobre la llave.
HyungWon soltó un gruñido malhumorado. Se sobó la frente siendo la parte más afectada de tan repentino golpe, entonces descubrió las runas alrededor de cada árbol.
―Como tesoro de nuestro Alfa Líder, protegemos su única fuente de medicina ―explicó ya más calmado y sacando un pincel, pidiendo permiso de su sobrino comenzó a trazar una runa sin tinta que se coloreó de rosa brillante y se difuminaba tan rápido como se realizaban los trazos―. Somos los únicos que podemos entrar para recoger estos cristales de magia y que debes sembrar cada luna llena terrana, te explicaré el proceso mientras los recogemos, siempre tiene que ser ante del alba, no antes y nunca después.
HyungWon siguió al mayor un poco aterrado por ser repelido de nueva cuenta, hasta que nada pasó en cuanto cruzó los límites. Durante el trayecto el botánico grababa en su memoria las meticulosas instrucciones para cuidar de su líder, usó sus poderosas piernas para saltar con gracia entre cada rama, descubriendo que la palabra cristal sólo es mera apariencia; en cuanto tocó el primero éste comenzó a derretirse entre sus manos llegando a tomar la forma de una bola de agua flotante. Tuvo que hacer varios intentos para poder controlar el flujo de magia y conservarlos como un cristal. Entre risas compartidas entre adulto y joven aprendiz al mismo tiempo en que seguía cultivando los cristales, oyeron unas risas cerca de ellos.
Mark le indicó que se callara y lo siguiera hasta las partes más frondosas del árbol, donde no serían vistos, incluso bajaron su brillo natural a uno casi extinto. La tarea del alfa hacia sus guardianes era estrictamente confidencial, por lo tanto, no debían ser atrapados ni por su manada o cualquier extranjero, defendiendo la intachable imagen del Alfa Líder. La extraña actividad provino de una cueva muy cerca de los árboles, de ella salieron un demonio alfa acompañado de un leviatán omega.
―Para estas horas el bastardo ya habrá matado a varios humanos ―explicó el alfa acariciando el cuello de la omega―. Iremos a ver a quien se cargó el troll.
El agricultor se quedó horrorizado ante la tremenda confesión y ultraje a su manada.
―Espero que cumplas con tu palabra y me saques de ésta pocilga ―recriminó la leviatán sobándose la zona recién marcada―. Si alguien se entera de que liberamos a los trolls del agua...
―Tranquila, por todos los infiernos, ustedes son realmente criaturas nerviosas ―molesto con su pareja la tomó del mentón para callarla encajando sus garras en su piel―. No arruines mi diversión, le hice un favor al imbécil de tu líder al liberar tres de esos deformes para cuidar su estúpido lago.
― ¿Qué? ―Mark se quedó anonadado al escuchar tal herejía, miró a su sobrino para descubrir un inminente enfrentamiento.
Las palabras proferidas por esos dos bastardos, enojó en demasía a la bestia en su interior, pensado en su cachorro estuvo a punto de morir por culpa de esos dos malnacidos... Apenas salieron de su boca, el animal morando en completa paz despertó de sus salvajes instintos y clamó por sangre.
HyungWon apareció detrás del árbol, espantando a la omega aún prisionera de su pareja, abrió los ojos desmesuradamente en cuanto vio al botánico. El alfa apenas notó el miedo en su pareja y mucho menos, cuando un hilo de luz rodeó su cuello, tumbándolo sobre su espalda y corriendo el tamaño del hilo, arrastrando al alfa quien apenas se defendía.
La omega horrorizada intentó tocar a HyungWon para que soltara al alfa, a cambio recibió una patada en su estómago que la estrelló contra uno de los límites, dejándola casi fuera de combate; el precio de dicha distracción fue el aflojar el agarre de su hilo alrededor del cuello enemigo.
Un enfurecido demonio se levantó rápidamente y acometió contra HyungWon usando la técnica más traicionera en combate.
―De rodillas, asqueroso perro ―ordenó con su voz de mando.
El efecto fue inmediato. Como omega no pudo negarse, más la bestia en su interior tomó fuerza mostrando resistencia a ese extraño. Mientras HyungWon se retorcía negándose a escuchar la voz de alfa, Mark lazó una flecha que el alfa detuvo a sólo centímetros de sus ojos tomándola.
―Tú también de rodillas ―vociferó molesto, Mark igualmente se retorcía; luchando contra su naturaleza y ayudar a su sobrino―. Todos ustedes son un dolor en el culo.
La omega se incorporó en cuanto el tono molesto de su compañero se sintió por su recién formado lazo.
―Sujétalo ―escupió haca la hembra quien aterrada cumplía con los deseos del demonio, los dos leviatanes machos se revolvieron en sus lugares aún sin querer hincar las rodillas, lo que enfureció al alfa―. ¡DIJE DE RODILLAS Y CIERREN SUS PUTAS BOCAS!
El aumento en su voz de mando doblegó por completo a ambos. Satisfecho se dirigió a HyungWon y le tomó fuertemente del cabello en su nuca, quedando impresionado por la mirada profunda de odio y desafío que hastió al alfa hasta la médula. Apretó el agarre en el cuero cabelludo y HyungWon seguía con su rabia intacta, resistiendo lo más que podía. Una bofetada cayó sin previo aviso en la mejilla tersa de HyungWon arrojándolo contra el piso, la sangre no tardó en correr.
― ¿Qué haremos ahora, alfa mío? ―se aventuró la asustada leviatán de ver la brutalidad con la que golpeó al botánico.
― ¿Tu qué crees? ―refutó, tomó a HyungWon del cabello y lo obligó a seguirle hacia la cueva dando trompicones en los primeros pasos―. Les daremos de comer a los trolls, así que muévete si quieres que te saque de aquí perra estúpida.
La simple mención del troll rememoró un par de ojos avellanados casi sin luz, rogando por vida. El nombre e imagen del humano volvió a encender la ira del leviatán. El aturdimiento de la mujer le sirvió a HyungWon cuando su pareja iba a gritarle, debilitando el control sobre HyungWon. Juntó sus puños y rápidamente golpeó los testículos del contrario; el dolor permitió al botánico liberarse al igual que al agricultor siendo el mayor librar su batalla contra la omega.
HyungWon quiso socorrer a su familia, pero el alfa había usado su acelerado proceso de sanación en la zona afectada e intentó darle un puñetazo al HyungWon, se agachó a tiempo y giró sobre sí mismo extendiendo sus brazos como hélices y enredó el suyo para contener al alfa por un segundo antes de activar su don, encontrando un hilo de dolor. Lo dejó en el suelo profiriendo maldiciones por intenso dolor que sufría.
Viendo que volvería a usar su voz de mando, HyungWon se subió sobre él para apretar su mano sobre el cuello justo donde se encontraban las cuerdas vocales. El alfa se quedó sin habla cuando sintió al leviatán interior ejercer fuerza, la misma clase de desafío que haría un omega si su cachorro estaba en peligro. En medio del caos apenas escuchaba las súplicas de su tío implorando que se detuviera, pero el instinto de la bestia hizo que sus uñas comenzaran a desgarrar la carne del cuello. Si él intentó asesinar a un humano inocente, entonces equilibraría la balanza.
― ¡HyungWon aléjate de él! ―la potente voz de mando de NamJoon lo sacó del rojo en el que se sumergió, acatando las reglas sin problemas al obedecer, muy a regañadientes.
―Alfa que bueno que llega ―suspiró el demonio, fingiendo demencia―. Este omega irrespetuoso me puso las manos encima porque no lo reclamé e intentó asesinarme.
― ¡¡Qué?! ―chilló HyungWon indignado y mirando al leviatán oceánico―. ¡ES MENTIRA! ¡Él fue quien liberó a un troll de las criptas! ¡Lo oí confesar!
― ¡Cállate, asquerosa perra! ―gruñó el demonio alzando la mano, listo para golpear a HyungWon; sin embargo, NamJoon fue quien le retuvo la muñeca, intimidando al demonio de inmediato.
―NamJoon, tienes que creerme...
―HyungWon ―le advirtió con la mirada, el botánico retrocedió sabiendo que provocar al alfa puro dentro de NamJoon sería su fin; entonces se dirigió al agresor―. En mi manda, no golpeamos omegas y mucho menos los reclamamos bajo promesas falsas. Mark, convoca al consejo del clan y al emisario de la Oscuridad, anularemos la unión cuanto antes. Hemos encontrado al traidor que profanó la cripta.
El alfa puro usó su don de agua para fabricar unas esposas de agua que congeló en segundos y al mismo tiempo le colocaba un bozal de hielo, sin impórtale las quemaduras o quejidos del extranjero por lo frías que eran; ni tampoco tomaba en cuenta los berridos de niña pequeña por parte de la omega ante la noticia de anulación de su lazo forcejeando contra el agarre de Mark. HyungWon comenzó a seguirlos hasta que una orden de su líder lo dejó en su lugar.
―No te quiero en el juicio Son ―dijo NamJoon.
―Pero...
―Ahora siento una gran agitación en tu leviatán, no puedes entrar en los juicios si vas con la mente turbia por lo que sea que haya pasado entre ustedes dos, nubla tu pensar y lo que menos necesito ahora es insubordinación del único botánico en la manada ―explicó con voz fría, pero sus ojos reflejaban cansancio―. Cuando te calmes puedes aparecerte, mientras Mark ocupará tu lugar en el consejo.
HyungWon asintió.
Cuando estuvo solo, la adrenalina se esfumó por completo de su cuerpo cayendo de rodillas aún sin poder creer que se comportó de la forma más incorrecta en un omega. Se abrazó a sí mismo y su mirada fue hacia la cueva de la que salió la pareja.
Entonces lo recordó.
Cuando sucedió el ataque HyungWon apenas regresaba de su viaje de dos noches, cansado y sin energía se topó con una atroz escena: su cachorro siendo atacado casi a muerte por el troll. En su estado de shock no pensaba mover un solo músculo, apenas y podía contener su transformación mortal-leviatán; hasta que vio que su primer amor de verdad estaba por morir, dejó que la bestia saliera a defender a WonHo. Estando influenciado por la adrenalina, las heridas o la fuerza descomunal del troll no impidieron que lo ahuyentara y de paso, dejarlo medio ciego.
En cuanto vio el mal estado de las heridas en WonHo lo llevó lo más rápido que pudo a una costa bien sin actividad humana para sacarlo del agua. Cayó varias veces con el peso del humano y tuvo que arrástralo hasta la costa pedregosa; HyungWon entró en pánico cuando notaba la sangre caliente saliendo a borbotones, sus ojitos avellanados al encontrarse con los rosados le rogaron por vida. El corazón del omega no pudo negarse a ese deseo e inmediatamente sacó de su bolso negro unas algas con tratamiento especial para emergencias como estas: las masticó y las metió entre las heridas más graves usando su boca. El sabor de la sangre siempre le desagradó y casi se desmaya al probar la de WonHo, aun así, HyungWon se armó de valor para cerrar el flujo de sangre en cuanto notó que apenas respiraba.
Asustado se incorporó y tomó el rostro de WonHo con sus manos.
―No te rindas ahora, cachorro ―susurró, movió bruscamente la cabeza de WonHo esperando que no desfalleciera logrando resultados cada vez más negativos.
Notó que en el fondo de su garganta había agua, hizo memoria de técnicas de salvación y usó la más común al aplicar presión en su pecho y respirar en su boca. Con su vida escurriéndose entre sus dedos, HyungWon puso su mano derecha en el pecho donde se alojaba el corazón de humano y la otra en la herida del costado. Nunca lo intentó, pero debía pagar una vida con vida; con todo el amor hacia el niño que una vez fue, usó su energía para darle fuerza entibiando el lazo familiar de WonHo: una razón para no caer en el desvanecimiento. Lo que aumentó la presión sanguínea y así mismo las algas alteradas con magia.
―Lo haces bien, cachorro ―le susurró tiernamente.
Subió la mano de la herida, que ya estaba siendo sanada, hasta rozar tiernamente la mejilla de WonHo. La luz en el torso del heredero del Lago Ness refulgió débilmente, notando que el pulso poco a poco se regularizaba. En cuanto la herida grave de WonHo se redujo a algo minúsculo HyungWon pudo respirar en paz, ni siquiera notó el par de lágrimas en su rostro; ll humano aún se veía demasiado confundido como para comprender lo que acabó por acontecer, por lo tanto, el omega jamás esperó que la fuerte mano de WonHo acariciara su mejilla. Recorriéndola de abajo hacia arriba arrancó un par de ronroneos satisfechos del omega e incluso tuvo la osadía de cerrar los ojos siguiendo el movimiento del humano en búsqueda de más mimos, HyungWon se perdió en los maravillosos pozos cafés claros en cuanto abrió los ojos. El joven maestro susurró un débil gracias provocando que el botánico olvidara por completo que estaba revelándose a un humano, pues las caricias gentiles del humano lo domaron enseguida.
WonHo perdió la conciencia no sin antes de sonreírle con ojitos perezosos, enamorando a HyungWon una segunda vez.
WonHo apenas despertó con los intensos ladridos y gemidos de su perro por encima de su cabeza. Parpadeó un par de veces antes de cubrirse los ojos de la luz del día, le costó poder sentarse con el intenso dolor que le recorría desde la espalda hasta las sienes; miró a su alrededor para analizar su entorno. Había caído en una cavidad subterránea por lo menos unos seis metros, por lo que se veía; WonHo tuvo suerte de sobrevivir a la caída después de analizar las paredes lisas e inclinadas por donde su cuerpo resbaló, también el suelo rocoso y desigual lo salvó de un golpe mortal en la cabeza, pero no de una herida superficial en su mejilla al ser arañada por la piedra. La mata de vegetación se desplomó junto a un árbol torcido, pero nada servía: el árbol se despedazó contra el suelo, la altura era demasiado y las paredes estaban demasiado lisas y resbalosas por el agua de la lluvia. Deseó que alguna liana creciera mágicamente y lo sacara del agujero en el que se metió. Blue ladraba hacia su dueño, entonces se le ocurrió una idea.
― ¡Blue! ―gritó, el perro paró las orejas atendiendo a las órdenes de su dueño―. ¡Ve a buscar ayuda!
El perrito ladró, en su mente creía que el can le había comprendido y se alegró de que se alejara del hoyo; de lo que desconocía era que el perro en cuanto corrió un par de metros, una mariposa pasó por su vista a la cual comenzó a perseguir.
WonHo no quería llorar del dolor, aunque no pudo evitar soltar un lamento muy agudo igual al quejido de un niño de diez años, provocado por su primer y segunda caída. Estando solo, tanteó entre su bolsillo izquierdo del pantalón deportivo buscando su celular teniendo una ligera sospecha de que su perro seguramente no tendría las intenciones de ayudarlo por un rato. Se dio cuenta de que no estaba su celular y con ayuda de su reloj inteligente usó su luz para encontrarlo en una saliente a la altura de su cintura, a escasos metros de distancia. Al examinarlo soltó un puchero triste al ver que toda la pantalla estaba estrellada, eso no significaba que estaba arruinado por completo. Usó el comando de voz para comprobar que sólo la afectada era la parte externa, aprovechando la oportunidad intentó llamar a BaekHyun y a su casa. En ambos intentos las llamadas jamás entraron, la estática que provocaban esas paredes no ayudaban a que el dispositivo recibiera la señal. Intentó con subir un poco sobre una saliente, pero al igual que los esfuerzos anteriores, el celular parecía no querer cooperar.
Soltó un suspiro frustrado cuando las llamadas seguían sin funcionar, la roca húmeda cobró factura sobre los dedos congelados del rubio y cayó de espaldas sobre el suelo. El aire de sus pulmones escapó por completo con el golpe en la cabeza le dolía tanto que se quedó poco más de diez minutos acostado. Incluso un ligero vértigo le embargó, se sujetó la cabeza y comenzó a encogerse en sí mismo, esperando que el mareo se pasara.
Dos días en calma y justo en ese momento la maldita enfermedad regresaba, cuando menos necesitaba contratiempos. El mareo se disipó en cuestión de pocos minutos, donde el repiqueteo insistente en su cerebro le nublaron por completo la vista, el tiempo fue cruel con él al hacerse muy lento. Cuando todo se tornó nítido notó soltó una gran cantidad de aire retenida en sus pulmones, entonces pudo levantarse apoyándose sobre sus brazos temblorosos, tuvo que pasar por dos intentos inestables, poder recargarse contra la pared de roca y tomar impulso para caminar por la cueva buscando otra forma de salir.
No le tomó tanto tiempo al ser besado por una corriente de aire caminando con la mano apoyada en la piedra, encontró un agujero de donde escurría agua. WonHo usó la linterna de su celular, analizó meticulosamente y notó que la pared estaba débil, por lo que derribarla con un empujón bastó para hacer que las piedras más altas casi al ras del techo cayeran del otro lado. Requirió un poco más de esfuerzo quitar las porciones más grandes para poder pasar a un túnel a una cabeza más alta que el humano. Con la luz de su celular como guía decidió que era mejor avanzar a que alguien decidiera adentrarse al bosque, ni siquiera la ayuda de su can era de las mejores opciones.
Pasaron diez minutos caminado cuando la luz de su celular se apagó de repente, WonHo se convirtió rápidamente en la presa del pánico. Estuvo a tientas un rato sin saber si avanzaba o retrocedía por donde vino, puesto que el camino a ese punto lo obligó a doblar varias esquinas y el joven maestro no tuvo la más mínima atención de contarlas; en su desesperado intento de regresar cayó al suelo, entonces buscó la pared más cerca, al hacerlo se afirmó con todas sus fuerzas a ésta. La oscuridad le aterraba mucho desde pequeño y hasta la fecha, no soporta del todo estar a oscuras, casi al borde del colapso vio un débil brillo azulado entre la penumbra.
Soltó un suspiro de alivio antes de incorporarse y avanzar hacia el brillo que cada vez más se hacía grande, así mismo, las paredes parecían brillar en ciertos puntos. Descubrió entre la roca el nacimiento de unos diminutos cristales con muchas imperfecciones, pero claramente eran de inmenso valor monetario, no todos los días encontrabas una mina de diamantes y zafiros. Al tocar uno notó que las superficies irregulares eran filosas, el sonido de las gotas cayendo a lo lejos sobre una superficie de agua atrajeron la atención de WonHo inmediatamente y después de doblar la esquina dejó sin habla al joven.
En su vida había presenciado una cueva repleta de estalactitas con grietas de las que emergía luz azul. De sus bases se podía notar la humedad y las gotas de agua recorrían lo largo de las formaciones rocosas para caer con tan increíble armonía en un enorme estanque de agua cristalina, permitiéndole ver que el fondo no parecía existir mas no evitó que WonHo pensara en la posibilidad de encontrar un túnel submarino que lo llevara al lago.
El joven adulto tenía mucho miedo de perderse y jamás volver a la superficie, pero debía internarlo. Al salir del arco, una plataforma de piedras bordeando formaron una rampa natural hacia el estanque; escalofriante fue su impresión al ver que los escalones parecían haber sido tallados de forma casi uniforme. Se despojó de sus prendas hasta quedar en ropa interior depositando todo en una estalactita fracturada y hueca, con su mano tocó el agua esperando que estuviera fría, sin embargo, se quedó aún más impresionado de la temperatura cálida a la que estaba todo el estanque.
Saltó al agua después de tomar una profunda respiración y dentro pudo ver mejor las cosas le tomó un par de minutos bajar hasta el fondo, pero su necesidad de tomar aire lo obligó a subir. Ésta vez tomó mucho más aire y explorar por unos minutos más largos hasta dar con la entrada hacia un túnel, sólo que no había alguna luz o indicios de superficie cerca cuando de repente, una luz emergió desde lo lejos que comenzaba a crecer y tomar una forma definida. WonHo rápidamente subió a la superficie y se ocultó detrás de una pared con estalactitas derrumbadas, cerca de donde estaban ocultas sus cosas.
Justo a tiempo en el que un extraño dragón de agua emergió.
Podría simplemente decir que era un dragón, aunque las diferencias eran demasiado notorias, desde las aletas que tenía en vez de garras, hasta la espina dorsal que iba en la nuca y desaparecía al inicio del lomo. La enorme cola con una membrana parecida a la de un pez dorado que unía dos bifurcaciones de músculo capaces de matar a un humano con un simple giro, aunque lo más llamativo eran las luces rosas y moradas que enmarcaban al animal, dándole una apariencia más noble que temible, algo que jamás creía posible ver en un monstruo que estaba muy lejos de ser irreal.
WonHo quedó completamente sin habla ni saber cómo describir lo que sentía al haber encontrado de nuevo al gran animal que le salvó la vida junto a su jinete. En cuanto la idea le vino a la mente, esperó que el extraño estuviera a lomos del animal, pero no pudo dar con él. Entonces notó que en los ojos rosados lucían una belleza casi imposible de comparar con lo que en la superficie consideraban de tal categoría; en ellos se podían notar muchas emociones para ser un animal, WonHo incluso osó en encasillarlo como: humanamente familiar.
La gran bestia sacudía su cabeza lanzando gruñidos molestos, hasta aproximarse a una de las superficies de tierra, todavía sentía una inmensa rabia por aquel alfa. Necesitaba serenarse para estar a tiempo del juicio y darle su merecido sin mencionar que su testimonio era de los más importantes, en cuanto se quedó solo y pensando en cómo dejar el sentimiento recién descubierto a causa de su instinto protector omega con respecto al humano, decidió ir a dar una vuelta por los túneles y serenarse lejos de toda su manada. Todavía podía sentir una terrible ansiedad por saber si WonHo estaba bien, entonces la presencia de su bestia le calmó cuando su mente estaba por llevarlo a la locura.
Con la mente más calmada dormitó un rato en el agua con parte del cuello y cabeza en la superficie. Mientras descansaba WonHo apenas respiraba, necesitaba hacer la menor cantidad de ruido; pues no buscaba espantar al animal si había gran probabilidad de que su dueño y salvador llegara a presentarse en cualquier momento. Sin quitar la vista de encima al leviatán comenzó a vestirse en extrema lentitud, en un descuido movió un pedazo flojo de estalactita y cayó al agua, produciendo un chapoteo. El movimiento lo hizo apartar la vista unos segundos, en los que se descuidó lo suficiente para perder al leviatán, el agua quedó tan quieta que temía haber alucinado hasta que bajó la mirada y se quedó congelado al notar que su mano estaba a centímetros del morro rosa con sus salvajes ojos brillando con fuerza.
Profirió un grito asustado ante la aparición y cayó de espaldas sobre los peldaños de piedra; el leviatán emergió del agua con los dientes al aire, lanzado gruñidos de advertencia. WonHo en lugar de sentir terror simplemente se quedó mirando cómo es que una inmensa bestia rosada no podría infundirle miedo sino una enorme curiosidad. Sí se había sobresaltado por la repentina aparición del leviatán ¿quién no? Más allá de eso, no conocía el miedo si veía a esa increíble criatura a tan solo escasos metros de distancia, entonces le sonrió. El corazón de HyungWon se desbocó por completo ante la actitud del humano, no lo esperaba para nada y la sorpresa no pasó por alto ante los ojos de WonHo; no estaba tratando con una simple bestia, suponía que éste podría responder.
―Hola ―el tono dulce en la voz de WonHo fue otra puñalada en las entrañas del omega que retrocedió en cuanto el humano se puso de pie―. Gracias por salvarme ese día, a ti y a tu jinete.
¿Jinete?
HyungWon rio en su mente pensando que la inocencia en WonHo a pesar de estar adulto le resultó algo muy tierno.
―No sé si puedas ayudarme, pero me caí hace unas horas por una cueva y no puedo regresar a casa por donde llegué ―explicó el heredero del Lago Ness―. ¿Sabes si hay una salida por estas cuevas?
HyungWon ni siquiera se puso a pensar como normalmente lo haría un leviatán cuerdo, debería matarlo por tan sólo haber visto su forma bestial, no. El botánico estaba muy encantado con la extraña personalidad de WonHo que no pudo negarle lo que deseaba, al final, WonHo estaba en todas esas situaciones por su culpa. Debía además compensar el ataque del troll regresándolo a su hogar. Ladeó al cabeza y se adentró nuevamente en el agua dejando al humano confuso.
― ¿Eso es un sí? ―se aventuró y viendo que el animal nadaba con elegancia, quedó hipnotizando por el brillo en el agua emanando del leviatán. HyungWon volvió a la superficie cuando no vio a WonHo a su lado o caminado por las rocas, asomó la cabeza incitándolo a seguir―. Oh claro.
WonHo notaba que el lugar no parecía tener salida, así que dudo un poco de lo que el leviatán indicaba. HyungWon notó eso y avanzó para alumbrar su camino con su cuerpo, las dudas de WonHo se fueron en cuanto el fulgor rosado mostró un extenso túnel. La luz azulada era un truco de magia, puesto que su luz rebotaba de tal manera que hacía ver al espacio reducido y sin salida alguna, claro para un ojo humano. WonHo corrió detrás del leviatán en cuanto regresó al agua y nadar a una velocidad constante en la que el rubio logró mantener el paso.
Le parecieron unos minutos eternos en el silencio con el único sonido de sus pisadas y el agua abriéndose a causa del leviatán. WonHo miraba de vez en cuando y por largos ratos al misterioso residente del lago, como artista quedó fascinado y grababa a pulso su aspecto; aunque había algo en él que le traía una enorme necesidad por preguntar si el jinete estaba cerca. Necesitaba verlo y agradecerle por haberlo salvado.
Pronto llegaron a una parte en la que el nivel del agua comenzaba a ascender y acortar la tierra, cuando una pared de piedra se interpuso en su camino, HyungWon regresó por WonHo y notó el inconveniente.
―Creo que debemos regresar ―sugirió, sin embargo, el morro del leviatán se situó en la parte trasera de cuerpo humano y lo empujó al agua; estando a casi por reclamar escuchó un siseo junto a unos sonidos más agudos, el leviatán se reía del pequeño humano―. Claro, un dragón de agua que tiene sentido del humor, sí claro.
HyungWon le lanzó una mirada molesta, WonHo levantó las manos en señal de rendición. El humano siguió de nuevo al leviatán a través de la caverna submarina, guiado por color rosado de las luces y conforme avanzaban, pequeños destellos se reflejaban gracias la luminiscencia en el leviatán; eran piedras preciosas incrustadas en las paredes o creciendo en los picos sinuosos en el techo del túnel. La temperatura del agua cálida cambió a una gélida que entumieron los músculos de WonHo a una velocidad increíble, aun en su mente creía que estaba cerca de la salida.
Grave error porque llegado un momento, WonHo se rezagó debido a la falta de aire y fatiga sin tener idea de cuánto había recorrido y dudaba que fuera a lograrlo. HyungWon volteó hacia atrás, recordó de inmediato que él era un humano, nadó por debajo de él y ubicó su lomo para que el humano no cayera al fondo, su cuerpo estaba acostado sobre él y no tenía intenciones de moverse muy pronto. Gracias al Creador que llegaron a una parte del camino con una bolsa de aire a unos metros arriba así que, ayudó al humano llevándolo a respirar; WonHo soltó arcadas y el líquido dulce salía de su boca, tosía con fuerza.
― ¿Falta mucho? ―preguntó, casi no pudo decirlo correctamente cuando sus dientes castañeaban sin control, HyungWon lo miró triste.
"Por más adulto que seas, sigues siendo frágil" pensó con pesar.
Ordenó a su piel abandonar un poco de su calor interno y entibiar con creces a WonHo, necesitaba sácalo lo antes posible. El humano le agradeció con una leve caricia en el lomo y un ronroneo inconsciente salió del leviatán haciendo sonreír a WonHo de igual manera.
Pocos minutos pasaron cuando WonHo recobró un poco de fuerza.
―Estoy listo, sólo necesitaba aire ―aseguró colocándose mejor y notó dos huesos en la terminación de la espina dorsal del cuello.
HyungWon quedo impresionado por la perspicacia de WonHo, incluso sintió un choque eléctrico cuando sus manos se afirmaron con fuerza y se apretaba contra el gran cuerpo bestial para no caer. Se obligó a concentrarse para nadar un poco a prisa, ya que el tramo que les faltaba si era largo, pero el humano no podría resistirlo estando a lomos de HyungWon.
"―Sujétate fuerte." le comunicó a través de sus pensamientos.
― ¿Puedes hablar? ―preguntó el rubio visiblemente alarmado, pero con la cabeza para acatar las órdenes del leviatán.
"―No creo que quieras discutirlo ahora." Declaró antes de sumergirse a toda prisa y que WonHo tomara una profunda respiración.
El cambio en la velocidad del animal impresionó a WonHo e incluso sentía que estaba en medio de un vórtice de agua. Muy a pesar de su cansancio disfrutaba del paseo, de vez en cuando miraba hacia atrás maravillándose con el movimiento de la cola y las aletas traseras; en otra ocasión se concentraba en la cresta ondeándose con el agua. Difícilmente se sujetaba a los huesos a cada lado de la cresta y justo cuando creía que se caería del lomo, la velocidad disminuyó hasta que un ligero empujón lo dejó suspendido en el agua y vio al animal bajar hasta el fondo, pero la luz sobre ellos llamó su atención; WonHo viró y por fin subió a la superficie.
Era una cueva que estaba a unos pocos kilómetros de su escuela, soltó un suspiro de alivio y nadó a tierra. Con gran dificultad subió a una línea de rocas que formaban una barrera natural del agua de lago con la de la cueva, en cuanto la luz del sol lo acarició, el calor comenzaba a entibiar su cuerpo.
―El dragón ―dijo y como si obedeciera sus palabras emergió en dirección a la barrera.
La puesta de Sol estaba sobre ellos, aunque el color amarillento sobre la piel rosada lanzaba destellos morados y los ojos ahora rosados del leviatán le recordaron al muchacho que tanto buscaba.
―Espera ―le detuvo antes de que el animal desapareciera en el agua―. ¿Hay alguna posibilidad de hablar con tu jinete?
Al conectar rosa contra avellana, el brillo inocente que conoció años atrás y los ruegos insistentes de su bestia interior quebraron por fin la poca voluntad que le quedaba. HyungWon avanzó hacia la barrera, justo cuando el sol deslumbró a la vista de WonHo.
Sintió un cambio en el aire a uno más cálido, con la mano se cubrió del sol, pero el reflejo de la bestia resplandeció un poco y fue sustituido por una figura mucho más delicada. En cuanto el sol comenzó a caer sobre las colinas más altas al otro lado del lago, un elegante muchacho de cabello rosa y luces del mismo color besando su cuerpo desnudo cortaron el habla de WonHo.
La sonrisa que le dirigió fue tan hermosa y cálida que hizo un efecto en el cuerpo de WonHo, se sonrojó con rapidez. El muchacho avanzó sobre las piedras hasta quedar a unos metros de distancia, sólo estando a esa distancia fue capaz de apreciar una belleza inhumana, muy a pesar de saber la verdad detrás de esa piel blanquecina: ojos rosados y bordeados por el color morado, del cabello mojado escurrían gotitas de agua como cristal líquido bajando de hebras claras.
Las facciones más delicadas que llamaron su atención era el contorno de sus pómulos y ni qué decir de los bien abultados labios, ligeramente coloreados por un exquisito degrada de naranja con rosa. Esta criatura, no podía ser real... nadie podría ser dueño de una belleza así de inalcanzable, era completamente inaudito e incluso parecía que había encontrado el tesoro más grande en el mundo.
WonHo estaba tan inmerso en sus pensamientos que nunca se dio cuenta de la distancia acortada o cómo extendió el brazo hacia adelante y sus nudillos acariciaron la palma del muchacho.
―Por si llegaras a enfermarte ―la dulce voz del extraño fue como oír un coro de ángeles en una sola persona, cuando la mano delgada colocó algo entre la suya es que notó una extraña hierba―. Agua caliente y un cuenco, traga y no lo saborees.
―Tú me salvaste ―susurró cambiando de un momento a otro la mirada, tornándose en una llena de ternura y admiración, ya no podía despegarse de los orbes rosados.
HyungWon no pudo evitar soltar una sonrisa tímida al mismo tiempo en el que el rubor pintaba sus pálidas mejillas. Abrió la boca para decir algo, hasta que el ladrido de un perro alertó al leviatán; WonHo se giró, encontrando a Blue ladrando en su dirección y luego hacia el bosque.
― ¡WONHO! ―la voz ronca de su mejor amigo alivió al artista.
― ¡BAEK, POR AQUÍ! ―vociferó para que supiera de su ubicación.
Alegre de haber sido encontrado quiso retornar su conversación con el leviatán, hasta que escuchó el chapoteo del agua. Esos segundos aumentaron el pánico de HyungWon por ser descubierto que pudo retomar el control sobre su raciocinio y huyó del lugar en cuanto WonHo se distrajo; el simple acto de llamar a su amigo le confirmó que cometió una estupidez al transformarse. Nunca debió desobedecer a su cerebro, el humano que lo salvó había muerto y él conservó la vida de un monstruo con cara de ángel.
Sin embargo, la partida del leviatán provocó un vacío en el pecho de WonHo que no fue del todo ocupado gracias a la sensación emocionante de haber encontrado a su salvador de la manera más inesperada y mágica posible.
Haría todo lo que estaba en su alcance para volver para verlo una vez más.
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1. Lindero: Parte de un terreno que limita con otro.
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