
⁸. ❝𝐏𝐞𝐫𝐡𝐚𝐩𝐬 𝐧𝐨𝐭...❞
𝕴𝖓𝖛𝖎𝖊𝖗𝖓𝖔 𝟚𝟘𝟙𝟡.
𝕻𝖗𝖎𝖓𝖈𝖎𝖕𝖎𝖔𝖘 𝖉𝖊 𝖓𝖔𝖛𝖎𝖊𝖒𝖇𝖗𝖊.
El vapor saliendo del agua termal abría los poros de ambos omegas, cubriendo sus delicados cuerpos hasta sus clavículas.
―Necesitaba un tempo libre de todos esos hormonales ―farfulló JiHoon colocándose una compresa aromática en su frente―. Educar traseros de alfa agota.
HyungWon no pudo estar más de acuerdo con su amigo; profiriendo un sonido afirmativo casi audible, el calor del agua lo estaba durmiendo más que relajarlo. Es lo menos que merecían después de una semana tan concurrida y repleta de actividades para ser de las primeras vísperas de invierno. Como cada invierno en las Cuevas, el clima subterráneo era demasiado crudo; por lo que debían hacer lo posible para que la energía en el Cristal de la Luna fuera suficiente y mantener el clima adecuado así, la flora se mantendrá sana en esta estación y no sufrieran bajas de alimentos como en años anteriores.
Además, las primeras terrazas se terminaron de colocar hace dos noches con ayuda de muchos miembros de la manada, hubo un par de accidentes que dejó a varios heridos con el manejo de la tierra. Hubo un poco de problemas para mantener la atmósfera estable, hasta que después de días sin dormir bien, todo se calmó y ahora anexaron esas terrazas de veinte metros de diámetro en las zonas de cultivo, presagiando su pronta germinación de víveres en menos de tres semanas para cuando ya el invierno entre completamente a las Cuevas.
Sus responsabilidades lo dejaron tan agotado que durmió dos días enteros hasta que JiHoon fue a su casa y lo levantó del nido para tomar un baño en las grandes piscinas de aguas termales. Fueron idea de JiHoon transformarlas en baños públicos para todos aquellos cansados que deseaban relajarse con el calor del agua y pasarla bien junto a sus amigos; por obvias razones tuvieron que seccionar las grandes piscinas: evitar incidentes entre las castas de alfas con omegas y los pocos betas en la manada.
Ambos amigos se la pasaron juntos en una de las piscinas junto a un trío de amigas omegas que chismorreaban sobre los alfas demonios que llegaron a la manada hace dos lunas llenas; entre ellas se pasaban secretos para atraer a uno, incluso pronosticaron una posible unión para irse de las cuevas junto a sus nuevos esposos alfas.
HyungWon entendía la emoción de muchos leviatanes por salir de este ambiente cerrado, sin embargo, las omegas eran jóvenes y no sabían que los matrimonios entre clanes no estaban del todo permitidos por la cuestión de control de población.
Desde la Gran Guerra(1), las manadas más numerosas fueron mermadas mientras que otras florecieron y tras el Ocultamiento(2), se han visto obligados a esconderse y reconstruir sus derruidas sociedades. Clanes como el Agua, Tierra y Fuego sufrieron grandes pérdidas en sus filas quedando reducidas hasta menos del 1% de su población, otros como los demonios de la Oscuridad o las grandes aves e hipogrifos aumentaron su tasa de nacimientos durante el conflicto. Debido a los espacios en los que se asentaban y muchos de sus habitantes eran demasiados vistosos, se creó la Ley de Clanes, donde expresaba que aquellas comunidades casi extintas podrían permitir los nacimientos de nuevos cachorros sin sobrepasar los límites naturales de sus ambientes; por otra parte y para aquellas manadas que han alcanzado el límite o lo sobrepasan debían debatir cómo alcanzar el equilibrio con sus sedes.
Algunos recurrían al sacrificio de los miembros, pero aceptaban gustosos porque entendían lo que sus sacrificios traían, que los cachorros crecieran a salvo del mundo reinado por una especie cegada por la avaricia y sed por el poder. Otras veces escogían buscar espacios dónde asentarse, pocas veces se volvieron a escuchar de aquellos valientes que encontraron santuarios listos para poblarlos de magia.
―No se ilusionen mucho pequeñas ―le aconsejó HyungWon amablemente, las tres hembras lo observaron ofendidas―. Demonios y Leviatanes por el momento no pueden estar juntos, es la Ley.
―Pero si hablamos con nuestro Alfa Líder y exponemos nuestros deseos de formar una familia para ayudar al clan tal vez nos deje ir con nuestros esposos ―expuso la menor de las tres, si mal no calculaba, ella por lo menos tenía unos quince años y se sentía muy en desacuerdo que pensara en el matrimonio como un juego.
―No sean ridículas ―intervino JiHoon quitándose la compresa de la cara―. Si llegaran a casarse con uno de ellos conseguirán sólo que ellos se queden con ustedes y no al revés. Además, los demonios no gustan de leviatanes para más que una noche de calentura; sólo tienen permitido casarse entre ellos para conservar su "pureza de sangre". Lamento romper sus ilusiones de cachorras, pero deben madurar y dejar de creer en cuentos de hadas.
HyungWon quedó sorprendido ante la respuesta de JiHoon, no sólo dejó a las niñas sin habla y avergonzadas cuando dejaron el lugar; sino que también notó que sus palabras fueron lanzadas como algo personal contra ese clan. Sabía que él estuvo con los demonios un tiempo para entrenar su don y sospechaba que cierto cambiaformas de basilisco hizo algo que puso tan molesto a JiHoon.
―Por favor JiHoon ―rogó HyungWon dando saltitos alrededor de él para molestarlo y soltara la sopa.
―Dije que no, cara de tortuga ―refutó JiHoon con el ceño fruncido, pero con la paciencia para soportar las súplicas de su amigo―. No voy a decir nada de lo que pasó entre SeungCheol y yo.
―Yo nunca lo mencioné ―el omega alzó las cejas sugestivamente y el menor se sonrojó hasta las orejas―. Ahora me tienes que decir qué hicieron.
―Si te lo digo ¿me dejas en paz? ―se detuvo en seco, HyungWon chocó con el castaño a lo que el botánico aceptó―. SeungCheol y yo sí tuvimos una especie de relación cuando estuve allá, pero dimos por terminado lo nuestro en cuanto regresé a casa.
― ¿Qué? ―inquirió HyungWon indignado―. ¡¿Y los detalles?! No quiero saber las puercadas que hicieron, pero... ¡¿Cómo se te ocurre contarme esto a medias Min JiHoon?!
El omega de cabello rosa inundó al más pequeño con miles de preguntas que jugaban con la paciencia del más bajito. Estuvo a punto de responderla con un golpe, pero en el último segundo se quedó quieto y color en su cuerpo se esfumó tan rápido que HyungWon tardó en notar lo que pasaba; viendo a su amigo correr cuesta abajo como si su peor pesadilla se materializara detrás de él.
El botánico se quedó extrañado y notó en el aire un olor fuerte a madera cortada con un poco de incienso de roble, una combinación que sólo conocía en una persona. Se giró y encontró a quien menos esperaba al pie de la colina con la mirada fastidiada de un basilisco. A diferencia de cómo se vestía siempre en su manada, el alfa vino con ropajes de lo más humilde; HyungWon se acostumbró a verlo siempre en trajes de finas telas y joyería que tuviera esmeraldas como insignias; no en camisa suelta mostrando su pecho descaradamente ni su pantalón holgado. En cuanto vio a HyungWon le sonrió amablemente.
―Tanto tiempo sin verte pequeño cachorro ―la ronca voz de SeungCheol hizo sonreír a HyungWon.
― ¿Se te escapó otro omega? ―inquirió el joven chico cuando llegó hasta él y saludarse con una reverencia ante la reunión estudiante maestro que tuvieron ese día.
―Muy gracioso.
―Tengo que ser demasiado ciego para no notar que algo pasó entre ustedes como para que JiHoon escapara de esa forma ―explicó el omega una vez que ambos comenzaron a caminar por los tranquilos bosques del clan.
―Es una larga historia.
―Tengo todo el tiempo de mundo para otra de tus historias.
Durante la caminata, SeungCheol le explicó que tanto JiHoon como él sintieron una atracción mutua, lo que los llevó a ser amantes y compartir nido en más de una ocasión. Ambos jamás se susurraban amor, porque el basilisco tenía tanto miedo de admitir que se había enamorado de un leviatán y más que ya estuviera pensando en sentar cabeza después de vivir más de veinte siglos sin sentir algo aparte de calentura o lujuria hacia un omega; muy en el fondo sospechaba que JiHoon sentía lo mismo que él. Inclusive se sorprendía de haber podido controlarse durante los celos que ambos compartieron y no hubieran engendrado un cachorro a esas alturas.
―Si estás tan enamorado ―comenzó HyungWon después de reflexionar sus palabras cuando ambos se sentaron en las gradas de la arena de entrenamiento, donde los pupilos de la oscuridad practicaban con los lugareños―. ¿Por qué no le has dicho cómo te sientes?
―Es más complicado de lo que creía ―contestó el alfa―. En incontables ocasiones he tratado de que JiHoon me escuche, pero él siempre parece querer huir de mí.
―Con exactitud, ¿cómo le preguntabas? ―inquirió el botánico ya teniendo una idea de lo que iba responder.
―Después del sexo ―dijo muy avergonzado y recibió el gesto acusatorio del omega.
― ¿Y así esperabas que él te dijera que amaría ser tu omega?
― ¡Era cuando me sentía más valiente! JiHoon repelía a cualquier alfa que intentaba cortejarlo ―se defendió―. No tienes idea lo bien se sentía cuando por fin tuve a ese pequeño revoltoso debajo de mí y suplicando...
―Okay ¡ya entendí! ―chilló HyungWon escandalizado y con las mejillas rojas, tapando la boca a su antiguo mentor―. Ambos fueron estúpidos, no necesitaba esos detalles.
El botánico le lanzó una mirada de advertencia si osaba volver a decir otra vulgaridad, SeungCheol le rodó los ojos y asintió.
―Tal vez debas cambiar tus tácticas si esperas que JiHoon hable contigo ―comenzó―. Como dos cambiaformas civilizados. JiHoon no es muy seguro si quiere expresar sus sentimientos y creo que sería un buen detalle de tu parte que hables con él, el resto vendrá solo.
SeungCheol ante sus palabras aceptó con un asentimiento de cabeza.
―A todo eso ―volvió a hablar el omega―. Jamás te pregunté qué hacías en el clan.
―Oh ―respondió casi con timidez―. Madre me envió a supervisar a los reclutas de guardianes que enviamos hace medio año.
―Creí que no hacían eso con los señores de alto rango como tú.
―Madre no me quiere ver en sus tierras desde que le dije puta a su nueva pareja de lecho en frente de mis hermanos, que no es nada alejado de lo que es.
―Seung Hyung, tu madre ya es...
―No quiero hablar de madre en este momento, prefiero que dos alfas me cojan a disculparme con su ramera ―interrumpió y sus ojos chispearon furia pura, encogiendo a HyungWon de su lugar, miró apenado a su acompañante y se disculpó acariciando su cabello como a un cachorro―. Hablando de alfas cogiendo, mira allá.
HyungWon volteó en la dirección señalada por el basilisco, justo en centro de la arena se desarrollaba una pelea que atrajo la atención de muchos: un par de alfas estaban entrenando, aunque para el gusto del omega, entrenar era lo último que hacían. Mientras sus espadas compartían choques, sus maestros bailaban muy de cerca del otro, sus movimientos eran caricias traviesas y no golpes, incluso en sus miradas se podía notar un claro deseo de poseerse mutuamente. HyungWon reconoció a uno de los participantes: era JiSung, uno de los cachorros de su tío Jackson.
― ¿No deberían decirles que busquen un nido? ―inquirió HyungWon sorprendido de ver por primera vez que dos alfas coquetearan en lugar de pelear.
Se giró para ver a su viejo mentor y notó que su ceño se tornó completamente serio.
―Mira más de cerca, algo anda mal con ese chiquillo ―dijo.
HyungWon notó también lo que el basilisco se refería: En JiSung se podía ver claramente un ligero vapor saliendo de sus luces, además de que comenzaban a aumentar de brillo.
―Tú, ve por el sanador de inmediato ―señaló a uno de los demonios que se retiraba de la arena por las escaleras y pasó cerca de ellos, se sorprendió del repentino llamado más obedeció a su superior enseguida―. Ven conmigo HyungWon, voy a necesitar que recuerdes nuestras lecciones.
No rechistó y mantuvo su paso. Frente a sus ojos, fue testigo de una transformación delta3 pura. Ya antes las había presenciado en la manada oscura cuando se ocupaban los cargos de importancia, pero ver una de alguien que no tomaba una posición especial para inducir el estado era muy raro. Sólo unos pocos seres de magia nacían con la casta Delta y JiSung corría grave peligro.
―Aléjate de él, MinHo ―ordenó SeungCheol con su voz de mando.
― ¿Qué? ―el aturdido alfa miró a su mayor cuando terminó de besar al delta.
―Min... ―su débil llamado puso todas las miradas de todos los presentes en él.
Sus luces comenzaron emanar un calor tan fuerte que el demonio tuvo que alejarse. El menor gritó de dolor al sentir que la energía dentro de él calentaba su sangre, cegando a todo aquel que estuviera a menos de un metro de distancia.
―Omega, quieto ―ordenó SeungCheol y logrando que el brillo comenzara a disminuir, MinHo sintió la amenaza como personal e intervino.
―No seas tonto, él es un alfa.
El desafió en la voz del licántropo distrajo a SeungCheol de su poder en JiSung y le gruñó en señal de advertencia, enseñándose los colmillos. Como es natural, ambos alfas iban a empezar una pelea de no ser por HyungWon que tocó ambos hombros de los mayores y se centraron en el botánico.
―Ya no más ―coincidió HyungWon al notar un cambio repentino cambio en su aroma a caoba a uno más dulzón.
―Ahora HyungWon.
El botánico corrió hasta el delta, lo tomó de los hombros y despertó su don. La energía recorrió desde la base de su columna hasta sus dedos de donde salieron hilos blancos y de inmediato apresaron el cuerpo errático de JiSung, donde tomó el hilo de la paz en su primo con firmeza, las luces volvieron a su estado normal. JiSung quedó tan agotado que MinHo al notarlo se acercó al tiempo en que el omega recién presentado se derrumbó en sus brazos.
El caos reinó en las afueras de le enfermería al caer la noche sobre las Cuevas. Jackson no paraba de gritar improperios y maldiciones a toda la estirpe con pulgas de MinHo; el pobre alfa se ocultaba detrás de sus compañeros de manada intentando convencer al guardián que sus intenciones con uno de sus retoños eran buenas, palabras que lograron avivar las ganas de Jackson por poner sus manos en su cuello y ahorcarlo por haber quitado la virginidad en los labios de su cachorro. Mark tuvo que jalarle la oreja para evitar una masacre y regañar a su esposo, diciéndole que dejara de comportarse como una cría berrinchuda.
La familia se quedó en silencio cuando YoonGi salió de la enfermería sin expresión, mucho antes de hablar se escucharon los gritos de dolor del delta, erizando las pieles de sus progenitores.
― ¿Qué tan grave es YoonGi? ―se aventuró Mark al sentir el dolor de su bebé―. No te atrevas a suavizarlo.
―Mucho Mark, JiSung es un delta puro que cambió debido a la presencia de su destinado y desencadenó una fiebre que apenas podemos controlar ―enumeró―. Ahora mismo está en una tina con agua fría e infestada con los últimos supresores de celo omega que teníamos disponibles.
― ¿A qué te refieres con los últimos Yoon? ―preguntó Jackson sin poder creer en las palabras de su amigo.
―Tras la presentación de las nietas del herrero principal y otros cinco extranjeros entrando en calor de clanes mucho más fuertes que el Agua mermaron los supresores para omegas y los nuevos apenas están terminado de germinar y prepararse, tomarán semanas reabastecer las arcas médicas; las pociones tampoco funcionan en deltas puros. Parece que el don camuflaje de JiSung resultó ser algo más grande de lo que aparentaba.
―Podemos tratar con más agua fría ―terció el alfa licántropo, recibiendo un gruñido enfadado de Jackson.
―No hables, tu vida pende de qué tanto mantienes la boca cerrada, alfa de pacotilla.
― ¡Jackson! ¡Estás lanzando feromonas que pueden afectar a nuestro hijo! Ten un poco más de control ―regañó Mark con un tono tan sereno que asustaba a su esposo y se quedó detrás de él asesinado con la mirada al muchacho frente a él―. ¿Podemos hacer algo más?
―No lo sé, tal vez si su alfa se queda a su lado logre hacer un cambio. Iré a la biblioteca para investigar una pócima y tratar de bajarle la fiebre, pero a este paso, JiSung tal vez no sobreviva al amanecer.
La noticia quebró de inmediato a Mark, quien respiraba con dificultad y tuvo que ser sostenido por su esposo consolándolo entre sus brazos.
Sana y HoSeok también se quedaron sin aliento cuando escucharon las palabras del sanador. Los cuatro amigos estaban ocultos a una cueva arriba de la enfermería y los alfas escuchaban en secreto después de que declaran que la familia directa sólo podía quedarse.
―JiSung no sobrevivirá ―anunció HoSeok con pena a través de sus pensamientos, ambos omegas se quedaron estupefactos.
―YoonGi no sabe si logrará crear la pócima o calmar la fiebre, al parecer, los suministros no son suficientes ―Sana explicó seguidamente.
―Los cambios delta ni siquiera han pasado en la manada desde que Jackson asumió el puesto de mano derecha ―analizó JiHoon―. Somos de los clanes que no han cambiado de liderazgo en milenios.
―Y él ni siquiera es un delta forzado como en otras manadas, es uno puro ―intervino HyungWon―. El cambio que experimenta ni puede controlarse con la medicina tradicional del agua, necesita algo más agresivo.
―Tú estudiaste a las plantas en todas la manadas ―interrumpió JiHoon―. Debes conocer algo que pueda ayudar.
―Tal vez ―respondió HyungWon sin estar del todo seguro de su plan recién formulado―. Creo que puedo hacer un tónico que ayude a la magia de YoonGi. La preparación no es complicada, pero no estoy seguro tenerla a tiempo.
―Entonces apresúrate ―apremió Sana, su mellizo asintió corriendo en dirección a su casa.
Ingresó de inmediato a su inventario buscando entre sus pertenencias un frasco vacío entre los miles que estaban en su almacén, una cuchilla y un pistilo de la mesa más próxima. A continuación, colocó una gran cantidad de agua en la tina de minerales, un par de gramos de esencia de sándalo y geranio, para que el gua lo disolviera por sí misma en lo que salía en búsqueda de lo más importante y estaba en la superficie del lago.
Todo lo colocó en su bolso negro y fue planta arriba en búsqueda de sus guanteletes y salió corriendo hacia el túnel. Al estar frente a la madre selva se sintió nervioso de volver, posó su mano en la cortina de vegetación hasta sentir una presencia indeseada.
―Vaya escurridizo omega resultaste, HyungWon ―el tono relajado de SeungCheol no lo recibió de buen modo―. Mira, siempre he tenido sospechas de tu extraño olor a humano cuando llegaste con nosotros al clan y ahora confirmé que ya has subido más de una vez como para tener el olor a peste de rata.
―Puedes simplemente ignorarme o tendré que cerrarte la boca ―retó el omega comenzando a adoptar una posición de batalla, SeungCheol le sonrió con altanería impresa en su rostro.
―Sabes que te venceré apenas comience.
―Siempre has subestimado mi fuerza, no tengo tiempo para darte una lección moral; mi familia me necesita.
Después de un rato sumido en una batalla entre miradas, el alfa encogió los hombros y llegó hasta HyungWon.
―Vamos, antes de que me arrepienta.
―Espera, ¿no vas a tratar de detenerme? ―pasó de largo al estupefacto omega y quitando en su lugar a la cortina de vegetación, le hizo una seña hacia el túnel y HyungWon entró.
―En estos tiempos no gano nada con acusarte al clan de traición ―explicó mientras recorrían el estrecho camino, uno usando su bien desarrollada visión y el otro con sus luces―. Mientras, puedes contarme de tus travesuras en la superficie y ni intentes negarlas.
HyungWon rodó los ojos, pero en el camino hasta la superficie contó casi toda su experiencia con el cachorro humano. Al relatarle a grandes rasgos sus encuentros, sintió una carga menos sobre sus hombros, puesto que por fin podía hablar abiertamente de WonHo sin miedo a que lo castigaran severamente o sentirse juzgado, su mentor ha sido visto por el botánico en más de una ocasión seduciendo a un humano y presentía que podría ser más comprensivo que toda su manada si pudiera convencerlos que de que inocente amor no causaría daño alguno.
SeungCheol odiaba el agua, lo repetía una y otra vez mientras seguía a HyungWon de cerca, el omega apenas lo ignoraba.
―No entiendo por qué me acompañaste si ibas a comportarte como el cachorro berrinchudo que eres ―ironizó el omega buscando entre las raíces de los árboles adyacentes al lago.
―Cómo es que hay tantas redes de túneles sobre el agua y ni un pasadizo en tierra ―inquirió Seung volviendo a acomodar su capa sobre sus hombros cuando se atoró sin querer con las ramas bajas de un árbol―. De todas formas, ya estamos cerca, puedo olerla desde aquí.
Estaban en lo cierto, el basilisco lo llevó hasta la orilla del lago donde el agua era profunda, pero podía ver con claridad una gran cantidad de algas con hierbas de costa apostadas en el lecho del lago. HyungWon le entregó la capa prestada por SeungCheol en las manos y tomaba su instrumental, se zambulló y con ayuda de su propia luminiscencia escogió, cortó y guardó los hierbajos en el frasco; incluso tuvo la suerte de encontrar caracolas de moluscos vacías y se llevó sólo un par para el tónico.
Se reunió de nuevo con su acompañante, no sin antes avisarle que necesitaba un último ingrediente: corteza seca. Ambos se adentraron en el bosque sin perder de vista al lago; al recoger lo que necesitaba en el frasco para que la corteza se remojara, escucharon risas. SeungCheol sacó en mangual poniéndose enfrente de HyungWon para protegerlo. Sin pistas del enemigo, el botánico se acercó con extremo cuidado al origen del ruido, no fue grata su sorpresa al descubrir de quién era la risa.
Su corazón se detuvo unos segundos antes de latir con rapidez ante la imagen de un joven de hebras rubias claras, piel blanca y pulcra como la porcelana, con las proporciones y musculatura correcta en su cuerpo. Normal, común y mortal. Calificativos que eran adecuados para el humano; pero su alma sabía quién estaba a metros de él.
"―Creciste mucho, cachorro." pensó HyungWon.
Lo que le ayudó a reconocerlo a través del tiempo eran sus brillantes ojos avellanados. Su color único jamás pudo encontrarlo en otro humano u cambiaformas; ni siquiera los exóticos entre los de su clase despertaban el calor en su pecho como lo hicieron los orbes avellanas ya maduros de WonHo. Su alma se sintió de nuevo con vida y estuvo a punto de caminar hacia él, de no ser por SeungCheol; quien colocó su mano sobre su hombro, sobresaltado al omega.
Se dio cuenta que WonHo no estaba solo, una segunda presencia apareció del auto. No tenía idea de las palabras que compartían, pero HyungWon notó un amor muy notorio entre ellos. El peso en el cuello del omega de pronto parecía querer arrastrarlo hasta el infierno. Llevó su mano al pecho, debajo se alojaba el anillo de turmalina colgando del cintillo de cuero. Su corazón lentamente recordaba cómo es que llegó a reducirse en pedazos.
― ¿Alguien importante? ―inquirió serio.
Frente a él, se desarrolló un mundo donde él era la rueda innecesaria. WonHo siguió con su vida y él estaba estancado, con un lazo roto: Usado. Alguien a quien nadie querría como pareja después de ser el omega más imperfecto en la historia de su civilización. Lo último que lo lastimó a profundidad fue ver a su precioso cachorro reír abiertamente junto a ese muchacho, abrazándolo por detrás y tomarlo de la cintura, cargándolo y comenzar a darle vueltas hasta caer ambos en el lago. Ambos crearon una burbuja de la que HyungWon deseaba romper con todo su ser y gritarle a su cachorro que él estaba ahí. Entonces sacudió la cabeza, su familia lo necesitaba y el humano no.
―No, vámonos―anunció con la voz seca y retirándose del lugar.
SeungCheol estuvo por seguirlo, hasta que notó al humano voltear en su dirección.
―Ni creas que te vas a salvar de esta Lee, explícitamente dije que no quería nadar y tu... ―refunfuñó BaekHyun, quitándose mechones húmedos de su cara y escupiendo agua que tragó―. ¿Qué miras?
―Nada ―murmuró, aunque sentía algo muy fuerte en dirección al bosque, juraría que vio algo brillante―. Creo que debo dejar las series de fantasía, ya comienzo a delirar.
BaekHyun parecía convencido con su respuesta y fue a buscar ropa seca que usar, dejando a su amigo aún atento a los arbustos. Un par de segundos después se volvió hacia su vehículo e ingresó en él, aún con esa sensación de que algo importante se perdía en el bosque.
SeungCheol notó eso y regresó a la manada con HyungWon, atando los cabos que le faltaban.
Gracias al Creador, HyungWon pudo terminar el tónico a la media noche y recibió a su moribundo primo en la tina especial de su casa. El efecto fue casi inmediato gracias a la magia potenciadora de YoonGi y su mezcla secreta, ahora que JiSung presentó mejoría ya muy entrada la madrugada; dejó al par de alfas discutiendo por la situación, Jackson seguía en conflicto con el extraño que profanó a su hijo mientras que MinHo defendía su amor por el delta-alfa-omega. En otras circunstancias hubiera encontrado divertida la situación, pero se retiró de inmediato a sus aposentos en cuanto estabilizaron al delta.
Cayó rendido en su nido, pero no pudo conciliar del todo su sueño al recordar a su cachorro en el lago. Él se veía muy feliz y HyungWon lo estaba por él, aunque la sensación no terminaba por sentirse del todo correcta.
"―Deberíamos estar en ese cuadro, no al revés" escuchó las quejas de su leviatán, con quien estaba ya harto de pelear por lo mismo.
―No pienso discutir contigo, mi decisión no cambiará incluso si hubiera sabido que esto pasaría, WonHo es peligroso para nuestro mundo.
"―Ambos sabemos que él jamás..."
―WonHo dejó de ser el niño que conocemos ¡SE CONVIRTIÓ EN UN MONSTRUO! ―le gritó mentalmente, haciendo retroceder a la bestia―. Y aunque duela, humanos con la magia simplemente forman la muerte, y él sería nuestra perdición si no le borraba sus memorias; puedo casi asegurar que él en cuanto supiera lo que realmente valemos para su raza nos hubiera traicionado como el resto de su pueblo.
"―Sigue diciéndolo hasta que te lo creas."
Y fue lo último que le dijo su bestia antes de volver a quedar en silencio.
El resto de la noche se empeñó en dormir, cosa que finalmente logró con rapidez y despertar más tranquilo en cuanto llegó más adelante el medio día. Las cosas estuvieron más tranquilas en cuanto a la recuperación de Yoo JiSung cuando bajó, sus padres se quedaron todo el tiempo a su lado al igual que sus hermanos y su nuevo alfa. Con mucha gente en el lugar, el botánico salió de su morada para tomar un poco de aire topándose con JiHoon en el camino; ambos no se dijeron nada por un rato, sino que se acompañaron en su caminar hasta llegar a una parte privada donde comenzó la verdadera conversación.
―Sé que no deseas hablar del asunto, pero JiHoon, tú sientes algo por SeungCheol ―dijo HyungWon viendo que el omega estaba cansado de ocultar sus sentimientos―. ¿Por qué te reúsas tanto a hablar de ello?
― ¿Alguna vez te has enamorado accidentalmente, HyungWon? ―inquirió JiHoon, el omega asintió―. Entonces sabes lo difícil que es aprender a aceptarlo... sé la clase de alfa que era SeungCheol. Entendía que no era su primera vez, él jamás había tomado de la mano a otra persona que no fueran sus hermanos, nunca se preocupó por nadie a parte de sí mismo en toda su existencia; su altanería y mirada creída me dijeron que él no era para mí. Sin embargo, pasamos tanto tiempo juntos como mentor y estudiante; leerlo fue realmente fácil, comprendí que su atracción hacia mí va más allá que un simple revolcón.
―Lo amas mucho para soportar esa carga, eres muy fuerte JiHoon ―alegó, su amigo le sonrió escuchado atentamente al botánico―. Pero, presiento que SeungCheol tiene algo que decir.
No comprendió el alcance de sus palabras hasta que notó la mirada amable de HyungWon por encima de su hombro. Al voltearse vio a SeungCheol muy cambiado, no lucía arrogante o confiado, más bien nervioso.
―Los dejaré solos ―anunció antes de levantarse de su sitio y pasar junto al basilisco―. Sé sincero.
Éste asintió.
―HyungWon ―lo llamó, el omega se giró y encontró una mirada amble para ser de un basilisco―. Si alguna vez te encuentras en apuros y no sabes a quien recurrir, puedes mandarme una carta. No importa si diluvia, truene o tiemble. Hace un tiempo te ganaste mi respeto y mi consejo; ahora te prometo mi ayuda inmediata.
HyungWon asintió, le brindó una reverencia de respeto y se fue a pasear. Ahora con sus propios problemas sentimentales atacándolo por segunda ocasión en lo que lleva del día.
Su corazón seguía estando en la superficie junto a un recuerdo de un cachorro que amó con inocencia, uno que marcó un antes y un después en su vida; pero ver a WonHo ya maduro fue lo que volvió a pulverizar sus sueños.
Había notado un cambio muy significativo. Se convirtió en un humano sumamente atractivo, con rasgos mortales que le erizaban la piel, incluso el pensar que sus manos fuertes algún día pudieron recorrer su piel con vehemencia; sus gestos parecían ser nobles y la sensación de ira que lo embargó por completo al verlo junto a otro hombre que parecían ser más cercanos que hermanos, sólo confirmaban una cosa:
HyungWon seguía amando al humano con locura y no sabía cómo deshacerse de ese sentimiento, negándose incluso a escuchar a su bestia interior.
Él fue quien decidió arrancar a WonHo por su bien, lo hizo para desaparecer de su mundo lleno de peligros y alejarse del aliento mortífero de su raza, necesitaba encontrar la forma de dejar su amor imposible atrás, seguía creyendo que el WonHo que conoció murió en cuanto se dieron su primer y último beso.
Pero... ¿Y si tal vez se equivocó?
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1. Gran Guerra: Periodo en la historia mágica que se libran las batallas entre humanos y criaturas mágicas por exterminarse mutuamente. Volúmenes y pergaminos con registros de estos eventos siguen perdidos y los que sobrevivieron para contarlo, ha optado por mantener el silencio debido a lo brutal y cruenta que fue la contienda.
2. Ocultamiento: Periodo en la historia mágica se produjo la separación de la magia del mundo humano.
3. Delta: Una de las sub-castas conocidas entre los grandes líderes. Son aquellos cambiaformas que incrementan su poder para poder asumir uno de los dos cargos de importancia en manadas, ya sea como líder o su mano derecha. La explicación completa de la casta se verá más a detalle más adelante.
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