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²⁴. ❝𝐅𝐞𝐞𝐥𝐬 𝐥𝐢𝐤𝐞 𝐇𝐨𝐦𝐞.❞

𝕴𝖓𝖛𝖎𝖊𝖗𝖓𝖔 𝟚𝟘𝟙𝟡. 

 𝕴𝖓𝖎𝖈𝖎𝖔𝖘 𝖉𝖊 𝖉𝖎𝖈𝖎𝖊𝖒𝖇𝖗𝖊.

Cuando ambos entraron a la enorme mansión, los dos caninos saltaron alrededor de HyungWon, como si no hubieran visto a un amigo en mucho tiempo. El botánico recordaba que los lobos salvajes rara vez se le acercaban estando entre demonios, pero estos simpáticos animalitos le tomaron cariño a un extraño. Sospechaba que era por su aura calma, se agachó y acarició las peludas caritas.

―Qué enérgicos ―dijo mirando a WonHo.

―Le gustas a mi bebés ―respondió llegando a la par y Blue se abalanzó para aplastar al humano bajo su peso.

― ¡Blue, déjalo, los vas a matar de ternura! ―regañó MinHyuk llegando a la antesala conectada al comedor de la mansión.

El perrito decidió ignorarlo e ir hacia el omega para tratar de derribarlo de la misma manera que WonHo, sólo que HyungWon al levantar la mano, el poder poco activo en esa forma mortal funcionó para que el perrito se detuviera y mostrara su pancita. Como omega, era poco dicho poder y el suficiente como para tener cierto grado de influencia sobre animales; reconocían el poderío interno de un elemental. HyungWon se sorprendió de este detalle a pesar de ser casi nula su magia activa y le dio leves caricias en la parte del estómago al pequeño canino. Su hermana se mostró más curiosa, pegando su naricita a un lado del muslo del omega, pidiendo atención, el botánico no se negó y le acarició detrás de la cabeza.

―Han domado a la bestia ―la voz grave y ronca hizo temblar a HyungWon, ChangKyun miró la escena, atónito por la reacción de Blue―. ¿A quién le debemos el enorme favor por haber calmado a un cachorro de su edad?

Ahora entendía de dónde WonHo había heredado el porte de realeza. Reconocía gran parte de los rasgos amables y sonrientes de su novio en uno de los tres adultos, también su cabellera dorada. Sin embargo, se sentía muy intimidado por el color verde azulado del que parecía ser el líder de la familia. La otra persona adulta que tampoco conocía, podía sentir su amabilidad sin necesidad de su don por la manera en que lo miraba, al otro adulto tuvo la mala suerte de conocerlo antes de tiempo. Los tres eran la familia de WonHo, las personas más importantes de su vida, a quienes pretendía impresionar y estaba nervioso.

Como omega, sus familias y las omegas más viejas de cada clan se encargan de educar a los pequeños, sin importar la casta, para la presentación adecuada a su futura familia; aquella con la unirán sus lazos por su matrimonio con su pareja y era primordial el poder establecer una buena relación con su otra familia, aunque no siempre era cierto que las familias te aceptaban, la de MinGyu fue una prueba de ello y no podía importarle una mierda, pero la de WonHo era otro caso. Sabía lo unidos que eran y lo importante que era ese momento tanto para ellos como pareja como para la familia de WonHo estando a punto de conocerlo.

HyungWon podría decirse que tenía unos modales decentes y dotes de comunicación adecuados. Necesitaba ahora más que nunca, causar una buena impresión a los padres de su pareja. Después de haber lidiado con la Real Familia Terrana, unos humanos no representarían un reto titánico.

Se levantó del suelo e hizo una inclinación en señal de respeto.

―No hay necesidad de eso, chico ―la tercera voz en el lugar fue la de JooHeon que tomó su lugar a lado de ChangKyun y extendió su mano.

―Lo siento, es sólo que todavía no estoy al tanto del protocolo de su familia ―dijo el omega, rojo hasta las orejas, pero respondió el apretón de manera inmediata.

―Eres fuerte, a pesar de tener un aspecto tan delgado ―dijo el líder del clan Thorburn, sus ojos eran sonrientes, sin embargo, HyungWon podía notar que lo estaba analizando con atención―. No recuerdo haberte visto por el lugar y cuando tienes un cabello tan llamativo, no es difícil olvidarte y soy bastante bueno recordando caras.

―JooHeon ―regañó su esposo.

―No soy de aquí, vivo en...

―En el pueblo de enfrente ― le dijo WonHo usando su conexión mental, HyungWon lo miró sorprendido por su dominio en la comunicación por pensamientos, pero se animó a responder de inmediato.

―El pueblo de enfrente, estuve estudiando fuera de casa y con respecto a mi cabello es sólo tinte ―lo último, se sintió orgulloso de haber recordado el detalle, su novio le sonrió con el mismo sentimiento.

―Creo que mejor lo introduzco correctamente ―WonHo se acercó hasta su lado, poniendo la mano en su espalda baja, provocando en ambos, esos choques eléctricos que tanto agitaban a sus almas―. Tío MinHyuk, padres, él es Son HyungWon, mi novio.

―Un placer en conocerlos.

Los tres adultos tuvieron reacciones muy distintas el uno del otro. Humanos comunes no habrían denotado esto, pero ambos siendo parte elementales claro que sí. MinHyuk respiró sutil, esperando que no advirtieran su inseguridad y sospechas, ChangKyun en cambio se mostraba sincero y feliz de conocer al fin a la razón por la que su hijo sonreía como bobo enamorado estos últimos días.

La pareja se preocupó un poco por lo imperturbable y calculador de los ojos verdes de JooHeon, no parecía particularmente contento, cuando sus ojos se encontraron pudo sentir poder, por los años en su espalda dirigiendo este lugar, y HyungWon predecía un arduo camino por tener el favor del líder del clan Thorburn. El señor de la casa se enfocó por unos pocos segundos en el leviatán y luego pasó hacia su hijo, su luz, su príncipe, mostró una sonrisa a petición de WonHo por medio de un gesto sutil.

― ¿Te importa si nos lo llevamos un rato? ―MinHyuk puso en marcha su plan para conocer a tan extraño chico, tomando al omega del brazo entrelazando el suyo propio, encaminándolo a uno de los enormes pasillos de la mansión―. Nos vamos a divertir tú y yo, cuéntame sobre ti.

―Emm...

―Primera pregunta: ¿Carne o Vegetales?

―Oh, nada de carnes.

―Con que eres vegano... tal vez comienzas a agradarme.

Sus voces se perdieron conforme avanzaban hacia el interior del recinto. WonHo un poco preocupado de su indecoroso y bastante curioso tío, pretendía auxiliar a su pobre omega, sólo que su padre no lo dejaría ir tan fácil.

―WonHo, ven conmigo ―colocó sus manos detrás de la espalda, fue hacia la biblioteca y donde estaba el despacho.

―Estoy en problemas ―murmuró, su padre nunca lo llamaba a ese lugar para hablar a solas a no ser que sea demasiado serio o necesitara una reprimenda, ChangKyun acarició el cabello de su hijo.

―No será nada, amor ―aseguró, su voz siempre lo calmaba a pesar de ser grave―. Iré con tu tío, seguramente el chico necesita ayuda para sobrevivir a él.

―Gracias papá.

Asintió, hizo un gesto con la mano hacia los perros, quienes siguieron al pelinegro por el mismo camino por el que se fueron MinHyuk y HyungWon, saltando alrededor del moreno. Cuando los perdió de vista, tomó una respiración profunda y entró por la pesada puerta de roble oscuro.

Su padre ya lo esperaba, tenía la mirada perdida en el cuadro, donde estaba el retrato familiar de su abuelo junto a su familia. Sabía que su padre continuaba sintiéndose culpable por haberse ido de su hogar al elegir el amor por sobre su responsabilidad con su pueblo; cortando todo lazo con su pasado, despreciado por su propia sangre y privado de muchos privilegios. Empezó de ceros, a veces pidiendo limosnas en tiempos realmente crudos para la joven pareja que vivía los desafíos del mundo real. El repentino deseo de su abuelo por su regresó en su lecho de muerte quebraron a JooHeon por mucho tiempo. Presenciar ese estado siempre era desolador. Desde niño, no le gustaba verlo triste por largos periodos de tiempo; por eso siempre estaba más tiempo con él, para hacerlo feliz y olvidara ese dolor. Pero ahora, su mirada era una combinación entre nostálgica y calculadora, como si descifrara muchos secretos en esa pintura.

― ¿Sucede algo papá? ―preguntó después de cerrar la puerta detrás de sí.

―Ven, siéntate ―señaló hacia el enorme sofá a lado del escritorio, ambos colocándose junto al otro―. ¿Sabes que te amo con todo mi corazón y haría lo que fuera por tu felicidad?

―Claro que lo sé papá, me das todo lo que necesito y mucho más de lo que merezco ―puso su mano sobre la del mayor, JooHeon suspiró―. ¿Es por HyungWon? ―el adulto lo miró, preocupado de lo que pueda decir.

―Respeto tu privacidad y libertad sobre tus relaciones lo más que puedo ―vio un momento de duda en sus ojos claros como las esmeraldas―. Cuando tuviste tu ruptura con KyungIl, aprendí que no puedo ser del todo neutral en estas cosas, porque a partir de quién elijas hijo, quieras o no, también recaerá sobre esa otra persona el peso de cuidar de todo el Lago Ness. No tengo opción, debo saber todo sobre esa persona antes de dejar en sus manos nuestro hogar y sobretodo a mi tesoro más grande, a mi único hijo... aun así, quiero darte tu espacio.

―Lo entiendo ―dijo, no estaba molesto o incómodo, claro que entendía a su padre―. Como líder del Lago Ness tienes que ver por todos, pero como mi padre quieres mi felicidad. Deseas verlos como mundos aparte, pero no es así.

JooHeon lo miró sorprendido, era exactamente lo que pretendía tocar en esa conversación. WonHo sonrió al acertar, le recordaba en cierta parte a los eternos debates sobre dejarlo entrar al mundo de la magia o no de su novio leviatán cuando comenzaron a conocerse. Su padre y HyungWon eran muy parecidos, tomaban muy en serio sus responsabilidades con su pueblo, algo que admiraba y que pretendía seguir como modelo. Así que cuando todo estuviera aclarado, JooHeon estará más que contento de saber que HyungWon era alguien que protegería con capa y espada estos parajes, literalmente.

―Papá, créeme, lo que menos quiero es dañar el Lago Ness ―comenzó―. Yo creía entender lo que conlleva tomar tu lugar, hasta que conocí a HyungWon.

Aún recuerda con claridad cómo es que el leviatán le mostró que debajo de esas gélidas tierras, había un mundo totalmente maravilloso sumido en la penumbra de una guerra que debía ser detenida. No sólo eran los pueblerinos quienes necesitaban de su protección, también eran los leviatanes, los legítimos herederos de esos parajes.

―Él nació y se crio la mayor parte de su vida aquí, sabe lo que es amar nuestro pequeño pedazo de tierra. Así que él será un buen candidato a ocupar un lugar a mi lado cuando nuestra relación avance. He tomado muchas parejas a lo largo de estos años y sé con certeza que HyungWon es el indicado.

―El hecho de que menciones eso, significa que vas enserio con el chico.

No deseaba mentirle a su padre, pero debía pensar muy bien qué decirle acerca de HyungWon antes de que su transformación terminara, para poder calmarlo. No estaba tomando la decisión a la ligera con cualquiera.

― ¿Sonó demasiado cliché para tu gusto? ―preguntó con las mejillas enrojecidas, el mayor negó.

―Estoy ansioso, eso es todo ―se levantó del asiento y fue hacia la ventana, con la mejor vista del lago. Sabía que estaba tratando de encontrar las palabras correctas entre las olas oscuras de agua dulce―. Sólo quiero que tus decisiones no terminen en arrepentimientos o que salgas herido. Como padre haces de todo para que tus hijos no sufran carencias y creo que lo más difícil cuando tomas tus decisiones es que lo haces por tu cuenta, que ya no me necesitas como cuando eras un niño y a veces me siento tan frustrado cuando te usan.

―Papá ―le llamó.

Los ojos verdes sin ánimo se enfrentaron a unos secretamente heterocromáticos inundados de determinación y confianza ciega. Reconocería esa mirada en cualquier lugar, la vio siempre en ChangKyun cuando algo se le metía en la cabeza y nunca desistía hasta lograr su cometido, la misma que MinHyuk y él tenían estando en situaciones similares, recuerda haberlo visto en su padre y sólo una vez en su madre hace muchos años. Era el fuego de los Thorburn corriendo por sus venas, un coraje y valor tan salvaje como la fogata de los primeros pobladores perseverantes en la penumbra de un futuro tan incierto para su pequeño hogar.

― ¿Recuerdas lo que me contabas sobre los problemas que tuviste para que el abuelo Thorburn aceptara a papá?

―Claro.

―Antes de que juzgues, por favor, te lo pido de un Thorburn a otro―se acercó hasta su progenitor y le tomó una de las manos donde descasaba en anillo de la familia.

Su padre le contó sobre la reliquia tallada primero en acero mal forjado durante sus primeros asentamientos, sufriendo graves modificaciones con el pasar de los años, las riquezas y crecimiento de su pueblo. Pasando por una nueva capa de hierro, después de una guerra, se reemplazó el acero por plata pulcra; después, se revistió con bordes dorados y un rubí. Para finalmente quitar lo dorado y crear algo mucho más exquisito: Agregaron al anillo sencillo de plata unos elaborados tentáculos de oro blanco con pequeños topacios en las ventosas y con oro de la más alta calidad, colocaron el dragón marino descansando sobre un lecho de rocas y en su columna tenia diminutos zafiros. El anillo ha pasado de líder a futuro heredero o heredera y algún día, será suyo cuando asuma el título del dueño del Lago Ness y líder del clan Thorburn.

―Dale una oportunidad a HyungWon ―pidió, casi con sus ojitos a punto de volver a mostrar ese pequeño WonHo que llegó por primera vez a la gran casa―. Él es un buen chico, dulce y con el corazón más cálido que puedas conocer.

Después de un rato escudriñando a los ojos de su hijo en busca de una flaqueza, su nivel de preocupación bajó, pero no lo suficiente.

―Papá, sé que cometí un grave error al traer a KyungIl durante la Fiesta de Fundación(1) ―comenzó el heredero.

Recordaba bien esa noche. KyungIl había regresado de América un poco extraño, pero asistieron a este evento, en el cual comenzó a presentarlo como su pareja formal. Muchos de los ancianos se mostraron asqueados por la evidente inclinación de WonHo por cortejar varones, como su padre estando en matrimonio con otro. Sin embargo, el código de su pueblo era claro, el jefe tenía derecho a escoger al mejor candidato para compañero y nunca especificaron su género en sus leyes, quienes tomarán el control sobre el Lago Ness y los demás pueblos. Lo que no pudo prevenir fue el mensaje de su ruptura a la mañana siguiente y la carrera que hizo hasta el aeropuerto sólo para gritarle maldiciones.

Viendo eso años después, se avergonzaba de haberse comportado de una manera tan infantil, tanto en su elección apresurada para su compañero como su manejo de situaciones en el aeropuerto. Pero el asunto de su relación con HyungWon era un mundo completamente diferente. Estábamos hablando de un leviatán, uno que nació y creció a kilómetros de tierra abajo del pueblo, pero que estaba tan conectado al lugar como su pueblo y mucho más que él mismo, pues había sido un extranjero desde su nacimiento en tierras que no se sentían del todo como su hogar.

―Pero créeme cuando te digo que HyungWon es el indicado ―dijo con convicción, JooHeon seguía un poco asustado, conocía la ingenuidad de su hijo, él fue así gran parte de su infancia y pagó un gran precio por confiar en las personas. WonHo quería por todos los medios que su padre creyera en él―. ¿Recuerdas el significado del verdadero amor?

― ¿Ahora quieres ser filósofo y decirme que es lo más hermoso que pueda sentir en la vida? ¿Qué sabes tú de eso? Eres todavía un niño ―su sonrisa no era irónica o sarcástica, más bien, cansada y conflictuada.

―Lo he visto y lo conozco ―dijo sin más, porque tenía dos grandes referencias, una más fuerte que la otra dado los años que ha estado inmerso.

―Y en tus palabras ¿qué implica exactamente el amor verdadero?

―Mucho más que mimos y palabras dulces, papá ―recordó las noches en las que vio a sus padres afligidos por peleas que han tenido y de las que WonHo fue un testigo fantasma, pero también lo vio en la terrible depresión que ocultaba JooHeon estando lejos de su cuna ancestral―. El amor tiene diferentes formas que adopta, no importa el género, a veces la edad, ni siquiera si es para una persona, implica a muchos ―se rio recordando que HyungWon lo superaba por más de una década cronológica, sintió una sacudida, todavía incómodo por recordar ese detalle―. No conoce estrato social ni mucho menos le importará cuánto tengo en mi cuenta bancaria, es un sentimiento que depende mucho más allá de la carne y los huesos. Es el mismo que sienten ustedes, BaekHyun o mi tío.

«―Cuando era pequeño, el único concepto de amor que tenía era de ustedes, mis padres ―pronunció esas palabras con amor; porque a pesar de que tenía una progenitora mujer, con la que tenía una relación estable, quienes se encargaron de su educación y darle todo el amor del mundo, fueron ellos: ChangKyun y JooHeon―. He visto el cariño y devoción que se profesan más veces de las que puedo recordar, pero también cuando suelen flaquear. No porque no se amen, sino por los sacrificios que debían hacer para darme una buena educación siempre era primero o cuando discutían por mucho tiempo sobre las decisiones que debían tomar, en la que uno de los dos o ambos debían poner sus manos al fuego para mantenerse a flote y para protegerme a mí, eso es amor incondicional.

«―Tal vez es lo que el abuelo Thorburn no vio en ustedes cuando le dijiste que querías casarte con papá ―JooHeon alzó la ceja, sorprendido de que sacar a relucir al antiguo líder del Lago Ness―. No cometas ese error con HyungWon, no al menos hasta que hablen un poco, prometo que si él no es el indicado para tomar su posición como mi mano derecha se lo haré saber, pero dudo que él no cumpla con tus rigurosos requisitos.

Sorprendido de las ágiles palabras de su hijo, su luz, comenzó a verlo. Antes de entrar por esa puerta seguía viendo pequeños destellos del pequeño niño de ocho años que corría por los salones con el peto de metal de una armadura que tomó de una de las exhibiciones históricas, alzando un plumero que hacía pasar como espada, gritando que detendría los malvados de cruzar el fortín de las almohadas, donde custodiaba la seguridad del príncipe ChangKyun del malvado dragón JooHeon y del infame hechicero MinHyuk. Ahora, veía a un hombre, un heredero, un príncipe del lago. Capaz de reconocer muchas opciones y pedir perdón si llegara a equivocarse. También estaba esa llama igual de intensa a la suya cuando llegó a los salones principales con su propio padre a decirle que se casaría con ChangKyun en lugar del matrimonio concertado desde antes de nacer.

― ¿Cuánto has crecido, Lee-Thorburn WonHo? ―se quitó sin pena la lágrima que bajó por sus mejillas y llegó para envolver a su hijo en sus brazos―. Está bien, tú ganas, le daré una oportunidad.

―Gracias papá, en serio lo aprecio.

―Bueno, basta de lloriqueos ―tomó uno de los pañuelos de tela que tenía en los bolsillos de su elegante saco y se limpió los crecientes mocos que saldrían de su nariz―. Ven, vamos por un poco de madera para las chimeneas.

―Claro.

Feliz de que su padre diera parte de la bendición a su relación, acompañó al rubio mayor hacia el patio donde recolectarían los trocos ya cortados. Se preguntaba ¿cómo estaría HyungWon en las garras de su tío?

Quedó maravillado ante tanta variedad en aquellas paredes de metal y cristal grueso, apenas estaba viendo parcialmente el enorme invernadero detrás de una puerta de cristal con una reja de plata detallada en finas espirales para que pareciera un enredadera real. Los detalles en esa simple barrera lograron que el omega apreciara los detalles, el invernadero estaba custodiado por una cerradura del Kraken al final de la mansión, mientras que el dragón marino era la parte más alta de las rejas en una posición arqueada con su cabeza y cola llegando a cada extremo de la puerta. Todavía seguía viendo ciertos detalles que no caracterizaban a su especie, como que sus morros no suelen ser parecidos a los de una serpiente junto a la falta de una magnífica cresta o que las garras en realidad deberían ser aletas, también faltaba la luz característica en el lomo y cuello.

Dentro, era un paraíso oculto detrás de los cristales. Les recordaba a las selvas vírgenes mucho antes de la Gran Guerra que describían en los Viejos Textos(2). Parajes repletos de un verde tan hermoso que no habría manera de poder describirlo o pintarlo de no ser por las memorias que captaron la belleza de esos lugares. Resonó en su cabeza, las palabras de los majestuosos equinos: La Tierra podrá ser labrada, cimentada con roca o removida para erigir nuevas ciudades en un día y al siguiente ser devoradas por el caos o el tiempo, pero nunca cambiará las memorias que hay entre la arena o sus raíces más profundas. La Tierra tiene memoria y saldría a flote, tarde o temprano.

Tocó con delicadeza los tallos de las plantas más cercanas, se embebió del dulce olor de frutos y árboles con capullos que recién empezaban a formarse. La luz que se filtraba por el domo de cristal le calentó su sangre normalmente fría, todo sería perfecto si le dejaran desprenderse de los zapatos y sus pies tendrían el deleite de caminar por aquellos pasillos de gravilla y tierra. Los dos perros caminaron en total calma a lado de ChangKyun.

―Su jardín es precioso, señor Thorburn ―su voz apenas salía de su garganta, estaba sorprendido que esa enorme casa llena de lujos tuviera un espacio tan increíble como ese.

―Por favor, dime ChangKyun ―la mano morena y delgada del padre de su novio se posó suave en su brazo, tenía unos ojos castaños oscuros llenos de amabilidad, la misma que WonHo dedicaba a los demás―. No soy tan viejo.

―Yo veo un par de canas por ahí ―sonrió un burlón MinHyuk tomando sus guantes de jardinería y un canasto para poner lo que necesitarían, el otro pelinegro del lugar frunció los labios y le lanzó una pala de mano que terminó clavándose a un lado de su cabeza sobre la corteza de un árbol. Los perritos gimieron por el acto y se marcharon de invernadero buscando protección de la ira del señor de la casa―. Vaya puntería.

―Claramente fallé, apuntaba a tu fea cara ―le lanzó una mirada mortífera a su cuñado y luego una más endulzada al botánico que sólo se limitó a verlos―. Ven conmigo, buscaremos algo para la cena, nuestro mayordomo no podrá estar con nosotros, así que cocinaremos para ti.

―No es necesario tantos honores ―se apresuró a decir el omega

―Insisto.

―Sería grosero de mi parte si los dejo con toda la labor ―negó con la cabeza y tomó un canasto a su lado para poder ayudar―. Al menos déjeme ayudar con la elección de vegetales y frutos.

―Sería una gran molestia, eres nuestro invitado HyungWon.

―Por favor, déjeme esta tarea, es mi trabajo ―ambos adultos quedaron impresionados por la revelación del chico―. Soy botánico de profesión y también suelo hacer diseño de interiores.

―Esperaba que fueras modelo o actor, incluso arquitecto con esa pinta ―admitió MinHyuk, liderando el camino hacia la zona donde cultivaban todo lo comestible―. ¿En serio un botánico? ¿Cuánta coincidencia?

― ¡MinHyuk!

―Por supuesto, estudié por más de diez años ―las mejillas del joven leviatán se tiñeron de rojo―. Sé distinguir entre una planta para clima oceánico que tiene cerca de la entrada porque soportan grandes cantidades de humedad de la región y al ser una fría, he de decir que las primeras flores que podrían nacer aproximadamente en febrero, son endémicas de aquí. Y que dentro del invernadero noto un control de clima entre tropical y mediterráneo por las otras puertas que funcionan como barrera para el clima del lugar. Seguramente tendrán plantas de otros continentes que preservan en el invernadero.

No era propio de él presumir por sus actividades, si estuviera en su forma original y caminado por los terrenos de los leviatanes, cualquiera sabría que él es un botánico. Después de todo, es el único en el clan del Agua. Estando en otros clanes, igualmente lo reconocerían por sus manos ligeramente callosas por su trabajo con la tierra, pero lo más destacable de un botánico era esa aura gentil, cálida y amable con su entorno, incluso han llegado a decirle sobre losefectos de su presencia, los bosques son más fuertes y felices al contar con una bendición para cuidar de la naturaleza.

Tener que decirlo en voz alta es algo que nunca entendió de los humanos. A veces presumían o mofaban de los trabajos de otros incluso si era uno decente. Por otra parte, quería también demostrar a la familia de su novio que las apariencias engañan, una de las cosas que más odia es ser juzgado por ello. Lo ha vivido por años en su manada y en las demás por ser un omega alto.

― ¿Qué te parece? ―ChangKyun estaba muy sorprendido, le empezaba a agradar el chico de cabello rosa―. Me gustaría escuchar tu opinión sobre algunas de mis plantas.

―Sería un honor ―inclinó la cabeza de manera suave, el adulto rio por el gesto. Otra costumbre que tenía arraigada cuando eran solicitados sus servicios o estando en presencia de altos rangos en su manada―. Lo siento, un viejo hábito.

―Parece que te entrenaron para ser un aristócrata del siglo pasado ―denotó Quedó maravillado ante tanta variedad en aquellas paredes de metal y cristal grueso, apenas estaba viendo parcialmente el enorme invernadero detrás de una puerta de cristal con una reja de plata detallada en finas espirales para que pareciera un enredadera real. Los detalles en esa simple barrera lograron que el omega apreciara los detalles, el invernadero estaba custodiado por una cerradura del Kraken al final de la mansión, mientras que el dragón marino era la parte más alta de las rejas en una posición arqueada con su cabeza y cola llegando a cada extremo de la puerta. Todavía seguía viendo ciertos detalles que no caracterizaban a su especie, como que sus morros no suelen ser parecidos a los de una serpiente junto a la falta de una magnífica cresta o que las garras en realidad deberían ser aletas, también faltaba la luz característica en el lomo y cuello.

Dentro, era un paraíso oculto detrás de los cristales. Les recordaba a las selvas vírgenes mucho antes de la Gran Guerra que describían en los Viejos Textos2. Parajes repletos de un verde tan hermoso que no habría manera de poder describirlo o pintarlo de no ser por las memorias que captaron la belleza de esos lugares. Resonó en su cabeza, las palabras de los majestuosos equinos: La Tierra podrá ser labrada, cimentada con roca o removida para erigir nuevas ciudades en un día y al siguiente ser devoradas por el caos o el tiempo, pero nunca cambiará las memorias que hay entre la arena o sus raíces más profundas. La Tierra tiene memoria y saldría a flote, tarde o temprano.

Tocó con delicadeza los tallos de las plantas más cercanas, se embebió del dulce olor de frutos y árboles con capullos que recién empezaban a formarse. La luz que se filtraba por el domo de cristal le calentó su sangre normalmente fría, todo sería perfecto si le dejaran desprenderse de los zapatos y sus pies tendrían el deleite de caminar por aquellos pasillos de gravilla y tierra. Los dos perros caminaron en total calma a lado de ChangKyun.

―Su jardín es precioso, señor Thorburn ―su voz apenas salía de su garganta, estaba sorprendido que esa enorme casa llena de lujos tuviera un espacio tan increíble como ese.

―Por favor, dime ChangKyun ―la mano morena y delgada del padre de su novio se posó suave en su brazo, tenía unos ojos castaños oscuros llenos de amabilidad, la misma que WonHo dedicaba a los demás―. No soy tan viejo.

―Yo veo un par de canas por ahí ―sonrió un burlón MinHyuk tomando sus guantes de jardinería y un canasto para poner lo que necesitarían, el otro pelinegro del lugar frunció los labios y le lanzó una pala de mano que terminó clavándose a un lado de su cabeza sobre la corteza de un árbol. Los perritos gimieron por el acto y se marcharon de invernadero buscando protección de la ira del señor de la casa―. Vaya puntería.

―Claramente fallé, apuntaba a tu fea cara ―le lanzó una mirada mortífera a su cuñado y luego una más endulzada al botánico que sólo se limitó a verlos―. Ven conmigo, buscaremos algo para la cena, nuestro mayordomo no podrá estar con nosotros, así que cocinaremos para ti.

―No es necesario tantos honores ―se apresuró a decir el omega

―Insisto.

―Sería grosero de mi parte si los dejo con toda la labor ―negó con la cabeza y tomó un canasto a su lado para poder ayudar―. Al menos déjeme ayudar con la elección de vegetales y frutos.

―Sería una gran molestia, eres nuestro invitado HyungWon.

―Por favor, déjeme esta tarea, es mi trabajo ―ambos adultos quedaron impresionados por la revelación del chico―. Soy botánico de profesión y también suelo hacer diseño de interiores.

―Esperaba que fueras modelo o actor, incluso arquitecto con esa pinta ―admitió MinHyuk, liderando el camino hacia la zona donde cultivaban todo lo comestible―. ¿En serio un botánico? ¿Cuánta coincidencia?

― ¡MinHyuk!

―Por supuesto, estudié por más de diez años ―las mejillas del joven leviatán se tiñeron de rojo―. Sé distinguir entre una planta para clima oceánico que tiene cerca de la entrada porque soportan grandes cantidades de humedad de la región y al ser una fría, he de decir que las primeras flores que podrían nacer aproximadamente en febrero, son endémicas de aquí. Y que dentro del invernadero noto un control de clima entre tropical y mediterráneo por las otras puertas que funcionan como barrera para el clima del lugar. Seguramente tendrán plantas de otros continentes que preservan en el invernadero.

No era propio de él presumir por sus actividades, si estuviera en su forma original y caminado por los terrenos de los leviatanes, cualquiera sabría que él es un botánico. Después de todo, es el único en el clan del Agua. Estando en otros clanes, igualmente lo reconocerían por sus manos ligeramente callosas por su trabajo con la tierra, pero lo más destacable de un botánico era esa aura gentil, cálida y amable con su entorno, incluso han llegado a decirle que con su presencia, los bosques son más fuertes y felices al contar con una bendición para cuidar de la naturaleza.

Tener que decirlo en voz alta es algo que nunca entendió de los humanos. A veces presumían o mofaban de los trabajos de otros incluso si era uno decente. Por otra parte, quería también demostrar a la familia de su novio que las apariencias engañan, una de las cosas que más odia es ser juzgado por wllo. Lo ha vivido por años en su manada y en las demás por ser un omega alto.

― ¿Qué te parece? ―ChangKyun estaba muy sorprendido, le empezaba a agradar el chico de cabello rosa―. Me gustaría escuchar tu opinión sobre algunas de mis plantas.

―Sería un honor ―inclinó la cabeza de manera suave, el adulto rio por el gesto. Otra costumbre que tenía arraigada cuando eran solicitados sus servicios o estando en presencia de altos rangos en su manada―. Lo siento, un viejo hábito.

―Parece que te entrenaron para ser un aristócrata del siglo pasado ―denotó MinHyuk buscando un poco de especias en las hortalizas.

―Lo cual no es mal visto en esta casa ―recriminó ChangKyun, quien estaba más que determinado a hacer la carga ligera entre HyungWon y la familia Thorburn―. Recuerdo las veces en las que te quejabas por la falta de modales y protocolo en los últimos años. ¿No te agrada que un chico de su edad tenga tan buena etiqueta?

El segundo Thorburn bufó un poco molesto.

―Como sea, iré por unas especias ―tomó el canasto a su lado y se fue hacia otra de las direcciones del invernadero, su cuñado lo miró de mala gana antes de rodar los ojos.

―No le agrado mucho ¿verdad? ―incluso decirlo en voz alta le aterraba, no buscaba causar problemas en la familia que tanto adoraba su novio.

―Es normal ―el adulto le sonrió, con pena y amabilidad. Se colocó sus guantes de jardinería mientras llevaba al leviatán por los pasillos llenos de vida hasta una parte donde hortalizas se encontraban bien cuidadas. HyungWon reconocía que quien sea que cuidaba del invernadero, tenía una mano amable con los frutos producidos de esa tierra―. MinHyuk no ha podido tener un hijo y WonHo es lo más cercano a uno, prácticamente lo criamos entre los tres, así que suele actuar como un padre sobreprotector resalta cuando viene un novio de su querido sobrino.

―Usted no luce de esa forma ―en cuanto se dio cuenta de que su observación era imprudente y podía prestarse a malos entendidos quiso arreglarlo―. No es que me refiera a que usted confía en un completo extraño ni nada parecido... es decir, rayos.

Con sus tartamudeos, volvió a sonrojarse sin control. Diablos, tantos años entrenando para este momento y justamente tenía que abrir la bocota antes de pensar en sus palabras. ChangKyun le dedicó una risita, no era burlona o sarcástica. Más bien, enternecida.

―Supongo que el haber estado en tu posición hace muchos años mantiene mi mente abierta a la idea de conocerte ―se encogió de hombros.

Debía admitirlo, ChangKyun se veía mil veces más compresivo con él, a diferencia de la clara y muy similar actitud de desconfianza por parte del padre y tío de WonHo. Se atrevía incluso a decir que su cachorro había aprendido mucho de su lado amable de ese hombre de piel morena y ojos oscuros que los fríos familiares.

―Dime una cosa, HyungWon ―tomó un atomizador y regó su gran plantación de calabaza―. ¿Hace cuánto que sales con mi hijo?

―Bueno, es un poco complicado ―se volteó hacia el plantío donde encontró varias zanahorias en buen estado, sin sus guanteletes de diacuarzus, no podía cortar y ChangKyun apareció a su lado con tijeretas de jardinería―. WonHo y yo mantuvimos una extraña relación de amistad a distancia por muchos años y cuando regresé después de mucho tiempo comenzó a mostrar un interés romántico que rindió frutos de manera inesperada. Yo no pude darme cuenta a la misma velocidad, siempre he sido distraído en mis relaciones personales.

― ¿En serio? ―ambos pasaron a otro apartado de cosecha donde recogieron un par de pepinos y una lechuga completa.

―Tenía problemas de confianza en otras personas y realmente no salía mucho de casa ―fueron poniendo todo en el canasto tejido, luego ChangKyun lo llevó hasta otra sección del jardín repleto de frutas que HyungWon no reconoció, pero varias se parecían a muchas con las que creció―. Su hijo fue quien me hizo salir de mi propio encierro, me hizo ver que el mundo no es tan cruel, no todos te iban a apuñalar por la espalda o te harían daño. Su hijo realmente es un milagro.

― ¿Milagro?

―WonHo curó una parte de mí que yo creí haber roto ―por unos pocos segundos se recordó siendo desdichado por haber matado las memorias de su primer amor y como WonHo, mucho antes de recuperarlas, lo ayudó a perdonarse―. Me recordó que mi pasado no es mi enemigo, incluso me enseñó que el perdón puede sanar el alma.

―Bueno, WonHo siempre ha sido una especie de...

―Guardián ―respondieron los dos al unísono.

El señor de la casa quedó un poco sorprendido por la respuesta de ambos. En medio de ese silencio, pudo ver más allá de lo que la apariencia mostraba sobre el misterioso jovencito de cabello rosado. El fuego dentro del chico profesado por su único hijo, no hay manera de que sea falso, por muy buen mentiroso que sea, ChangKyun era un maestro leyendo las intenciones escondidas. El amor no es algo que se pueda esconder y HyungWon definitivamente expresaba eso por WonHo, justo como ChangKyun amaba a su esposo, ellos se miraban de forma tan genuina que ni sus anteriores parejas de su hijo se equiparaban a esos dos juntos. Se dio cuenta de que pondría su confianza en ese nuevo chico con la misma fe ciega que dedicó él en su momento a su relación con el actual Jefe del Clan Thorburn y le daría el apoyo que jamás recibió cuando fue más joven.

― ¿Qué dices si preparamos algo juntos? ―tomó la cesta con los víveres dentro, seguido por el joven leviatán.

―Supongo que tendrá que llamar a algún doctor ―rio divertido recordando la última vez que alguien lo dejó acercarse a una cocina―. Siempre han dicho que mi comida es un peligro para la vida.

―No creo que sea para tanto.

El velo azulado oscuro de la noche reflejando en el lago y con el reflejo plateado de la luna sobre la superficie de agua, envolvía la mansión escocesa y a los tres hombres ocupaban la cocina. HyungWon adoró el ambiente tan cálido y familiar que ChangKyun y MinHyuk despertaban mientras se movían por el lugar con soltura. El padre de WonHo se dedicó a cuidar de los guisos en la estufa y de la carne, mientras que MinHyuk era un maestro horneando. Se le hacía agua la boca con solo oler el aire del lugar.

―HyungWon ven ―el moreno llamó mientras removía un cucharón en una enorme olla―. Esta es la receta favorita de WonHo para sopas, te gustará aprenderla.

―Huele bien ¿Espinacas y calabacines? ―aspiró un poco más del contenido, su estómago rugió―. También percibo el tomate.

―Muy bien, ¿te gustaría tener la receta?

―Sería un honor.

El sonido estridente de algo metálico contra el piso hizo que ambos se giraran. MinHyuk ya estaba agachándose hacia el desastre que ocasionó.

―Ay, por Dios, iré por el trapeador ―dijo el señor de la casa―. HyungWon ¿podrías ayudarlo?

―Seguro.

El hombre de cabello oscuro salió corriendo de la cocina hacia alguna de las habitaciones de servicio, dejando al joven leviatán en manos del tío de WonHo. Sus ojos eran fríos y afilados como la hoja de una espada recién salida de la armería, esas armas color esmeralda eran apuntadas hacia él. Quiso leer a través de su semblante, sólo que le frustraba cada vez más el no saber qué quería de él y sólo hasta unos segundos después habló.

―No sé quién te pagó o qué clase de broma de mal gusto estés jugando, pero ya basta ―su tono gélido y amenazador tomó desprevenido al omega.

― ¿Perdón?

―Ya me oíste ―en su voz se podía expresar odio, uno que HyungWon consideraba injustificado―. Si dinero es lo que quieres, dime tu precio y te lo daré, incluso en efectivo con lingotes de oro y joyas si te vas de mi casa ahora mismo y dejas en paz a mi sobrino.

―Lo lamento señor, pero me confunde con una prostituta y eso me ofende ―comenzó, guardó aún más la compostura. No era la primera vez que alguien le decían esas cosas―. No estoy aquí por obligación o porque recibí un pago por el amor de WonHo.

―Por favor, eres demasiado bueno para ser un escocés gay de esta región ―se burló siguiendo recogiendo el desastre y dejando los trastos en el fregadero―. Ni siquiera tienes el acento de aquí.

―Es porque estudié fuera ―se defendió el omega, conservando el tono neutral, no quería discutir con el tío de su novio―. No entiendo por qué se siente incrédulo de que me guste un hombre, es ridículo.

― ¿En serio esperas que me crea esta farsa del chico perfecto, gay con modales de la realeza, que sabe de plantas, diseñador y no es interesado? ―soltó una risa sarcástica que provocó que HyungWon apretara la quijada―. No puede ser posible que los millones de dólares en estas paredes no te haya dado un orgasmo.

―Aunque le parezca increíble, no, en lo absoluto ―refutó el botánico―. De hecho, es una de las razones por las que me negué a venir en primer lugar.

―No me digas que el dinero no te interesa para nada, que cliché.

―Es la verdad, la vida lujosa que tiene WonHo ―señaló a la casa con un ademán de sus manos―. Es algo que me asusta y si quisiera estafarlos, no hubiera podido hacerlo, soy demasiado estúpido para mentir... Mire señor, no pretendo que confíe en mi de la noche a la mañana, pero ¿no cree que está siendo un poco prejuicioso conmigo?

La olla a sus espaldas comenzó a hervir y en un intento por alejarla del fuego además no quería explotar con el hombre con alta probabilidades de sacar su lado más salvaje en el ataque. En medio de todo eso y con la adrenalina evitan que pensara como normalmente lo haría, olvidó usar guantes y tocó el borde caliente. Soltó un gruñido. El dolor de la quemadura no era nada a comparación de una herida ocasionada por un arpón, pero el picor en su piel seguía molestándolo.

―Mierda ―chilló el omega, MinHyuk dejó de lado su orgullo y llegó hasta él para revisar su herida, era leve, pero su piel se tornó rojiza.

―Espera un segundo ―lo sentó en la silla cerca de la mesa en el centro de la cocina y mojó un trapo en agua tibia y la colocó en la zona afectada―. No creo que sea tan grave, iré por mi botiquín.

―No será necesario, estoy bien ―aseguró, abrazó su mano hacia su cuerpo.

Comenzó a sentir que el leviatán interior de HyungWon despertaba de a poco al sentir el dolor de la parte mortal, debía pensar rápido antes de que el efecto de la quemadura despertara su magia. Para estos momentos ChangKyun regresaba con las cosas de limpieza y se encontró con la escena.

― ¿Qué pasó aquí?

―Necesito usar su baño ―dijo HyungWon con rapidez, el hombre se mostró confundido, aun así, señaló detrás de sí.

―Puedes usar el baño de la primera planta, está al fondo a la derecha ―ChangKyun le lanzó una mitrada a MinHyuk preguntando por lo que pasó y HyungWon salió del lugar antes de que vieran a su magia actuar.

Fue lo más discreto posible ante la mirada de los preocupados adultos, asegurando que sólo debía ir al baño a lavarse bien, si llegaba hasta ese curto podría pensar en una mentira creíble cuando su mano sanara por completo en cuestión de minutos sabiendo que su bestia despertaría y todo esto sin levantar sospechas de su verdadera identidad ante la familia de su novio. Apretó el paso hasta encerrarse dentro del baño donde tendría un poco de privacidad. Se recargó en la puerta tomando una gran respiración, sus luces comenzaron a marcarse sobre su piel, para el momento en el que terminó por soltar todo el aire dentro de sus pulmones volvía a estar en su forma natural.

Su leviatán interno se removió inquieto, volvió a percibir sus sentidos realmente agudizados ante cualquier estímulo. Para no empeorar las cosas, siguió respirando, incluso se enfocó en los detalles de mármol en las paredes del baño o en el color de la caoba negra en los muebles del baño y los detallados ornamentos de plata con incrustaciones de diamantes en el espejo frente a él.

Sintió sus pies pesados como dos bloques enormes de roca que arrastraba hasta el mueble enfrente del lavamanos. Mareado, molesto y con unas ganas terribles de llorar por lo frustrado que se sentía, estaban por volverlo loco.

El calor dentro de su alma fue tocado por otra, junto con el leve olor del océano emanando de la piel de otro leviatán hizo ronronear a HyungWon. Unas manos tibias se deslizaron por sus caderas, hasta llegar a su estómago y juntarlo al otro cuerpo. El heredero del Lago Ness pegó su nariz en la nuca de HyungWon, las luminiscencias del omega parpadearon, su cabeza se restregó contra la de WonHo, buscando más, necesitaba sentir a esa segunda alma en WonHo.

―Hola Señor Dragón ―susurró y le dio un cortito beso a un lado de su cuello.

Notó por el reflejo del espejo que su compañero también exponía sus luminiscencias, eran más tenues y con la suficiente fuerza para que la bestia en el interior de WonHo pudiera sentirse en la piel del heredero.

― ¿Pasó algo, HyungWon?

―Nada preocupante ―de repente recordó el dolor en su mano de la ligera quemadura y WonHo igualmente notó el trapo en la mano de su pareja.

― ¿Qué te paso?

―WonHo, no es nada, sabes que mi magia lo curará ―el joven heredero hizo a su novio sentarse sobre el lavamanos y ver la gravedad de la quemadura.

― ¿Te duele? ―tocó ligeramente sobre la piel rojiza que pronto comenzó a sanar―. ¿Quieres que pregunte por qué te quemaste?

―Sólo fue un descuido ―tomó el mentón de su Nexum―. Estoy bien, una quemadura por tocar metal caliente no es nada, hay heridas más dolorosas que eso.

―No quiero saber si de verdad has sentido peor dolor que esto ―chasqueo la lengua y se inclinó hacia el mueble del lavamanos, donde buscó el botiquín de primeros auxilios y tomó un vendaje, conforme la ponía en la mano de su omega, sintió inquieta a la bestia de HyungWon―. Hay algo que te incomoda ¿quieres hablarlo?

―He pasado una parte de mi vida entrenando para este momento y siento que los humanos son mucho más desconfiados que el cambiaformas más huraño del mundo y eso es hablar mucho.

― ¿Mi padre o mi tío MinHyuk?

―No pretendía acusarlos, después de todo sólo han sido unas horas y no puedo juzgarlos de manera definitiva ―tomó el rostro de WonHo con cariño, quitó un par de los mechones parcialmente pintados de azul para admirar los ojos brillantes de su pareja―. Podré con esto, si mi hermana finalmente comenzó a aceptarte, tu familia no será un gran problema.

― ¿Crees que tus padres serán igual? ―HyungWon negó, un poco dudoso.

―Tendremos que ponerte armadura si quieres enfrentar a un omega molesto ―trató de sonar divertido, aunque por debajo de esa broma, había algo de verdad―. Ya pensaré en algo.

Su padre no era muy amable cuando se trataba de cualquier tema referente a humanos. No lo culpaba, haber perdido a sus madres lo hizo crecer rencoroso con los humanos y en su lugar igualmente crecería resentido con los humanos de haber sido privado de sus propios padres viéndolo todo desde primera fila. No podía imaginar cómo se tomaría la noticia de su hijo teniendo como Nexum Animarum a un extraño humano con magia.

―Es difícil llevar una relación entre humanos y cambiaformas ―dijo HyungWon, recargó su frente en el hombro de WonHo y lo abrazó―. Bésame.

― ¿A qué vine eso? ―inquirió con una sonrisa, HyungWon se encogió de hombros.

No había razón para negarle ese detalle a su novio leviatán. Comenzó con un ligero roce de sus labios sobre la parte alta del cuello, sacando una ligera risita de HyungWon, el mayor de los leviatanes se abrazó con cariño al cuerpo de su pareja y cuando sus labios se encontraron se sintió a gusto en su burbuja. La presión para impresionar, fingir ser un humano, el enojo e impotencia que le causaba no poder ser él mismo frente a personas que serían su familia en un futuro, todo desapareció.

Le gustaba pensar que no había nada en ese mundo que le importara a excepción del calor de WonHo. En aquellos segundos, donde sólo los dos se complementaban, no sentía el peso de la guerra milenaria entre humanos y cambiaformas elementales. No era un joven leviatán entrenado para matar o un botánico por el cual toda una manada dependía para no morir de hambre, frío u oxígeno. Sólo era HyungWon, un joven enamorado que disfrutaba mucho de ser tratado con tanto cariño.

Él sólo deseaba poco: paz para su familia y para él, amor y prosperidad en su futuro. Era mucho pedir en tiempos de guerra latente, como una herida abierta con sangre saliendo a borbotones.

―WonHo, te amo mucho ―dijo HyungWon en un susurró cuando el joven heredero se alejó un poquito para respirar―. Mucho, mucho.

―Yo también, te amo mucho, mucho ―volvió a besarlo, esta vez por un poco más de tiempo, con el calor de sus segundas almas, algo no estaba del todo bien―. ¿Quieres un momento a solas?

―No, no queremos se vayan... ―en sus ojitos rosados se acumularon un par de lágrimas, el botánico enterró sus dedos entre las hebras doradas y azuladas―. Sólo ven aquí.

WonHo enterró su nariz en el hueco entre el hombro y el cuello.

Con esta nueva sensación que conllevaba formar un lazo de Nexum Animarun, cada vez que sus leviatanes abrían sus corazas externas y permitían que sus almas se conectaran, podía sentir cada vez más los sentimientos del otro. En esos segundos escuchaba pequeños fragmentos de sus pensamientos y su novio estaba igual de preocupado o más. Había muchas cosas pasando al mismo tiempo que no sabía cómo es que su cerebro no explotó desde el momento en el que comenzó a tener magia.

De repente comenzó a sentir frío, como si una parte de él se cerrara y entendió que HyungWon estaba volviendo a tomar control sobre el leviatán e intentar ocultarlo.

―No ―pidió, su súplica sonó tan triste que HyungWon se preocupó―. Quédate un poco más.

"― ¿Estás seguro, cachorro? ―" la voz etérea de la bestia apareció entre sus pensamientos, WonHo le sonrió con ternura.

"―No quiero que te vayas a dormir estando así, déjame calmarte ―" el cambio sutil en su tono de voz le hizo comprender al omega que era la bestia interior de WonHo quien había hablado.

"―Está bien ―" accedió después de unos segundos de duda.

HyungWon pudo sentir cómo los lazos de ambas bestias comenzaban a buscarse con la calidez de la otra bestia abrazar la suya. Como si ellas estuvieran en la misma posición que WonHo y él, cuando el leviatán interior de HyungWon se sintió en calma, fue que la bestia de WonHo se retiró hasta lo más profundo de sí mismo y volvió a ser el humano que pretendía ser. Le dedicó una sonrisa antes de sacar una esfera camaleón oculta entre los bolsillos de su pantalón y la tomó, ambos esperaron unos minutos para que HyungWon tuviera la apariencia de un joven humano.

Unos toquecitos en la puerta alertaron a ambos.

― ¿HyungWon? ―la voz gruesa de ChangKyun denotaba una verdadera preocupación, estando un poco sensible por los efectos de sus bestias tocándose junto a los de las esferas camaleón, hincharon el pecho de HyungWon.

―Estoy bien, saldré en un momento ―su voz sonó un poco rota, lo que alertó a WonHo, el omega negó.

―Lamento lo que dijo MinHyuk, él no lo dijo con esas intenciones.

―Señor Lee, yo...

No tuvo tiempo de responder, ya que WonHo salió el baño. ChangKyun sorprendido retrocedió un paso.

― ¿Qué dijo mi tío? ―preguntó WonHo, su padre lo miró por un momento y después a HyungWon, él negó con la cabeza―. ¿Papá?

―MinHyuk cree que HyungWon es...

― ¿Interesado? ¿Es en serio?

―Tu tío no quería decirlo de esa forma, sabes cómo es él ―su padre le tocó el brazo y su hijo asintió, estaba un poco molesto, pero sabía que lo pensarían de esa forma.

―WonHo ―pidió HyungWon, al volverse vio que sus ojos apagados, no estaba tan molesto―. Estaré bien, sólo fue un malentendido.

―Aun así, quiero disculparme en nombre de mi familia ―intercedió ChangKyun, miró hacia la venda en la mano del joven de cabello rosado y tomó entre las suyas la que estaba sana―. No fue justo que te trataran de esa forma.

―Señor Lee, sólo perdonemos esto y sigamos adelante ―con su otra mano, la colocó en las de ChangKyun y las apretó de manera gentil―. No hay que hacer esperar a esa deliciosa cena que con tanto cariño hizo para su familia.

―Eres cálido, joven Son ―lo miró por unos segundos, como si en el omega hubiera encontrado la respuesta al misterio más intrigante del mundo―. Estoy más tranquilo sabiendo que mi hijo está en buenas manos.

―Papá ―se quejó el heredero, sus mejillas y hasta sus orejas se tornaron rojas por lo cursi que a veces era ChangKyun, el adulto rio al igual que el omega quien se veía bastante aliviado de haber sido aceptado por este hombre.

―Bueno, hay que ir a cenar.

El salón opulento del comedor seguía poniendo un poco nervioso al omega, pero a pesar del lujo visto en cristalería fina o cubiertos e incluso muebles que nunca antes hubiera creído que tuvieran tanto empeño en ser fabricados, había un poco de esa energía que tanto ha caracterizado un hogar.

― ¿Desde cuándo te cambiaste al azul? ―indagó MinHyuk, quien se tomó la libertad de preguntar por el notorio cambio de su cabello―. Creí que no te gustaban los tintes.

―Digamos que entre HyungWon y Baek me convencieron ―le lanzó una mirada divertida hacia su omega, el botánico rodó los ojos.

―El azul es tu color ―dijo el leviatán mayor.

―Y tuyo el rosa ―sin poder evitarlo, ambos construían burbujas para ellos sin importar estar solos o en compañía, empezando desde que su lazo se forjó.

―Ay Dios ―el lamento de MinHyuk rompió esa burbuja de los recién enlazados―. Es como volver a la época de ustedes derramando miel por todos lados.

―No exageres ―ChangKyun se rio por el comentario tomó un sorbo de vino tinto―. No éramos tan evidentes.

―Seguro ―el hombre de ojos verdes rodó los ojos―. Se sonrojaban cada vez que se veían.

― ¿En serio? ―inquirió WonHo―. Papá me dijo que sólo tú se sonrojabas ―señaló con la cabeza hacia ChangKyun.

―Tal vez viví otra historia y ahora me entero de que cierto rubio, no se ponía nervioso cuando estaba cerca que casi llora por no saber hablar ―contraatacó el moreno.

Ver a los padres de WonHo lo reconforta, como cualquier pareja era notorio lo enamorados que estaban, le resultó increíble el nivel de conexión entre los tres adultos, ellos se leían muy bien el pensamiento para pasarse cosas con sólo un gesto sutil de sus ojos o ademanes. Sus padres al contrario de los de WonHo, compartían puesto al lado del otro en la mesa cuando compartían alimentos y el agua con más familia. La actitud divertida y un poco entrometida de MinHyuk le recordó en demasía a HoSeok y JiHoon. Todo se sentía como en casa.

―Y dime HyungWon ―habló JooHeon interrumpiendo la conversación con su hermano sobre las universidades―. ¿De dónde dices exactamente que naciste? Sigo sin ubicar tu acento.

―Soy de aquí, señor Thorburn ―HyungWon dejó un poco de lado su plato y con un ligero cruce de miradas con WonHo pudo sentir su conexión telepática por parte del humano se abrió―. Es decir, yo me críe en el Lago Ness.

―Dile que estudiaste en Londres y por eso no tienes el acento de aquí ―sugirió WonHo.

―Perdí mi acento por estudiar en Londres.

― ¿De verdad? No suenas tampoco como los ingleses ―terció MinHyuk al darse cuenta de que su manera de hablar no era tan refinada como la de un inglés promedio, si no como un americano.

―Amigos extranjeros ―HyungWon se encogió sutilmente de hombros, WonHo parecía satisfecho por su respuesta.

―Dejen al pobre chico ―defendió ChangKyun―. No pregunten como si estuvieran frente a un criminal, estamos en medio de una cena y no puedo comer tranquilo por estas cosas tan infantiles.

―Sólo buscaba hacer conversación ―refutó JooHeon al ver que su esposo se veía un poco molesto con él y le lanzó una mirada de perdón como la de un cachorrito.

―Puedes ser un poco más amable, amor ―ChangKyun soltó un suspiro, no podía cuando su esposo lo miraba de esa manera―. Hay modos más civilizados de preguntar sobre la vida de otra persona.

―Dime HyungWon, espero no ofenderte, pero tengo que saber ¿tus padres aceptan que salgas con mi sobrino?

El omega se quedó sin respiración por unos segundos, pensado en qué respondería sin que sonara tan descabellado o poco creíble una vez que confirmó que sus palabras eran minuciosamente analizadas por dos de los adultos frente a él.

―MinHyuk ¿Qué diablos fue eso? ―restalló el moreno.

―No, está bien, no pretendo evadir esta pregunta ―dijo HyungWon, calmado. Su modo de responder sorprendió a WonHo, no esperaba que su novio estuviera tan calmado―. No señor, mis padres no aprueban esta relación, o bueno, al menos no les gusta que me relacione de forma sentimental con un hombre y menos saben que estoy saliendo con su hijo, pero tengo la esperanza de que si hablo con ellos lo aceptarán, a su tiempo.

Los hermanos Thorburn sintieron un poco de culpa por haber sacado eso a colación. Todos en esa mesa sabían lo complicado que era recibir la aceptación sobre sus decisiones, sobre todo el matrimonio Thorburn, WonHo también y su tío en otras medidas. El omega notó el ambiente pesado, se sentía aún peor que cuando le preguntaron sobre su relación, con un poco de pena buscó la mirada de su novio, él se veía un poco triste mientras le comunicaba algo a su padre negando con la cabeza. El líder de la Casa Thorburn también lucía afectado por lo que sea que se hayan captado en el ademán.

―Se está haciendo tarde ―dijo el rubio limpiándose la boca con la fina servilleta blanca con bordados en azul y el símbolo de su casa en una de las esquinas―. Será mejor que lleve a HyungWon a casa.

ChangKyun revisó su reloj de mano, confirmando que la hora marcaba poco después de las diez de la noche. HyungWon sólo se levantó hasta que su novio lo hizo, agradeció con la voz bajita junto a una reverencia leve por la magnífica cena y atención.

―Hijo, esperen un momento ―ordenó JooHeon.

HyungWon todavía seguía asombrándose de que los humanos tuvieran ese efecto de poder intimidatorio, sobretodo en un leviatán con el doble de fuerza, edad y con magia.

―HyungWon, de verdad te ofrezco una disculpa ―el hombre que legó esos sonrientes ojos, llegó hasta los jóvenes―. No pretendía que esta velada tomara esta dirección.

―Señor Lee, no tiene por qué... es decir, lo entiendo ―HyungWon trató de dejar el asunto, sabiendo que WonHo se sentía un poco acorralado y viendo cómo es que su familia desconfiaba de él, entendía su posición, pues como leviatán, hizo lo mismo con WonHo.

―Le prometí a mi hijo que no te juzgaría sin antes conocerte ―dijo, miró a su unigénito y luego al pequeño leviatán―. Y no he hecho un buen trabajo, así que te ruego, disculpes mi actitud y me permitas iniciar de nuevo ―el humano adulto le tendió la mano, el omega asintió devolviéndole el apretón―. Me presento de la forma correcta, soy Lee-Thorburn JooHeon, señor de la Casa del Kraken, líder del clan Thorburn y padre de WonHo.

―Es un placer señor Lee ―su sonrisa amable, junto al brillito en sus ojos era algo que HyungWon provocaba un poco de empatía en extraños, incluso a ese adulto fue contagiado por la emoción del botánico―. Son HyungWon, no poseo títulos, pero supongo que no son necesarios.

HyungWon casi sufre un pequeño ataque al corazón. Después de que la familia de WonHo comenzó a abrirse un poco más al extraño que ahora formaba parte de la vida del menor de la familia, ante sus intenciones de irse en medio de la noche, JooHeon se ofreció a llevarlo hasta su casa sin que condujeran mucho tiempo y menos en horas tan altas de la noche.

Al salir de la enorme mansión, que ahora HyungWon conocía como la Casa del Kraken, se sintió un poco mal al ver un pequeño bote. No era una lancha común, como en los viejos cuentos, era un pequeño barco. HyungWon se quedó paralizado por unos segundos y tomó en automático la mano de WonHo.

¿Qué tienes? preguntó WonHo, aprovechando que su padre estaba preparando el bote.

Nada, es sólo que la última vez que subí a un barco, casi me capturan el breve recuerdo de un HyungWon recién presentado como omega y en un viaje donde se topó con humanos, casi le costó la vida―. Estoy bien, sólo dame la mano.

Tranquilo, estoy aquí.

El omega asintió.

Se subió con un poco de torpeza hacia el pequeño barco, ambos jóvenes adultos se sentaron en los asientos traseros del bote y el líder del Clan Thorburn arrancó. HyungWon pudo sentirse un poco más cómodo estando a lado de WonHo y sintiendo la brisa del invierno golpear contra su piel. Nunca antes había sentido el aire de su hogar de esa forma, estando bajo la forma de su bestia el aire no era para nada parecido a eso. Casi podría comprender a los señores de los cielos cuando cabalgaban entre las corrientes de aire y hacían impresionantes coreografías mostrando su habilidad domando su elemento.

El viaje fue un poco corto al llegar al muelle del pueblo donde supuestamente HyungWon vivía, pero el tiempo trascurrido fue suficiente para que una ligera masa de niebla rodeara el embarcadero de ese pueblo. WonHo subió primero y ayudó a HyungWon a subirse. Estando frente a frente, el heredero del lago Ness besó a su novio con delicadeza, el leviatán se abrazó al cuerpo del heredero por unos minutos antes de separarse; WonHo no lo dejó irse de sus brazos tan fácil, juntaron sus frentes y cerraron sus ojos, disfrutando de esa pequeña burbuja.

―Estoy orgulloso de ti ―dijo HyungWon en un susurro, WonHo no quería que su padre se enterara de lo que hablaran y abrió su mente para conectar con la de HyungWon―. Jamás hubiera esperado que dominaras tu lazo mental sin despertar a tu bestia, en tan poco tiempo.

Aprendo rápidosu risa mental le recordó el momento en el que tuvieron una ligera batalla en un muelle al atardecer como un reto por parte del príncipe del lago―. Te veré mañana.

Duerme bien cachorro, tu entrenamiento comenzará ser más difícil de lo que creesnotó en el gesto de HyungWon preocupación, no quería pensar que había algo más problemático que haberse presentado―. Recuerda que tener magia, tiene precio y no quiero que mueras pagándolo.

No lo haré, todo saldrá bien ―intentó calmar al omega, sus palabras llenas de determinación lograron un poco en su cometido hacia el botánico. Aún tenía un poco de esperanza de que su Nexum sobreviviera al cambio, pero todavía estaba ese pequeño pensamiento en el que imaginaba a su novio muerto por la carga de magia―. HyungWon, no me iré a ningún lado sin ti.

Asintió.

Ya vete ―dijo tampoco quería, sabiendo que el tiempo compartiendo pensamientos haría sospechar a su padre que los miraba disimuladamente desde el bote, WonHo entendió el mensaje entre líneas―. Descansa, WonHo.

―Igual tú ―no se alejó sin antes darle un casto beso en sus labios―. Te amo.

―Te amo ―respondió, todavía no se acostumbraba al estremecimiento en su pecho cada vez que escuchaba esas palabras de WonHo.

Así, se separaron y antes de romper la unión de sus manos, HyungWon se inclinó para besarlo otra vez. Le encantaba sentir la euforia de su interior cada vez que WonHo y él se unían de esa forma, seguía sorprendido cómo es que esa sensación de vacío se complementaba con un simple beso. Estaba aún más emocionado por descubrir cómo es que ese lazo se tornaría dentro de unos años.

Y lo dejó ir.

Pudo mentir otro poco argumentando que su hogar no estaba del todo lejos y que podrían marcharse sin problemas, en cuanto al motor arrancó. HyungWon quedó embelesado viendo marchar a su pareja, cuando la distancia y la niebla aumentó su densidad, el omega soltó un suspiro a tiempo que se deshacía de la venda en su mano, comprobando que su tersa piel volvía a estar intacta y sin rastros de la quemadura de hace unas cuantas horas. El olor de la lluvia recién caída y el pequeño fulgor anaranjado de Sana lo relajaron. Sintió unas pisadas firmes detrás de él, extendió una de sus manos al costado y unos guanteletes de Diacaurzus fueron dejados en su posesión.

Su hermana venía vestida igual que en la ocasión en la que encontraron a WonHo cambiando por primera vez.

― ¿Desde cuándo? ―no fue necesario preguntarle cómo es que llegó hasta ahí, porque conocía a su hermana.

―No mucho, sólo quería ver que estuvieras bien ―le pasó su bolso negro, donde venía una muda de ropa lista para ponérsela antes de entrar a la manada―. En este mundo y en el que sigue, cuidaré de ti, aunque ya no necesites de mí.

Ella le sacudió el cabello en muestra de camarería, un esto que hizo reír al omega y restregarse contra Sana. Cuando HyungWon se colocó una de las capas oscuras, ambos saltaron al lago, listos para empezar un trayecto en el que estaba en juego el destino de dos civilizaciones que descansan en una esa guerra ardiendo por milenios.












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1. La Fiesta de Fundación: Es un evento muy esperado en el pueblo de Pertranseunt Leviathan Istum. Celebrado durante la primera semana de verano, fecha aproximada por la que llegaron los primeros habitantes a la isla y tomaron como su morada aquellas costas escocesas y gran parte del país antes de las guerras con Londres y la Corona. El pueblo organiza un festival de dos semanas en los que se realizan rituales religiosos y culturales, rebosantes de alegría. Los jefes de todos los pueblos se reúnen ante el líder para demostrar sus respetos en una cena en la mansión Thorburn.

2. Los Viejos Textos: Son crónicas y testimonios de elementales que han sido escrito por los maestres de los seis clanes más antiguos de la historia. Contienen pasajes, memorias, poemarios, enciclopedias completas, la historia de reyes y grandes guerreros, en esencia, son los anales de toda la especie elemental. Grimorios sagrados que por seguridad, se han dividido en seis volúmenes, cada clan conserva un pedazo de la gran obra de los Maestres Supremos en bóvedas sagradas que sólo un elegido por el Creador de los Siete puede ver, tocar y escribir. Cada determinado tiempo, reúnen a los mejores historiadores para continuar estos libros y se elige al azar uno de los nuevos, para que así, si hubiera un saqueo, su historia y sus secretos no fueran del todo claros para sus enemigos.

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Okay, dije que no me gustaba poner tantas notas al final de cada capítulo, pero en fin, la hipotenusa.

Dije también que iba a quitar el aviso corto pasado, pero me gustaron tanto sus mensajitos que decidí dejarlos ahí en la inmortalidad del Internet.

Esta muy emocionada por volver y ahora que ya están calentándose las cosas, sólo tengo que decirles que disfruten este cap y el que sigue y e que sigue y el nuevo estreno.

¿Les gustaría una pequeña advertencia o prefieren saltar al vacío teniendo fe sobre lo que vaya a tratar This is the Hunt?


Nos vemos mañana y disfruten el primer cap de esta actu.


With love:

―𝕬𝖗𝖎

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