¹⁶. ❝𝐄𝐧𝐨𝐮𝐠𝐡 𝐨𝐟 𝐛𝐞𝐢𝐧𝐠 𝐒𝐡𝐲.❞
𝕴𝖓𝖛𝖎𝖊𝖗𝖓𝖔 𝟚𝟘𝟙𝟡.
𝕱𝖎𝖓𝖆𝖑𝖊𝖘 𝖉𝖊 𝖓𝖔𝖛𝖎𝖊𝖒𝖇𝖗𝖊.
El mercado aquella mañana era muy bullicioso, repleto de una energía que a HyungWon le pareció agradable pesar de la estación en la que se encontraban. Muchos de los taburetes y puestos estaban más coloridos que de costumbre, debido al día en el que las cosechas serían evaluadas como cada inicio y final de mes por parte del botánico y el agricultor en jefe de la manada. El lugar estaba rebosante de rostros felices y víveres sanos, las telas tradicionales fueron sustituidas por unas más ornamentadas con hilos de oro o plata entre cada cubículo y los productos recién cosechados expuestos sobre las mesas.
―Buen trabajo señor Lennox ―dijo HyungWon después de probar la jugosa naranja con motas color salmón, era más grande y con un sabor más dulce que el mes pasado―. Siguió muy bien los consejos.
―Estoy de acuerdo ―añadió Mark aun comiendo con mucho entusiasmo una ciruela grande―. Son más dulces que en otros años, muy bien hecho.
―Gracias mis señores ―hizo una pequeña reverencia a los leviatanes omegas.
―Muy buena suerte en invierno, las cosechas serán más fuertes si sigue los nuevos planos de cultivo vistos ayer en la asamblea ―dijo HyungWon con una impecable sonrisa.
―Gracias a ustedes, joven Son, que gusto tenerlo en la manada.
Sus palabras provocaron que los iris del omega resplandecieran como un par de turmalinas con luz propia. HyungWon todavía no sabía lidiar con tantos cumplidos en un día; por alguna razón no estaba acostumbrado de ellos y menos de los de cierto humano rubio. Ambos omegas se despidieron del amable leviatán beta para seguir el sendero hacia las primeras terrazas colocados por el botánico.
―Al parecer los frutos de fuego serán más que suficientes para la temporada ―Mark miraba los árboles con HyungWon colocando sus manos sobre la corteza, usando su don para saber si el árbol estaba feliz en su nuevo hogar.
―Parece que les gustó amoldarse a la cueva ―dijo HyungWon después de entender al ente con raíces.
―Es lo último de hoy, puedes descansar, los informes son para el inicio de la primera luna del invierno ― expuso su tío político estirando sus brazos lo más que pudo―. Por el trasero del Hacedor, sí que fue mucho tiempo en las tiendas.
―Realmente no consideré que el aumento de las cosechas sería tan rápido después de la infección de las Flores del Aire ―HyungWon se rascó la cabeza.
El tónico sanó a las flores en un tiempo muy rápido debido a la magia de NamJoon, sólo que no esperó un nuevo efecto secundario al dotar de fertilidad a la tierra o el acelerado proceso de crecimiento en varios especímenes de árboles; crecieron en cuestión de horas para la sorpresa del clan. Trayendo consigo una nueva gama de colores, olores y sabores a las tierras de cultivo viejas como a las nuevas de las cámaras de tierra en la parte más baja del clan.
―Bueno, nos tomó de sorpresa a todos ―concedió el omega mayor―. Pero tuvimos las bendiciones del Leviatán Blanco a través de ti.
―No digas eso ―el sonrojo en HyungWon arrebató una carcajada estruendosa de Mark.
―Vaya, nuestro HyungWon no ha dejado de ser el bebé de doce años que no puede con un simple cumplido ―le revolvió el cabello con afecto y HyungWon sólo le sonreía aún con las mejillas hirviendo de vergüenza―. Bueno, te veré después, Jackson tiene una sorpresa por nuestro aniversario de bodas y tengo que prepararme.
―Suerte tío.
Con eso último el omega menor regresó por el mismo sendero de las tiendas del mercado recibiendo calurosos saludos de cuanto leviatán o extranjero se le cruzara. HyungWon pensaba en ir a las tinas termales en la tarde y relajar su cuerpo para el día de mañana. En el camino se detuvo al percibir varios olores en el aire. La tienda almacenaba cualquier esencia, tónico, pócima y ungüentos aromáticos, muchos omegas en la manada los usaban cubriendo así sus aromas naturales o resaltarlos.
―Buenos días señor Son ―una de las jóvenes crías que atendía el puesto junto a su madre, se percataron de la presencia del botánico―. ¿Desea algo?
HyungWon no era muy fan de aquellas cosas, hasta que pensó que sería una ocasión importante: mañana tendría su primera reunión con WonHo en el día. Ir lo más presentable posible era lo menos que podía hacer después de ocasionarle al maestre de artes demasiados problemas.
―Me interesaría una pócima para bajar mi olor ―dijo con un poco de vergüenza hacia las jóvenes hembras―. Algo que sea ¿dulce?
―Oh claro, tenemos algo con aroma a geranios ¿o prefiere el típico de rosas con una pizca de menta?
―Me gustaría ver más opciones, no soy muy fan de la menta últimamente ―sugirió HyungWon.
―Enseguida checamos atrás.
Ambas desaparecieron detrás de le tela cuchicheando sobre el extraño cambio del omega. HyungWon era bien conocido por ser un escéptico ante esas "artimañas" que se colocaban los leviatanes omegas de la manada. Siendo sincero consigo mismo, estaba loco por haberse detenido, pero sus nervios lo estaban traicionando por la inminente cita de mañana que su aroma se tornó más fuerte, no buscaba incomodar a WonHo con su cítrico aroma.
― ¿Algo interesante?
― ¡¿HoSeok?! ―exclamó saltando de su lugar al recibir la inesperada visita de su mejor amigo.
― ¿Así de sucia tienes la conciencia tortuguita?
―Grrr ―el gruñido del omega hizo reír al alfa, le sacudió el cabello para calmarlo, recibiendo un manotazo del botánico.
―Ya en serio Son ¿qué haces?
―Creí que un ligero cambio sería lindo para dar una buena impresión.
― ¿Tienes algo importante?
―WonHo me invitó a que viera a sus cachorros el día de mañana ―le comunicó con su conexión en sus mentes, evitando que los curiosos se enterasen de su repentino acercamiento a los supresores de olor.
― ¿Tiene cachorros? Diablos señorito, va en serio contigo si pretende presentarte a sus bendiciones en la primera cita, sí que te sacaste la lotería con el humano ¿Cuántos tiene? ¿Cinco o catorce? Si me dices más de quince entonces qué poderoso semental atrapaste ―el alfa levantó las cejas sugestivamente, el botánico lo miró horrorizado.
― ¡NO ESA CLASE DE CACHORROS HOSEOK, MALDITO ALFA CALENTURIENTO!
― ¿No son suyos?
―Por supuesto que no, él es maestre de niños pequeños.
―Oh.
―Además, NO ES UNA CITA, Jeon ―le lanzó una mirada irritada cuando volvieron la madre y su hija, con algunas pócimas todas de colores pastel, desde el rosa hasta el amarillo, decidió ignorar a su amigo.
―Entonces no uses los supresores de olor para disfrazarte.
HyungWon se detuvo en seco después de tomar un frasco con el color del azul, se giró para ver a HoSeok dirigiéndole una mirada seria. Pasaron unos minutos en los que el alfa logró quitarle el frasco de las manos más pálidas, y lo dejó en manos de la madre.
―Muchas gracias, pero nuestro botánico no va a necesitar esto, lamentamos haberles hecho perder su tiempo.
―No pasa nada, joven alfa ―ambas mujeres bajaron la cabeza mostrando respeto a ambos leviatanes.
HyungWon se disculpó con menos potencia en su voz y persiguió a su mejor amigo por todo el camino llamándolo sin obtener una respuesta. HoSeok lo llevó hasta el mismo claro en donde tuvieron su discusión sobre su decisión de mostrarse a WonHo.
―Sé que todavía tienes algunos complejos por ser omega HyungWon ―comenzó su amigo una vez cerciorado que nadie los podría escuchar por casualidad―. No pretendo entender todo de cómo te sientes después de que MinGyu reclamó a otro, pero HyungWon, tú no tienes la culpa de nada, no fallaste porque eres menos tierno o porque tu olor molestó a alguien.
―HoSeok, para ―levantó las manos, las lágrimas comenzaban a acumularse en sus ojos por las palabras duras de su mejor amigo.
―Pero esto es diferente ―el brillo en los ojos color durazno intimidaron a HyungWon por la sobrecarga de sinceridad del alfa―. WonHo es un humano, uno que de verdad te está valorando por quien eres en verdad y lo que menos necesita es que pretendas ser alguien que no eres, es lo menos que le debes después de lo que le hiciste hace dieciocho años.
―Ver su preciosa carita ―fue muy tarde para detener sus lágrimas, de todas formas, HoSeok lo ha visto en peores situaciones como para darle relevancia a mostrarse débil―. Después de tanto tiempo me hizo feliz, yo jamás creí que su pueblo falló por corromperlo. WonHo sigue teniendo ese brillo de inocencia en sus ojos cada vez que me mira; es como si volviéramos a encontrarnos aquella noche de invierno es sólo que...
―Te aterra decirle la verdad ¿acaso?
―No, eso lo haré muy pronto ―negó, sabía que ocultarle este detalle los perjudicaría―. Sólo necesito tiempo para poder reunir el coraje necesario y enfrentar mi pasado.
―Mira HyungWon ―HoSeok le tomó las manos, transmitiéndole a partir de su don algo de paz al consternado omega―. Te amo mucho, eres mi compañero de juegos y batalla, hemos vivido muchas cosas juntos y lo que menos quiero es que te escondas. Ya es bastante complicado ocultar bajo tierra a nuestras bestias sumando lo doloroso que es pasar más tiempo lejos del agua. Sin embargo, allá arriba al menos puedes dejar de pretender ser "el omega perfecto" porque él te permite respirar de todos aquí abajo. WonHo es tu nueva oportunidad de empezar algo nuevo, y debo admitir; me impresiona que ese humano está más que dispuesto a aceptar todos tus defectos sin juzgarte, así que quítate la idea de que tu olor lo fastidia o que tu altura es algo que lo podría incomodar o que tienes pésimos modales ―HyungWon rio al recordar que no era un leviatán impecable en la mesa después de beber cerveza negra―. ¿O de verdad te gusta ocultarte?
―No.
―Entonces no vuelvas a acercarte a esas cosas porque quieras cambiar para complacer a otros, sobre todo, no escondas quien eres a los que de verdad les importas, te amamos con todo y tus gruñidos en la mañana.
―A veces no creo que seas un herrero con todo ese sentimentalismo tan adorable ―confesó HyungWon, usó el regazo de su mejor amigo como su almohada y dejó que HoSeok hurgara entre sus hebras para confortarlo como sólo un alfa muy cercano podría hacerlo.
―Lo mismo aplica para ti, eres un omega muy rudo para tener una carita de tortuga adormilada.
―Lo aprendí de familia ―bromeó, tras unos minutos de completo silencio soltó un suspiro pesado―. ¿Es correcto que me enamore de un humano?
―La verdad... no lo sé. WonHo no parece tener malas intenciones contigo después de todo, mientras seas feliz y mantenga su promesa de hacer la superficie segura, veremos la manera de mantenerlo oculto el tiempo que sea necesario, al fin tenemos el tiempo a nuestro favor.
― ¿Qué pasaría si fallo y empeoro las cosas?
―Supongo que iremos a la guerra una vez más.
Nada de negatividades.
Fue lo que se prometió cuando se fue en medio de los primeros luceros en la manada, esperaba que su excusa de no estar predispuesto por el cansancio del día anterior le dieran el tiempo necesario para que ningún leviatán lo molestara en todo el día.
HyungWon se miró por última vez al reflejo del agua antes de avanzar por el muelle hacia la escuela de artes de WonHo. Antes de siquiera tocar fue recibido por un muy emocionado BaekHyun, podría hasta jurar que tenía estrellas brillantes en sus ojos.
―Rápido, tenemos menos de dos horas antes de que el conejo de esteroides llegue ―chilló alrededor de HyungWon dando brinquitos y empujándolo hacia las escaleras.
―Creí que era para los niños por lo que accediste a vestirme ―dijo HyungWon.
―Eso era un plus, créeme, he esperado esto por mucho tiempo.
― ¿Arreglar personas?
―Algo que debes saber de mí, estimado señorito leviatán ―BaekHyun lo condujo por el pasillo a una de las puertas a medio camino para descubrir un baño de lo más equipado para una escuela―. Es que soy una persona que le encanta la moda y como verás, soy hijo único ―abrió los gabinetes del lavabo para descubrir una bolsa negra realmente estilizada con algunos pines de bandas famosas para los humanos y desconocidas para el leviatán, corrió las cremalleras y descubrió una enorme cantidad de productos de belleza―. Siempre quise tener hermanas o hermanos para poder ayudarlos a vestirse como unas estrellas de cine.
HyungWon captó el pesar sobre aquel comentario del fotógrafo, el leviatán apretó su hombro con cariño.
―Cuando me pediste que te ayudara a vestirte más normal, debo admitirlo, me sorprendió que no buscaras ayuda de WonHo.
―WonHo no tiene mal gusto ―se encogió de hombros―. Pero confío más en tu criterio al vestir, además son sus aprendices a quienes debo impresionar.
―Ajá ―BaekHyun alzó las cejas sugestivamente, el leviatán se sonrojó y le propinó un golpecito con la palma de su mano en el hombro.
―Bueno, hazme lucir normal.
―Uy que emoción ―chilló desplegando todas sus "herramientas" sobre el lavabo.
Con el tiempo en su contra BaekHyun analizó rápidamente el potencial escondido del leviatán: Piel pulcra y blanca, uno que otro lunar asomándose por su rostro, tendría que resaltar mucho sus pómulos y labios carnosos. HyungWon posee piernas y brazos largas, sus hombros no son tan anchos, no estaban tan mal; en realidad sus proporciones eran adecuadas para alguien tan alto.
―Traje varios conjuntos que te pueden gustar, voy por ellos, mientras, quítate eso ―señaló hacia su ropa.
―De acuerdo ―asintió con el mismo entusiasmo.
BaekHyun parecía un rayo cuando se trataba de impresionar, pues no pasaron ni dos minutos para que regresara con varias bolsas negras con ganchos en ellas.
―Creo que te... ¡AY POR DIOS!
― ¿Qué?
― ¡¿Acaso no conoces el pudor?!
―Oh.
HyungWon estaba en medio del baño desnudo tratando de doblar toda su ropa. No entendía el gran alboroto por mostrar su cuerpo, entonces recordó que los humanos no tenían las mismas ideas sobre la belleza desnuda de sus anatomías; HyungWon no era mucho de estar al natural, eso no significaba que estaba avergonzado de su cuerpo, al contrario, se consideraba un leviatán decente.
―Creí que ustedes los hombres humanos no se apenaban viendo a otros hombres desnudos.
―Soy gay HyungWon, me gustan los pepinos, claro que me pongo nervioso viendo hombres bien parecidos ¡Más si están en todo su esplendor! ―el pelirrojo se acarició el puente de la nariz mirando hacia arriba.
―No entiendo qué tiene que ver un pepino con los hombres.
―Ay por el amor de... Sólo ponte algo.
No iba a apreciar al posible novio de su mejor amigo estando sin nada puesto y no quería pensar en el posible atractivo sexual de HyungWon, porque con ropa era todo un partidazo, sin ropa a lo mejor era más... ¡NO! BaekHyun no pensaba traicionar a su amigo en mente ni con sus ojos. El leviatán se encogió de hombros, tomó su capa negra del retrete para colocársela antes de provocarle un colapso nervioso al fotógrafo.
―Ya estoy cubierto.
― ¿Es una clase de costumbre de ustedes andar desnudos?
―Casi todos los clanes elementales usamos ropa que deja poco a la imaginación ―admitió encogiéndose de hombros―. Pero abajo hace mucho frío y no podemos usar ropa ligera o al natural.
―Cuando estés entre humanos, no lo hagas ―aconsejó el pelirrojo.
―Entendido.
BaekHyun procedió a revelar lo que había detrás de la tela negra, eran al menos tres conjuntos por cada gancho, toda parecía ropa hecha de la más fina calidad a ojos del omega. Le gustaba la suavidad de varias camisas, pero el color no lo terminaba por convencer; hasta que decidió por una chaqueta azul con blanco, parecían haber sido manchadas con pintura, un detalle creativo muy agradable para el botánico. Los pantalones eran iguales con unas rasgaduras en las rodillas, complementado por una camisa lisa suave con mangas cortas y un cuelo ovalado.
HyungWon se cambió una vez que BaekHyun se dio la vuelta para ir por un detalle a la habitación de al lado. Se miró al espejo muy contento de lo diferente que se veía, la moda mortal era muy linda.
―Creo que ahora te entiendo Channie ―murmuró acomodándose una vez más la chaqueta sobre su hombro.
― ¿Quién es Channie? ―preguntó BaekHyun una vez de vuelta al baño y comenzando a destapar sus productos de belleza.
―Es mi antiguo mentor en el Clan de la Oscuridad ―dijo obedeciendo a la seña de BaekHyun por tomar asiento en el retrete―. Es un demonio que gustaba de lo más fino y caro, decía que la ropa te hace ver diferente y que debería dejar de usar cosas simplonas.
―Parece sabio.
―Lo es, fue un buen maestre.
―Maestro, los humanos dejamos de usar esa palabra, más que para novelas de fantasía.
―Lo siento.
―Ahora, veremos qué hacer con tu rostro ―dijo pensativo viendo su paleta de sombras para los ojos y pensando que ningún color opacara la belleza natural del leviatán.
La nariz del omega comenzó a picarle con un aroma bastante agradable, proveniente de la tela.
― ¿Por qué la ropa huele a WonHo?
―Porque es de él tontito ―le guiño el ojo HyungWon se sonrojó hasta las orejas al enterarse que estaba usando la ropa de su cachorro.
Comenzó a ponerle cremita para su piel, la base no sería del todo necesaria más que para sus ojos como fijador para las sombras.
― ¿No crees que se molestará por tomarla sin su permiso? ―increpó temeroso.
―Es ropa que ni usa o dejó de quedarle, no es nada del otro mundo.
―En el mío es un poco diferente ―admitió, BaekHyun comenzó a ponerle base en sus párpados―. En mi clan, usar ropa de otra persona significa que le pertenezco a WonHo.
― ¿No crees que es algo arcaico?
―En realidad, no ―dijo, el color carmín comenzó a teñir su rostro―. Como omegas tenemos una piel muy sensible y receptiva con las feromonas al menor contacto. Una vez que usamos ropa con otra esencia que no sea la nuestra indica que estoy reclamado, hace que los alfas o betas sepan que tengo pareja y que no pueden tomarme, mucho menos infestarme con su aroma.
―Es demasiado posesivo.
―Posesivo no ―contradijo HyungWon―. Más bien, es pertenecer.
―Desde un sentido muy superficial, es lo mismo.
―Para nada, una vez que tienes un compañero con el cual compartir todo es porque nuestras bestias se han elegido, aceptando todo de nosotros y para mí, como omega, el olor de mi pareja me reconforta.
―Creo que ahora me parece algo romántico ―admitió el fotógrafo, en su pecho se contrajo en comprensión por aquello, BaekHyun también creía en esas cosas como "el indicado" y aquello le pareció de lo más curiosa―. Muy bien, el café cobrizo te irá bien.
El resto de esos quince minutos BaekHyun se las arregló lo mejor que pudo para poder maquillar sus ojos sin que HyungWon estornudara cada segundo por el polvo de maquillaje, también tuvo un poco de risa en cuanto el leviatán chillaba por el lápiz negro resaltando la parte baja de sus ojos. HyungWon se ha maquillado en múltiples ocasiones, pero nunca pudo con los delineadores para la parte inferior de los ojos, siempre lo hacían llorar. BaekHyun no se molestó en poner lápiz labial en los abultados labios del omega pues su coloración natural, dotado por su naturaleza mágica, era simplemente perfecta. Le prestó algunas joyas como anillos de plata y un reloj de diseñador que combinaba con todo.
―Listo, tienes que verte, estás impresionante ―aplaudió rápidamente y dando brinquitos en su lugar, orgulloso de su creación.
HyungWon quedó pasmado por su reflejo, se tocó con cuidado las mejillas. No podía creer que era...
―Lindo ―soltó en un murmuro.
― ¿Lindo? ¡Estás que ardes! ―alegó BaekHyun estando a su lado y lo sacudía muy animado―. ¿O tienes una expresión de leviatanes para decir algo parecido?
―Así está bien ―sonrió mirando hacia su nuevo amigo y después regresando a su propio reflejo―. Nunca antes me había visto así.
―HyungWon, ya eras bonito sólo te di una manita.
―No dirías eso si vieras otros omegas ―ironizó, su belleza era un poco estándar a comparación de otros clanes, sobre todo los omegas demonios―. Supongo que esta vez puedo darme el lujo de sentirme así.
―Oh casi lo olvido ―buscó rápidamente entre los bolsillos de su ropa.
―Ay no, no puedo aceptar más, con esto es suficiente.
―Creo que jamás tuve una oportunidad de devolvértelo.
HyungWon frunció el ceño, confundido por las palabras de BaekHyun. Entonces reconoció el anillo de turmalina atado por el cordoncillo de cuero.
― ¿Dónde lo encontraste? ―preguntó tomando su posesión más preciada entre sus manos.
―En la camioneta de WonHo después de que te encontramos mal herido ―explicó viendo que el rostro y las luces de HyungWon brillaron más que de costumbre.
―Creí que lo había perdido ―se lo acercó hasta los labios y besó la turmalina con mucho amor, tuvo que hacer un sobre esfuerzo para no llorar―. BaekHyun, te debo mi vida.
― ¿Tan especial es?
―Mucho, fue un regalo de alguien a quien perdí por la culpa de ésta guerra.
―Lo siento.
―Está bien, fue hace mucho tiempo.
Cuando se dio cuenta de su ausencia, el omega rompió a llorar como una cría devastada. Perderlo significaba cortar su lazo con el pasado de su primer amor, era lo único que se permitió conservar de WonHo además de sus memorias, aquel anillo ha sido su ancla por la cual no ha perdido la cabeza después de su lazo roto: le recordaba muchas cosas, como su misión con su manada; tenía una magia poderosa con la que se sentía en su hogar estando a miles de kilómetros de ella cuando estuvo en los cinco clanes, pero más que nada, fue su fuente de coraje para enfrentar peores miedos estando solo.
―Eh, ¿HyungWon?
― ¿Si?
― ¿Crees que podamos hacer algo de magia para ocultar tus luces?
―Oh, casi lo olvido.
HyungWon sacó unos frasquillos diminutos de su capa donde unas esferas trasparentes llenas de tónico con vetas doradas brillando al son de un palpitar agitado.
― ¿Qué es eso?
―Son esferas de camaleón(1), nos permiten esconder nuestras peculiaridades por unas ocho horas continuas ―explicó luego de tomar una de ellas y morderla, no era muy adepto a su sabor mentolado con eucalipto.
En cuestión de segundos sus luces comenzaron a desvanecerse hasta que la piel quedó sin rastro alguno de su orgulloso símbolo como leviatán. Sus brillantes ojos siguieron en perder su color hasta adoptar un color violeta muy oscuro, seguía siendo peculiar, sólo que normal para los estándares humanos.
―Creo que ya estoy listo ―dijo, soltó un suspiro nervioso.
―Pareces como un adolescente en su primera cita ―denotó BaekHyun.
―No he salido mucho desde que mi terminé mi última relación ―admitió―. Supongo que he vuelto a ser el mismo de antes.
―Espero que eso sea bueno.
―Algo así.
―Muy bien ―BaekHyun sacó su celular del bolsillo cuando escuchó la notificación personalizada de su mejor amigo―. WonHo llegará en unos minutos, ayúdame a arreglar todo antes de abrir la escuela.
HyungWon obedecía las órdenes de BaekHyun para dejar el baño impecable, justo a tiempo. El fotógrafo guardó los conjuntos en el cuarto de servicio que BaekHyun usaba como vestuario por si algún maestro tenía que usarlo. Cuando vio por la ventana a su mejor amigo llegar en su camioneta, HyungWon estaba sentado en el pequeño sillón arreglado sus cosas, nunca notó la salida del pelirrojo hacia la primera planta.
―Hola mi querido WonHo ―saludó con una cara para nada discreta, el heredero alzó las cejas a su mejor amigo, preocupado de que haya hecho otra locura estando ebrio.
―Dime que tu moto no la canjeaste por cerveza como la última vez ―le advirtió señalándolo con un dedo―. No volveré a gastar cinco mil euros por esa moto fea.
― ¡Hey es una clásica! ―chilló ofendido―. Sólo venía a decirte que HyungWon llegó.
―Oh, creo que tengo ropa de cambio allá arriba para él ―dijo dándose una palmada en la frente por olvidar la muda de ropa que compró ayer sobre en su cama.
―No es necesario, cachorro ―la voz suave del omega trajo por completo la atención del heredero y se quedó sin aliento.
―Creí que HyungWon necesitaría una ayuda ―le susurró al oído mientras WonHo quedó hipnotizado por sólo ver parcialmente sus piernas descender por las escaleras y revelar a un HyungWon diferente.
Al verlo completamente enfrente de él perdió toda capacidad de armar oraciones congruentes. Estaba acostumbrado a verlo en ropaje mucho más humilde. Eso le hizo apreciar su belleza mágica en mayor detalle; así que quedó bastante sorprendido por el enorme cambio en su apariencia. HyungWon estando con aquella chaqueta y pantalones ajustados le daban un aire de elegancia moderna. La parte lógica estaba aliviada de no verlo brillar en rosa, más la más sensible parte de su mente estaba decepcionada de no ver sus luces con ese conjunto.
― ¿Esa es mi ropa de hace tres años? ―preguntó, cambiando de tema para no parecer un tarado mirón.
―Le dije a BaekHyun que te molestarías si lo descubrías ―HyungWon le sonrió tímidamente y se rascó a nuca nervioso.
―No, está bien, no me gustaba de todas formas ―aclaró viendo que el leviatán se desanimó un poco―. Admito que la compré por capricho más que por necesidad, se me veía fatal.
―Supongo que no le hago justicia, el azul no es realmente mi color.
―Luces hermoso.
La sonrisa de HyungWon se congeló para dirigir su atención al humano. Sus ojos se conectaron, en esos escasos segundos, ninguno necesitaba de palabras para decirse que estaban felices de verse cada vez con menos cargas sobre sus hombros. WonHo estaba más que dispuesto a dejar de ser tan tímido con el leviatán en cuanto se dio cuenta que HyungWon siendo un humano no tardaría en llamar la atención de sus compañeros humanos y como leviatán comenzaba a creer que tenía una enorme fila de pretendientes detrás de él. Es decir, ¿cómo es que todos dejarían pasar desapercibida esa belleza divina que tiene tan a la ligera? WonHo ya no lo haría, con su promesa de revelarse como era, el rubio se dio a la tarea de conquistarlo.
Por el amor de Dios, ya estaba loco, demasiado loco por HyungWon.
―Sólo hay un detalle que no queda ―dijo WonHo recordando que el atuendo no estaba completo.
― ¿Ah sí? ―preguntaron BaekHyun y HyungWon al mismo tiempo.
―Zapatos HyungWon, los humanos usamos calzado estando en interiores ―dijo divertido, miró los descalzos y un poco terrosos pies del omega.
―Ah no, mis pies no van a ser cubiertos por esas cosas.
―Por favor ―le hizo un puchero, el cual quebrantó al omega.
―Bien ―bufó.
HyungWon esperó con un gesto muy fruncido en el sillón, sus labios formaron un mohín en cuanto un tazón repleto de agua fue colocado frente a él, metió sus pies para poder deshacerse de la mugre y secarlos con una toalla, proporcionada por BaekHyun momentos antes. El botánico terminó con su tarea cuando WonHo regresó a su lado con unos tenis blancos.
―Creo que somos de la misma talla ―dijo comenzando a estirar las cuerdas, se sentó frente a él y se los tendió.
―Cachorro, no sé cómo ponerlos ―admitió con sus mejillas coloreándose de un rojizo tenue.
―Déjame.
WonHo reprimió sus pensamientos de niño enamorado por la tan peculiar escena en la que quedó atrapado. Aunque la piel del leviatán parecía ser suave, se sorprendió de los fríos que eran y sin mencionar que su piel parecía ser más fuerte que el acero. Por otra parte, el toque de WonHo provocó un intenso sonrojo en HyungWon al tocar sus pies. El pobre omega rogaba al Hacedor por un poco de piedad.
―Listo ―anunció aun sosteniendo sus pies.
Al encontrarse sus miradas, el corazón de HyungWon se estrujó en su pecho, pues notó que su cachorro estaba muy emocionado, además de que su sonrisa era demasiado grande como para ocultarla. Ambos estaban tan centrados en su burbuja privada que nunca notaron la llegada de una cuarta persona.
Una muchacha de cabello castaño oscuro recién retocado colocaba su abrigo en el perchero de la puerta principal y revisaba su celular para dirigirse hacia la sala donde el par estaba lanzándose miradas muy íntimas. La joven maestra se quedó de pie sin poder reconocer al hombre con cabellera de un inusual color rosa, se dirigió a la cocina donde BaekHyun les tomaba fotos a escondidas cual fangirl teniendo material exclusivo de su ship favorita. Ella tocó el hombro del pelirrojo asustándolo en el proceso.
― ¡Me asustaste Lucille! ―chilló BaekHyun, rompiendo la burbuja de HyungWon y WonHo con los gritos del fotógrafo.
―Oh, ven HyungWon ―apremió el heredero muy emocionado, el omega le siguió por detrás, tratando de disimular su descontento por estar enclaustrado de los pies―. Lucy, no sabía que llegarías temprano.
―Hoy es mi día libre de mi otro trabajo en la biblioteca y necesitaba de tu ayuda con una asesoría ―dijo la muchacha, a quien le brillaron los ojos por estar en presencia de su crush desde hace cinco años, cambio que HyungWon no pasó por alto.
―Lo discutiremos luego, primero quiero que conozcas a alguien ―WonHo le hizo un gesto con la cabeza indicándole al leviatán que se aproximara―. Lucy, él es mi invitado especial de hoy, vino desde lejos para visitarnos, es un muy querido amigo y espero que se lleven bien.
―Mucho gusto, Lucille White ―le tendió la mano a manera de saludo.
―Igualmente, me llamo Son HyungWon ―estrechó su mano sonriéndole lo más amable que pudo.
Aunque WonHo estaba muy feliz por presentarlos, nunca notó el aura asesina entre esos dos jóvenes adultos; HyungWon estaba ante el primer rival por el afecto de su cachorro. La joven mujer podrá disimular bien una sonrisa, pero sus ojos eran tan afilados en su contra y el leviatán sentía sus celos con sólo tocar su piel.
Este día sería interesante.
Odiaba a los niños.
No, odiar es una palabra fuerte, pero no eran sus criaturas predilectas.
Cuando estaba en los clanes, los cachorros eran menos irritantes o descontrolados como aquel grupo de niños de los que estaba viendo jugar en el salón improvisado. Tuvo mucha suerte de advertir a WonHo sobre su paciencia con niños antes de que abrieran estando a solas en la oficina del rubio.
Otros de sus defectos como omega, a ojos de HyungWon y muchos de los clanes, es su nula capacidad maternal para manejar a los cachorros. Podía soportar a los pequeños que fueran tranquilos, pero aquellos con mucha más energía eran con los que el botánico no pretendía gastar su tiempo, además de que cuidar a cachorros lo ponía muy nervioso. El leviatán suele ser alguien distraído y poco precavido con el cuidado de una vida mortal a parte de la suya, cuidar de plantas era su fuerte no los niños.
WonHo soltó una risita tierna cuando HyungWon le expuso sus razones para no poder desempeñarse como el mejor de los maestres para niños muy atolondrados, así que lo dejó con un grupo muy pequeño de cachorros a los cuales consideraba un poco más meticulosos y que harían pasar un buen rato al leviatán. Le dio varias instrucciones para saber comportarse como un humano, eso incluía una ligera actualización de su vocabulario.
Al abrir la escuela, los niños sintieron una enorme curiosidad por el invitado especial del director.
Después de una ligera presentación de HyungWon todos lo conocieron no como el monstruo del Lago Ness o un leviatán. A los ojos de los niños, HyungWon era un amigo de WonHo en la universidad que estudió botánica y diseño de interiores sustentables residiendo en Londres durante el periodo escolar, mientras que su hogar natal era el pueblo frente al de WonHo y estaba de visita. Fue fácil convencer a todos los presentes gracias al aura de confianza proveniente del rubio, si el omega hubiera contado toda esa historia por su cuenta, alguien habría notado que mentía.
―Éste es tu grupo ―le dijo llegando al primer salón, ubicado frente a las escaleras y con una vista hacia el lago realmente encantadora―. Niños, sean buenos con mi HyungWonnie, él es un poco tímido.
El botánico se sonrojó inmediatamente, no por su apodo, fue por el ligero toque de WonHo sobre su espalda baja para empujarlo hacia el frente. Reprimió con éxito un ronroneo, que en otras circunstancias sería normal, no cuando había cachorros humanos cerca.
―Sí profesor ―respondieron los niños emocionados.
―Muy bien, vayan a prepararse mientras los dejo en buenas manos.
"― ¿Qué? ¿Vas a dejarme solo? ―" chilló el omega por medio de su telepatía y tomó la mano de WonHo.
"―HyungWon, no uses tu conexión, levantarás sospechas ―" respondió de la misma forma, sonriendo para transmitirle seguridad.
―Lo siento ―susurró ahora usando su voz carnal―. ¿De verdad tienes que irte?
―Tengo mi propia clase que dar ―dijo, notó que el omega estaba nervioso por la manera en la que miraba a los niños―. No los dejaría contigo si no estuviera seguro que podrías manejarlos, ellos necesitan de tu tacto con la naturaleza, además, son menos problemáticos que un grupo de asesinos bien pagados ―lo último lo dijo cerca de su oído, volviendo a sonrojar a HyungWon―. No te preocupes.
―Tal vez haya nacido antes cachorro, pero sigo siendo menor que tú ―susurró avergonzado al recordar su verdadera diferencia de edad―. Yo jamás he sido bueno en el cuidado de los niños, yo temo que alguien se corte un dedo o que yo me lo corte... ¿Y si alguien se envenena?
―HyungWonnie, respira ―lo tomó de los hombros, con sus pulgares trazó círculos, el leviatán tragó duro al estar consciente que el humano tenía mucho más poder del que esperaba sobre su cuerpo―. Todo saldrá bien, lo prometo y si te sientes mal, vendré enseguida.
―Está bien.
Ambos jóvenes adultos se miraron brevemente para que el rubio aún con sus manos sobre los brazos delgados del omega, las bajó para tomar las más pálidas entre las suyas y darle un ligero beso en el dorso de ambas.
―Considéralo un amuleto de la buena suerte ―con eso último se retiró del salón seguido de muchas quejas de los niños varones por la muestra de afecto para nada común entre dos maestros.
―Santa Madre de los Océanos ―susurró, palpando con delicadeza la zona en la que los tibios labios de su cachorro dejaron una linda muestra de afecto.
Aquel gesto le dio un poco de coraje para poder enfrentar a los pequeños niños, llevándose una inesperada y grata sorpresa.
Para el medio día los niños se aclimataron a su nuevo e inusual profesor, quien les mostró que los colores pastel eran los más indicados en macetas y dejar que las plantas resaltaran, además de que su filosofía donde trataban a las plantas al mismo nivel que un humano les agradó demasiado a los niños. HyungWon logró cambiar muchas percepciones de aquellas criaturitas, tal como lo prometió WonHo, eran niños bastante tranquilos y poco habladores; aunque por la parte de las niñas parece que estaba rodeado de omegas entusiasmadas por su primer flechazo.
―El profesor WonHoney es muy lindo ―dijo una de las niñas sentadas en la mesa, sus manitas repletas de arcilla fresca y daba vida a un elefante.
―Es como un príncipe con carita de conejito ―complementó su mejor amiga a su lado.
― ¿Usted qué opina, profesor HyungWonnie?
― ¿Perdón?
―A usted también le gusta el profesor WonHoney ¿verdad? ―la pregunta inocente de las niñas conmovió al omega, les dedicó una sonrisa antes de negar con la cabeza.
― ¿Qué les hace pensar eso? ―preguntó uno de los niños mirando extrañado a sus compañeras―. Ellos son hombres y mis papás me dijeron que entre niños no podemos gustarnos.
―Pero los dos se quieren y se casarán pronto ¿verdad? ―increpó la niña que estaba más que dispuesta a defender ese romance tierno entre sus maestros.
― ¿Y cómo van a tener bebés? ―preguntó el mejor amigo del niño.
―Las personas no necesariamente se casan para tener bebés ―respondió HyungWon sin pensarlo, aquella afirmación atrajo la mirada de su grupo―. Mis padres me han enseñado que el amor es amor, no importa la forma que tome, hombre o mujer es igual. Y nuestro afecto verdadero no sólo puede estar condicionado a formar familias con hijos, a veces son un poco más pequeñas e igualmente puedes ser feliz con solamente tu príncipe azul, niños. El alma no necesita género para ser enlazada.
Los suspiros sorprendidos de los niños le robaron una sonrisa al omega, parecían maravillados por su explicación. Jamás entendería la arcaica costumbre humana de emparejar a su raza entre diferentes sexos cuando el alma es la responsable de elegir eso y aquellos niños podrían aprender al menos una cosa buena de HyungWon que les serviría en su vida más adelante.
―Vaya profesor, es muy sabio ―dijo el niño, impresionado por la muy armada explicación
―Para nada ―se encogió de hombros―. Es sólo mi opinión, creo que todos tenemos derecho a enamorarnos sanamente sin importar los géneros de nuestra otra mitad.
―Entonces ¿a usted le gusta el profesor WonHoney? ―insistió la niña frente a él.
HyungWon negó con la cabeza por las ocurrencias de aquella niña, le recordaba a muchos de los omegas jóvenes que chismorreaban sobre los alfas más apuestos y maduros, entendía la emoción de aquellas niñas, en su periodo más alocado llegó a ser igual a ellas con cierto alfa al que quería enterrar vivo.
Entonces levantó la cabeza al escuchar a un par de niñas gritando por WonHo. Realmente alababa los dotes de los maestres humanos por controlar a tan caóticas criaturitas, aunque el molesto ruido de los niños fue opacado por la sonrisa del heredero mostrando una energía similar a la de los niños de ocho años. El heredero del Lago Ness estaba rodeado de su grupo, muchos de ellos levantando las manos muy entusiasmados por mostrar sus pinturas, su sonrisa de oreja a oreja movió algo dentro de HyungWon; verlo tan radiante le traía un poco de nostalgia.
La necesaria como para no darse cuenta de que habló en voz alta.
―WonHo tiene una sonrisa encantadora que te hace sentir seguro, es atento y generoso, no importa las veces que le digas que estás bien, él siempre va a notar que algo te molesta y tratará de hacerte sentir mejor con pequeños detalles, a veces es terco como la peor de las mulas que me saca de mis casillas; me sorprende no haber muerto de la preocupación por ese hombre... Diablos, ¿hay algo en lo que WonHo no sea tierno o perfecto?
"― ¿Quieres parar? Nos estás dejando en ridículo frente de los cachorros ―" reclamó su bestia interior, que estaba por despertar, el efecto de las esferas Camaleón disminuyendo dejarían al descubierto su identidad.
Se dio cuenta de que las niñas de su clase soltaron suspiros y sonidos de ternura por la declaración del mayor, mientras que los niños soltaron sonidos de disgusto por tanta miel emanando del omega, HyungWon se ruborizó a más no poder.
―No deberían estar preguntando estas cosas, niños ¿y si mejor seguimos con el modelado? ―inquirió con su voz entrecortada.
―No, queremos saber si se van a casar aquí o en la playa ―volvió a hablar la mejor amiga de la niña soñadora.
― ¿Alguien mencionó la playa?
Las niñas saltaron de sus asientos al oír a WonHo entrar a la sala donde el grupo estaba moldeando en arcilla, el par de amigas se miraron nerviosas.
―Las niñas me estaban diciendo que les gustaría visitar la playa más grande del mundo cuando sean adultas ―se apresuró a decir HyungWon, la atención recayó en el omega―. Al parecer ellas piensan que sería agradable organizar una excursión a ese lugar algún día como grupo.
―Tal vez lo considere, cuándo sean mayores y puedan salir con sus propios ahorros ―dijo divertido, entonces evaluó de un repaso las esculturas de sus alumnos.
Asintió encantado del progreso, más su vista se centró en el intento de HyungWon por hacer un conejo. Parecía un extraño cuerpo derretido, patas grandes y una cabeza que parecía más a un canguro por el hocico que un conejito.
―Al parecer no eres el mejor.
―Soy un botánico, no un escultor ―recriminó HyungWon rojo hasta las orejas, este cachorro lo iba a matar de la vergüenza―. Pero tus niños son impresionantes.
―Si ellos pueden, igual tú ―le alentó―. Es sencillo, mira.
La mano pálida del rubio tomó la arcilla y destruyó su mejor intento de arte para convertirla de nuevo en una masa redondita color café claro. Le ayudó un poco con la forma que debería tener el conejo para después dejarlo modificar su pieza, atento a los movimientos de HyungWon. El omega se sintió una extraña aura emanando de WonHo, sabía que lo observaba atentamente, decidió hablarle por su conexión telepática.
"―Cachorro, me pones nervioso, mi camuflaje está un poco débil, no querrás que mis luces aparezcan en este momento si alteras a mi bestia de esa forma ―" susurró por su voz mental.
"―Lo sé ―" respondió el humano, HyungWon le lanzó una mirada de reojo viendo que sonreía como... un bobo enamorado "―. No tienes idea de lo mucho que quiero besarte y no exactamente en la mejilla."
"―Por el Hacedor WonHo ―" respondió alarmado, pero fingiendo que estaba tranquilo en el exterior, esculpiendo las orejitas de su conejo.
"―Tuve que reunir toda mi fuerza voluntad para no abalanzarme y besarte desde el momento en que te vi con esa ropa, aunque todo lo que uses se ve perfecto en un leviatán tan hermoso como tú ―" volvió a decirle por sus pensamientos al momento en que WonHo depositó un tierno beso en su mejilla, por segunda ocasión en el día.
"― ¡WonHo!"
Muchos pequeños varones se apenaron por la muestra de afecto entre sus profesores, mientras que las niñas chillaron de entusiasmo.
"―Creo que ya va siendo hora de que deje de disimular, estoy loco por decirte que estoy realmente atraído hacia ti."
"― ¿Podemos discutir esto después? Hay niños en frente y esto es tema de adultos ―" respondió, ahora completamente seguro de sí mismo, hasta su voz se sintió juguetona.
―Muy bien niños, es hora de un receso, nuestro profesor invitado necesita un descanso ―aplaudió fuertemente dejando pendiente su conversación―. Dejen sus piezas a secar y vayan a comer algo.
― ¡Sí! ―gritaron los niños al unísono y salieron corriendo del salón después de dejar sus esculturas cerca de la ventana donde se secarían con el Sol.
―No olviden lavar sus manos ―dijo en voz alta cuando la mitad del grupo salía como si la vida se les fuera en ello.
―Cielos, cuidar de niños es agotador ―dijo el omega estando solos―. Cada vez te admiro más, cachorro.
―Pero no es nada comparado con un leviatán que puede hacer milagros con mis plantas muertas ―miró a las macetas que HyungWon ha estado cuidando desde que viene a la academia de arte en las noches y ha revivido de alguna manera a su marchita vegetación―. Puede transformarse a voluntad y es un desastre esculpiendo conejos.
HyungWon sonrió de manera cálida. El leviatán seguía sentado en la silla, se giró para encarar a WonHo con su trabajo en sus manos, ofreciéndoselo tímidamente, el rubio lo aceptó. Tal vez haya sido HyungWon, la manera en la que lo miró, su comportamiento tierno o sus brillantes ojos humanos desprendiendo un aura mucho más delicada. Lo que sea, despertó en WonHo el pensamiento de evitar ser tímido, sabía que estaba casi por completo enamorado del leviatán y dejar en claro eso a HyungWon no estaba planeado en el horario de ese día. Sin embargo, verlo tan deslumbrante en aquella ropa incendiaron su corazón hasta el punto en el que sus labios le picaban por ser estrechados con los más carnosos.
¿Eso era la magia de omega en HyungWon? Tan magnética que estaba cediendo a sus deseos más ocultos y de los que desconocía hasta ese segundo en el que HyungWon le ofreció su escultura de arcilla.
Tomó el conejito deforme de HyungWon y lo puso a su lado. Sin nada que les estorbara en su camino, usó sus brazos como cárcel. El omega no se asustó, de hecho, su estómago revoloteó feliz de presenciar un cambio en el tierno WonHo al que se acostumbró a ver por un hombre sensual. La manera en la que sus ojos lo escrutaban con ternura y deseo; su naturaleza omega tomó el control, dejándose a merced de WonHo.
El heredero del Lago Ness entonces notó el anillo de turmalina colgando del cuello de HyungWon. Lo tomó entre sus dedos y disparó una alarma de HyungWon, rogaba a los siete cielos e infiernos que no tuviera alguna laguna mental por el regalo que el mismo humano le dio años atrás. Una sonrisa relajada asaltó el rostro del maestro y lo miró a los ojos.
―Hay algo en ti que todavía no entiendo HyungWon ―comenzó, el omega inclinó la cabeza a un lado estando inseguro sobre lo que se refería WonHo―. Diablos, me estoy volviendo loco por ti.
― ¿En el buen o el mal sentido? ―increpó en un susurró.
No pudo evitar mirar aquellos esponjosos labios moverse, cada movimiento hacía que su voluntad por esperar se desvanecieron en cuanto sus ojos volvieron a conectarse. Ambos podían sentir ese magnetismo que les impulsaba a acercarse cada vez más hasta que sus alientos se entremezclaban.
―Creo que ambos.
―Ten cuidado ―murmuró, una sonrisa traviesa nació de sus labios―. Los leviatanes aún podemos hundir humanos si se nos provocan.
―Tomaré ese riesgo.
WonHo elevó su mano hasta la mejilla de HyungWon. Su piel tersa se erizó por completo bajo el toque cálido del humano que cerró los ojos disfrutando de ser acariciado por WonHo. El humano quedó fascinado por la reacción del omega y se acercó hasta estar casi a punto de besarlo, cuando un dolor agudo asaltó la cabeza de HyungWon. Soltó un gruñido bajo, alejándose de WonHo.
― ¿HyungWon? ―preguntó preocupado.
El omega soltó una maldición y se aferró a los hombros de WonHo, escondiendo su rostro en el pecho cálido de su cachorro.
― ¿HyungWon?
"―No es nada, son las esferas de camaleón, mi disfraz se desvanecerá si dejo que mi bestia tome el control, dame unos minutos."
WonHo asintió, intentó retirarse y recibió un gruñido animal de advertencia, unas lágrimas surcaron sus mejillas por el intenso cambio entre humano y leviatán. Era apenas visible, pero dolía como el infierno. Ese dolor era casi el equivalente a volver a presentarse como omega cuando era un cachorro.
"―No me dejes ―" suplicó en su mente.
―De acuerdo.
Después de unos minutos HyungWon sacó una de las esferas del bolsillo de la chaqueta y la ingirió. El efecto actuó en segundos, aun así, el omega se sintió un poco mareado como para tener ganas de abandonar los brazos de WonHo y retirarse sólo cuando pudo asegurarle a su cachorro que podía soltarlo. Necesitaba estar solo para poder acallar a su bestia interior, era una de las razones por las que su cambio humano no era por completo efectivo, además necesitaba un poco de privacidad al notar que las marcas de sus luces estaban naciendo y respondiendo a WonHo(2), aspiró levemente su aroma. La colonia fue molesta a los sentidos del omega, hasta que pudo discernir ese aroma sin nombre que WonHo tenía.
Esto sólo empeoró el estado de camuflaje, su animal interno estaba fuera de control en cortos lapsos de tiempo, queriendo frotarse contra la piel de WonHo, incluso la idea de encajarle los colmillos en la pulcra piel rasgueaba entre las paredes de su otra mente. HyungWon necesitaba calmarse lo más pronto posible.
"― ¿Necesitas privacidad?"
"― ¿Qué? ―" murmuró, un poco confundido por el eco en su voz.
"―Sigues hablando por tus pensamientos ―" respondió en un susurro, HyungWon entonces cortó la comunicación entre sus mentes.
―Lo siento cachorro ―dijo tomando las mejillas de WonHo―. A veces es difícil convivir con una parte demasiado animal que tiene su propia voluntad y deseos. Eso incluye cosas que una bestia necesita hacer.
― ¿Cómo morderme?
―Nunca te haríamos daño ―le quitó un mechón de cabello rubio el cual ocultaba el hermoso color avellanado que tanto le gustaba admirar―. Además, eres un humano, no puedo tratarte como alguien de mi especie ―WonHo le lanzó una mueca molesta, HyungWon lo calmó con una sonrisa divertida―. No es por lo que piensas, es por tu protección, sigo siendo más fuerte que tú y de verdad puedo herirte estando en control de mi bestia si no está tranquila. No tardaré, necesito serenar a mi leviatán interior antes de que rechace ésta magia.
El heredero del Lago Ness por fin tuvo la voluntad para dejarlo ir hacia el baño de la segunda planta, una vez asegurado que nadie interferiría en su camino. WonHo no lo comprendía del todo, más lo básico claro que lo aceptaba. Sin embargo, eso no aminoró su molestia por haber perdido la oportunidad de besar a HyungWon, soltó un suspiro.
Diablos, era lo único que rondaba por si mente cuando estuvo plenamente consciente de que HyungWon ya estaba demasiado enterrado en sus pensamientos.
¿Cuándo fue que cayó completamente por él?
Seguía impresionado por la rapidez en la que sus pensamientos estaban girando en torno al leviatán.
HyungWon estaba en la cocina tomando un té para calmar sus mareos por los efectos secundarios, respirando pausadamente y aspirando al mismo tiempo la esencia dulzona del brebaje. Era mejor que sus esferas, al menos el líquido sabía mucho mejor de lo que olía, aún no terminaba por creer que dejó a WonHo saber lo mucho que deseaba morderlo como si fuera su... pareja.
Recordó la conversación con HoSeok.
Todo estaba volviendo a pasar, el omega se estaba encariñando demasiado rápido del humano, justo como hace dieciocho años. La diferencia era que ahora eran adultos, con diferentes sentimientos y circunstancias; el amor entre WonHo y HyungWon siendo cachorros era inocente, en esta etapa de adultez, hay demasiadas cosas en juego. Conforme crecen en edad, las cosas se complicaban y HyungWon tenía un pequeño secreto que debía contarle a WonHo, sólo que estaba muy asustado por el posible odio del heredero hacia él cuando supiera que él le arrebató parte de su pasado.
Soltó un suspiro cansado.
―Guapo, inteligente, generoso, bueno con los niños, tiene un título comparado con el de un rey o un presidente de una nación, modelo, canta, baila... diablos, hay tanto boyfriend material en WonHo ―expresó BaekHyun con una mirada analítica.
― ¿Te sientes bien? ―preguntó HyungWon, divertido por la expresión del fotógrafo.
― No es por alardear, pero ¡WOW! ―siguió con la misma actitud que tiene un fanático con su artista favorito―. Tiene un cuerpo esculpido por los mismos dioses griegos, es decir ¿lo has visto?
― ¿A WonHo? Claro que lo he visto, por cerca de un mes.
― ¿Y?
― ¿En serio qué les pasa a ustedes dos?
― ¿De qué hablas?
―De la obvia y mutua atracción que sienten los dos. ―refunfuño harto del que el leviatán fuera igual de despistado que WonHo―. Vi lo que casi hacen en el salón. ¿Acaso tengo que atarlos el uno al otro para que se besen? Por Dios, se nota que tratan de comerse, hasta me sorprende que no hayan cogido en este punto.
―Creo que te confundes, BaekHyun ―dijo HyungWon, un poco abochornado por la declaración de su amigo humano―. La lujuria no es lo mismo que querer a WonHo.
― ¿Entonces no te atrae como un potencial compañero sexual a pesar de que se carga un enorme...?
―Okay, ¿qué pretendes que diga? ¿Qué lo amo? ¿Que no puedo vivir sin él? ―increpó con sus nervios al filo de su control―. ¡No!
― ¿No puedes? ¿o no quieres?
―No debo ―murmuró derrotado.
Miró hacia donde estaba el rubio ayudando a varios cachorros humanos con sus pinturas, algunos recibían elogios sonrientes del adulto y otros más eran ayudados por el mismo maestro de artes.
― ¿Eso qué se supone que significa?
―Mi deber ahora es con mi manada ―declaró sin quitare la vista a WonHo, su corazón se estrujó en extremo dolor al tiempo que su bestia comenzaba a sentir ese dolor, mas ésta no estaba en condiciones para comenzar una batalla contra HyungWon debido a los efectos de las esferas―. Eso es lo que importa, no mis deseos egoístas de tenerlo para mí.
― ¿Ni, aunque lo quieras mucho?
―Incluso si es así, BaekHyun ―respondió casi al borde de las lágrimas, entonces lo enfrentó.
El fotógrafo se sorprendió de los expresivos que eran los ojos del leviatán estando cubiertos por el color morado más oscuro que ha visto en su vida. El hecho no ocultó el terrible dolor que podía percibir en HyungWon, era realmente abrumador.
―Desearía poder aceptar este nuevo cariño que tengo por ese precioso ser humano, de verdad que lo deseo ―a la memoria de HyungWon regresó una bruma verde coloreando los ojos avellanados de un niño al que destruyó―. En el pasado, todos cometemos errores BaekHyun, pero yo hice algo sin nombre y no merezco el perdón por ello. Si WonHo se entera... Temo que me odiará para siempre.
― ¿Más que asesinar humanos?
―Peor ―su tono se tornó destrozado―... Desvanecí a un alma inocente.
―HyungWon ¿podrías venir un momento? ―preguntó Lucille amablemente al botánico.
El susodicho se encontraba sentado frente a la mesa de la cocina, ojeando un de los libros de artes hechos por los niños de su clase, mientras los pequeños estaban afuera jugando y siendo cuidados por los dos maestros. Después de hablar con BaekHyun, HyungWon volvió a la realidad, había bajado la guardia de nueva cuenta por su bestia, estaba un poco harto de su tan obstinada e inconsciente actitud; como si no fuera suficiente estar recuperándose de un lazo roto. El poco control que mostraba su parte animal por WonHo después de haber sido él quien cometió una abominación en contra de ese inocente humano lo sacaron de quicio, pidiendo unos minutos a solas antes de poder enfrentar a los dos como si nada hubiera sucedido, esperaba que BaekHyun guardara silencio sobre lo que discutieron.
― ¿Pasa algo? ―preguntó sin mostrar un verdadero interés, su mirada estaba perdida en uno de los dibujos.
―Necesito tu opinión de boticario.
―Botánico ―corrigió, trató de sonar amable, sin embargo, estaba irritado por ser molestado que se notó en su tono de voz.
― ¿Puedes venir? En serio necesito un poco de tu ayuda, y WonHo me pidió que ambos fuéramos por unas cosas a su estudio.
―De acuerdo ―suspiró, dejando el libro cerrado sobre la superficie de madera.
HyungWon siguió a la humana escaleras arriba con la cantidad mínima de actitud. A pesar de haber suprimido su magia nuevamente su don no estaba del todo dormido, por lo que la sensación molesta de los celos proviniendo de Lucille estaban agotado al omega en paciencia.
― ¿Puedes adelantarte? En el estudio hay una lapicera color morado con azul que tiene las iniciales de WonHo.
― ¿A dónde crees que vas? ―inquirió cuando ella regresó por el pasillo.
―Sólo voy al baño ¿qué no puedo? ―respondió ahora con el mismo tono hostil.
HyungWon no estaba de ánimo para pelear con una hembra humana que apenas es de la mitad de su edad cronológica.
―Está bien ―se sobó el puente de la nariz y se dirigió hacia el estudio de su cachorro.
El olor a tintas, lienzos y una extraña mezcla entre vainilla y olor natural de WonHo lo embargó por completo, trayendo calma al muy irritado leviatán. Evaluó el lugar en búsqueda del dicho objeto, lo encontró en el escritorio de WonHo, al tomarlo escuchó el sonido de un cerrojo siendo movido. Se dio la vuelta dándose cuenta de que la puerta estaba cerrada, se acercó hasta ella y notó que alguien lo había encerrado. HyungWon soltó una maldición, furioso con la mujer detrás de esa puerta.
― ¿No está siendo una cría malcriada, señorita White? ―se burló, sabiendo con seguridad que la susodicha estaba escuchándolo, sus feromonas irritadas escapaban de sus poros y llegaban hasta el olfato del omega.
― Idiota ―murmuró la joven maestra detrás de la puerta y tiró la llave en la maceta junto a la puerta.
―Eres demasiado inmadura para WonHo ―remató el omega cuando percibió el cambio en la extraña mujer, aunque HyungWon no pensó bien cuando se dio cuenta de que estaba encerrado.
Soltó un bufido molesto al verse de nuevo en un aprieto por un ser malévolo, odiaba la astucia de las féminas.
HyungWon no podía forzar la puerta o romper el cerrojo como un cambiaformas lo haría en caso de ser encarcelado. Sin embargo, respetaría las costumbres humanas y buscaría otra forma de salir. Registró con la vista al escritorio hasta dar con un clip, los humanos habían empleado un truco parecido en alguna que otra de esas películas que tanto disfrutaban BaekHyun y WonHo, se agachó a la altura para insertar el objeto, sólo que la hacerlo, el tamaño no coincidía tampoco tenía la palanca necesaria para poder tirar del mecanismo interno del cerrojo para abrirlo.
―Debe haber una ganzúa por algún lado―pensó en voz alta.
Un palillo de meta con un gancho con una curva en la punta estaba en medio de un conjunto de herramientas para pintar. HyungWon intentó sacarla del botecillo pintado en amarillo brillante y pegatinas de girasoles bien hechas por el artista, el borde se atascó con una telita enredada entre los pincelas adyacentes al artilugio. El contenido del bote cayó sobre el teclado de la computadora de WonHo, activándola en el proceso.
―Diablos ―maldijo en voz baja.
Estaba frente al escritorio y tuvo que rodearlo para comenzar a recoger el reguero ocasionado por su torpeza, dejando su clave para salir encima de la madera mientras se ocupaba de los demás. Con un poco de paciencia para calmarse buscó, recolectó y colocó de nuevo en aquel simpático botecillo los pinceles, cuando hubo terminado los depositó en su lugar.
Soltó otro cansado suspiro.
Un pitido agudo invadió al omega, ocasionándole un terrible dolor de cabeza. Notó que el lugar donde sus luces estaban originalmente en sus palmas comenzaban a marcarse junto a la luminosidad de su piel. El sonido en sus tímpanos lo estaba matando de dolor y en segundos, se reveló su forma mágica mortal.
Algo andaba mal, los efectos de la esfera no deberían haberse desvanecido tan pronto, estaba muy seguro que la receta era un completo éxito como para que se esfumara de la nada.
―A menos que... ―murmuró―. Haya un sentimiento muy fuerte en la habitación.
Recordó de sus lecciones en el Clan de la Oscuridad. Su don era muy fuerte y responde a los estímulos del alma o sentimientos fuertes acumulados en una cantidad excesiva, puede que hayan sido el detonante para que su mitad mágica volviera a la luz del día. Mal momento para hacer su entrada, pensando en alguna excusa para poder decirle a WonHo sobre su inminente retirada, lo que vio en la pantalla de la computadora lo dejó sin aliento.
―Santo Leviatán Blanco ―dijo incrédulo de lo que estaba en aquel espejo extraño.
En la parte superior estaba una especie de sirena con una cola de un brillante color rosa, su cabello un poco largo ocultaba unos rasgos y extendía su brazo hacia abajo, donde su dedo índice chocaba con su contraparte... ¿Leviatán? Era lo más cercano a lo que podría recordar de la vez en la que casi muere en la fosa del lago, lo que más le aterró fue descubrir notas sobre el dibujo con la caligrafía de WonHo. Eran interrogantes que alarmaron al botánico:
¿Quién es HyungWon?
¿Por qué sueño con él desde pequeño, pero con otro rostro?
¿Mi tritón y HyungWon tal vez sean una profecía del futuro?
¿La magia de verdad es tan poderosa para poder trascender el tiempo?
¿HyungWon sabrá algo?
Todos conocen el viejo dicho de la curiosidad mató al gato, o al leviatán, en este caso. HyungWon sin poder contenerse tocó la pantalla, la cual pasó a la siguiente imagen: una fotografía de ellos dos charlando junto a una escena bastante parecida, expresada en un dibujo menos realista, pero que eran exactamente la misma junto a otras notas.
¿Habrá alguna posibilidad de que un dios haya intentado presagiar nuestro encuentro?
Me siento feliz e incompleto cuando estoy con él.
¿Por qué tengo un vacío cada vez que él me mira de cierta forma?
¿Acaso pasa algo malo conmigo?
¿HyungWon querrá saber que estoy roto?
Llevó su mano a su boca, tratando de reprimir un sollozo, el sentimiento de desolación estaba embargando al omega. Nunca hubiera imaginado que su cachorro se sentía de ésta manera. Al deslizar su dedo, se revelaron más de esos bocetos de la extraña sirena macho y él siendo comparados, con muchas notas del mismo WonHo repitiendo una y otra vez las escalofriantes coincidencias entre ambos.
El sentimiento no bastó, algunos resquicios de una memoria insertada accidentalmente en aquellos trazos, le mostró brevemente a un WonHo herido por amor y después a su pequeño cachorro casi muriendo en el agua. Pudo haberse detenido, más su don fue más fuerte que él al conducirlo a otros lienzos en los que se repetí la misma silueta de alguien a quien WonHo parecía añorar con todo su corazón.
A él.
Podía sentir el dolor del maestro de artes a través de la tela, de la pintura y en su corazón. Entonces pudo escuchar unos pensamientos de WonHo ocultos en aquellas obras de arte.
A veces no lo soporto, el dolor de ese día... Todo cambió cuando vine a este lugar.
Tenerle miedo al agua por ir dormido hacia un muelle, esperando que algo pasara y ahora, está este extraño habitante del lago que me está arrastrando de nuevo a mis pesadillas después de años sin ellas.
¿Cuándo tendré el valor para decirle a HyungWon todo esto sin que se aleje de mí? Tal vez nunca.
¿Él es quien me protegerá de KyungIl cuando no pueda dormir por las noches? Entonces valdrá la pena decirle lo que siento cuando él me mira de esa forma: como si me faltara algo.
Entonces la voz de su deidad le trajo a su memoria un pensamiento inquietante.
―Quitaste algo que no te pertenecía ―comenzó a recitar, comprendiendo por fin a las palabras de su dios―. Regresa y ve a través de otros ojos el crimen que has cometido.
Acarició los lienzos, quedando abrumado por haber extinguido a WonHo y haber dejado algo mucho más horrible en el lugar que se suponía no debería existir en su mente.
―Cachorro ¿qué te he hecho?
Se dejó caer de rodillas. Abrazándose a sí mismo y comenzando a soltar lágrimas de las que desconocía cuándo fue que comenzaron a caer por sus mejillas. En ese momento, WonHo iba subiendo las escaleras buscando a HyungWon sospechando que estaba en el baño, pero notó la llave de su estudio en la maceta, muy mal cubierta por tierra.
―Yo no te dejé aquí ―dijo al momento de tomarla y limpiarla.
Abrió su estudio con el extraño presentimiento de que algo estaba dentro de esas cuatro paredes.
― ¡Mierda! ―grito el rubio cuando vio al omega parado frente a la puerta―. HyungWon, los humanos no somos como estatuas, casi me matas del susto.
Se abstuvo de soltar una risa en cuanto notó la humedad en los mofletes blanquecinos y sus ojos desorbitados, ni siquiera sus luces fueron el problema cuando el leviatán se veía tan desolado. HyungWon estuvo plenamente consciente de que WonHo estaba frente a él.
Levantó la mano para tocar casi con miedo la piel del humano, como si fuera a romperlo, más de lo que ya había hecho. Recordar todos esos sentimientos lo hicieron tirarse hacia los brazos de WonHo para sollozar sin control, pidiendo un perdón en una antigua lengua que WonHo no tenía idea de cómo interpretar.
El omega necesitaba salir de ese lugar, se estaba asfixiando.
El movimiento fue tan repentino que HyungWon salió tambaleando sin poder dejar que su lado razonable triunfara y su naturaleza frágil fue quien trató de sacarlo del dolor. WonHo lo detuvo cuando por fin entendió que el leviatán había regresado a su apariencia original.
―HyungWon, espera ―lo tomó de la muñeca, arrastrándolo a una de las habitaciones del segundo piso y cerrando la puerta con seguro.
Unos brazos largos y temblorosos rodearon su pecho, donde una cascada de lágrimas atacó el hueco entre su cuello y hombro, implorando ahora en la lengua humana perdón; mascullando por que todo se detuviera. El maestro quedó tan impactado por lo que estaba presenciando que llevó sus manos hacia las más pálidas, dando leves toques que hicieron a HyungWon aferrase casi de manera desesperada al cuerpo del heredero.
―Tu pueblo tenía razón, cachorro ―murmuró el omega―. Soy un monstruo, lo soy, no merezco estar aquí.
― ¿De qué hablas?
―Soy un monstruo, estoy tan podrido como los humanos que quieren matarme ―siguió hablando en voz baja, pero WonHo no comprendió sus palabras, pues HyungWon estaba volviendo a usar su lengua materna, preso de un ataque de pánico.
― ¿WonHo pasó algo? ―la voz de su mejor amigo se escuchó a través de la puerta―. ¿Están bien?
―HyungWon se siente mal, me quedaré a hacerle compañía durante un rato y no dejes que nadie suba, bajo ninguna circunstancia ―ordenó, cuando estuvo seguro que su amigo se hubiera marchado, se armó de valor para deshacer el agarre bestial de las manos más delicadas y voltearse.
Su mano buscó la mejilla abultada del leviatán, él no deseaba mirarlo aún en estando débil. Entonces lo condujo hasta el sillón al fondo de la habitación donde lo obligó a tomar asiento junto a él. HyungWon estaba envuelto en un mar de lágrimas silenciosas con una mirada perdida entre miles de pensamientos y recuerdos que han destapado un gran dolor que nunca pensó experimentar. Su lazo roto no se comparaba con los dolores conjuntos de un par de niños destruidos por el mismo individuo.
WonHo se acomodó a su lado, pasó su mano por debajo de las rodillas del leviatán para llevarlas hasta su regazo, quitó con delicadeza sus zapatos. HyungWon sin fuerzas para poder luchar, se encogió en el pecho de WonHo, siendo protegido por el abrazo más cálido que haya recibido en su vida, la gota que derramó el vaso fueron los tiernos besos en la corinilla y cómo es que sus manos recorrían su cuerpo para tratar de calmarlo.
―Tranquilo HyungWon, estoy aquí y no pienso dejarte solo ―comenzó a decirle, las ganas de llorar de pronto se apoderaron de él cuando se dio cuenta que los sentimientos de HyungWon podían sentirse a través de sus luminiscencias―. Lo que sea que haya pasado, puedes decírmelo, cuando estés listo.
"―Perdóname, cachorro, fui yo quien te destruyó hace dieciocho años ―" pensó HyungWon para sí mismo, soltando más lágrimas y aferrándose al cuerpo de WonHo.
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1. Esferas Camaleón: Son esferas de energía que se cristaliza en una delgada capa traslúcida sabor a menta, las vetas doradas tienen pulsaciones que las hacen brillar al ritmo de un latido calmo, éstas al mismo tiempo se mueven a lo largo del líquido transparente. El tónico contenido en él es una mezcla especial preparada a base de magia pura junto a especies con aromas contra restantes al natural del sujeto. La capa se rompe a la hora de humedecerse con la saliva. El tónico entra por la boca y se extiende más rápido que el drenado de sangre. Como su nombre lo dice, por lo que en segundos ocultan marcas muy visibles que los cambiaformas no pueden disimular cuando reducen su magia voluntariamente. Al momento de pasar los efectos, ocasiona una réplica del despertar del cambiaformas cuando es más cachorro; la razón por la que dolor es más intenso que es que siendo cachorros, su magia tiene un proceso más acelerado para calmar los dolores del despertar, a diferencia de un adulto, quien no está preparado para él, naturalmente. Su uso moderado no causa mayores efectos, pero su abuso provoca que la bestia interior se marchite al punto de permanecer dormida eternamente y matando al huésped por su falta de alma bestial.
2. Aquí, hago una aclaración. Cuando se vive el despertar de la segunda piel o bestia en un cambiaformas, tanto la piel como los sentidos se disparan al máximo, ni qué decir de las feromonas.
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