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Capitulo 14

—Él es Mingyu —dijo Jisung mientras sacaba un peluche de un pollito de su mochila—Es nuestro hijo.

La pequeña parejita de novios se encontraba en una casa abandonada que el mayor le mostró a Jisung que la principio tenía miedo de entrar pero su Hyung prometió que lo cuidaría así que aceptó, Jisung quería jugar a "La mamá y el papá" era uno de los juegos que más le gustaba jugar, sus primas se lo inculcaron y desde ese entonces cada vez que Felix va a su casa el mayor lo obliga a jugar.
Como hijo eligió un peluche de un pollito color amarillo, el piquito y las patitas color salmón. Se lo había regalado su mamá por lo que le tenía cariño.

—¿Y ella?—el mayor sacó de la mochila de Jisung un peluche de un gato.

—¿Por qué "ella"?—confundido.

—Tiene cara de niña....la voy a llamar Yoonji—sonrió—Así va a tener el mismo estilo que yo.

El menor rió por lo creído que podía llegar a ser su tierno novio.

Los menores sentaron a sus hijos en un rincón mientras tomaban algunos objetos para usarlos como una mesa y tres sillas.
Jisung sentó a sus bebés en un banquito de fierros pequeños y oxidados, mientras que ellos se sentaron en unos baldes plásticos dados vuelta.

—¿Está rica la comida, amor?—le preguntó acercando un platito de juguete con comida invisible.

Minho fingió comer e hizo sonidos raros como si estuviera masticando.

—Mmm, la carne te quedó riquísima, Sunggie —sonrió.

—No hyung—haciendo puchero—Me tienes que decir 'amor' porque somos novios.

—Perdón, amor—se disculpó haciendo sonreír al menor.

—Cariño, hoy nuestros hijos nos van a presentar a sus novios—sonrió apuntando a los peluches.

—No—frunció sus cejas—No quiero que tengan novio, están chiquitos.

—Nosotros también estamos chiquitos y somos novios—llevó sus pequeñas manos a su cintura.

—Pero ellos son mis bebés—se cruzó de brazos.

Minho tenía el ceño fruncido mientras formaba un pucherito y Jisung comenzó a sospechar de que tal vez su Hyung estaba molesto.

—¿Qué le pasa, Minho Hyung?—llevó nuevamente sus manos a su cintura y forman un a línea recta con su boquita.

—Ayer me puse bonito para tí, te fui a buscar a tu casa pero no salias entonces me fui y resulta que te veo con otro niño—mirándolo con sus ojitos gatunos—Cuando ya eres novio de alguien se supone que debes estar con él todo el tiempo.

El menor en vez de introducirse en la sumisión, se puso firme, clavó una de sus miradas desafiantes en los ojos de Minho y eso hizo que el mayor se encogiera de hombros. Él no le pertenecía a nadie, eso se lo había enseñado su mamá, le decía que nadie lo podía dominar y ni él tampoco debía de hacerlo.

—Sólo estaba con mi mejor amigo, no te digo nada cuando estás con tus amigos.

—Pero es diferente—tocó sus deditos sin mirar a los ojos a Jisung.

—No es diferente, si sigues de esa manera no vamos a seguir siendo novios—firme pero por su voz que aún no entraba en la pubertad se oía muy tierno.

—No, bolita de arroz perdón—el pálido se levantó y fue a abrazar a su Sunggie —Yo quiero que sigas siendo mi novio.

Jisung seguía manteniendo los brazos cruzados mientras recibía caricias en la cabeza.

—¿Besito de reconciliación?—miró el mayor a su bebé mientras hacía una boquita de patito—

—En frente de los niños no—apuntó Jisung a los peluches.

Minho se dirigió a los peluches y los dió vuelta de modo de que quedarán de espalda y no vieran las cosas de niños grandes.

—Ahora sí—sonrió de manera tierna y nuevamente hizo un pequeño piquito apoyándolo en una de los cachetes del menor.

Jisung sonrió, se acercó a su lindo gatito y se puso de puntitas porque el menor era algo alto para él.
Puso sus esponjosos labios de la misma manera que el mayor y lo besó en su fría y pálida mejilla. Se separó y rió al ver que Minho se acercaba con una expresión fingida de tristeza para que siguieran con su besito.


[...]

Hyunjin se encontraba haciendo pulseras con distintas perlitas de colores que tenía guardadas y Seungmin estaba recostado en su cama leyendo un libro que había encontrado en el basurero de una librería.

El ruido de la puerta abriéndose acabó con su concentración en lo que uno estaba haciendo y vieron de que se trataba de el bebé del grupo.

—Hyunjin hyung, Seungmin hyung—llamó el pequeño castaño entrando a la habitación de sus mayores—Tengo hambre.

—Yo no vuelvo a tocar la cocina desde el incidente con los fideos—se negó Hyunjin abriendo en grande sus ojitos.

—Seungmin —lo miró poniendo una carita de perrito o cómo a ellos les gustaba llamarle "la cara del chantaje"—Estoy famemilo—tocó su pancita.

—¿Qué diablos dijo?—miró confundido al mayor.

—Se dice famélico—corrigió—Y es cuando tienes mucha hambre—respondió.

—¿Y por qué no dicen que tienen hambre? No entiendo la necesidad de andar inventando palabras raras y tontas que se pueden describir con otra mucho más fácil—se cruzó de brazos.

—¡Quiero comida!—saltó el pequeño moreno mientras hacía hablar a su pancita con su ombligo, poniendo una mano arriba y otra abajo de éste—Hambre, hambre.

—¿Qué quieres comer Jeongin?—le preguntó el moreno dejando su libro en una mesita de luz.

—Quiero golosinas—se puso firme poniendo sus bracitos a sus costados

—Jeongin hablo de comida—volteó los ojos

—Mmm...Ah sí—sonrió—¡Una pizza de gomitas!—saltó.

—¡Yo también quiero!—sumó Hyunjin.

—Tae eso no es alimento, esas cosas son porquerías que te destruyen los dientes si las comemos, lo leí en un libro que hablaba de dientes y de dentistas y los casos que ocurrían eran horribles.

—Ay que delicado que eres Seungmin —se quejó Hyunjin —¿Cómo crees que hagan que la pizza tenga ese sabor a gomita?

—Sí Hyung, ¿Cómo lo harán? Al espagueti también lo hacen de gomita.

—Tal vez usen alguna máquina que pueda convertir cualquier cosa en gomita—Seungmin podría actuar maduro algunas veces pero su lado infantil siempre salía a flote.

Y así fue como los tres entraron en un pequeño e infantil debate para ver cómo la comida normal era convertida en gomita.

[...]

—Ahg ya déjenme—reprochó Felix quién estaba adentro de una carreola de juguete y vestido con ropita de bebé.

Jisung y Minho se había encontrado con dos niñas que tenían cautivo al pobre Felix, quién había sido sometido a cambios de ropa y tener que comer comida invisible para complacer a las dos desquiciadas niñas.

Jung Wheein y Ahn Hyejin eran hijas de dos de las amigas de su mamá y ella se ofreció a que las niñas fueran para jugar con Lixie, se emocionaron tanto que quisieron jugar a la mamá con él y ahora se encontraban jugando a los dos matrimonios obviamente Yoongi con Jisung y las dos chicas se mantuvieron juntas.

—Silencio—lo calló Wheein poniéndole un chupete rosa en la boca—Los bebés no hablan y tú tienes cero años.

—Disculpen, nuestro hijo es un poco caprichoso no sé de donde sacó esos tratos—se disculpó la morena.

—Nuestros hijos se portan bien y sacan cien en sus exámenes—ambos abrazaron a sus peluches.

—Ay que bueno, al parecer nosotras lo vamos a tener que llevar con el viejo de la bolsa para que aprenda.

Felix al escuchar lo que dijo Hyejin entró en pánico y comenzó a moverse desesperado en el cochecito, no quería que un viejo se lo coma.

—¡No, no quiero que me lleve el viejo de la bolsa!—tratando de escapar pero era imposible, las niñas lo habían amarrado para que no se escapara—¡Le voy a decir a mi mami que me quieren regalar!

—No te vamos a dar, pero comportate y ten—le dió una mamadera con leche de plátano adentro—Toma la leche—Al pequeño se le iluminaron los ojitos al ver la leche.

—¿Hyejin qué haces?—le sacó el biberón—Tiene cero años, no puede comer solito.

Mientras las niñitas tenían su mini pelea de mamás, Jisung y Minho reían por la cara de Felix que estaba ansioso de que le den la leche.

—Bueno ya, saca al niño así toma su leche de plátano—demandó la castaña.

Se sentaron formando un grupito, mientras los papis cuidaban a sus bebés y las mamis le daban de comer a su hijo.
Al parecer a Felix le gustaba hacer de bebé porque estaba degustando de la leche mientras su "mami" Wheein sostenía el biberón.

—¿No que no eras un bebé?—se burló Jisung.

—Cállate, yo soy el bebé de mis mamis—y volvió a tomar su lechita.

[...]

—¿Cuanto por esos cinco?—preguntó un hombre que no sobrepasaba los cuarenta años.

—Mientras la paga sea muy generosa esos son todos tuyos—le respondió Kang.

El hombre sacó de su auto dos enormes portafolios, los abrió y tenían cantidades de dinero que parecían ser infinitas.

—¿Es lo suficientemente generoso este pago para usted, señor Kang?

—Claro que sí—sonrió al ver cada billete—Es más te ofresco a un mocoso que es una completa molestia, casi medio barrio lo conoce por andar jodiendo y créeme que me urge deshacerme de él.

—¿Cuántos años tiene?—curioso.

—Diez años, es un niño de estatura promedio, piel pálida, ya sabés lo que gusta hoy en día.

—La verdad estoy buscando a niños pequeños, mis clientes los prefieren así, pero gracias por la oferta.

—Bien—tomó los portafolios y cinco niños entraron al auto del hombre—Esto nunca pasó.

—Tenlo por seguro, tengo una reputación que cuidar—entró al auto y lo puso en marcha—Nos vemos Kang.

El hombre arrancó y de a poco se iba alejando más y más hasta que el vehículo desapareció de la vista de Kang.

Minho había llegado con una sonrisa que se borró al ver cómo muchos compañeros suyos se fueron y no pudo despedirse.

—¿Y esas cosas?—señaló a los portafolios.

—Nada que te importe niño, ahora vete para adentro—lo miró de manera amenazante pero Minho no mostró miedo alguno, si algo aprendió en su corta vida era de que jamás debía mostrar sumisión ante nadie.

Minho entró y cada día la casa estaba más vacía.
Fue hasta su habitación y se encontró a los chicos durmiendo en su cama, Jeongin abrazaba a su peluche de tigre, Hyunjin y Seungmin dormía en los pies y así de un modo hacerle un espacio al menor.
Se recostó al lado de Jeongin y sintió como el pequeño lo abrazaba.

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