Capitulo 11
❝ No tiene igual, esta noche especial la llamamos bella notte.
Ven a mirar las estrellas brillar, esta dulce bella notte.
Si estás con quien amas. Dichoso vas a ser, nocturna magia llegará y el amor va a florecer❞
—La dama y el Vagabundo (Disney)
Los ojitos de Jisung estaban centrados en una bolita que adentro traía unos anillos muy lindos para él, la bolita estaba entre otras en una máquina.
Mire Hyung—dijo el menor apuntando al premio que quería
—¿Te gusta eso?—preguntó confundido, había otras máquinas con cosas más interesantes que dos pares de anillos.
—¡Sí!—feliz.
Jisung sacó un pequeño monedero de pollito rosa de su bolsillo, lo abrió y tomó una moneda para introducirla en una parte que indicaba la máquina, giró la pieza de metal y salió una bolita.
—La abrió y no estaban los anillos que él quería—Oh, Hyung, estos no son lo que quiero.
—Pero esos son lindos.
—Son feos, Hyung, yo quiero el que tiene el corazón.
Le había tocado dos anillos miserables de goma que tenían luces pero él era más elegante y quería los que eran de un color dorado con un diamante de imitación con la forma de un corazón rojo.
Probó otras veces y siguieron saliendo anillos que el menor no quería, le salió uno con una flor, con una carita feliz, otro con huellas de perritos y así siguió hasta vaciar su monedero.
—Me quedé sin monedas—hizo un puchero.
—Jisunggie —lo llamó su hyung—Te tengo que preguntar algo importante.
—¿Qué puede ser más importante que mis anillos, Hyung?—mientras fruncía en ceño.
—Que hoy te quiero invitar a salir, tengo una sorpresa planeada para tí.
El menor lo miró asombrado, nadie le había hecho un sorpresa, claro, sacando a su mejor amigo y a las personas que lo cuidaban.
—Bien, vamos—lo tomó de la mano para empezar a caminar pero el mayor lo detuvo—¿Qué ocurre?
—Es que todavía no tengo nada reparado, además yo te hablo de ir a la noche a un lugar en especial.
Jisung iba a aceptar la propuesta, pero se acordó de que su padre estaba en la noche y era imposible de que salga porque tanto él como su padre tenían hora para ir a la cama, debía estar dormido a las nueve, sin excusa y las chicas que lo cuidaban se aseguraban de eso hasta que venía su padre y ellas se iban para sus hogares. Ocurrieron muchos en los que el señor Han no llegó y tuvieron que quedarse.
—Me encantaría—una sonrisa se formó en la pequeña boquita de Yoongi—Pero...—su sonrisita desapareció—Mi papá está en la noche, además yo me voy a dormir a las nueve, Hyung ¿Es necesario que sea a la noche?
—Sí, por favor, enserio te tengo preparado algo lindo y quiero que vengas.
Sintió sus mejillas teñirse de un color carmín, pensaba que su Hyung era muy lindo y tierno, así que haría lo posible para poder salir con su gatito.
—Está bien Hyung, prometo que haré todo lo que esté a mí alcance para salir con usted—le sonrió y el mayor volvió a sentirse feliz.
—Bien, ¿Te puedo pasar a buscar a las once? ¿O a qué hora?—le preguntó ansioso y con un brillo especial en sus ojos.
—A las once—le contestó.
El señor Han llegaba a las diez, una hora después de que él se dormía, era su "horario de llegada" por lo general.
—Okey, iré a preparar todo—iba a salir corriendo pero antes debía darle un poco de información al pequeño—Ah, y Jisung ve con calzado cómodo y ponte más bonito de lo que estás.
—Está bien, Hyung—le respondió. Se paró de puntitas y le dió un beso en la mejilla—Nos vemos en la noche.
—¿¡Hyunjin todavía no cocinaste los fideos!?—le preguntó Minho molesto, porque quería tener todo preparado para el pequeño Jisung.
—¡Lleva su tiempo!—le contestó mientras estaba parado sobre una silla, en frente del horno y con una enorme olla que no sabía si era para cocinar fideos.
—Sólo es ponerlos en agua y ya ¿Qué tan complicado es?—con sus manos en su delgada cintura.
—¿¡Si es tan fácil por qué no lo haces tú!?
Hyunjin ya se estaba hartando de lo mandón que estaba su amigo, si seguía así era capaz de tirarle la olla o cacerola o...la verdad no sabía que era pero de todas formas se la iba a tirar en la cabeza si no dejaba de molestar.
—Porque yo me tengo que poner bonito para mí bolita de arroz ¿Cuántas veces te lo tengo que repetir?—al decir eso el menor volteó los ojos—Ahora menos blah blah y más chuf chuf—trató de imitar el sonido que la hornalla hacía al prenderla—Y no olvides de las albóndigas, son muy importantes las albóndigas—agrandando los ojos.
Minho, agradecía que el señor Kang no se encontraba en el orfanato, de lo contrario no podría estar organizando la sorpresa para Jisung.
Salió de la cocina dejando a un Hyunjin bastante irritado para ir a su habitación y encontrarse con Seungmin y con Jeongin, tratando de doblar un mantel.
—¿Chicos, consiguieron el mantel?—curioso.
Miró bien el mantel que los menores sostenían y era casi igual al de la película.
—Oh, sí, está perfecto.
—Que bueno que piensas eso, porque nos tiraron una cuchara de madera cuando salimos corriendo con este tonto mantel—señaló Seungmin mantel a cuadros color rojo que estaba sobre la cama del mayor.
Jeongin y Seungmin habían robado el mantel que estaba en una mesa de un restaurante, muchas personas estaban en el lugar lo que hizo difícil conseguirlo de manera disimulada. Lastimosamente los habían visto y comenzaron a perseguirlos, hasta le tiraron una cuchara, pero por suerte lograron escapar.
Olfateó—Chicos, no huelen que algo se quema—dijo el más pequeño.
Un terrible olor a quemado inundó la habitación, provenía de la cocina.
Todos se miraron hasta que abrieron los ojos en grande.
—¡Hyunjin!—gritó Seungmin llevándose las manos a los costados de su cabeza
—¡Los fideos!—gritó Minho haciendo la misma acción.
Los dos salieron corriendo dejando a Jeongin confundido y sin entender lo que estaba pasando.
Llegaron a la cocina y se encontraron a Hyunjik tratando de deshacer el humo mientras sostenía un trapo y lo agitaba por los aires.
—¡Hyunjin, los fideos!—le gritó—¿¡Cómo es posible que hasta los fideos se te quemen!?
—Seungmin se acercó a una ventana que estaba en la cocina y la abrió, así todo el humo de a poco se fue abandonando la habitación.
—¿Ni siquiera unos tontos fideos puedes cocinar?—lo miró el mayor enojado.
—Casi me muero ¿Y a tí sólo te importan esos estúpidos fideos?—cruzándose de brazos.
—¡Sí, porque eran para Jisung!
Seungmin se interpuso para evitar de que haya un desastre, más del que ya había.
—Ya, dejen de pelear, tenemos suerte de que los demás niños estén a fuera.
—¿Ahora que voy a hacer?—estaba tan molesto, ya tenía todo preparado, sólo le faltaba la comida.
—Minho, puedes ser más original que darle una simple pasta—le dijo su amigo—A los niños como Jisung deben gustarle las golosinas...¿Y sí le haces un espagueti de caramelos largos?—sugirió
—¿De dónde voy a sacar caramelos?—frustrado—El poco dinero que tenía me lo gaste—el mayor había gastado todas sus monedas para ganarse el anillo que Jisunggie quería, por suerte logró conseguirlo, después de muchos intentos.
Hyunjin y Seungmin se quedaron pensando por un tiempo hasta que tuvieron una idea en común.
—Jeongin es amigo del hijo del golosinero del barrio—soltó el menor
—No se dice golosinero, Hyunjin.
—Cómo sea, pero Jeongin le puede pedir golosinas, tienen buena relación tanto con su amigo y el papá.
—Perfecto—Minho sonrió—¡Jeongin ven!—llamó—¿Chicos, ustedes por favor pueden ir a preparar todo mientras acompaño a IN?
Vestido con una camisa blanca, unos shots de varón color negros, unas converse del mismo color y con unas medias blancas con un poco de encaje, ese era el outfit que tenía pensado llevar a su salida con su Hyung.
—Espero que a Hyung le guste—mientras se miraba al espejo.
Unas horas más tarde estaba con su pijama de estrellitas fundiendo este dormido, todo debería estar completamente oscuro para que pudiera salir.
Estaba muy emocionado, ya quería ver lo que su mayor le tenía preparado, deseaba ver su sorpresa.
Tal vez esté mal esto, pero el menor ha estado experimentando eso a lo que llaman maripositas en el estómago, al principio pensó que era hambre pero el come mucho así que no era eso y sólo sucedía cuando su Hyung estaba cerca, sentía que por poco su corazón se saldría de su pecho.
Escuchó un ruido que lo hizo salir de su mundo y notó que era su papá, rápidamente cerró los ojos para hacerse el dormido.
Sintió un peso a su costado y sintió como su papi le daba su besito de buenas noches en la frente, ¿Será que lo hacía cada vez que él dormía? La última vez que recibió un beso fue de él y su mami, le gustó la sensación de cariño que tuvo, la necesitaba y más si provenía de su papá.
—Te amo Sunggie —le susurró.
Luego se levantó y salió de la había, cerrando la puerta muy delicadamente para que Jisung no despertara.
A penas salió Jisung ya comenzó a vestirse, puso un osito en el lugar de dónde él dormía.
Esperó a qué todas las luces sean apagadas y salió de su habitación a puntitas de pie mientras sostenía su calzado.
Él tenía una copia de la llave de su casa, era de emergencia, se la habían dado por si ocurría algo y está ocasión era por completo una emergencia, el tenía que ir a ver a su gatito.
Logró llegar a la puerta, suavemente introdujo la llave en la cerradura y la giró con toda una bola de tensión encima de sus hombros, trataba de hacer el menor ruido posible, ya faltaba un último giro, hizo el movimiento y la puerta se abrió.
Primero sacó las trabas de arriba y abajo. Su padre era muy exagerado.
Por fin salió, ellos eran los únicos en el vecindario que se dormían temprano por a excepción de la casa de él y la de Felix, todas estaban con las luces prendidas y eso le aliviaba porque iba a poder salir, ya que cuando todas las casas están con las luces apagadas se cierran por completo la gran puerta que es la salida del barrio.
Corrió por el extenso pasillos que llevaba a la salida, saludando a alguno de sus niños vecinos.
A fuera se encontró con un chico que traía puesto un saco negro, una remera común y corriente, pantalones informales y unas zapatillas converse pero viejas.
—Hyung—lo llamó.
—Sunggie —sonrió y quedó boquiabierto por lo lindo que estaba su bolita de arroz, estaba tan hermoso mientras que él sólo traía harapos—Te ves muy bien—sin quitarle la mirada de encima.
—Gracias—avergonzado.
—¿Vamos?—le agarró la manita.
—Vamos—le respondió caminado junto a él.
Estaban en frente de un alambrado que ya estaba cortado en una parte, de tal modo que los dos entren.
—Hyung esto es ilegal—le susurró.
—Tú sólo pasa Sunggie —abriendo el alambrado para que el pequeño pase.
Jisung sus chistar, se adentró al otro lado y Minho hizo lo mismo pero acomodó el alambrado de modo de que no se viera de que estaban cortadas.
Siguieron derecho, Minho se puso adelante de Jisung para que aún su sorpresa no sea revelada.
—Es algo simple pero espero que te guste, Sunggie.
Se corrió y vió que el mayor había organizado un especie de picnic en dónde se podía ver qué había una canasta sobre un mantel a cuadros, no lograba diferenciar bien el color pero supuso que era rojo.
—Aw, Minho, que lindo—encantado.
—Esa no es toda la sorpresa—lo interrumpió—Ven acércate.
El menor hizo caso y se acercó de a poco, se quedó impactado al ver que estaban encima de una al parecer colina y que desde ahí se podía ver un enorme autocine con una gran pantalla, que en realidad era una tela blanca y obviamente también se podían ver una gran variedad de autos.
—Wow Hyung, es fantástico—dijo feliz mientras no dejaba de dar saltitos.
—Descubrí este lugar hace poco, los chicos y yo veníamos a ver películas por las tardes—mientras se sentaba sobre la tela y sacaba las golosinas.
Jisung se acercó a su Hyung y se sentó a su lado.
—¿Entonces por qué vinimos a ésta hora?
—Porque tienen horarios distintos para cada película y a ésta hora iba a trasmitir una en especial.
A penas dijo eso la película ya había comenzado, el menor no pudo deducir bien de que trataba pero ya con la famosa intro del castillo se dió cuenta de que era una película de Disney.
Estaba muy emocionado, siempre quiso ir a un autocine, pero ya no eran tan populares como lo fueron en su época, por lo que se quedó impresionado.
Su emoción aumentó al ver que esa película se trataba de La dama y el vagabundo.
¿En dónde firmaba el papel para casarse con Minho?
—Oh, Minho—emocionado—Gracias, Hyung—lo abrazó y besó en la mejilla.
—De-de nada—le mostró un plato lleno de fideos de colores que eran gomitas ácidas con azúcar y malvaviscos que simulaban ser las albóndigas—Tenía planeado traerte la comida y no golosinas pero los fideos se quemaron y todo fue un desastre.
—Me encanta—admitió.
Ambos comenzaron a comer las golosinas. Jisung estaba muy concentrado en la película mientras que tanto Minho sólo podía mirar a la linda carita de su acompañante.
Podían escuchar perfectamente el diálogo de la película debido a que pasaban la película también por la radio, para según los organizadores, volver a los viejos tiempos y eso era una gran ventaja para el mayor, así que tenía una radio adelante de ellos en dónde podían oír todo.
Ya habían llegado a la parte en dónde los perritos están comiendo mientras se escucha la canción que tanto le gusta a Jisung.
"Oh...no tiene igual questa noche especial la llamamos bella notte"
Jisung iba tarareando la canción inconscientemente, llevó una gomita a su boca y como estaba tan metido en su mundo no sintió que Minho también están comiendo de su gomita y al momento de que giró la cabeza el mayor ya le había dado un rápido beso de piquito en los labios.
—Ah—soltó el menor y se llevó sus manitas a su boca, estaba avergonzado—Hyung.
—Perdón Jisunggie—se disculpó rápidamente.
—Hyung todavía no nos podemos dar besos, estamos pequeños.
—Pero tú me gustas mucho y me gustaría que fueras mi novio—ya no aguantaba más necesitaba decirle al menor que lo quería.
—¿Gustar de gustar?—le preguntó.
—Me gustas de gustar—y el pequeño Sunggie ya era toda una pequeña manzanita muy roja—¿Quieres ser mi novio?
—Mi papá dice que a esta edad no se puede tener novio—quería aceptar pero tenía miedo.
—Te estoy preguntando a tí, no a tú papá—le contestó.
—Se calló por unos segundos que fueron torturosos para el mayor—Sí, Hyung, mi corazón se pone feliz cuando tú estás cerca—le confesó.
—¿Entonces ya somos novios?—feliz.
—Sí, hyung—sonrió.
El mayor se emocionó y se acercó a Jisung para darle un pequeño poquito pero la manita del menor se interpuso.
—Sin besitos en la boquita, Hyung, todavía estamos chiquitos y eso lo hacen los grandes—Minho gruñó—Si quieres ser mi novio tenemos que seguir esa regla.
—Bien, me conformo con que seas mi lindo noviecito—lo abrazó.
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