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☆꧁༒Quince༒꧂☆

☆꧁༒☬ℙⒺяг@☬༒꧂☆

☆꧁Pasado꧂☆

«¡Imbécil! ¡Es un idiota!»

Ella gritaba una y otra vez en su cabeza mientras veía la expresión divertida de Naruto. Hinata apretó los puños sobre sus piernas mientras escuchaba a Kushina servir café y sentía la mirada de Minato sobre ella.

Después de la escandalosa declaración de Naruto, todo se había vuelto un borrón para Hinata. Sabía que gente le había hablado, pero no escucho ni una palabra ni reconoció a nadie. Finalmente reaccionó, cuando Kushina la abrazó y ella se aferró a la mujer. Las palabras que gritaban su cerebro salieron en un pequeño murmullo, pero la mujer la había escuchado perfectamente:— No es verdad...

Por eso, ahora se encontraban en la casa del Alfa, para poder discutir.. si era un engaño o qué mierda.

Kushina se sentó en el sillón de doble cuerpo al lado de su compañero, también mirando hacia Hinata mientras ella se mantenía en un sofá individual. Naruto estaba a un lado, parado apoyado contra la pared y con los enormes brazos cruzados. No parecía preocupado en lo más mínimo..

La puerta de la casa de los Alfas se abrió y entro Kakashi, su cabello alborotado y un tanto pálido. Él hombre se detuvo y miró hacia Naruto primero, reduciendo sus ojos sobre él y gruñó. Hinata se asombró al ver su expresión enojada.

— ¿Qué te dije?— gruñó Kakashi como saludo.

La boca de Hinata se abrió y miró hacia Minato, esperando que el alfa no tomara como un insulto el comportamiento de su padre. Pero no llego a hacer ni decir nada antes de que Kakashi se lanzará hacia Naruto.

—¡Kakashi!— gruñó Kushina cuando las manos de su padre se cerraron en el cuello de Naruto.

—¡Padre!— gritó asombrada, levantándose del sillón.

Pero el hombre, parecía sordo y ciego a cualquier cosa que no fuera Naruto.

—¿Qué te dije?— volvió a gruñir.

Naruto no perdió su tranquilidad, mirando fijamente a Kakashi y sin inmutarse por tener las enormes manos del peliblanco en su cuello.

— Me dijiste muchas cosas—, murmuró serio, pero luego levanto una de las comisuras de sus labios, dando una sonrisa torcida.

—¡Desgraciado!

—Kakashi..— gruñó profundamente Minato.

Hinata apretó los labios y bajo la cabeza al sentir las hondas de alfa golpearla, aunque no directamente. Minato fue considerado y dejó de hacerlo casi inmediatamente, pero ella había sentido el frío y el apretón en su estómago. Escuchó el gruñido de su padre y finalmente levantó la mirada cuando sintió que tomaban su brazo de manera delicada. Miró fijamente a Kakashi.

— Hinata, ¿estás bien?

Ella negó con la cabeza, pero no porque no estuviera bien, sino que estaba confundida por el comportamiento de Kakashi.

— Estoy bien—, confirmo mirando extrañada al hombre que era su héroe.

— No es necesario que te sientas obligada a corresponder a Naruto..

— Kakashi —, gruñó Naruto, perdiendo su tranquilidad y separándose de la pared.

—¿Qué?— murmuró Hinata.

Lo poco que le había dicho Kushina cuando sus pensamientos se habían escapado de ella, era que lo hablarían en la casa. Luego cada uno se sumergió en sus pensamientos mientras el Alfa mandaba a todos a hacer sus quehaceres. Hinata miró hacia la mujer que prácticamente había sido la mujer más cercana que había tenido en su vida.

Kushina miraba aún enojada hacia Kakashi, pero notó su mirada fija en ella y finalmente desvío sus ojos hacia Hinata. La loba pareció entender el interrogante en su rostro, porque terminó suspirando y caminó hacia la puerta de la cocina.

— Vamos, hay que hablar—, dijo sin darle una mirada más.

Hinata frunció el ceño, asintió hacia Kakashi y siguió a la pareja del Alfa. No le dió otra mirada a nadie más, aunque las ganas de darle una ojeada a Naruto fueron fuertes, ya que sentía su presencia más que nadie, se resistió.

Kushina estaba detrás de la gran mesa de la cocina, apoyando sus manos en la madera maciza. Sus ojos violetas estaban fijos en ella y por un momento le recordó la mirada enojada de Naruto. Hinata tragó saliva, deteniéndose justo después que la puerta se cerrará a su espalda.

— Siéntate — demandó.

Hinata apretó las manos en puños, pero hizo lo que le pedía su Alfa. Conocía a Kushina y sabía que era dominante en sus palabras pero no era mal intencionada. Aún así, se sintió pequeña cuando se sentó y Kushina siguió de pie, mirándola fijamente.

— No estoy enojada contigo —, gruñó.

Hinata alzó una ceja, por su expresión parecía que sí, pero le creía. Kushina cerró sus ojos, tomando una profunda respiración y luego lo soltó con un suspiro, relajando su cuerpo y cuando finalmente abrió los ojos, Hinata notó el cambio.

— Esto es algo inesperado — murmuró Kushina mientras tomaba el respaldo de una silla y la movía para sentarse cerca de Hinata.

Ella se tensó, mal interpretando lo que había dicho.

— Lo entiendo—, asintió —. ¿Cómo alguien como Naruto podría tener una compañera como..

— Silencio —, le cortó Kushina, su tono duro y dominante. La mujer gruñó, mirándola ofendida—. ¿Aún sigues con eso? Eres una chica maravillosa, ¿por qué mi hijo no podría desearte como compañera?

Hinata apretó las manos en sus rodillas, manteniendo su expresión en blanco, pero podía sentir como las palabras de Kushina tocaban una fibra sensible. La mujer la siguió mirando, inclinando la cabeza hacia un lado, haciendo que su largo y lacio cabello rojo cayera por su hombro.

— ¿Ese es el problema? —, preguntó cómo si pudiera leerla. Hinata apretó los labios, sin contestar, Kushina suspiró —. Ay, Hinata —, murmuró suavemente y luego sonrió —. Conozco a mi hijo mejor que a mi misma. Si él dijo que eres su compañera, créeme. Él lo siente.

Hinata clavó sus ojos en las betas de la madera que estaba entre ellas. Las lombrices volvieron, haciendo que una de sus manos se apretaran en su estómago. Escuchó el gruñido en su cabeza, haciendo que se tensara.

— La pregunta aquí es: ¿Qué sientes tú?— siguió Kushina.

Hinata dudó, mordiéndose el labio. Desde la noche de la fiesta, Hinata sentía que Naruto ocupaba cada pensamiento que tenía. No sólo lo pensaba todo el tiempo, hasta había llegado a soñar con él muchas veces. Pero, el miedo seguía allí. No quería ser una ilusa de nuevo, no quería que la lastimaran de esa forma una vez más.

Ella lo deseaba como hombre, los sentimientos que sentía en sus brazos eran casi inexplicables. Jamás los había sentido con alguien más, y eso le daba mucho más miedo. Su loba volvió a gruñir, sin palabras desde la noche de la fiesta, pero era una presencia que sentía cada vez más.

Finalmente levantó la mirada, viendo fijamente los ojos violetas de Kushina.

— Eso no es importante —, se escudó —. Naruto es el futuro Alfa. Aún falta tiempo para eso—, se apresuró a decir cuando Kushina alzó una ceja—. Él perdería poder si tiene una compañera como yo. ¿No cree qué...

Hinata se quedó con la boca abierta al ver como Kushina explotaba en carcajadas. Su ceño se frunció, sin entender que era tan gracioso para que la mujer reaccionara de esa manera.

—¿Crees que MI— resaltó —hijo perdería poder por tenerte a su lado?— preguntó cuando se calmó un poco—. Ah, Hinata. Eres graciosa.

Ella mantuvo su expresión ceñuda.

— No es un chiste.

Kushina negó con la cabeza, aún con un sonrisa divertida.

— Hinata, Naruto jamás llegaría a ser débil. En todo caso, si eres su compañera, se hará más fuerte.

Hinata arrugó su rostro con consternación.

— Él perdería el apoyo de..

— Por eso mismo — interrumpió —. Él jamás dejaría que nadie insulte a su compañera, él te cuidaría mejor que nadie. Que nadie—, repitió acercando su rostro a ella—. Él sería despiadado y cruel con cualquiera que se atreva a mirar hacia ti con alguna pizca que no sea respeto—, las manos de Kushina se apretaron en puños sobre la mesa y sorprendió a Hinata golpeando la madera con uno de ellos—. Se bañaría en la sangre de los desgraciados que se atrevan a pensar que pueden sobrepasarse contigo. ¡Lo crié de esa forma!— gruñó profundamente.

Hinata parpadeó, sorprendida por su explosión tan eufórica.

—¿De qué tienes miedo?— siguió Kushina, sin bajar de su alto nivel de auforia—. Mi hijo fue criado para sólo estar con su verdadera compañera. Sé que muchos padres dejaron de hacerlo, pero he inculcado a Naruto para que sea el compañero perfecto. ¡Tienes mucha suerte! ¿Y estás intentando deshacerte de él?

Hinata se sobresaltó cuando Kushina se levantó de la silla, el arrastre de la madera, siendo fuerte, y se volvió para mirar por la ventana de la cocina. Ella miró fijamente la espalda recta de la mujer.

— Si no quieres ser su compañera, dímelo ahora—, su voz bajando un desnivel —. Gracias a las guerras, las lobas pueden ser elegidas por varios lobos como compañeras, por la falta de ellas. Pero el lobo no, él sentirá que su compañera es ella para toda la vida—. Kushina se volvió, mostrando su expresión triste—. Sé que no sientes a tu loba, pero debe estar en tu interior. En alguna parte—, se acercó nuevamente a ella, sentándose y tomando las manos de Hinata fuertemente —. ¿No sientes nada por mi hijo? ¿Tienes sentimientos por otro macho de otra manada? ¿Es eso? Por favor, dímelo.

Hinata parpadeó, sin entender todo lo que había pasado y sintiéndose culpable cuando vió que la fuerte mujer que había conocido, mostraba su vulnerabilidad al parpadear lágrimas.

— Yo..— murmuró, temerosa de decir la verdad.

Kushina sonrió con tristeza y acarició sus manos con dedos suaves.

— Déjame contarte, si no sientes a Naruto como tú compañero, habrá que hacer algunas cosas. Tendrás que irte.

Hinata la miró, algo asustada por eso.

—¿Irme?— tartamudeo.

Kushina asintió.

— Tanto tú, cómo Naruto deberán ser alejados—, la mirada de Kushina se posó en algún lugar de la espalda de Hinata y se quedó clavada allí, casi sin parpadear—. El lobo de Naruto se volverá loco si lo rechazas, y puede ponerse demasiado violento. No contigo, pero si con él mismo. No sería tu culpa, si no sientes nada por él, nadie te obligará a aceptarlo. Kakashi tenía razón en eso.

Hinata apretó los dedos en los de Kushina, preocupada por sus palabras.

—¿Qué le pasaría a Naruto?— murmuró algo asustada.

Kushina no la miró, bajó sus ojos a sus manos unidas y sonrió con pesar.

— Él se recuperará. Es fuerte—, dijo sin contestarle.

— Kushina —, gruñó —. Dímelo —, exigió.

Ella se mordió le labio, y luego suspiró, soltando sus manos y apoyando la espalda en el respaldar de la silla.

— Debería buscar otra loba. No será su compañera, pero lo mantendrá con vida.

—¿Qué?— preguntó anonadada.

— Como hombre, necesitará buscar consuelo en otros brazos. El lobo odiaria tocar a otra hembra, Pero su parte humana lo hará si no quiere morir.

—¿Morir?— jadeó algo shockeada.

— Si su parte humana no coopera—, siguió Kushina como si no la hubiera escuchado—. Simplemente se dejará morir. Dejará de alimentarse y se mantendrá en su estado primitivo hasta encontrar la salida de su dolor.

Hinata le frunció el ceño al rostro ladeado de Kushina. La mujer no lo miraba y parecía derrotada. Y ella sabía el porqué. Naruto era testarudo, él había jurado que no había tocado a ninguna mujer antes de ella. Si Hinata lo rechazaba, él tampoco lo haría. La imagen del lobo de Naruto nació en su cerebro y sintió que un agujero enorme se forma en su estómago al imaginarlo flaco y apunto de morir.

Cerró los ojos, sintiendo que su cabeza iba a reventar. Ella no quería eso, pero tampoco quería que Naruto tocara a otra mujer. Entonces..

Hinata se levantó de la silla y se volvió hacia la sala.

—¿A dónde vas?— preguntó Kushina, pero Hinata no contestó.

Ella abrió la puerta, dejando a Kushina en la cocina y entro en la sala. Minato seguía en el sillón de dos cuerpos, Kakashi había ocupado el sillón donde ella había estado y se levantó cuando la vió.

—¿Hinata?— preguntó al ver su expresión pálida.

Hinata no le prestó atención y giró la cabeza para encontrar a Naruto. Él había estado cerca de la ventana, aún apoyado contra la pared, pero se alejó de ésta cuando ella lo vió. Él frunció el ceño, pero parecía un ceño preocupado más que uno enojado.

—¿De verdad me ves como tu compañera?— preguntó sin moverse de donde estaba.

Naruto alzó una ceja, desvío sus ojos hacia su padre, pero volvió a verla fijamente cuando asintió.

— Sabes que sí —, dijo en voz baja y ronca.

—¡No tienes permitido cambiar de opinión! ¿Me oyes?— gruñó apuntando su pecho. Naruto alzó las cejas, agrandando los ojos, sorprendido por su arrebato —. Eres mío, y te castraré si me lastimas.

La experiencia sorprendida de Naruto se borró lentamente, mostrando una llena de ternura.

— Jamás cambiaría de opinión, pequeña.

☆꧁༒☬ℙⒺяг@☬༒꧂☆

Hola!!

Gracias a todos por sus mensajes de apoyo por mí enfermedad. Aún no estoy al 100%, ya que los medicamentos son fuertes y me levantan, pero son duros con mí estómago. Entonces, me arreglan por algún lado y me arruinan por otro.. Pero, el cansancio extremo poco a poco se ha ido. La semana pasada tuve que hacerme una resonancia y han descubierto que he tenido un episodio, y eso explicaría el por qué del cansancio que he tenido. Desgraciadamente, la enfermedad autoinmune no es como otras, donde los síntomas son más visibles. Es algo interior que me saca las fuerzas físicas, y es difícil darse cuenta por uno mismo. Gracias a Dios, tengo gente a mí lado que notó que había estado durmiendo demasiado a comparación de antes y me llevaron a mí neurólogo.

Probablemente, en quince días deba volver a hacerme una resonancia, para ver si la parte gris de mí cerebro, que se ha lastimado, se ha recuperado o tomara más tiempo. Pero, comienzo a sentirme mejor otra vez y me alegra traer esta historia para ustedes de nuevo.

Significa mucho para mí sus mensajes de apoyo y la paciencia que siempre tienen conmigo! Muchas gracias ☺️ Muchos abrazos para todos!! Los quiero! 💕

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