☆꧁༒☬ℙⒺяг@☬༒꧂☆

☆꧁Presente꧂☆

Shion estaba concentrada peinando su pelo largo lentamente, con su ceño fruncido. Se tensó cuando la puerta de su habitación fue aporreada con golpes duros y apresurados. Ella giró su torso para ver la apertura y sólo gruñó cuando está se abrió de golpe. Shion alzó una ceja rubia hacia arriba al ver a Fukā con el rostro rojo, tan rojo como su cabello, y sus facciones apretadas con furia.

— Ella volvió —, dijo en forma de saludo.

Shion frunció la frente, pero se volvió a su espejo, tomando el peine una vez más y mirando a su íntima amiga caminar de un lado hacia otro con furia.

—¿Quién?— murmuró sin saber de quién hablaba.

Ella vio como Fukā se detenía a su espalda, mirándola fijamente por el reflejo del espejo.

— La perra Hyuga —, gruñó.

Shion prácticamente dió un salto, como si su gruñido la hubiera asustado. Pero la verdad es que esa información la había tomado por sorpresa, haciendo que sus dientes se apretaran y gruñó cuando escuchó que el mango de su peine favorito se rajaba gracias a la presión que ejerció en el cuando apretó los dedos sin siquiera notarlo.

Miró su propio reflejo, notando como sus facciones se endurecían y un color rojo comenzaba a asomarse en sus mejillas blancas como la nieve.

—¿Qué hace aquí?— murmuró, viendo cómo sus ojos violetas se volvían fríos.

Fukā comenzó a caminar de nuevo, Shion dejó suavemente su peine en su repisa donde tenía sus cremas. Como si la información no le importará, extendió la mano y tomó lentamente el pote de crema para su rostro.

— Ko me ha informado que parece venir por parte del Alfa Remolino.

Shion se miró en el espejo cuando tomó un poco de crema y comenzó a ponerse lentamente an el contorno de sus ojos.

—¿Sigues follando a Ko?— preguntó cómo si eso fuera lo más importante de lo que estaba diciendo.

Fukā volvió a detenerse, mirándola como si ella estuviera loca.

— Eso no importa, ¿qué te pasa? ¿Entiendes lo que significa que ella esté aquí?

La espalda de Shion se tensó y bajó sus manos, apretó los dedos en la madera maciza donde estaba su espejo y gruñó.

Fue un golpe para su ego cuando, hacia trece años, se enteró que Toneri comenzaba a mirar a la Perra Hyuga. Aún más, cuando supo que hablaban a escondidas. No fue difícil hablar con la madre de Toneri y comentar sobre ese asunto que estaba pasando. Como había creído Shion, la mujer corrió al Alfa para comentar sobre lo que estaba haciendo su hijo. Ella pasaba mucho tiempo en la casa del Alfa cuando era joven, así que supo que al Alfa no le hizo gracia lo que estaba haciendo su hijo.

Recordó haberse escondido y escuchar la conversación del padre e hijo.

"— Shion sería una mejor pareja para ti, hijo. Eso te hará más fuerte al frente de tus subordinados. No una niña que no puede cambiar—, había dicho el Alfa—. ¿No lo crees?

Ella había retenido la respiración mientras Toneri se mantenía en silencio. No podía ver, ya que estaba escondida, pero podía escuchar como su corazón se agitó con la idea de estar con Toneri.

—¿No crees que Shion es bonita?— había insistido el Alfa, siendo amable con su hijo como siempre lo había sido.

Ella escuchó como Toneri suspiraba suavemente.

— Si, Shion lo es, padre—, había dicho, haciendo que una sonrisa empezará a crecer en los labios de Shion. Pero esa expresión se congeló cuando él siguió —. Pero, ella es diferente.

—¿Hablas de Hinata?— preguntó el Alfa —. Si, ella lo es. Lamento que la niña haya sido rechazada por su padre, pero no puedo obligarlo a que se haga cargo de una niña que tiene ese gran defecto.

El silencio se alargó, haciendo que Shion apretara los dientes.

—¿Es lástima lo que sientes por la chica, hijo?

Shion se mordió el labio, sintiendo que la esperanza brotaba de su pecho con esa idea. El silencio que siguió a esa pregunta, sólo hizo que su pecho se apretara.

— Como futuro Alfa, entiendo que te preocupes por tus futuros subordinados. Es..

— No es eso — gruñó Toneri, haciendo que Shion frunciera el ceño.

Ella estaba escondida, pero sintió como el ambiente cambio, volviéndose pesado y casi asfixiante.

— Dime—, exigió el Alfa.

Hasta Shion sintió las hondas poderosas de su Alfa, haciéndola sentir demasiado incómoda. Pero necesitaba saber, aunque sus piernas temblaban violentamente, se obligó a no gemir y pedir perdón, diciéndose que esa furia no iba dirigida a ella.

— Hinata..— Toneri murmuró —. Ella..

Shion apretó más su cara contra la madera cuando la voz de Toneri bajo considerablemente. Pero no llegó a escuchar lo que dijo, sólo escuchó la violenta explosión de su Alfa... "

—¡Shion! ¿Me oyes?

Ella parpadeó, volviendo al presente y mirando su reflejo, notando como sus ojos estaban vacíos mirándose fijamente.

— Debemos encargarnos de ella—, gruñó Fukā —. No podemos dejarla que se mueva por la manada como si nada. Ella..

— Basta—, gruñó Shion.

Fukā era su mejor amiga desde la infancia y sabía todo lo que había hecho Shion por Toneri y lo que sentía por él. Aún recordaba como ella le había ayudado a idear el plan... También, había sido testigo de la explosión de furia que había tenido cuando se enteró que Toneri estaba planeando follar a la Perra Hyuga. Ella había tenía que usar todo su autocontrol para abordar a Toneri y decirle que sabía todo lo que planeaba. Le prometió que no le diría nada a sus padres, si él hacia lo que ella le pedía y, el iluso joven de Toneri, había caído.

Él sólo tenía que rechazar a Hinata en público, y estar con ella en cambio. Le dijo que sus padres no estarían en contra y que ella no molestaría más a Hinata. Esa había sido su promesa. Y ella lo cumplió...

Sólo que él no contó que Fukā convencería a Ko de darle una lección a la Perra Hyuga. Nadie supo que pasó con ella después de esa noche. Lo único que se sabía era que los ancianos la habían mandado a otra manada.

Toneri había cambiado después de eso. Ella no quería creerlo, pero él se volvió frío y distante, aunque siempre la buscaba cuando quería tener una hembra. Él no la culpo por eso, ya que ella juro una y otra vez que no había tenido nada que ver con que la Perra se haya ido de la manada. Pero, siempre se preguntó...

¿Toneri la rechazaba a ella, la más bonita y fuerte de la manada, como compañera, por esa inútil?

— Llévame a donde está ella—, gruñó.

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