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☆꧁༒Nueve༒꧂☆

☆꧁༒☬ℙⒺяг@☬༒꧂☆
☆꧁Pasado꧂☆

Hinata entro en su casa casi a tropezones, yendo rápidamente hacia el segundo piso donde estaba su habitación.

Una vez que la puerta estuvo cerrada, apoyo las palmas de las manos sobre la madera y respiro profundo después de respirar profundo. Sentía la piel hipersensible, calor corriendo por su cuerpo, pero no se arrepentía de lo que había hecho. Aún estaba asustada, y nadie podría culparla.

Después de escuchar ese gruñido femenino en su cabeza, corrió a agarrar a Ino y la llevó a la casa. Su amiga se había quejado, pero no demasiado cuando vio que Hinata estaba demasiado nerviosa. Había intentado sacarle información, pero ella se mantuvo callada, centrada en llevarla y luego podría caer en el ataque de pánico que sentía en ese momento.

Había sido consciente de cómo Naruto las había seguido, y estaba casi segura que él estaba al borde del bosque que lindaba con su cabaña. Pero, ella necesitaba tomarse un tiempo para intentar pensar.

Kakashi había hablado con ella hacia sólo dos días, en su cumpleaños número veinte. Le había explicado, que si ella tuviera una loba, ella le hablaría en su cabeza. Le había preguntado si alguna vez una voz femenina había hecho eso mismo, pero a Hinata jamás le había pasado... Hasta esa noche. Su padre, le había explicado que esa voz representaría su lado salvaje, su lado primitivo. Puedo que ellos cambiaban a animales, sabiendo que eran parte animal pero, sus partes animales tenían una parte humana. Por eso, ellos podían hablar cuando la emoción era demasiado fuerte.

Hinata no se había sentido decepcionada, después de todo ella no podía cambiar, así que tampoco esperaba que su lado primitivo hablara. Pero, ese gruñido aterrador había sido un golpe inesperado... Sumando al hecho que su lado primitivo había reaccionado a Naruto.

Hinata se movió lentamente cuando sus piernas dejaron de temblar un poco y se sentó pesadamente sobre la cama. Se quedó con la mirada vacía hacia la nada, pensando en las sensaciones que había sentido. Sus dedos temblorosos tocaron sus labios, aún sintiendo el hormigueo. Pasó la lengua por su labio inferior, sintiendo aún el sabor de Naruto allí. No podía identificarlo con algo, jamás había probado algo como él, pero se sentía como... Lo correcto.

Cerró los ojos, para que las sensaciones volvieran y se estremeció al recordar los gruñidos bajos que había escuchado. Todo su piel se erizo cuando pensó en los movimientos sensuales que Naruto había hecho en su espalda. El roce de sus caderas, el poder de sus muslos musculosos, los callos de sus manos y lo segura que se había sentido entre sus grandes brazos.

Se mordió el labio al recordar sus palabras profundas.

"¿Sientes como mí cuerpo reacciona al tuyo?"

"Yo siento como el tuyo me desea"

"Eres mía, desde el primer momento. ¿Lo sabes, verdad?.. Kaguya, no puedo soportarlo más"

El escalofrío bajó por su cuerpo desde su cuello, haciendo que la piel de gallina se alzará en sus brazos y su vientre se estremeciera.

☆꧁Días después꧂☆

Hinata sintió como los bellos de su nuca se erizaron, la sonrisa en su rostro se congeló y fue consciente de que la observaban. Su mirada busco rápidamente la fuente, y se quedó casi sin aliento al verlo.

Estaba en su día con los cachorros, ellos estaban entretenidos con un juego de pelea, pero se mantenían en el patio que tenía la escuela. El lugar estaba cerrado por vallas de madera, manteniendo a los cachorros en un sólo lugar, o ellos se sobresaltaban demasiado y eran capaces de correr por todo el terreno de la manada y sería más difícil para Hinata seguirlos.

Se mordió el labio sin poder evitarlo, viendo los ojos de Naruto mirarla fijamente con una suave sonrisa. Él estaba cerca de la valla, hablando con su mejor amigo, Shikamaru. El otro lobo estaba apoyando su espalda en la valla, fumando un cigarrillo por lo que veía Hinata. Shikamaru tenía el rostro hacia el cielo, y se dió cuenta que estaban hablando porque Naruto movió los labios diciendo algo que ella no llegó a escuchar.

La verdad era que desde la noche de la fiesta, no había hablado con Naruto. Y ella estaba muy agradecida por eso, él parecía poder entender que necesitaba pensar, porque siempre se mantuvo cerca, pero no lo suficientemente para que Hinata se sintiera asfixiada. La inseguridad la había obligado a no decir una palabra de lo que había pasado esa noche, aunque corría la voz que ellos habían estado juntos en la noche de la fiesta.

Simplemente no pudo separar la mirada de él, viendo que tenía sus brazos apoyados en la valla baja, abultando sus bíceps. Su expresión seria, pero la sonrisa suave hacia que sus facciones no fueran tan duras. Él hablaba, lo sabía porque movía su boca y la mirada de Hinata fue hacia allí, viendo los labios rojos. El calor floreció en sus mejillas cuando recordó haberlos probado, y pasó la lengua por los suyos. El sabor ya había desaparecido, pero no el hormigueo cada vez que pensaba en eso, y últimamente era casi todo el tiempo.

Parpadeó al darse cuenta de lo que estaba haciendo y volvió su mirada a sus ojos. Su sonrisa había desaparecido, haciendo su expresión más dura. Pero, ella se preguntó si estaba enojado por algo o... Ella se mordió el labio, reconociendo su expresión por esa que había visto antes de que la besará. Lo único que era diferente, era que sus ojos no eran rojos en ese momento.

Hinata prácticamente saltó cuando el pequeño «Pip» se escuchó. Ella parpadeó, subiendo su brazo para ver el reloj de pulsera y notando que la hora de descanso de los cachorros había terminado y debía llevarlos a las clases. Dió una mirada más a Naruto antes de volver sus ojos a los pequeños que corrían de un lado hacia otro. Aplaudió de manera ruidosa, llamando la atención de los niños.

—¡Cachorros!— llamó, pero fue casi innecesario, los niños ya estaban corriendo a ella —. Ha hacer una fila, que ya debemos volver.

Ella sonrió, viendo cómo las niñas iban primero, luego algunos cachorros que no eran tan dominantes. Cómo siempre, Konohamaru estaba al final de la fila y ellos no se guiaban por altura.

— Bien—, los felicito con una gran sonrisa—. Kurenai los está esperando para su clase.

Vió como Konohamaru hacia una mueca, pero no dijo nada cuando los demás festejaron.

—¿Ella traerá otro pastel para la clase?— preguntó Mirai, casi relamiéndose los labios.

Hinata alargó la mano y tomo la de ella, mientras cada uno apoyaba una mano en el hombro del niño que estaba al frente de cada uno.

— Ñomi. Ojalá que sí —, dijo Hinata divertida.

Sonrió aún más cuando vió a Konohamaru hacer otra mueca, pero todos los demás gritaron su apoyo. Hinata no pudo evitar dar una mirada más hacia la valla, viendo que Naruto miraba a su amigo y hablaba. Pero él, pareció notar sus ojos en él, porque volvió su rostro hacia ella y luego sonrió.

Ella se mordió el labio, pero también le sonrió. Cuando sintió su rostro caliente, bajó la cabeza rápidamente intentando ocultar su sonrojo.

Aún sentía su rostro caliente cuando dejó a los niños en la clase de Kurenai. La loba la miró casi extrañada por su rostro, un poco preocupada.

—¿Todo bien, Hinata?— preguntó suavemente, mientras los cachorros hacían ruido al acomodarse en las sillas.

— Si—, murmuró, luego se dió cuenta que su voz había sonado demasiado baja y se aclaró la garganta —. Si, todo bien—, dijo más fuerte.

Kurenai alzó una ceja, pero terminó asintiendo. Ella abrió la boca para decir algo más, pero se escuchó un jaleo adentro del aula. La maestra dio una mirada y luego suspiró.

— Gracias Hinata por traer a los niños.

Hinata asintió y se volvió, comenzó a irse, pero se detuvo cuando en la puerta de las aulas lo vió.

Naruto tenía su espalda apoyada en el umbral, con los enormes brazos cruzados en su pecho y con la mirada baja. Dudó sólo unos segundos, pero irguio su columna y comenzó a caminar hacia él.

Ya era hora que hablarán.

Obviamente, Naruto la sintió mucho antes de que ella estuviera verdaderamente cerca. Hinata se mantuvo con la barbilla en alto mientras caminaba hacia él, aunque podía sentir su corazón palpitar duramente en su pecho. Él se descruzo de brazos, poniéndose derecho y alejándose del umbral, aunque ocupaba toda la abertura con su gran cuerpo. Hinata se detuvo a sólo unos pasos de él, sintiéndose algo tímida, pero no desvío sus ojos de él.

— Hola pequeña —, dijo Naruto en voz baja y ronca, como siempre la saludaba.

— Naruto — lo saludó también, sin cambiar su expresión.

No quería que él notará como le afectaba, ella ya había cometido ese error y no dejaría que jugarán de nuevo con ella. Se tensó cuando escuchó un gruñido molesto en su cabeza, apretando sus manos en su espalda para que él no notará como le temblaban las manos.

—¿Todo bien?— preguntó él, frunciendo levemente su ceño.

Hinata apretó los labios, obviamente él había notado como su cuerpo se había tensado. Se preguntó si podría ocultarle algo a él alguna vez.

— Eres la segunda persona que me pregunta si todo está bien—, contestó algo molesta cruzando sus brazos.

Naruto no pareció afectado por su tono mordaz, en todo caso se encogió un hombro y sonrió.

— Pregunto porque me preocupa lo que te pasa y lo que sientes—, dijo como si hubiera dicho algo sin importancia.

Hinata alzó una ceja, mirándola algo asombrada. Él estiró una mano y la apoyó en la pared del costado, haciendo que Hinata mirara su brazo abultarse gracias a la remera que llevaba ese día. Sus ojos fueron a su mano grande, su piel bronceada y sus uñas cortas. Sus dedos eran muchos más grandes que los de ella, las venas marcadas en su antebrazo parecían resaltar, casi palpitar mientras la sangre iba y venía. Pudo sentirla en su estómago, como la noche de la fiesta, recordó tener esa misma mano acariciando su piel como si ella fuera la cosa más delicada del mundo.

Su rostro se sonrojó, y tuvo que desviar la mirada rápidamente y aclarar su garganta.

— Si, bueno— murmuró mirando para cualquier lado menos hacia él. Recordó de lo que estaban hablando y se mordió el labio antes de decir:—. Gracias por.. bueno, eso.

Ella volvió a verlo cuando escuchó un murmullo que no llegó a ser un gruñido. Sus ojos estaban fijos en ella, y Hinata sintió un cosquilleo correr por su estómago con su mirada caliente.

— No debes agradecer —, murmuró, su voz ronca provocando cosas que Hinata no quería pensar —. Eres mía para cuidar—, gruñó.

Hinata abrió grandes los ojos, retuvo la respiración y lo miró fijamente con la boca levemente abierta. Si, recordaba perfectamente que él había dicho que ella era de él, pero creyó que sólo era algo que decía por el calor del momento. Su ceño se frunció y luego lo miró con un mohín en sus labios.

— No deberías decir esas cosas tan libremente —, gruñó ella, sabiendo que no era el primer lobo que le decía eso.

Naruto alzó una ceja, y luego negó con la cabeza.

— Digo lo que siento...

Hinata resopló, cortando sus palabras y volvió a verlo, con los brazos cruzados.

— Eso siempre dicen cuando quieren llevarte a la cama—, dijo sin pensar.

No esperó lo que pasó después..

El rostro de Naruto se transformó, había estado tranquilo hacia solo unos segundos, pero toda su expresión se volvió peligrosa cuando gruñó. Hinata escuchó como sus uñas rasparon la pared donde había estado apoyado. Su labio superior se alzó mientras gruñía, mostrando que sus caninos habían crecido. Las hondas Alfas la golpearon como si él fuera una furiosa lluvia que no pudo evitar. Dió un paso hacia atrás, bajando la cabeza en sumisión, sin poder ocultar el miedo y escuchando el gemido femenino en su cerebro.

Las hondas se detuvieron tan rápido como la habían golpeado y ella levantó lentamente la cabeza, mirando algo dudosa hacia él.

Naruto tenía un leve color rojo entre sus sus ojos celestes, pero había dejado de gruñir. Él la miraba lleno de culpa.

— Lo siento mucho —, murmuró —. No era mí intención lanzar hondas—. Hinata asintió suavemente, aceptando las disculpas. Él negó con la cabeza —. Pero, no puedo evitarlo Hinata—, él dió un largo paso hacia ella, casi pegándose a su cuerpo. Hinata levantó la barbilla, para seguir viendo sus ojos mientras él cerraba las manos en sus brazos con delicadeza—. No estoy jugando. Estoy casi al límite —, dijo con un leve jadeó.

— ¿Casi.. al límite?— preguntó ella, como si no encontrara sentido a sus palabras.

Ella vió como su boca estaba levemente abierta, Naruto tomaba profundas bocanadas de aire, sus ojos parecían recorrer su rostro con desesperación, yendo y viniendo casi como si no pudiera controlarlos. Hinata levantó lentamente las manos, apoyando las palmas en su torso. A través de la ropa, sintió su duro pecho subir y bajar, como fuelle, también podía sentir el golpe duro y furioso de su corazón, que parecía ser el eco del suyo.

— Si—, gruñó Naruto haciendo que sus manos sintieran la vibración en su torso—. He esperado todo lo que podía. Pero ya no puedo...

— Ya.. no puedes —, repitió como tonta.

Naruto negó con la cabeza.

— He esperado tres años, cinco meses, dos semanas y tres días—. Hinata alzó una ceja con su exagerada cuenta. Por un momento quiso reír, pero se contuvo, aguantando la respiración cuando Naruto volvió a gruñir—. Me he llevado al límite, esperando e intentando acercarme lento.

Hinata no podía siquiera parpadear mirando sus ojos fijamente. Sintió la callosa mano de Naruto en su mejilla, y no pudo evitar apoyar su rostro donde venía ese toque suave y caliente.

— No puedo siquiera pensar en que otro lobo intente acercarse a ti. No—, gruñó —. He esperado, he soportado muchas noches desde antes de que vinieras a la manada.

Ella lo miro sin comprender, pero Naruto no la dejó contestar al levantar la mirada, observando hacia el pasillo. Hinata se tensó, pensando que tal vez alguien venía, pero Naruto volvió a ver hacia un lado y la movió rápido. El movimiento fue tan rápido y fluido, que no lo esperaba. Cuando parpadeó, estaba adentro de un armario y su espalda pegada a la pared. Naruto tenía uno de sus brazos justo sobre su cabeza y tenía su otra mano agarrando su cintura.

— Sólo..— murmuró mientras acercaba su rostro al de ella, con la mirada fija en sus labios que se abrieron instintivamente —. Sólo dame una probada más..—, casi rogó—, para poder seguir esperándote.

Hinata gimió suavemente en rendición, justo antes de que él la besará. Ella también quería besarlo, no podía olvidar la sensación de su boca sobre la de ella.

Naruto no le dió un beso como en la fiesta. Este fue diferente, haciéndola gemir y levantar las manos para hundir los dedos es su espeso cabello rubio. Naruto parecía listo para atormentarla de la manera que él decía que había sufrido. Sus labios apenas tocaban los de ella, dándole suaves caricias. Sintió la lengua húmeda tocar su labio inferior y gimió con frustración, apretando mechones de cabellos e intentando que él profundizara el beso.

Naruto gruñó, apretando su cuerpo duro contra el de ella, sus labios tomando posesión de los de Hinata, su lengua entrando a la cavidad como si le perteneciera. Las piernas de Hinata temblaron, pero no cayó al tener su cuerpo firmemente apretado contra la pared. Su estómago parecía apretarse y revolotear mientras respondía torpemente.

Hinata gimió más largo cuando sintió que la mano que Naruto tenía en su cintura se colaba por abajo de su remera y la colocaba en la curva de su cintura. Su columna pareció sufrir un electrochoque, porque se arqueó con un jadeó, sintiendo que su mano casi le quemaba la piel.

Su cuerpo pareció cobrar vida, moviéndose por si mismo cuando subió su pierna para engancharla en la cadera de Naruto.

— Hinata..— gruñó él sobre sus labios y pareció perder un poco el control que estaba teniendo.

Los dedos se apretaron en su cintura mientras la otra mano se cerraba en la nuca de ella. Uso el agarré para pegarla a él y alzarla por la pared, haciendo que Hinata abrace su cadera con los muslos de manera instintiva. Hinata apretó las manos en los anchos hombros y jadeó, soltando su boca cuando él apretó sus cuerpos más juntos.

Hinata tiró la cabeza hacia atrás, mordiéndose el labio cuando el duro bulto de Naruto golpeó ahí donde le dolía terriblemente. Sus párpados se apretaron fuertemente cuando Naruto bajó su boca al cuello, besándola con labios y lengua, dejando un rastro húmedo tras él.

Ella tuvo otro sobresalto cuando el mordió levemente la carne suave de la unión de su hombro con su cuello.

— Maldición —, gruñó él, pero volvió a rozar allí donde Hinata se sentía mojada y adolorida, haciendo que casi gritará por lo maravilloso que se sintió.

— Naruto —, gruñó apretando ella misma su cuerpo contra él, moviéndose de arriba hacia abajo, totalmente pérdida en la sensación.

Hinata ya no era consciente de dónde estaba, ni cómo la expresión de Naruto se apretó, pareciendo adolorido. Ella siguió su propio camino, con los ojos cerrados y jadeando fuertemente mientras la sensación se volvía cada vez más insoportable. Ni siquiera se daba cuenta que era cada vez más ruidosa, pero Naruto lo solucionó rápido, volviendo a besarla y capturando sus gritos ahogados dentro de su boca.

Ella estaba totalmente concentrada en la presión que sentía en su bajo vientre. Se sentía tan mojada y le dolía, cada vez que se frotaba con Naruto el dolor parecía estirarse y estirarse como la goma de una resortera. Sentía su piel húmeda, su cabello revuelto y su boca inflamada mientras Naruto mordía levemente sus labios.

La voz ronca de Naruto flotó a sus oídos, que habían estado llenos del ruido que hacía su sangre al correr furiosamente por su cuerpo.

— Si, pequeña.. Déjame sentirte... He soñado con esto tanto.. Hinata —, gruñó profundamente y la apretó con su duro miembro con más fuerza.

Hinata sintió como esa goma de resortera se rompía, haciéndola ponerse tensa y hacer un ruido ahogado contra la boca de Naruto. No fue consciente de cómo sus uñas se clavaron en la piel de él, atravesando la remera y hundiéndose profundamente. Sus caninos rasguñaron los labios de Naruto, cortando la piel. Pero él no se detuvo con su beso, siguió besándola y apretándose contra una Hinata que poco a poco perdía la fuerza.

Ella giro la cabeza, no podía respirar...

Naruto apoyó la frente contra su hombro mientras se removía. Hinata sintió que él se separaba un poco de ella y escuchó entre los jadeos el ruido de la ropa de él. Estaba demasiado aturdida para entender lo que estaba haciendo. Pero, después de unos segundos y sentir su mano golpeando en su muslo, cayó en cuenta.

Él se estaba masturbando.

Sintió su cuerpo hormiguear de nuevo, escuchó como él jadeaba ronco, enterrando la nariz justo en su cuello y sintiendo las hondas calientes de su aliento en la piel sensible. Su centro se apretó cuando escuchó como murmuraba su nombre una y otra vez.

— Hinata.. Hinata..

Las ganas de ver exactamente lo que estaba haciendo eran muy fuertes para rechazarlas, pero cuando intento bajar la cabeza para ver, todo el cuerpo de Naruto le cubría la visita.

— Tu olor—, gruñó, haciendo que todo temblará.

—¿A qué huelo?— no pudo evitar murmurar.

Naruto levantó la cabeza, mostrando sus duros ojos rojos y su mentón con un pequeño hilo de sangre bajando por su labio inferior. Él pasó su propia lengua por los dientes, mostrando como sus caninos estaban largos y filosos.

—A mía —, gruñó justo antes de apretar los parpadeos fuertemente mientras hacía un ruido ahogado y se agitaba un poco contra ella.

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