Eren miraba molesto a su hermano mayor, Zeke al ritmo de dancing queen limpiaba de aquí para allá.

Estaba comenzando a temer que ese día no vería a su apuesto y suculento lobo feroz.

Algo se le tenía que ocurrir para que su bobo hermano lo dejará sólo, la idea llegó al recordar un capítulo de la novela que su madre y Zeke solían ver, ese donde María De la Soledad del Perpetuo Socorro se desmayaba, así que haciendo uso de sus dotes actorales se dejo caer en el sillón, Zeke al escucharlo dejo la escoba y el recogedor para ver a la luz de sus ojos.

Zeke: Eren, Eren ¿Qué tienes?

El rubio movía a su hermano intentando hacerlo reaccionar, al ver que nada funcionaba, tomó sus llaves y su sacó.

Zeke: No temas hermanito, iré por el médico de el pueblo.

El castaño sonrió cuando escucho la puerta ser cerrada, aprovecho para idear como ver a su sexy lobo.

Levi terminaba de acomodar el último plato cuando tocaron a la puerta de la cabaña donde vivía de mala manera se apresuró en abrir, al hacerlo el cartero le entregó un sobre para después irse.

Abrió el sobre encontrándose con un recado, por el olor a manzana supo quien lo mandaba, leyó atentamente lo que esté decía.

"Estimado señor lobo, solicitó de su ayuda, estoy solito en casa y hoy es día de limpieza, ¿puede venir?

Att: Su Caperucita.

Sonrío al saber que ese bombón estaba sólo, tomó su chaqueta, las llaves de su moto y salió a toda prisa.

Al llegar se sorprendió de ver que la puerta estaba entre abierta, entró sin hacer ruido, buscaba a su lindo chico, cunado por fin lo vio se le hizo agua la boca.

Su Caperuza llevaba un traje de mucama, se veía tan bien que no perdió tiempo en acercarse.

- Señor lobo, ¿me ayuda?

- Te ayudo con lo que quieras, pídeme lo que quieras.

- Ayudeme a limpiar mi habitación, hay mucho polvo en la cama.

- Vamos.

Y mientras Caperuza y el lobo limpiaban, Zeke regresaba con el médico.