Zeke regresaba feliz a su casa, aquella exhibición de armas de guerra había sido genial y unica, le agradecía a Carla el haber conseguido aquel pase.

Estaba llegando a la entrada de el jardín cuando algo llamo su atención, su cara se tornó roja de el enojo al ver una moto, pero no era una simple y mugrosa motocicleta, era el transporte de ese animal de el demonio que acosaba a su hermanito.

A pasos apresurados entró a la casa, busco a Carla y a Eren sin encontrarlos, estaba por salir cuando un grito llamo su atención.

Subió las escaleras a prisa, se sorprendió al escuchar un gemido salir de la habitación de su hermanito, sin pedir permiso o avisar entró a la habitación.

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Eren disfrutaba de los besos que su lobo repartía por su piel, agradecía que su madre hubiese salido y que el mono que tenía por hermano aun no llegará porque así tenía la casa para el y su lobo.

Estaba concentrado en las caricias que su amado y salvaje lobo dejaba, que cuando este lo mordió en uno de sus glúteos no pudo evitar gritar.

Levi: Se silencioso bombón.

Eren: No me muerdas.

Levi: Imposible lo que pides, bombón te quiero comer.

Eren: Comeme lobito bobito.

El lobo sonrió, abrió despacio las piernas de su lindo bombón y comenzó a recorrer poco a poco la piel de los muslos con su lengua, el castaño solto un gemido ante aquella accion, el lobo estaba por hacer algo más cuando la puerta de la habitación de su caperuza fue abierta con fuerza.

Ambos se sorprendieron de ver a Zeke ahí con una mirada de querer matar al lobo.

Zeke: Te agarre animal infeliz, quita tus garras de mi hermanito.