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𝙲𝚊𝚙𝚒𝚝𝚞𝚕𝚘 5

Narrador omnisciente                   

Había amanecido, dejando que todos los colores que caracterizaban al sol fueran el inicio de una buena mañana.

Pero para estos dos, solamente era una simple mañana.

Un signo de fuego se había levantado de su cama, haciendo algunos estiramientos para poder despertarse y estar conciente. Luego se dirigió a una de las ventanas que tenía cercanas y abrió sus increíbles cortinas tono crema.

Pero por la desgracia del signo de fuego menor, toda la iluminación fue directo a su cara y con incomodidad se removió en su sitio, tapándose hasta la cabeza.

-Hora de levantarse- Hablo serio el Ariano, mientras acomodaba su cama-.

-¡Nos quedamos hasta muy tarde! Ten piedad - Respondió haciendo un pequeño berrinche, a lo que un Ariano trataba de quitarle las sábanas de encima- ¡Cinco minutos más!

-¡Eso me dijiste hace media hora!- Contesto burlesco, logrando su propósito- Bien, buenos días.

-Solamente días, idiota...- Murmuró enojado-.

-¿Decías? - Agregó mientras volteaba su cabeza como el exorcista con una mirada tan aterradora que lo dejó callado-  Exacto.

Con toda la pereza se levantó a lavarse la cara, además que si el Ariano sabía que no se levantaba en esos cinco minutos, capaz lo hace levantarse a la fuerza.

Y sabía que este puede ser bastante terrorífico cuando se enoja, y mucho peor hace minutos atrás.

La madera crujía por los pasos fuertes que daba el signo del león, luego abrió la puerta del baño dispuesto a realizar su aseo. Después, su destino fue la cocina, su estómago estaba tan hambriento que al divisar una taza de chocolate caliente con varios panes con jamón y queso, corrió a toda velocidad.

Atrás de él estaba el Ariano que sonreía con cariño, sabía que el leonino estaría hambriento como cada mañana.

Además, que es como una disculpa por levantarlo a la fuerza.

Se dirigía hacía un pequeño sillón individual para seguir investigando el libro de hechizos si es que le da algunas pistas de aquella bruja y su ubicación.

Pero grande fue su sorpresa al ver que el libro ya no se encontraba en el mismo sitio que lo había dejado hace segundos atrás.

Con el seño fruncido, rebuscó en todos los rincones moviendo los sillones, debajo de la mesa, detrás del pequeño televisor. En realidad ya no sabía en qué parte de la habitación estaba.

"¡Solo me distraje un segundo!"  Pensó alarmado.

Un largo suspiro salió, como si desde la tripa hubiera tenido tanto aire acumulado y que con el paso de los minutos tratará de salir para calmar un poco al signo impulsivo.

-¿Enserio?, solamente a mí me pasan esas cosas- Dijo revolviendo su cabello frustrado, sentándose de golpe en el sillón-.

•••

Después de varios minutos de silencio apareció el leonino con un pan en la boca mientras miraba extrañado al Ariano, su gran suspiro hasta fue escuchado en la cocina preocupando a su contrario.

-Yo lo había dejado aquí- Habló con una pizca de nerviosismo, su mirada veía a la absoluta nada- Lo juro.

-No lo habrás dejado, no se, ¿En otro lugar sin darte cuenta?- Preguntó con notable obviedad después de haber quitado el pan de la boca-.

Este simplemente negó con la cabeza, tratando de conservar la poca paciencia que le queda.

-¡¿Que hiciste qué?!- Gritó histérico el signo de la balanza mientras trataba de procesar por lo dicho del taurino-.

-Que no pude traer el libro conmigo, tranquilízate, tengo todo bajo control- Soltó sereno mientras el librano trataba de zarandear al menor, lo que no se acordó es que era un "fantasma" a lo que cayó de cara al piso- Espero que ese golpe te haya devuelto todos tus sentidos - Murmuró.

-No creas que no te escuché.

-Lo sé, quería que lo supieras- Respondió con notable frialdad-.

Ambos se quedaron callados después de eso.

En realidad, el taurino no se le ocurría que hacer para poder recuperar aquel libro tan importante para el librano como para él.

Aunque, por suerte, se le ocurrió una idea.

-Algo me dice que no están del todo perdidos- Su mirada estaba puesta en el par que anteriormente estaba discutiendo, le había parecido una  divertida escena- ¿Qué es?

-No se si en verdad funcionará, pero, pensé en intercambiar objetos - Hablo el ciervo que se cruzaba de brazos-.

-¿No estarás pensando en ir a su casa e intercambiar un libro de cocina con el libro verdadero, verdad?- Agregó sarcástico la balanza-.

-Eso sería suicidio, idiota- Respondió la pecera con un deje de molestia y aburrimiento-.

Ambos signos de aire se miraron con rivalidad. Al parecer, costaría que estos dos se lleven bien por tan solo unos minutos.

-Lo malo es que no me acuerdo cómo se hace- Soltó apenado mientras un aura deprimente rodeaba al signo del toro- Acuario, tú debes recordar algo, solamente pasaron cinco años desde la última vez.

-¿Crees que eso es poco? Además que si tú no te acuerdas, que será de mi- Respondió tratando de controlarse e imaginar un plan- Oye tú, ¿No tienes ni idea de aquel símbolo?

-Pensé que no me lo preguntarias- Agregó con aire de superioridad- Claro que lo sé, solamente necesitamos detectar la ubicación y para eso, necesito tu ayuda- señaló al taurino-.

-¿Pero con que lo hago? No tenemos nada para detectarlos- Respondió frunciendo el seño, parecía que después de salir un problema, venía otro mucho peor-.

Se puso a pensar dirigiendo su mirada a todos los rincones de la pequeña habitación hasta que en una de esas se dirigió a su bolsillo de su gastado pantalón

De allí sacó la pequeña carta con estusiasmo y se la entregaba al signo de tierra, este lo sujetó con suavidad tratando de que este no se arrugará.

Para detectar algunas huellas sus ojos brillaron de un tono amarillento y gracias a esa luz se veía las múltiples huellas del propietario de la carta.

-Bueno, están en el pueblo vecino, uno es pelinegro y otro pelirrojo, también están en una casa pequeña de color vino, este queda a veinticinco  kilómetros- Habló mientras se desvanecía el brillo en sus ojos para después cerrarlos- Tu turno.

Libra con una sonrisa algo socarrona les avisó que retrocedan para no causar daños, luego elevó sus manos para después cerrar sus ojos con tranquilidad, tratando de acordarse de los símbolos que tenía que usar.

A veces sus manos se cruzaban y formaban una figura geométrica, igual siguió hasta que los símbolos que había hecho se habían fucionado, impregnandose en una sola figura que tenía su contorno de un color agua marina, y sus ojos que se habían abierto tenían el mismo tono.

-¡Piensen en qué ofrecer! Así se podrá intercambiar los objetos que queramos- Avisó el librano que estaba reteniendo a que el símbolo no se desvanezca-  ¡Rápido!

Luego, pasó una fuerte brisa, como si fuera un tornado rondaba por toda la habitación tratando de que alguien le ofrezca algo a cambio del libro de hechizos, lo que realmente estaban intentando obtener con tanta fuerza.

Sin previo aviso, una taza bastante fina y delicada pasó volando por sus cabezas hasta llegar al "portal" para ser cambiado por aquel grotesco y  antigüo libro.

Después todo el aire que se encontraba rondando en la habitación se iba hacia el portal para intercambiar con el libro que cayó en sus manos gracias a sus buenos reflejos.

Un silencio bastante reconfortante se hizo presente pero uno de los tres presentes cortó la tranquilidad en esa habitación.

-¡Esa fue mi taza favorita!- Lloriqueó el acuariano con un puchero en sus labios, se iba apoyar en Tauro pero recordó que es fantasma- ¡Pero hay un ser que todo lo ve!

- Pero, todos los diseños de esas tazas son iguales- Agregó confuso el taurino mirando extrañado a la pecera-.

Este se quedó pensando.

Iba a abrir la boca para protestar algo pero no se le ocurrió nada, así que  solamente se digno a guardar silencio.

Pero no duró mucho ya que alguien tosió, creo que no es necesario que esté fue sumamente fingido y eso que la palabra le queda bastante corta.

-¿Que quieres? - Habló el acuariano seco, mirando de forma neutral al que tenía el libro, en cambio, este le miró indignado- Ah, si, gracias.

El signo de la balanza frunció un poco el seño pero no se percató que el animal protector le había agarrado el hombro con su mano humana

Aunque por la poca fuerza que tenía solamente mitad era fantasma y la otra parte era humano, de todas formas aún seguía flotando.

-Gracias, sin tí no hubiésemos recuperado aquel libro- Dijo con una suave sonrisa el taurino, demostrando confianza-.

Por un momento se sorprendió pero soltó una carcajada demostrado "orgullo".

-Obviamente- Dijo con una sonrisa ladina-.

Sin embargo, el taurino había rodado los ojos mientras daba un suspiro.

Acuario se quedaba mirando todo en silencio, analizando la situación y reacción de cada uno frente a las acciones de su contrario.

Luego se le hizo un "¡Click!" en su cabeza ideando algún plan algo maligno. Teniendo eso en mente, sonrió con malicia mirando a sus dos víctimas.

-Buscamos por todos lados y no hay nada- Dijo bastante frustrado el Ariano, en algún momento iba a explotar- ¿Encontraste algo?

-Nope, pero, ¿Compraste nuevas tacitas?- Confuso señaló a una taza que se encontraba en dónde anteriormente estaba en libro-.

-¿Tazas?- Contestó con otra pregunta, incrédulo- no me acuerdo haber comprado unas.

Ambos tuvieron la misma sincronización al mirarse a los ojos, lo que había pasado hace unos minutos les resultaba sospechoso.

Pero no dijeron nada, su mirar decía más que mil palabras, o eso es lo que algunas personas daban a entender.

¡Terminado!

Aunque no lo crean, llevo dos capítulos que están terminados.

Y me dirán, ¿Porque no los envías de frente?

Bueno, porque después me confío y me olvidó de escribir los demás capítulos.

Además, me encanta como cambio generos musicales ʳᵃᵈⁱᶜᵃˡᵐᵉⁿᵗᵉ, unos tienen música rock o profunda para luego entrarle con todo a los opennings o endings de algún anime

Simplemente, espectacular.

Bueno, seguiré con los demás capítulos

Bye

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