𝙲𝚊𝚙𝚒𝚝𝚞𝚕𝚘 4
Narrador omnisciente
Despertó por las delicadas brisas que posaban por sus cabellos rosados que brillaban debido a el sol mañanero.
Abrió uno de sus ojos con malhumor, al haber sido noqueado por un libro y en sus sueños también sentir que lo golpeaban con algo metálico, sin duda alguna, debía recibir la recompensa de dormir más.
No obstante, cuando pudo darse cuenta de la situación, vió que el lugar era muy diferente a su casa. Así que de un salto saltó de su cama, causándole un pequeño mareo.
Luego, la puerta fue tocada tres veces y sin ritmo alguno, más aún, pareciera como si estuviera en la cárcel que ya que parecía que si de un policía tratará de derribar la puerta.
Con pasos rápidos, abrió la puerta, encontrándose al híbrido fantasmal con una pequeña bandeja con merienda...
O eso es lo que trataba de suponer.
-Buenos días- Habló algo indiferente, aunque trataba de sonar algo amable- Eh, lamento lo del golpe...
-Buenos días, señor "siempre te protegeré"- Respondió con una corta risa mientras veía la cara del taurino que se encontraba en un tono carmesí por la vergüenza- Esta bien, tal vez hayas tenido tus razones para hacerlo o eso quiero creer.
- Además, como puedes tocar la puerta si estás en tu forma fantasma, podías haberla atravesado- Agregó confuso poniendo su dedo en su boca y levantado una ceja mirando a otro lado-.
-Se me hubiera caído la bandeja porque no está en esta forma- Respondió con obviedad, esperando otra pregunta-.
-Entonces, como no se te ha caído la bandeja si no está en tu "forma" al agarrarla en este instante- Se volteó para mirar al taurino entre cerrando sus ojos-.
En cambio, este no supo que responder.
Quedaron en algunos minutos en silencio, hasta que el taurino se dió cuenta que era su turno de seguir la conversación.
-Bueno, toma esto, lo hice con sudor, lágrimas... - Agregó llorando falsamente mientras algunas gotitas de sudor pasaban por su mejilla, nervioso- Y sangre -Miró como uno de sus dedos estaba con una curita- Espero que te guste.
"Yo también lo espero..." Pensó con una sonrisa algo forzada, algo que pudo notar el ciervo.
-Te esperamos abajo.
Y se marchó, mientras lo veía yéndose hacía la primera planta.
Con delicadeza cerró la puerta mientras se acercaba a la cama de solo una plaza, se sentó en esta mientras comía lo que le había traído aquel chico ciervo.
"Aunque tenga una mala pinta, es comestible" Agregó su subconsciente.
Cuando terminó de comer, agarró su bandeja y con una mirada decidida abrió la puerta mientras bajaba las viejas maderas que si daba un paso en falso se rompía el material y se hubiera tropezado dejando un total desastre.
Cómo culpaba a su mente por pensar en todas las escenas negativas y realistas.
Por suerte, eso no pasó y llegó con todas sus extremidades unidas a su cuerpo, cuando estuvo en la primera planta divisó a un chico con orejas de conejo y a un muchacho de piel bronceada con cabellos que tapaban un poco sus ojos.
-Hola, mucho gusto- Habló un alegre acuariano con una pequeña sonrisa en sus labios mientras dejaba la tacita de porcelana en un pequeño plato de té- Parece que no nos presentamos adecuadamente, considerando que ayer te di un golpe con una lámpara...- Agregó en un susurro la última oración, viendo hacía otro lado de la habitación- Siéntate, por favor.
No sabía si tomarlo como una orden o como un ofrecimiento para ponerse cómodo, no le dió tanta importancia y fue a sentarse en un pequeño sillón bastante gastado pero aún así pareciera como si estuvieras en las nubes.
- Soy Acuario, un ex animal protector- Genial, "bendito" sea ese libro que lo llevó a conocer cosas que jamás pensó que eran reales - Y de antemano, te digo que detesto a los humanos - Su mirada había cambiado totalmente - Pero lo hago por él, así que, quiero que me cuentes cada detalle cuando entraste al mundo de las brujas.
Solo se escuchaba el ruido que hacía el ciervo al beber un poco del té de hierbaluisa con leche.
Espera
¿Acaso no era como un fantasma?
El acuariano había carraspeado para que le prestará atención mientras la mirada de este se volvió mucho más tenebrosa y oscura.
-¿Y bien?
-Es una larga historia- Decía mientras lloraba mentalmente, literalmente, es mucho más larga de lo que su contrario esperaba-
-No te preocupes, tenemos todo el día- Aquella sonrisa le traía mala espina-.
Un suspiro salió de todo su ser, quería dormir, otra vez.
Las carcajadas del acuariano hicieron presencia en toda la habitación, y lo peor, es que hacía un eco bastante molesto.
-¿Asi que fuiste tan despistado en agregarle otra especie? realmente no me sorprende. ¡Y tú! ¿Emocionandote por un pan con miel? ¡Siempre comíamos eso! - Agregó sosteniendo su estómago que tanto le dolía por las carcajadas-
-Pero la miel de allí siempre sabia a medicina...
-Buen punto.
De un momento a otro, el signo de aire había dejado la seriedad a un lado y en eso se burlaban de los dos signos...
Un bufido salió haciendo que uno de sus mechones rosados se moviera, luego de eso se cruzó de brazos y se quedó inspeccionando la habitación, perdido en sus pensamientos.
Un chirrido se escuchó del sillón del acuariano, ambos confusos miraron al signo de aire que, sonreía de manera maliciosa mientras caminaba hacia la puerta más cercana.
-¿En qué estás pensando?- Habló el taurino mientras se acercaba al contrario, pensando que haría algo inadecuado-
-Por el momento, nada- Lo encaró, lo había dicho de manera desinteresada pero su mirada era tan intensa que demostraba que estaba ansioso- Ya se me ocurrirá que hacer, por mientras, sientanse cómodos, hagan lo que quieran.
Y se retiró dejando atónitos a los que estaban en aquella habitación. Todo se había quedado en un silencio algo que duró unos minutos pero para ellos pareciera que hubieran pasado décadas.
-¿Tu amigo siempre fue así de raro?- Agregó el librano incrédulo, apuntando con su pulgar donde había salido la pecera-
- Al principio, luego te acostumbras a su rareza, aunque, es muy noble y generoso- Soltó con una visible sonrisa-
Su contrario había levantado sus hombros mostrando indiferencia mientras se levantaba del cómodo sillón de cuero gastado, dirigiéndose hacía la misma puerta.
-Sabes, me gustó el desayuno- Agregó sin mirarlo mientras sus pasos resonaban- En algún momento te ayudaré a mejorar en la cocina
El taurino iba a reprocharle algo pero este ya se había desaparecido de su campo de visión.
¿Tan mal cocinero es?
Esa pregunta le había bajado el ánimo pero decidió ignorarlo al recordar que estaban en serio peligro de que podían, en algún momento, ser capturados y vete a saber tu qué les harían.
Dió un largo suspiro, se levantó y se dirigió a la cocina para lavar aquella taza de porcelana. Al realizar ese procedimiento, se hundió en sus pensamientos, en eso, se acordó de su pasado.
Cuando no quiso cuidar del aquel chico, verlo tan demacrado y depresivo, hacía que su estómago se revoltigiera en un gesto de disgusto y arrepentimiento.
No tuvo padres, pero aún así siempre se caracterizaba por su curiosidad y amabilidad aunque en algunos casos, desconfianza y sequedad.
Además, siempre se preguntaba de cómo era vivir como un humano, sentir el dolor en alguna herida, como esa vez que el librano casi se corta la mano entera por haberlo asustado. Luego pasaron los días y simplemente se había hecho una costra, ¿Cómo era eso posible? Acaso tenía una sustancia en los tejidos para que se vuelva a regenerar de manera lenta.
Eso es lo que más le llamaba la atención, no obtener respuesta alguna.
De repente había sentido un pequeño mareo debido a pensar tanto, no recordó que estaba gastando agua de más. Cerró la llave y dejó la taza con su respectivo plato cerca de fregadero.
Finalmente decidió irse a su habitación que justamente compartía con el acuariano.
Tenía tantas preguntas, pero sabe que el signo de aire no era con mucha tolerancia así que cerca de los sillones había una estantería de libros, en alguno debe haber de cosas humanas.
Con ese propósito en mente, busco en la estantería libros en el cual, pueda satisfacer su curiosidad.
¡Cuarto capítulo desbloqueado!
Che, admitanlo, hasta ahora nadie supera banana fish
Pero, siempre me gustó el opening de ese anime y me hizo recordar lo emocionada que me encontraba al ver los episodios ;;;
También sirvió de ayuda para inspirarme, en este caso.
¡No me olvidaré de la otra historia! Solo que siento que enfocarme en nuevos proyectos me ayuda a salir de la rutina, algo por el estilo ª
Seguiré con los demás capítulos
Bye
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro