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Ya habían pasado dos semanas de aquella cena donde el Lan tuvo que poner a prueba su paciencia y resistencia que definitivamente lo llevaron al límite pero realmente no se queja, desde ese día no podía sacar de su mente al hermoso chico pelinegro incluso había tenido sueños húmedos donde ambos eran los protagonistas, los primeros sueños se manifestaron luego de la cena cuando había regresado a casa; soñando como marcaba esa piel suave y blanquecina mientras lo hacía delirar de placer mientras mordía su tierna piel, los días siguientes era lo mismo pero cada sueño más subido de tono que el anterior que incluso podría considerarse una tortura pero eso no fue lo peor que le ocurrió en aquellas semanas no sabe cómo el más joven consiguió su número personal; todo empezó con una conversación trivial hasta que el asunto se empezaba a calentar, el menor era un descarado pero incluso esa palabra se quedaba corta enviaba fotografías duchándose, de sus juguetes sexuales, etc. Definitivamente ese muchacho lo mataría de un infarto con su belleza exótica, pensó un poco ido para luego volver a centrarse en su trabajo he intentar diseñar las joyas del hijo de los Wei.
Estaba tan concentrado haciendo un dibujo que cuando se abrió la puerta de forma sorpresiva pegó un pequeño brinco en su lugar haciendo que trazara una línea incorrecta en el delicado boceto, cuando se estaba preparando para hablarle cruelmente a la persona que entró sin su permiso y matarlo con su mirada asesina pero su palabras murieron en la punta de su lengua y se quedó petrificado al ver un chico de hermosa cabellera negra como la tinta que caía por su espalda como cascada que llevaba puesto una hermosa falda negra con encaje en su dobladillo que lo hacía parecer un ángel caído en su puerta, junto con un top de color negro con rojo a juego incluso de solo verlo se le secaba la garganta y le quitaba la respiración pero lastimosamente esa burbuja se vio interrumpida por unos gritos.
- Joven, usted no puede estar aquí por lo que nos tiene que acompañar a la salida – dijo uno de los guardias seriamente pero por dentro temblaba de nervios obviamente su jefe los despediría por su incompetencia, cuando estaban por tomar al joven del brazo para sacarlo de la oficina del presidente una voz sin emociones les dijo.
- No lo toquen, pueden retirarse – los guardias se encontraban totalmente confundidos pero hicieron caso inmediatamente y se retiraron del lugar.
- Lan Zhan, no sabía que podías ser tan celoso – dijo el menor mientras contenía una carcajada al ver la mirada helada del mayor, cerró la puerta tras de él para caminar hacia el escritorio del Lan mientras movía su caderas de forma sensual haciendo que su falda se levantará un poco, WangJi cerró momentáneamente los ojos para intentar calmarse pero lamentablemente no fue una buena opción ya que sintió una pequeña mano traviesa pasar por su erección que se marca en su pantalón – Lan er-gege, me estas dando la bienvenida – dijo el de negro en un susurró mientras ronroneaba como un felino cerca del lóbulo derecho.
El Lan se levantó rápidamente de su asiento para ir hacía el pequeño refrigerador que tenía en su oficina para tomar un botella de agua para refrescarse para luego sentarse en el gran sofá que tenía he intentar mantenerse lo más alejado del menor porque definitivamente era la tentación andante y no quería hacer nada que perjudique su empresa y tampoco quiere que el menor tenga problemas con sus padres por su culpa.
- Lan Zhan, ¿Estás escapando de mi hermosa presencia? – dijo de forma divertida el de negro en su tono de voz se podía notar que no se encontraba para nada molesto por la reacción del mayor, en un abrir y cerrar de ojos este se encontraba a su lado; el menor al notar la intensión de WangJi que quería otra vez correr decidió recurrir a métodos desesperados para situaciones desesperadas.
- Wei Ying, ¿Qué haces? – preguntó el Lan con la mandíbula tensa ya que el menor se había sentado en su regazo y obviamente no era algo bueno para su salud mental y tampoco para su erección, pero eso tampoco quitaba sus ganas de empotrarlo en su escritorio y hacerlo gemir su nombre tan fuerte sin importar que sus empleados los escuchen.
- Lan Zhan, ¿Acaso me tienes miedo? – dijo el menor mientras pasaba sus pequeñas manos por los músculos tensos del mayor – Dime ¿Soy feo y poco deseable, por eso no me miras o tienes a alguien más en tu corazón? – dijo con fingido desconsuelo mientras lo miraba de forma inocente pero por dentro empezó a burbujear la posesividad y los celos al pensar que este podría gustarle alguien y por aquella razón no lo miraba pero estos se esfumaron rápidamente al escuchar los elogios del Lan.
- Wei Ying es bonito y muy deseable – en ese momento la cordura de WangJi se fue al tachó de la basura al decir está última frase – él único que me ha hecho que lo desee como nunca y que lo mire más de una vez – dijo roncamente mientras sus manos vagaban por el trasero del menor con deseo, Wei Ying sonrío con victoria para después empezar a hacer pequeños círculos con su caderas haciendo que el mayor gimiera fuertemente mientras manoseaba libremente las piernas de esté sin pudor alguno pero obviamente no sería lo correcto hacerlo en el sofá de su oficina podría quedar como una fantasía para otro día.
- Wei Ying, vamos a mi departamento – dijo el Lan de forma apresurada mientras intentaba bajar de su regazo al menor pero este se pegaba a el con más fuerza mientras succionaba su cuello haciendo que apareciera una marca de color oscuro que pasaba entre un verde oscuro y un morado – Wei Ying te prometo que haré lo que quieras pero vamos a mi casa – rogó el mayor, el menor bufó un poco molesto pero se le paso al escuchar como este prometió hacer lo que el quiera.
- Vamos Lan Zhan estoy seguro que lo pasaremos mucho mejor en tu casa, mientras más rápido lleguemos más cosas podremos hacer – dijo el menor mordiéndose el labio inferior mientras acomodaba su corta falda negra y su cabello que se encontraba bastante alborotado.
El Lan se levantó de un saltó para caminar con rapidez hacia su escritorio para tomar las llaves de su hogar y de su automóvil, tomó la mano del menor para abrir la puerta de su oficina y salir apresuradamente del recinto ignorando las miradas curiosas y horrorizadas al verlo salir casi corriendo con un joven de la mano mientras intentaba inútilmente abrochar los botones de su camisa pulcra. Cuando entraron al ascensor este presionó con fuerza los botones para que los llevará al estacionamiento, Wei Ying sonrío un poco al ver como el mayor se veía desesperado por tenerlo y eso hacia que su ego subiera a los cielos ya que él era y es el único que puede lograr que el gran segundo jade Lan, frío y cruel se comportará de aquella manera.
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