D o s
Hoseok despertó muy temprano en la mañana, miró la fecha en su teléfono y la emoción invadió su cuerpo, era el cumpleaños de Taehyung, su amor platónico desde haces ya 2 años. ¿Cómo ocurrió? Ni el sabía, bueno sí. Fue cuando recién había empezado a trabajar en esa secundaria, era el nuevo maestro, y además bastante joven y atractivo, por lo que en su primer día fue bastante llamativo para todo el mundo, y le fue imposible pasar desapercibido.
Cuando se presentó con todos los profesores en su primera junta, todos se asombraron al escuchar la edad que tenía, 24 años, recién egresado de la universidad de Seúl y con un promedio perfecto en la carrera ingenieria química. Las profesoras soltaron un suspiro enamoradas, guapo, inteligente y joven, era el hombre perfecto. Desde ese día, gran parte del personal femenino y alumnas lo perseguían a todos lados mientras le regalaban miradas coquetas, Hoseok estaba más que acostumbrado a ese tipo de comportamientos, desde que estaba en la universidad solía ser el centro de atención de todos, era considerado perfecto, cosa que abrumaba mucho al pelinegro, pues él no se consideraba en nada perfecto, tenía muchos defectos, defectos que tenía que ocultar frente a las personas, ya que lo tenían en un estándar tan alto, que desde su perspectiva, una mínima muestra de sus defectos y debilidades, haría que se decepcionaran de él; se sobre exigía demasiado para que todos vieran al hombre que querían ver, al guapo, inteligente y perfecto Jung Hoseok.
Sabía que las chicas con las que había salido y las que lo pretendían, no se molestaban en conocerlo a fondo, solo les interesaba su físico y se habían cegado por la falsa imagen de un hombre perfecto. Todas sus novias lo habían utilizado como un simple accesorio, ¿qué era mejor para aparentar y generar envidia que tener por pareja a alguien como él? Ninguna de esas mujeres se preocupaban por ver más allá de esa apariencia, por lo que Hoseok, ya harto de aquello, se decidió por rechazar a cada una de sus pretendientes, sabía que la misma historia se repetiría, salir con el chico guapo a todos lados, presumir su relación, intimar con él y se acabó, no había un acercamiento y una conexión verdadera, él ya no quería ser utilizado de esa manera.
El pelinegro había mandado a la basura su vida amorosa desde hace ya un año medio, hasta que conoció a Taehyung, el tímido maestro de arte, mayor que él por 3 años y el segundo más joven de los profesores. Pasó desapercibido para él en un principio, era algo que no negaría, pero eso cambió cuando una tarde intercambiaron sus primeras palabras.
Hoseok estaba por calificar unos exámenes en la sala de maestros, Sacó las hojas de papel y de ahí cayeron 3 cartas de amor, el pelinegro soltó un suspiro cansado y las tomó. Sabía que eran de algunas alumnas.
—Es la segunda vez esta semana, y apenas es Miércoles— se quejo en voz alta, pensando que estaba solo en la sala, pero al parecer no.
La puerta fue abierta justo en ese momento y Hoseok levantó la mirada, Taehyung había entrado y escucho todo.
—P-perdón por interrumpir, pensé que la sala estaba vacía...— el castaño bajó la mirada.
—Oh, no te disculpes, pasa, yo solo califico esto y me voy.
Taehyung asintió y se sentó al otro lado de la gran mesa donde estaba Hoseok sentado. La habitación fue invadida por un silencio incómodo.
—Mhm...eres el profesor de arte, me imagino— dijo Hoseok mirando que su ropa estaba algo manchada de pintura y que tenía en las manos hojas con varios dibujos.
—E-eh sí...tú eres Hoseok, el profesor de química— dijo Taehyung apenas audible.
—Perdona, pero ¿cómo te llamas? No puedo recordarlo— Hoseok le mostró una sonrisa avergonzada.
—No te preocupes, suelo pasar muy desaparecido por aquí, y nunca me presente contigo como los demas, s-soy Taehyung—
—Bueno, es un gusto Taehyung—Hoseok le regalo ahora una sonrisa amable.
—Igualmente— contestó el mayor.
Hoseok volvió a sus cosas, al igual que Taehyung.
Un par de minutos después, Taehyung habló.
—¿E-esas son tuyas?— preguntó mirando las cartas de amor.
—¿Disculpa? No pude escucharte— Hoseok lo miró atento, dejando de lado los exámenes.
—Las cartas...¿son tuyas?
—Ah sí— Hoseok las miro serio— no sé cuantas he recibido en este mes que llevo aquí— se rascó su cabeza— es algo abrumador.
—Me imagino que sí, pero, y-ya debes estar acostumbrado...— Taehyung lo miró a los ojos por primera vez desde que entró a la sala de maestros.
—Sí, pero no deja de ser abrumador, aún más porque la mayoría son adolescentes, y si no, son otras maestras— se pasó una mano por su cara en señal de frustración— a veces me siento como un simple pedazo de carne— soltó una risa.
—B-bueno, no tendrías porque sentirte así, es lógico que alguien como tú tenga muchas admiradoras, eres alguien muy interesante— Taehyung desvió mirada—... al menos así lo veo
Hoseok se sorprendió ante aquella declaración, había recibido muchos alagos a lo largo de su vida, pero jamás le había dicho que era alguien interesante. Era algo nuevo para él.
—¿Piensas que soy interesante?
—Sí, se ve que eres muy inteligente y que te esfuerzas en tu trabajo a pesar de solo enseñar química a unos adolescentes...tengo un par de alumnos en mi clase que solo hablan de ti y de lo maravilloso que eres enseñando, eso es algo muy admirable, muchos maestros de secundaria no se esfuerzan en lo más mínimo para enseñarles como es debido a sus alumnos— dijo Taehyung jugando con sus dedos con nerviosismo mirando a la mesa con pena, no era habitual que hablara tanto que alguien que no conocía. Miró su reloj y sus cejas se levantaron, perdería el autobús— M-me tengo que ir, lo siento si te aburrí con lo que te dije— tomó sus cosas y las guardo dentro de su mochila —nos vemos, y-y no te sigas sintiendo así, eres alguien con muchas cualidades, no solo un pedazo de carne.
Taehyung salió casi corriendo, dejando a Hoseok anonadado y con una sensación extraña en su pecho. Una sonrisa se instalo en su rostro, era la primera vez en mucho tiempo que sentía que había recibido un alago sincero, el castaño en ningún momento mencionó algo sobre su apariencia, se centró en otros aspectos, aspectos que jamás habían sido elogiados.
A partir de ese día, no volvió a hablar mucho con el maestro de arte, pero sí lo miraba constantemente, le era inevitable no admirar cualquier cosa que hacía Taehyung, cuando estaba en la sala de maestros leyendo un libro, comiendo algo o revisando dibujos o pinturas de sus alumnos, Hoseok lo observaba todo el tiempo con una sonrisa. Taehyung pasó de ser alguien fuera del foco de Hoseok, a ser la única persona que el pelinegro notaba en toda la escuela, las cartas de amor siguieron llegando, pero Jung solo las ignoraba y dejaron de ser un problema para él, el castaño era su distracción; cada que podía se escabullia al salón de arte para observar a Taehyung dar clases, siempre con un brillo en sus ojos y con mucha emoción mientras enseñaba o pintaba algo, le encantaba la manera en la que Taehyung hacía un puchero cuando se manchaba sus prendas de pintura e intentaba limpiarse de manera torpe. Definitivamente Hoseok estaba enamorado.
En todo ese tiempo Hoseok no pudo acercarse al mayor por distintas razones, le tomó tiempo asimilar que se sentía atraído por otro hombre, sentía que los sentimientos que había desarrollado por el castaño eran incorrectos y no quería incomodarlo, por lo que se resigno a admirarlo de lejos, pensando que con eso sería suficiente, pero no era así, en su interior, Hoseok se moría por acercarse a Taehyung y conquistarlo, por lo que el día del cumpleaños del mayor, Hoseok se decidió por felicitarlo e incluso regalarle un pequeño chocolate. Pero tristemente no pudo, después de haber chocado por la mañana con él y que este se fuera corriendo sin darle oportunidad de felicitarlo y darle el chocolate, el pelinegro intentó acercarse a él en todo el día, pero no se daba la oportunidad, y cuando por fin pudo, lo miró bastante perdido en su mundo, se veía abrumado, incluso asustado, Hoseok no tuvo el coraje de acercarse a preguntar si estaba bien.
Con su chocolate en su bolso del pantalón llegó a su departamento resignado. Colocó el presente dentro se la nevera y se sentó en su sillón derrotado.
—Tal vez mañana pueda dárselo- se dijo a sí mismo— ¡Animo Hoseok! Chocaste con él hoy y fuiste capaz de hablar con él, eso es algo— trató de darse motivación— eso solo puede ser obra del destino, esfuérzate por acercarte a Taehyung.
El pelinegro recuperó su sonrisa, ya estaba decidido, se acercaría al mayor, haría su mayor esfuerzo por no espantarlo y lo conquistaria.
No saben como me esta gustando escribir esta historia 😭🤍
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