El señor Remus John Lupin era un hombre extraño, eso era claro. Tenía ropas viejas, muchos golpes y rasguños. Lucía agotado y enfermo, pues mostraba una expresión de dolor todo el tiempo, pero, a su vez, se mostraba como un hombre dulce, comprensivo y bondadoso.

Él siguió visitando con constancia el local de la muggle, siguió pagándole con monedas extrañas —pese a que, muy apenas tenía para sobrevivir— y siguió llevando El profeta como su lectura mientras consumía en el lugar. Por desgracia, muchas veces olvidaba que los muggles no eran del todo ciegos, y, Genevieve, en su delirio, creía ver como las imágenes que se mostraban, cobraban vida. Sin embargo, nunca lo dijo en voz alta para seguir pareciendo una mujer correcta.

Claramente, también existían momentos en dónde ambos hablaban. Aunque, más que nada, era Genevieve la que contaba sin cesar sus anécdotas de vida mientras Remus se reía en ocasiones por su imprudencia infantil. 

Remus adoraba la dulzura y la bondad que era Genevieve. Ella transmitía un aura de tranquilidad, y, aunque ella desconocía su sucio secreto, la mujer nunca lo discriminó ni trato mal, pese a su andar tan desaliñado. A diferencia de otros muggles que lo habían contemplado con asco.

Para Genevieve era extraño que el hombre no contará mucho sobre sus orígenes, pero, aun así, disfrutaba de él y le intrigaba cada vez más el conocerlo y estar con él. Pues para ella no era algo común aquella tristeza que transmitían sus ojos. Esperaba un día entrar en su ser y conocer sus pesares, pero cuando su unión incrementó, él desapareció.

En Hogwarts, Mad-ClepGirl (Dianessa)🐧