Se borraron la mayoría de los comentarios porque edité esta mierda

—Oh, dios mío, ¿Podrías dejar de llorar, mocoso?— refutó cargando a su hijo en brazos, tratando fallidamente de consolarlo— Si hubiese sabido que tener un hijo implicaría esto créeme que jamás hubiera dejado que tu padre me la metiera— pataleó y dejo al bebé en el corralito para asegurarse de que ni se escapase mientras terminaba de alistarse, pero entonces el bebé empezó a llorar más fuerte tal como si hubiese entendido las palabras de su papá— ¡eres un bebé dramático!.

Frunció el ceño ligeramente, tomó nuevamente y de mala gana al mejor mientras cantaba una canción de cuna, con eso inmediatamente logró tranquilizarlo y ponerlo a dormir.

Ser padre era un trabajo a tiempo completo y muy difícil.

—Estoy muerto— masculló y soltando un pesado suspiro termino de arreglar su vestimenta lo más rápido que pudo, el reloj de pared marcaba ya las 6:39am y desgraciadamente estaba retrasado unos veinte minutos aproximadamente, bufó y sobó su cien con sus dedos

Pero entonces se alabó a si mismo cuando una loca, pero perfecta idea— según él— pasó por su cabeza, tomó un banquillo, subió a el y se inclinó un poco, atrasó las manecillas del reloj, ver la hora le estresaba.

—Wow, apenas son las 6:10 de la mañana, hoy es mi día de suertes e incluso me da tiempo para el desayuno— enmarcó una enorme sonrisa, haciendo un baile y cantando victoria, quizás aquello no atrasaría la hora mundial, pero en su trabajo podía poner de excusa que su reloj estaba atrasado y su teléfono estaba perdido, el plan perfecto.

Tan solo esperaba que le creyeran

Desayunó tranquilamente sin miedo a una reprimenda por parte de su jefe, cogió sus cosas, salió de la casa, entró al auto, encendió el motor y arrancó sin preocupaciones.

Dos cuadras después abrió sus ojos como platos y retrocedió torpemente, ¡Había olvidado a su hijo!

—Mierda.

Luego de pasarse recogiendo a su bebé manejó hasta casa de uno de sus mejores amigos. En estos casos el más responsable de todos y que podría cuidar a su bebé mientras el trabaja y así no temía encontrar a su hijo pegado con cinta adhesiva a la pared, tan solo una experiencia no muy importante con Donghyuck.

—Hoy saldré temprano— anunció a Chenle, entregándole a su bebé.

—Claro no te preocupes.

Se despidió de su bebé y menejó lo más rápido posible, saltándose dos semáforos en rojo y cruzando los dedos en busca de suerte para evitar una persecución policíaca y con título en las noticias como: "Joven de 22 años es perseguido por la policía al exceder la velocidad e irrespetar las señales de tránsito".

Aunque probablemente verdadero titular llegaría a ser: "Joven de 22 años, con apellido Huang, como lo indica su identificación, se estrelló con un poste por exceso de velocidad", si definitivamente ese sería él.

Soltó un suspiro aliviado al encontrarse en la entrada del edificio, su divertido lugar de trabajo— nótese el sarcasmo— salió del auto y agradeció no haberse metido en un asunto dónde él resultara con una multa o un día en una celda. Otra vez.

—Al fin llegas, veamos que excusa de retraso tienes está vez— saludó.

—Mí reloj se atrasó veinte minutos— se encogió de él de hombros y comenzó a caminar a su escritorio.

—Buena esa, la utilizaré para mis reuniones de negocios— ironizó, Renjun rodó los ojos y suspiró.

—Se supone que eres el vicepresidente de la empresa, Yukhei. Tu si que no puedes hacer eso.

—Agradece que siempre te cubro la espalda, si el CEO Lee se llegará a enterar de que todos los días llegas tarde, seguro te saca de la empresa— desde que había comenzado a trabajar llegaba tarde prácticamente todos los días, no era realmente su culpa, tiene un hijo que cuidar y se levanta cada cinco minutos en la madrugada escuchando al mismo llorar.

—Buenos días Ren, Donghyuck necesita permiso de salida-—asintió y marcó el número del encargado— Buenos días, necesito una autorización para Lee Donghyuck— tapó el altavoz del teléfono.

—¿Razones?— preguntó a Kun.

—Tiene cita médica— susurró.

—Cita médica— volvió a el teléfono— está bien— colgó y esta vez se dirigió nuevamente al chino que se encontraba delante de él— necesito el comprobante para registrar que saldrá temprano.

—¿Qué tal Yangyang?— preguntó Yukhei.

—Él está bien, es un bebé sano— sonrió tiernamente, como cada vez que habla de su hijo, sus ojos comenzaron a brillar.

Ordenó documentos y los dejo en esu oficina después de dar por entendido de que trataban y pasó las siguientes siete horas en su escritorio esperando su hora de salida, moría por ver a su bebé.

Su celular comenzó a sonar y sonrió al ver el nombre del contacto.

—Diga, mi vida.

—Hola, amor, ¿ya saliste cierto?— asintió pero recuerdó al instante que era una llamada telefónica y se reprendió mentalmente por ser tan idiota.

—Si, ahora voy a traer a Yangyang.

—Yo saldré dentro de media hora, llevaron algo delicioso para la cena, te amo.

—Te amo.

—Gracias por cuidar a Yangyang— agradeció Renjun tendiéndole dinero a Chenle.

—Sabes que no voy a aceptar el dinero— negó— me gusta cuidarlo.

—Vamos tómalo— insistió por cuarta vez.

—Pero dije que— al ver la expresión amenazadora de Renjun tomó el dinero entre sus manos— tomaré solo la mitad, la otra mitad es para Yangyang— repartió.

—Eres el ser más puro que he conocido.

Tomó a Yangyang entre sus brazos, lo llevó hasta el auto, asegurándolo bien en el asiento para bebés.

—Eres un pequeño muy lindo— habló tocándole la punta de la nariz— Na Yangyang— sube al auto y maneja hasta su casa.

Renjun saltó alegremente y aplaudió con emoción, después de haber tenido un día como la mismísima mierda, su hijo logró hacerle olvidar todo aquello al escucharlo decir su primera palabra y está insistiendo en que el pequeño la repitiera nuevamente.

No lograba caber tanta emoción en su pecho al escuchar decir a su pequeño decir entrecortadamente un "papi" pronunciado con tanta dificultad como ternura. Llevaba ya media hora insistiendo y alentándole repitiendo él una y otra vez la palabra que tanto anhelaba volver a escuchar.

—¡Mi bebé acaba de llamarme papi!— comienzó a saltar por todos lados y se dirigió a la habitación que comparte con su esposo— ¡Estoy tan emocionado!.

—¿A qué se debe?.

—¡Yangyang dijo su primera palabra!.

—¡¿Qué?!- gritó sin poder creerlo— ¡Dime, Huang Renjun que no es cierto!— tomó por los hombros al chino rogando que no haya Sido cierto sino una broma más por parte de su lindo esposo.

—No es cierto.

—Por un momento pensé que era cierto— relajó su cuerpo y miró a Renjun quien hacía el intento de no reír y entonces comprendió—¡Oh demonios, me acabo de perder la primera palabra de mi hijo!— restregó las manos en su cara, queriendo tirarse del segundo piso, ¡Enserio se había perdido la primera palabra de su hijo!.

En dos años y tres meses Yangyang al fin había hablado algo—Renjun se había preocupado al creer que quizás su hizo no pudiese llegar a hablar—, Renjun y Jaemin estaban tan emocionados que llamaron a su trabajo para avisar que no podían llegar y que tenían gripe, claramente antes de hablar pegaron sus narices en el potesito de pimienta, para estornudar en la llamada y hacer su mentira más factible.

—¡Oye Yang, tu papi está orgulloso de ti!.

—P-papi— Jaemin se acercó enternecido, escuchando lo recién dicho por el bebé.

—Dilo otra vez-— insistió, pero el pequeño no lo volvió a hacer, resignado preparó leche para el Nino y dos filetes de cerdo para el mismo y Jaemin.

—¿Qué crees que diría tu papá si te viera?— llevaba horas hablando con su bebé, quien seguramente no le entendía, ni le prestaba atención por estar viendo baby tv.

—Renjun, me aburre mirar baby tv, eso es muy infantil, mejor miremos Tom y Jerry-—sentenció Jaemin.

—Jae, ¿crees que Yangyang quiera un hermanito?— preguntó en un segundo susurro.

—No lo sé, pero de lo que estoy seguro es que quieres otro bebé— rieron y se besaron lentamente.

—¿Quieres otro bebé?.

—Ya lo veremos.

Esto es un fanfic sobre el Renmin siendo padres y uno que otro capítulo con lemon de mala calidad.