xd actualizando tres años después

Después de la no muy agradable sorpresa— según Renjun y Jaemin— que tuvieron al enterarse de que los anteriores mencionados no esperaban uno, sino dos bebés, todo, a excepción de la pareja esperando a la mellizos se encontraban charlando y regocijandose con alegría por la noticia.

La celebración fue interrumpida por el tono de llamada de Mark, quién se levantó y contestó la llamada alejándose de los demás.

—Siempre dije que utilizar Crazy como tono de llamada fue lo mejor que a hecho Mark desde el día en que nació, después de darme a Hendery claramente.— expresó Donghyuck, limpiándose una lágrima falsa y todos comenzaron a reír por el comentario del moreno.

El canadiense, ajeno a la conversación, una vez que finalizó su llamada, se acercó a sus amigos y esposos con una sonrisa dibujada en el rostro.

—Era Yuta, vendrá dentro de un par de horas— reveló con alegría, tomando asiento nuevamente.

—Genial, viene el depresivo— empleó con sarcasmo, Renjun, rodando los ojos.— Mi día no puede mejorar más.— Sonrió falsamente.

—¡¿El tío Yuta vendrá?!— Inquirieron Yangyang, Kunhang y Dejun dando pequeños saltos de emoción.

—¡Sí!— Afirmó Mark, con la misma o más emoción que los tres pequeños niños.

—¡El tío Yuta es genial!— chillaron los niños, el tío Yuta era genial, siempre les regalaba dulces y su voz cuándo hablaba japonés era más profunda.

—Lo es— Se unió Jaemin, muy emocionado, demasiado, diría su esposo.

Renjun volvió a rodar los ojos.

—Se te van a quedar chuecos— Procedió a burlarse Chenle, observando el claro fastidio de su mayor.

Un par de horas más tarde y cuando Jaemin en compañía de Mark y los niños terminaron de cocinar, o mejor dicho, solamente Jaemin porque Mark no podía ni freír un huevo y los niños estaban demasiado chicos como para que sus padres les dejaran utilizar cuchillos. La puerta principal se abrió dejando ver a Yuta cargando una gran cantidad de bolsas de tiendas.

—¡Hola!— Saludó el japonés, viéndose rodeado de dos adultos y tres niños dándole abrazos cariñosos, invitándole a tomar asiento y ofreciéndole la comida que había Sido preparada con exclusividad para él.

Yuta después de estar satisfecho y con el estómago lleno, comenzó a repartir regalos a los niños y a Mark y a Jaemin, por supuesto.

—... ¿Y que hay de ustedes? Me enteré de que estaban esperando un bebé.

Habló Nakamoto sonriente.

—Dos...— balbuceó Renjun sobándose la cien, dios, dos bebés eran demasiados.

—Perdona no te escuché.

—Son dos— repitió, esta vez siendo escuchado claramente.

—¡Oh, son gemelos, increíble!.

—Son mellizos— dijo.— Y no, mi bolsillo no dice que es increíble— chistó, llorando internamente.

Luego se unas largas y numerosas argumentaciones sobre lo lindo que sería tener mellizos por parte de Yuta y los increíbles e innumerables puntos negativos por parte de Renjun, Yuta se llevó a Mark y Jaemin con él, para charlar con Mark y Jaemin en el jardín trasero. Donghyuck y Renjun no se pudieron resistir a pegarse a la ventana para tratar de escuchar, aunque fue meramente imposible.

—Deberían trabajar en sus celos tóxicos— aconsejó Chenle, con evidente preocupación, al ver la escena de sus dos amigos pegados en el cristal de la ventana.

Mientras tanto, Jisung entablaba una conversación telefónica con una chica que hace tan solo unos años atrás había querido quitárselo, Chenle tomó el teléfono del Coreano y le gritó a la chica que dejase de llamar o el mismo se encargaría de quitarle la peluca.

—¿Decías?— reprocharon el moreno y el chino mayor con una sonrisa burlesca.

—Lele, tan solo me estaba invitando a su boda— aclaró Jisung, lo cula fue un error porque Chenle le reclamó el porque la defendía. Y de esa manera discutieron hasta que los tres hombres que anteriormente se encontraban en el jardín trasero volvieron a entrar a la casa.

—¡Buenas noticias!— Se escuchó la voz del japonés lueho de treinta minutos de charla en privado con Mark y Jaemin.— Nana me ha permitido eligir el nombre de uno de los bebés.

Renjun crispó, inmediatamente se levantó del sillón en el cual se encontraba sentado y abrió la ojos en demasía.

—No.— Negó enfurecido— De ninguna manera... De ninguna manera voy a dejar que un hombre que se baña dos veces a la semana y como como oso a punto de iverbar elija el nombre de uno de mis bebes— declaró con firmeza mientras el el fondo se escuchó como Yuta decía; «En realidad me baño tres veces por semana no dos». El chino sonrió con ironía y retomó su asiento.

Por un momento pensaron que se haría la voluntad de Renjun, hasta que, como muy pocas y extrañas ocasiones Jaemin decidió llevarle la contraria.

—T-tu dijiste que eligiriamos el nombre según la apuesta, ahora son dos— titubeó intentando sonar decidido y firme, recordándole a su ve, al chino que ahora tendrían dos bebés, Renjun con las mejillas coloradas por la furia (que según los presentes le hacían lucir extremadamente adorables pero nadie lo diría en voz alta por temor a las mordaces palabras que Renjun decidía ampliar en su vocabulario cuando se encontraba enojado) y sus ojos fijos en su esposo —t-tu eliges uno y yo el otro— Jaemin siguió, está vez con menos seguridad al ver que como su esposo arrugaba la nariz.

—¡Jamás!— gruñó, avanzó un paso para acercarse a su esposa el cual retrocedió el paso que su esposo había dado, estaba empezando a temer por su integridad física y estuvo a punto de retractarse hasta que escuchó la voz de Donghyuck apoyándole (en estos momentos Donghyuck era el único que podría enfrentarse a Renjun).

—En realidad es justo, Huang— Empleó el moreno con voz tranquila, Renjun se cruzó de brazos e hizo un puchero.

—No quiero.

—Vamos, será el privilegiado del tío Yuta—Entonces, Nakamoto decidió también comentar al respecto y trató de poner los puntos privilegioso si le dejaban elegir el nombre. —Lo llevaré a convenciones, haremos cosplay juntos y hasta le invitaré ver anime en mi plasma gigante— decía el muchacho con expresión soñadora. Renjun frunció el seño.

—¡Mi hijo no va a ser un otaku y mucho menos va a ser influenciado por ti! No quiero que se bañe solo dos veces por semana.

—Me baño tres veces por semana— se defendió Nakamoto.

—No se reniega más, tu eliges el nombre de uno y yo del otro— Habló Jaemin con valentía.

—Puede ser mala influencia, ¡Yuta es gay!— pataleó Renjun.

—Tu también eres gay.

—Los apellidos coreanos no lucen con los japoneses.

—Los nombres chinos tampoco.

—¡Ayuda!.

Jaemin por fin había puesto su palabra ante la de Renjun, se sentía extrañamente extasiado. Aunque su felicidad no duró demasiado cuando llegó la hora de dormir, Jaemin no durmió con Renjun esa noche, ni la siguiente, ni la siguiente a la siguiente, ni la si...