Once | Un poco más grande
—Mierda, tres meses de embarazo es cansado.
—Amor, te has quejado de eso desde que dejamos a Yangyang en casa de Lele— indicó Jaemin, él no quería pasar el rato a solas con su esposo únicamente escuchando las quejas del embarazo.
—Tú tienes culpa Na Jaemin— protestó— ¿Sabes por qué?— Interpeló acariciando su vientre y mirando a Jaemin con un poco de rencor— porque tú metiste tu pene en mi culo.
—¡Tú querías un hijo y ahí lo tienes deja de quejarte!.
El pelirosa acusó para posteriormente volver su mirada al frente, no quería accidentes en la carretera tan transitada.
—¿Por qué me gritas?— sollozó repentinamente Renjun, con lágrimas cayendo de sus ojos, Na lo miró con pánico y buscó un lugar donde aparcar el auto.
—Jodidas hormonas del embarazo...— enervó con voz nerviosa, estacionó el auto y observó como Renjun seguía llorando.
Con exasperación palpeante tomó las manos del más bajo y dejo unos cuantos besos en sus nudillos.
—M-me g-gritaste— tembló.
—No lo hice para hacerte sentir mal, mi amor— intervino con frustración y desespere.
Renjun estaba siendo muy sensible con las emociones a causa de las hormonas del embarazo.
Un Renjun normal ni siquiera sé hubiera inmutado al grito o simplemente le hubiese dado un zape y pedir más respeto alzando la voz más que él.
Jaemin también se sentía un poco alterado con el embarazo de su esposo, aunque estaba muy consiente de que el no se estaba llevando la peor parte sino Renjun, pero se desvelaba casi todos los días y cuidaba de su esposo aparte de su trabajo, era agotador y le irritaba.
—¿Enserio?— preguntó con sus ojitos más abiertos, secándose las lágrimas con las muñecas de las manos.
—Si— aseguró dejando un casto beso en la frente del mayor— te adoro, disculpa el alzar la voz, ando un poco irritado y me da pánico verte llorar porque normalmente eres un odioso, de buena manera— se auto corrigió riendo.
—L-lo siento, soy un llorón.
—No lo eres, ven aquí— Jaemin se pasó al asiento trasero del auto llamando a Huang consigo, palmeó sus piernas y el cuerpo cálido de Renjun se pegó a él.
—¿Me das un besito, uno chiquito?— susurró mimoso, esto si que estaba siendo extraño, Renjun no era mimoso.
—¿Por qué tan chiquito?—alegó —Yo quiero darte uno largo.
—¿Quieres sentir al bebé?— cuestionó el mayor, Na asintió y llevó su mano al abultado vientre de su esposo, sonriendo como idiota, dejó un pico en los labios rosados de Renjun y no pudo evitar dibujar una mueca de extrañes en su rostro al momento de darse cuenta de algo.
—Oye, ¿No crees que tu vientre se ve más grande que cuando tenías los tres meses con Yangyang?.
—Pensé que solo yo lo tenía en mi mente...
—¿Cuando toca la cita con el obstetra?— interrogó tomando la cintura estrecha del peligris.
—Pasado mañana— recordó en voz baja.
—Esperemos y todo esté bien.
Lemon para el próximo capítulo, la verdad es que tengo un poquito de pereza, así que para la próxima actualización les traigo el lemon.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro