Nueve | Viaje al pasado 2/2
10 años atrás
Ambos jóvenes se encontraban cada uno en un extremo de la sala de estar en el hogar del menor, mordiendo sus uñas a raíz del nervio y manteniendo las miradas fijas en el otro.
—Creo que estoy listo— murmuró él mayor con decisión acercándose al más alto a paso firme.
—¿Qué?— abrió los ojos en demasía, retrocedió unos pasos, aún sin creerlo, bien, eso no se lo esperaba mucho menos ese día.
—Hagamoslo— sintiéndose listo, paseó la vista por todo el lugar y se acercó a Jaemin, escondió su cara en el pecho del más alto y rodeó cuello con sus delegados brazos— estoy listo, creo que ya te he hecho esperar mucho tiempo...
—P-pero–
—Hagamoslo ahora o me voy a arrepentir— con nervios esas palabras salieron de su boca con temblor, mordió su labio inferior y tomó la iniciativa de besar los labios de Jaemin, confundido y con dudas bajó las manos hacia la estrecha cintura del chino, siguió el beso con lentitud y alzó a su novio.
Subió las escaleras a paso torpe, cargando en sus brazos el cuerpo ligero de Huang, con los nervios a flor de piel y emoción corriendo por sus venas, besó la mejilla de Renjun acostándolo con suma delicadeza en su cama.
Juntaron sus labios nuevamente, dejándose llevar por los toques y manos traviesas del otro, explorando, los movimientos no tardaron en hacerse presente, las manos suaves y pequeñas de Renjun acariciando los brazos del menor sin prisas, con delicadeza Jaemin bajó los besos hasta el cuello del chino, sacándole suspiros, jadeos y suaves sonidos entrecortados, avergonzando de quien provenían.
La ropa empezó a estorbar, sobrando en el ambiente, lentamente y sin apresurarse fueron deshaciendo de cada una de las prendas que ese día vestían.
Jadeante y con la respiración agitada, Na, se separó de su novio, regalándole unos ojos llenos de confusión mirándole titubeante, sonrió levemente y bajó la atenta mirada de su pequeño novio de escondió en el cuello del más bajo.
—¿Qué pasa?— inquirió, inquieto y confuso, acarició el cuello del más alto con suavidad, enterrando sus uñas de vez en cuando, mandando corrientes eléctricas a su espina dorsal.
—No sé cómo hacer esto— rió sonoramente, dejando hacerse de Renjun con sus caricias delicadas.
—¿Deberíamos ver un vídeo porno?— sugirió Renjun bajando sus caricias a la espalda desnuda de Jaemin.
—No creo que resulte.
—Lo buscaré en internet— con una mano tanteó en la cama hasta que encontró el aparato no muy alejado de su cuerpo.—Primero ponte el condón— dijo leyendo, una vez que buscó la información en internet.
—No tengo un condón— habló con los ojos muy abiertos.
—Buscalos en el cuarto de tu hermano.
—No creo que Yesung tenga condones— negó con su cabeza y acarició suavemente las caderas de su novio.
—Ve a buscarlos, debe tener, su novio viene solo en las madrugadas pensando en que nadie se da cuenta que está aquí— ambos rieron por el anterior comentario.
Jaemin enrolló una toalla en su cintura antes de la habitación para buscar un condón en la de su hermano mayor, Huang con vergüenza, enrolló su cuerpo en las sábanas, estaba completamente desnudo y le ponía nervioso estar tan expuesto.
—Los encontré— unos minutos más tarde, Jaemin entró a la habitación con unos cuantos condones entre sus manos —No sé cómo ponerlos— admitió con la mirada llena de pánico.
—Yo menos— soltó una carcajada.
—No tengo rías— apretó sus labios en una línea recta conteniendo las ganas de reírse, no solo de su novio, sino de ambos, estaban siendo realmente patéticos.
—Disculpa, pero es demasiado gracioso.
Jaemin negó y tomó uno de los condones mientras buscaban en internet— su nuevo mejor amigo— como hacerlo, hizo todo lo que Renjun indicó pero la mayoría de los condones salieron volando por los aires y otros se rompían antes de siquiera encajarlos.
—Listo— dijo con emoción y alivio una vez que la misión poner un condón resultó sumamente exitosa a pesar de las burlas de Huang. Lentamente apartó las sábanas del delgado cuerpo de un sonrojado y ansioso Renjun.
—Te amo— musitó una vez que habían acabado.
—P-puede que yo también— titubeó recostándose en el pecho amplió de Na.
—¿Podrías dejar tu maldito orgullo a un lado?.
—No lo creo— bromeó—Cuando tengamos un bebé quiero... Quiero que se llame Yangyang— susurró después de un rato, tomando la mano de su novio, trazando círculos en la palma de la mano.
—¿Quieres tener un hijo?— preguntó Jaemin sorprendido.
—Tendremos un niño que se llame Yangyang y será tan guapo como su padre.
—Me gustaría que se llamara Pancracio.
—Ese nombre es horrible— hace una mueca de desagrado tras la sugerencia de su novio.
—Entonces Berna si es niña.
—Dejemos está conversación para cuando esté embarazado, pero ten en cuenta que no se va a llamar ni Pancracio, ni Berna.
—Te amo.
—Tonto.
Los tres pequeños se encontraban reunidos en casa de Hendery, haciendo el intento de portarse bien y no cometer alguna travesura que los dejara sin almuerzo.
Habían sido amenazados por Donghyuck mientras Mark no veía, ni escuchaba, por supuesto si su esposo hubiese estado presente los tres pequeños no se preocuparían por su almuerzo.
—Mis padres últimamente andan muy románticos— contó el pequeño con un mohín en sus labios, viéndose adorable a los ojos de Hendery y Dejun.
—Los míos también— secundó Dejun con asco, fingiendo estremecerse.
—Mis papás siempre lo son— habló Hendery, suspirando con aires de soñador.
—Eso es asqueroso— articuló Yangyang.
—Tienes razón— concordó el mayor de los pequeños.
—Yo quiero un novio— susurró Hendery viendo a la pareja de la película.
—Y yo una novia— admitió Xiaojun.
—Yo quiero un perrito.
—Hagamos una broma— los dos chicos prestaron completa atención a Hendery.
—Descubrí dónde Jisung esconde las llaves del taller— dijo con malicia.
—Wow— asombró Yangyang.
—Así hace tu papá— recordó Hendery a Yangyang, enfatizando el wow del pequeño Na.
—Lo sé, mi papá es genial— sonrió orgulloso.
—El mío es más genial.
—Nefelibatas— canturreó Dejun comiendo una paleta, ajeno a la discusión de sus dos amigos.
—Estoy aburrido— habló Yangyang llamando la atención de ambos niños.
—Recuérdame que jamás debemos decirle a nuestros padres que queremos venir a casa de Hendery— dijo Dejun con un pucherito.
—Pensé que estaría solo papá Makku, no sabía que papi Hyuck estaría hoy aquí.
—El tío Mark es genial.
—Papi Hyuck también—con indignación, defendió a su padre.
—Pero él no nos deja ir a molestar al vecino.
—Pues entonces no vengan a mi casa, ustedes son malvados, yo siempre tengo que insistir a mis papás para que me lleven a sus casas y ustedes no quieren venir a la mía nunca— contó las dificultades para poder reunirse con ellos con los ojos llenos de lágrimas, levantándose para ir a su habitación dejando a ambos amigos en la sala de su casa.
Siempre se quejaban de su papi Hyuck, cuando realmente, él solo los amenazaba para impedir travesuras, que aunque las hicieran, Donghyuck les daría su almuerzo igualmente.
Su papá no era malo como sus dos mejores amigos quejaban.
Minutos después escuchó como la puerta se abría, por un momento pensó que era su papá, hasta que sintió dos cuerpos encima de él.
—Lo sentimos.
—Haremos el esfuerzo por soportar al tío Donghyuck.
Luego lo corrijo, es que andaba sin inspiración.
Soy un asco para escribir escenas sexuales, mis más sinceras disculpas.
Ésto lo iba a públicar el domingo pero mi teléfono como que no sirve.
Tengo un one shot Renle por si quieren leerlo.
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