
I am...
Háganme saber cualquier error con los nombres.
—¿Estás listo?.
El castaño negó sin despegar en ningún momento su vista de la zona de llegada del aeropuerto.
—Creo que no voy a estarlo nunca.
Tzuyu tomó la mano de su hermano, el menor la miró y la contraria le sonrió ligeramente con aquella calidez familiar que la caracterizaba.
—Todo saldrá bien. —Dijo para
tranquilizarle.
El tenía toda la razón del mundo para
que su corazón estuviera acelerado, sus manos sudaran y la ansiedad lo
carcomíera al pensar si lo que estaba
haciendo era una buena idea.
Porque para Renjun, revelar su orientación sexual nunca fue una opción.
Asintió y regresó su vista al lugar
donde estaba inicialmente, notando
como segundos después un grupo de
personas iba ingresando por la gran
puerta de vidrio y metal blanco.
Respiró hondo y colocó la sonrisa más
grande que pudo cuando vió a sus
progenitores entrar con aquella
elegancia de siempre por el amplio
pasillo del aeropuerto de Incheon.
Aqui vamos.
(...)
—Renjun, tráeme un vaso con agua por favor. —Pidió la señora Huang
mientras se sentaba en el sofá más
grande del departamento.
—Xinling, dale a mamá. —Pidió el
varón mientras le pasaba lo solicitado
por la mayor.
La anterior mencionada tomó el vaso y se lo llevó a su madre, en simultáneo Tzuyu ayudaba a su padre a colocar las maletas en un sitio donde no estorbaran.
—Renjun, ¿dónde pusiste nuestras cosas?— Preguntó su padre.
—En la habitación extra. Traje todo de la aduana en cuanto llegó.
El señor Huang asintió y se sentó
junto a su esposa.
Tzuyu y Xinling tomaron un mismo
sillón frente a sus padres y Renjun un sofá al costado luego de regresar de la
cocina.
—Oh, Renjun ha comprado muebles
m ientras no estábamos. ¿Acaso esperas visitas más seguido?— Interrogó su madre en un tono divertido.
El corazón de Renjun reaccionó de
inmediato, se sonrojó y bajó la mirada.
—¿De qué hablas? —Preguntó más para sí mismo en un bajo murmuro.
—Ay, no tienes que avergonzarte bebé. Ya tienes veinte años, es normal que tengas novia.
Tzuyu miró a su hermano con ligera
incomodidad, sorprendiéndose al ver a Renjun sonriente mientras observaba a su madre.
—De hecho, madre-...
El castaño estaba por terminar de
hablar cuando el timbre sueña.
La menor de todos los presentes se
levantó y dirigió hasta la puerta, al
abrir se encontró con un grupo de
trabajadores de mudanza.
—¿Casa de los Huang? —Xinlinh
asintió.-—somos de la compañía de
mudanzas del señor Choi, venimos a
dejar las cajas faltantes.
—Ah, adelante muchachos. Entrencon
confianza. —Les dijo el señor Huang
mientras se levantaba para estrechar
su mano con la del trabajador.
Entonces todos comenzaron a atender a las personas de la mudanza, dejando a Renjun con la palabra en la boca.
(...)
Tres días más tarde Renjun estaba por hacer un segundo intento para revelar la verdad.
Estaban en el momento en el que
degustaban la cena que había
preparado la hija mayor de la familia.
Todos sentados en la misma mesa a
pesar de quedar un poco estrechos.
—Renjun, deberías comprar una mesa más grande. ¿Qué pasa si tu novia tiene padres caprichosos? o quizás con más. cuerpo.—Habló su progenitor mientras se daba a entender con expresiones corporales.
—Papá. No tengo novia, yo-...
—Hablando de eso; La hija y la sobrina de la señora del piso de arriba están solteras, yo las ví ayer; son muy bonitas y sanas, deberías salir con alguna de ellas. —Afirmó su madre.
—Mamá, a Renjun no le van las ch-...
Estaba hablando Xinling con la boca
llena cuando recibió una patada en la
canilla de parte de su hermano.
Renjun miró de inmediato a Tzuyu con una ceja enarcada.
¿No que podrías guardar el secreto?
La menor comenzó a toser fuerte y el
señor Huang tuvo que servirle más
agua para que pudiera tragar
adecuadamente.
Renjun suspiró bajo mientras se resignaba a seguir comiendo.
(...)
Dicen que la tercera era la vencida.
Pero Renjun ya llevaba más de seis
intentos en las últimas dos semanas de revelarles su sexualidad a sus padres.
El anterior mencionado estaba
acostado en su cama, cansado luego de un largo día de universidad.
Tomó su teléfono y lo desbloqueó,
dispuesto a responder los mensajes de
sus compañeros y amigos antes de que creyeran que él los ignoraba; Sin
embargo, su plan se fue por la borda en cuanto el apodo "Nana" hizo
presencia entre sus contactos.
El chico no pudo evitar que su corazón se encogiera y lágrimas comenzaran a correr por sus ojos.
Aunque se consideraba alguien emocionalmente fuerte superar a alguien como Jaemin no era algo fácil.
Renjun lloraba un poco cada que pensaba en ello por no decir que lloraba a cántaros cada que creía estar solo.
—Renjun, tu tía te envío est-... ¿Ren? ¿por qué lloras, bebé?
Su madre quién había entrado de
repente no notó cuando Renjun guardó su teléfono en su bolsillo, en su lugar se concentró en las lágrimas del mismo.
—No es n-nada. —Afirmó Renjun mientras se sentaba en su cama y dejaba que su madre secara sus lágrimas como cuando era un niño.
—Hijo, sabes que puedes decirnos todo lo que te ocurre, ¿no? —Habló la mujer en el típico tono cálido de una madre.
—Hay cosas... que no te puedo decir,
mamá. —Afirmó Renjun en un murmuro que igual su madre alcanzó a oír.
—¿Cosas? ¿Quéue cosas Ren-..?.
—¡Cariño, ven un momento! —La llamó su esposo en un tono algo extraño, interrumpiendola.
—¡Voy!—Exclamó en respuesta. —En un momento vuelvo.
Dicho eso la mujer salió disparada
hasta donde su marido se encontraba.
Y ese en un momento vuelvo nunca se
cumplió ya que a la mayor probablemente se le olvidó.
Ella era demasiado despistada, así que tenía sentido.
O eso creía Renjun.
(...)
No sabe cuándo ni cómo pero desde
hace dos días, luego de que su madre lo encontró llorando en su habitación,
todo en la familia se encontraba
extrañamente tenso e incómodo.
No sabía si ese era el caso pero el
menor sentía que sus padres lo
evitaban.
Así que usar la típica excusa familiar
de una noche de películas era lo mejor
según él.
De paso aprovecharía para
poder salir del closet.
Eran las tres de la tarde cuando sus
padres finalmente salieron de su
habitación, llegando a la sala de estar y encontrándose con el menor con la sala preparada para ver películas.
—Renjun, ¿qué es todo esto? —Preguntó primero su madre.
—¡Tengamos una noche de películas!
Como cuando estábamos en Jilin, ¿si? Tzuyu llegará en un rato y tengo algunas películas que le gustarán
a Xinling.
Sus progenitores estaban por negarse
pero Renjun les sonrió tan brillante que estos no pudieron decirle un no.
En el sofá más grande estaban sus
padres. En el sofá mediano a un
costado irían sus hermanas y en el
espacio libre en el primer mueble
mencionado iría él.
Renjun estaba dejando el bowl con
palomitas en la mesa cuando su padre
hizo un comentario que probablemente creyó que el castaño no oiría.
—No puedo hacer esto.
Renjun aprovechó que desde ese ángulo sus padres no lo veían al rostro y se permitió enarcar una ceja.
El menor ignoró esoy en su lugar
regresó a la cocina para pasarle un
mensaje a su hermana preguntándole
dónde estaba.
No había terminado de redactar su
mensaje cuando escuchó como la
puerta de su departamento era abierta.
Regresó a la sala y vió a sus dos
hermanas entrando con algunas bolsas que iban dejando en la pequeña mesa de centro.
—Hola Renjun.— Saludaron ambas chicas en cuanto lo vieron entrar a la sala.
Ahora...
¿Era idea suya o eso fue una mirada
desaprobatoria de su padre?
(...)
Todo estaba listo en la sala, chucherías y bebidas preparadas, película elegida y asientos asignados (por así decirlo), al tener todo en orden Renjun le puso play a
la película; los créditos iniciales
estaban corriendo cuando al sentarse
en el gran mueble junto a su madre
pudo notar como su padre se removió
un poco, atrayendo a su esposa hacia si mismo y alejándola de Renjun.
El menor miró el acto con confusión,
estaba a punto de preguntar al respecto cuando siente un peso en su hombro y al girarse ve a su hermana mayor haciéndole señas para cambiar de lugar.
Aún confundido, Renjun acepta.
La película había comenzado y nadie
había dicho nada. A pesar de que la
película era realmente cómica nadie se permitía reír y eso lo volvía realmente incómodo; todo lo contrario al ambiente que el chico esperaba cuando decidió reunir a su familia.
—¿Qué ocurrió?—Preguntó Xinling en un susurro.
—No lo sé. —Respondió Renjun de la misma manera.
A mitad de filme la puerta fue tocada.
Queriendo huir de aquella aura de
tensión Renjun saltó de su asiento para ir a revisar.
La mirada de su padre le siguió
en todo momento y eso solo le hacía
sentir aún más incómodo.
Se sentía como un niño a punto de
recibir el castigo de su vida.
Al llegar a la puerta la abrio sin ningún tipo de expresión en específico, y automáticamente su rostro reflejó sorpresa y anhelo cuando del otro lado de la puerta Jaemin hizo presencia.
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