
Día siete: LO(?)ER
Se había quedado estático frente a la
puerta, lágrimas derramándose y su
mano extendida como si aún tuviera
alguna oportunidad para alcanzar al
chico que hace unos segundos estuvo
frente a frente con él.
Sus piernas y brazos temblaban, su vista se había vuelto borrosa y su mente repetía insistentemente todo lo ocurrido hace tan solo unos minutos atrás.
—He estado pensando, y creo que...
No por favor, no.
—Creo que esto —Dijo el peliazul
mientras se señalaba, luego al castaño
y repetía.— esto no está funcionando, Renjun.
Jaemin, no, por favor.
—Lo mejor es terminar.
—Jae, n-no... mira y-yo... prometo que—...
—Esto no es cuestión de ti o de mi, Huang.
¿No me dirás Junnie? ¿Cariño, Bebé,
amor?...
—Simplemente ya no funciona. —Dijo
mientras se encogía de hombros,
evitando la mirada cristalina del
menor.
Jaemin al no ver reacción de parte del
más bajo estaba dispuesto a irse
mientras murmuraba un lo siento, sin
embargo el menor reaccionó justo a
tiempo para poder tomar al peliazul
por la muñeca.
—Jaemin.
El mayor se soltó de repente, sin
siquiera dejarle terminar.
—No. Yo no puedo, ¿okay?, no voy a...-
no voy a cambiar de opinión.
Y dicho eso se fue.
Jaemin se fue dejando un corazón
completamente destrozado atrás
nientras se llevaba el suyo en las
mismas condiciones.
(...)
Enterró su cabeza en su almohada,
buscando ahogarse entre lágrimas o
asfixiarse, la que ocurriera primero
realmente. Parecía que sufrir las
próximas horas sería lo mejor, de todas formas en algún momento debía dejar de llorar.
Dios, ¿Qué había hecho?.
Cuando creyó que terminar con
Jaemin era la mejor opción no pensó
que dolería tanto. Sus ojos ardían cual
infierno, su garganta estaba casi
cerrada por completo y no importaba
cuanto sollozara simplemente no
hablar fin.
Él estaba sufriendo tanto.
Golpeó el colchón varias veces sin sacar su rostro de su almohada, demostrando en cada choque su frustración y arrepentimiento.
Golpeó una y otra y otra y otra y otra
vez hasta que su brazo dolió lo
suficiente.
—No tienes el derecho. —Se dijo así
mismo entre sollozos.— Mierda, Renjun, detente.
Pero no podía.
Por más que quisiera acabar con todo y desaparecer de la faz de la tierra no
podía.
Había lastimado tanto a Jaemin en tan poco tiempo, ¡Habia logrado su objetivo!.
Pero no estaba bien con ello.
A veces lo que queremos no es lo mejor para nosotros y nos arrepentimos constantemente.
Eso era algo que Renjun estaba aprendiendo recién y, joder, desearía tanto no haber tenido que llegar a ese punto.
De la nada su teléfono comenzó a sonar en su bolsillo haciéndole pegar un respingo.
Entre lágrimas e hipidos sacó el
aparato de su bolsillo, al ver la pantalla vió el contacto de su hermana acompanado de su canción favorita, Love me de NU'EST.
Dios, era como meter sal a la herida.
Frustrado y sin preocuparse en detener sus lágrimas o espasmos colocó su teléfono en modo avión para luego lanzarlo a alguna parte de su cama y volver a enterrar su cara en su almohada como en un principio.
El silencio de su habitación era llenado por insultos que se lanzaba a si mismo entre murmullos o por los movimientos que hacía al jalar su cabello o golpear la superficie en la que estaba.
De repente simplemente se detuvo,
luego de más de tres horas en lo mismo Renjun finalmente se había agotado.
Su corazón dolía pero ya no había
lágrimas que soltar. Intentó regular su respiración y como pudo lo logró.
Al final terminó boca arriba, abrazando su almohada mientras miraba el techo de su habitación, permaneciendo en silencio mientras dejaba que su mente fluyera como quisiera, atormentándolo de diferentes maneras pero sin lograrle sacar alguna lágrima de nuevo.
Jaemin no había muerto o algo así
para llorar tanto. ¿Esto no era lo que
querías acaso, Renjun?.
Tragó grueso ante su propio
pensamiento. ¿Como había arruinado
tanto en tan poco tiempo?.
Definitivamente era un idiota.
Sinceramente en ese momento deseaba no haber sido un cobarde o haber inventado planes inútiles que solo le harían sufrir. ¿Lo peor? que él sabía que algo así iba a pasar pero se negaba a pensar en ello.
Luego de un rato sufriendo en silencio decidió tomar su teléfono, quitó el modo avión y dejó que las cientos de llamadas perdidas de su hermana mayor se hicieran presentes entre sus notificaciones junto con sus múltiples mensajes.
Tzuyu
↪️¿Terminaste con Jaemin?
4:57pm
↪️ Renjun, te dije que esto era egoísta y de todas formas continúaste.
4:57pm
↪️¿Estás bien?
5:16pm
↪️¡Renjun, respóndeme!
5:18pm
↪️Juro que si no me respondes en este
momento iré a tu departamento,
pequeño mocoso.
5:29pm
Renjun no tuvo suficiente tiempo para pensar cuando la puerta de su
habitación fue abierta con prisa y una
chica de cabellos largos y castaños se
apareció frente a él.
—¡Me tenías preocupada, niño!—
Exclamó la chica mientras soltaba un
gran suspiro de alivio al ver a su
hermano en una pieza.
Entonces lo primero que Renjun hizo al ver a su hermana fue echarse a llorar otra vez.
(...)
Un té de Jamaica caliente yacía en sus
manos. El único varón de la familia Huang estaba sentado —0 acurrucado, más bien.— en el sofá principal de la sala de su departamento, su hermana mayor sentándose junto a él luego de
entregarle la pequeña taza de
porcelana blanca.
—¿Quieres hablar sobre lo que pasó?— Preguntó la fémina a lo que el menor negó con la cabeza.
Tzuyu suspiró. Claramente su hermano se estaba cerrando a contarle toda la historia porque a-) o no confiaba o b) la había cagado en grande.
Probablemente la segunda.
Tzuyu solo sabía que Renjun quería que Jaemin le terminara, pero ni siquiera sabía muy bien qué cosas había hecho el menor para llegar a este punto.
—Mañana vienen mamá y papá...-
Comentó la mayor luego de unos
minutos, notando como el castaño se
tensó al instante.— Quieres que vaya
contigo a recibirlos?.
Luego de unos segundos que para la fémina parecieron eternos Renjun asintió, tomando después algo del delicioso té que ayudaba ligeramente a su malestar en la garganta.
—Y-yo...— Intentó hablar el menor pero su voz se rompió de inmediato.
Tzuyu volvió a abrazar a su hermano,
dejando que este reposara su cabeza
sobre su hombro y que lo usara como
pañuelo mientras lo mecía ligeramente como si fuera un bebé.
Y Dios, Renjun parecía un bebé por las decisiones que tomaba.
Los hermanos Huang se mantuvieron
así por un rato. Renjun realmente
extrañaba a la castaña a pesar de que
se veían y hablaban con regularidad,
tenerla en un momento como ese era
algo que agradecía en demasía.
Mientras Renjun pensaba en cuanto
agradecía tener una hermana cómo
Tzuyu, la mayor estaba enviando algunos mensajes de forma discreta a espaldas del menor.
Renjun le agradecería luego.
Luego de que dejara su pobre camisa
en paz, por supuesto.
PERDÓN POR ACTUALIZAR A ESTÁS HORAS
Para los que no sepan cambié de user, por si no se acuerdan antes era @_jxlxx04_ y ahora soy @consecratingJupiter
Lo digo nada más que todo para que no piensen extraño cuando les conteste los comentarios.
Voy a invadirlos de los mismo en las actualizaciones de los demás fics, así que no se molesten, igual y no es como si voy a poner el mismo aviso en cada actualización de esta historia, es solo está vez.
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