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I; Goodbye

ᴇɴᴇʀᴏ 24
7;08 ᴀ.ᴍ

Un sabor amargo llenaba la boca del hombre mientras devolvía todo lo que tenía en el estómago, sentía que se iba a desmayar en cualquier momento. Intentó ponerse de pie pero volvió a caer entre los contenedores de basura sin éxito.

Por suerte, a su lado su amigo lo tomó por le hombro y lo puso de pie con fuerza.

¡Zungas todas! -gritó el borracho recostado en su amigo- Menos tú, eres el único que no me abandona, ¿cierto Tulio?

Primero, es Lucius -le corrigió el contrario- Segundo, te llevaré a casa a menos que me vomites encima.

Y como si lo hubiera pedido, le vomitaron encima del zapato.

¡Pero no hagas eso, David! -lo regañó su amigo- Eres asqueroso, ahora súbete al carro.

El llamado David obedeció y se subió a la parte trasera del carro con torpeza, luego se hizo bolita allí intentando dormir, pero no le duró mucho ya que su celular empezó a sonar, su tono de llamada cantó "Sácame del bolsillo, sácame del bolsillo", lo sacó con pereza y se lo puso al oído.

¡David Rogers! -la voz de su jefe furioso lo levantó de inmediato- Te estoy esperando en mi oficina desde hace más de media hora, ¿se puede saber por qué no estás aquí?

—Je-Jefe.. -el nombrado se levantó y empezó a pensar en una excusa- El tráfico está terrible hoy, ya estoy a dos cuadras de la estación, solo deme cinco minutos..

—Eso espero, tenemos una conversación muy seria pendiente -finalizó su jefe antes de colgar con enojo la llamada-.

—Te van a despedir -le avisó Lucius mientras encendía el carro-.

—Eso has dicho todas las veces anteriores, esta no es nada nuevo -contestó indiferente mientras se volvía a acostar en las sillas traseras- Ahora, directo al apartamento.

...

9;45 ᴀ.ᴍ

Y así fue como cogido de la tarde, mal vestido y con el aliento del alcohol, nuestro protagonista manejó todo el camino desde su apartamento hasta la estación de policías de ciudad Anaconda insultando cualquier carro que se atravesara en los semáforos.

Finalmente había llegado, media hora más tarde de lo que había prometido, pero había llegado que era lo importante, se examinó la cara en el retrovisor del carro, se veía como si hubiera estado tomando toda la noche porque le habían terminado, y así entró a la estación.

Atravesó la estación con una calma fingida, en realidad sentía las miradas de todos sus compañeros encima y eso lo ponía nervioso, pero no podía delatarse, así que siguió andando directo a la puerta del jefe, donde le esperaba otro regaño aún peor. Tomó un fuerte suspiro y pasó al cuarto sin siquiera tocar, encontró a su robusto jefe (por no decirle gordo) hablando con uno de sus compañeros, se voltearon a verlo con indiferencia.

—Te estábamos esperando, Rogers -le dijo su superior, estaba tomando café y lo miraba con furia encendida- ¿Por qué llegaste tarde, de nuevo? Y espero no escuchar las excusas que inventas de "Justin Bieber voló sobre mi cabeza y me prohibió venir" o "Estaba en el funeral de mi abuelita" porque sé que no tienes.

—No me va a creer jefe, pero mi novia me dejó y me sentía tan mal.. -empezó a decir antes de ser interrumpido-.

—¡Y A MÍ QUÉ ME IMPORTA! -gritó azotando la mesa- ¡¿Acaso los crímenes se detuvieron por su ruptura?!

—No, pero..

—Ya no te aguanto más, toda tu irresponsabilidad, dije que no más de cinco llegadas tardes este mes.. -empezó a decir el jefe-.

—¡Exacto! -interrumpió el detective- Apenas voy en la cuarta llegada tarde.

—¡Porque para la quinta ya no estarás aquí!

—¡¿Qué?! -David de acercó al jefe y lo tomó por la corbata- No sea tan rudo, deme otra oportunidad, si quiere le beso los zapatos..

Su jefe lo miró con desagrado y se soltó de su agarre.

—Jefe, ¿Por qué no le da un castigo menos cruel? -interrumpió el oficial que había estado ahí dentro desde el comienzo- Me parece que el detective Rogers merece una oportunidad.

El superior pareció meditarlo unos segundos.

—Es cierto, traiga un mapa oficial Grayson -pidió el robusto jefe-.

Cuando el oficial Grayson obedeció el jefe estiró el mapa y lo ojeó cuidadosamente.

—¿Ves este punto en blanco aquí? Ahí irás.

—¿Y eso qué es? -preguntó el detective-.

—Quiero que vayas y me des un reporte del lugar cuando vuelvas -le explicó su jefe- Nada complicado, ¿Cierto?

—¿Entonces iré a buscar una tribu indígena en ese punto en blanco? -preguntó ingenuamente el detective-.

—¡Si, eso mismo! -replicó el jefe- Y no vuelvas muy pronto, tómate tu tiempo.

—¡Gracias por la oportunidad jefe, no lo decepcionaré!

Y dando saltitos de alegría salió de la oficina, y también del edificio.

—¿Lo acabas de mandar a la puta mierda indirectamente? -preguntó el oficial Grayson-.

—Lo acabo de mandar a la puta mierda -confirmó el jefe- Y ojalá se quede por allá.

El oficial Grayson se dispuso también a salir de la oficina, pero antes se tomó la nariz y cubrió la sangre que por allí le caía, se limpió evitando levantar sospechas y se retiró.

...


Así que el detective, muy emocionado, se dirigió a su apartamento y empezó a empacar maletas, se sentía orgulloso de tener una 'Misión especial', también aprovechó para contárselo a su amigo.

—Mira David, te echaron del trabajo indirectamente -le empezó a explicar Lucius- Tal vez pueda hablar con mi padre y que entres al negocio..

—¿Bromeas? -contestó David- No necesito trabajo, iré al bosque a colonizar nativos, ¿No es genial?

Su amigo se golpeó la frente al otro lado de la línea

—Tengo que colgar ahora, pero por favor piénsalo bien antes de cometer una estupidez.

Y dicho eso colgó.

Pero el detective no prestó atención a sus palabras y siguió empacando indiferente. Finalmente dejó una nota en el mesón de la cocina, acompañada de sus llaves, ya no las necesitaría. Releyó la nota por encima: 

"Querida Emma:

Si lees esto, quiero decirte que eres una perra.

Aún te amo, pero ojalá un camión atropelle a tu perro. Pero ojalá no le pase nada malo, él si es un buen cachorro, no como tú, ve y ladra con el otro. Pero recuerda que siempre tendrás un espacio en mi corazón, pero para odiarte. Y espero nunca me olvides, porque yo si lo haré y te arrepentirás cuando sea un millonario y te rechace."

Y después iban un montón de posdatas llenas de más insultos, que ojalá le dolieran, pensó el detective. Se rió para sus adentros y abandonó el apartamento de una vez por todas, ya no iba a posponer más su partida.

8;15 ᴀ.ᴍ

El detective había estado manejando por más de 7 horas, y sentía que los ojos se le cerraban lentamente, ya ni siquiera estaba seguro de a donde iba. Ahora iba manejando por lo que parecía un bosque, tenía enormes árboles que se entrelazaban por encima de la carretera, por lo que cubrían por completo el cielo y no permitían la entrada del sol, lo hacían ver tan siniestro que le causaba escalofríos.

Manejó monotonamente, hasta que algo en la vía llamó su atención y lo obligó a detener el carro, justo enfrente a él, había un árbol caído que no le dejaba lugar para pasar. Se bajó molesto y miró a su alrededor.

—Lo que faltaba, el camino está bloqueado -se tomó la frente cansado- Ahora todo esto se ve aún más aterrador..

Podía jurar que algo o alguien le susurraba al oído, movió su mano alrededor para espantar los mosquitos. Dio un suspiro y buscó alguna ruta alterna a un lado de la carretera, donde el árbol no alcanzaba había un espacio, tenía pastizal pero el carro pasaría a la perfección, solo rodearía un poco la autopista.

Subió de nuevo al auto y rodeó el árbol como lo había planteado y siguió su camino, aunque este se estaba poniendo aún más oscuro, entre los árboles se veía la neblina y todo era más borroso.

Rayos, debí haberme puesto gafas cuando dijeron, ahora no puedo diferenciar nada -se quejó mientras forzaba su vista a distinguir las señales de tránsito- Y este frío me está congelando hasta el culo.

El ambiente estaba tan lúgubre que puso algo de música para relajarse, no se quitaba de encima la sensación de las voces y necesitaba algo en que distraerse, aparte de ver el camino. La carretera se hacía cada vez más angosta y los árboles aún más altos, veía que tenían marcas en la corteza pero no se atrevía a examinarlos mucho.

—¿Qué clase de nativos son los que viven aquí? -preguntó para sí mismo, algo inútil-.

De repente el bosque empezó a aclararse, miró al cielo y los árboles habían disminuido. Finalmente no quedaba ninguno y al final de la carretera habían dos, uno a cada lado, frenó para verlos de cerca y cayó en cuenta de que tenían dos ojos enormes pintados, igual que todos los anteriores, pero por la forma parecía como si el carro estuviera a punta de pasar por lo que sería la nariz de un rostro.

Volvió a encender el carro y subió aún más el volumen de la música, de verdad le aterrorizaba todo el bosque, quería salir rápidamente de allí. Aceleró hacia la luz del sol, y cuando su vista se hubo acostumbrado de vuelta al brillo, vio que frente a él no había una carretera abierta, sino una entrada a unas murallas.

—¿Acaso he llegado a la muralla china? -murmuró el hombre a modo de broma, miraba hacia arriba asombrado-.

Era un enorme muro alto, viejo y desgastado, además del grafiti con mensajes extraños en las paredes "Let us in", "We want in", "Open the gates" entre otros más siniestros... Miró extrañado hacia todas partes, de la nada las voces se habían apagado y se sentía abandonado en medio de la nada.

Salió del coche y dio un portazo, cada vez se sentía más frustrado y perdido, miró a lo alto, como buscando alguna señal de vida.

—¿Hola? -distinguió como algo se movía arriba del muro, como un sensor, o una cámara- ¡Si, aquí! Estoy perdido y necesito direcciones..

Aguardó unos segundos esperando que alguien apareciera, pero nada.

—¡Por favor! -gritó una última vez, ya sin esperanzas-.

Pero para fortuna suya, la puerta se empezó a abrir lentamente con un ligero chirrido, se notaba que no había sido usada en bastante tiempo. David retrocedió con cautela y esperó a que se abriera por completo para mirar a su interior, se llevó una sorpresa al ver que se trataba de una ciudad (no China) quieta y callada, con enormes edificios y carteles llenos de color.

Subió de nuevo al coche y atravesó las puertas metálicas, las cuales se cerraron detrás suyo. Avanzó un rato buscando alguna señal de vida o algo que le indicara dónde se encontraba, pero solo veía anuncios de conciertos, obras de teatro, tecnología nueva, cosas de salud pero nada útil.

Paró el carro y se quedó sentado mirando por el vidrio, no se atrevía a bajar, se tomó la cabeza con las manos y sobrepensó un poco su situación, estaba atrapado en una ciudad amurallada donde no se veía a nadie y tal vez nunca pudiera salir y moriría solo con su carro y...

Un ruido lo sacó de su ensimismamiento, a su lado alguien tocaba la ventana, la bajó lentamente y se asomó un poco, se trataba de un hombre de gran altura, aunque no podía verle la cara con claridad.

¿Está todo bien señor? -preguntó el desconocido- Lo veo allí parqueado desde hace un rato, como si estuviera perdido, ¿es extranjero?

—Por fin alguien aparece, no sabe cuan agradecido le estoy.. -el detective dio un suspiro aliviado y abrió los ojos- ¿En dónde me encuentro ahora?

Está en ciudad Lucella -le explicó el señor, pero luego habló con nerviosismo- No quiero sonar grosero pero, ¿Dónde están sus orejas? 

¿Qué? -el detective miró al retrovisor y efectivamente ahí estaban sus orejas, las señaló y volvió a mirar al señor- Pues, aquí mire...

Pero al asomar más la cabeza alcanzó a ver por completo al desconocido, tenía pelo gris y corto, piel morena y lo más sorprendente, unas orejas redondas se asomaban sobre su cabeza.

—¡No puede ser! -exclamó el humano- ¡Un furro!

El detective gritó tan fuerte como pudo, aunque sólo salió un chillido parecido al de los cerdos, el antropomorfo también gritó fuertemente; por toda la ciudad se escuchó el chillido y el rugido de ambos. Las puertas de algunas casas comenzaron a abrirse, también las ventanas de los altos edificios se descorrieron para dar a paso el misterio de este fuerte ruido.

¡¡UN HUMANO!!

Se alcanzaron a escuchar varios gritos de sorpresa y miedo, el detective pensó en subir el vidrio y retroceder de vuelta a la puerta de la muralla, pero detrás del furro salieron aún más, todos con trajes de policía, había parqueado frente a la estación de policía furra.

—Oh Dios mío -empezó a murmurar nervioso- No sé en donde me metí, no quiero que me coman, yo...

Otro policía furro se agachó y miró al humano por la ventana, se trataba de un tigrillo por su pelo anaranjado opaco y manchas en los brazos.

—Vaya, vaya -empezó a decir- Al jefe le va a gustar ver esto..

—¡Me van a comer! -lloriqueó el humano- Déjenme dar la vuelta, no les haré daño..

El tigrillo lo ignoró y abrió la puerta del auto indiferente, lo empujó por el hombro y lo guió hasta la puerta de la estación de policía.

—Es hora de un interrogatorio.

...

ᴇsᴛᴀᴄɪóɴ ᴅᴇ ᴘᴏʟɪᴄíᴀ ᴄɪᴜᴅᴀᴅ ʟᴜᴄᴇʟʟᴀ
9;44 ᴀ.ᴍ

El detective David ya había perdido la noción del tiempo que había pasado allí sentado, los furros lo rodeaban haciéndole preguntas cada vez más raras, desde como había llegado hasta cual era la dieta común de los humanos, se sentía mareado con tantas preguntas absurdas.

—¿Cuándo me podré ir? -repitió por milésima vez el humano, rascando su cabeza con estrés-.

—Ya te hemos dicho, hasta que hables con la verdad, y llegue el jefe -contestó el oficial tigrillo, se había dado cuenta que se llamaba Hansel por la placa en su nombre-.

El humano esperó otro rato sentado, se sentía fastidiado pero no había nada que hacer al respecto, y a los policías parecía no importarle en absoluto tenerlo allí todo el día.

—Hansel -detrás de él habló una voz femenina- El jefe viene en camino, yo hablaré con el humanito.

Todos se apartaron y le dieron espacio a una mujer, era una canguro de piel morena y pelo castaño, era muy alta y realmente atractiva.

—Como digas, Kylie -dijo el tigrillo de inmediato-.

—Así que este es el responsable de tanta conmoción -observó la recién llegada- Esperaba un alienígena o algo de verdad sorprendente, deberíamos llevarlo al alcalde y ya.

—¿Acaso no esperabas a alguien tan atractivo como yo? -preguntó el humano con un toque de narcicismo-.

—Bueno, no esperaba a un langaruto, escuálido y pálido como tú -replicó indiferente ella ofendiendo de inmediato al detective- Soy Kylie Jones, la detective de esta estación, y tú ahora me dirás como llegaste hasta aquí.

—Ya estoy cansado de repetir lo mismo, estaba perdido en el bosque porque iba en busca de nativos, cuando me encontré con la muralla -habló con aburrimiento, ya se sabía su propia historia de memoria- Luego la puerta se abrió, entré y vi a este mundo de animales en dos patas.

—Dices la verdad -murmuró la canguro- Esto es raro, le contaré al jefe y vuelvo.

Así que la mujer salió de la sala, y dejaron al humano otros 15 minutos ahí sentado, ya se había empezado a entumecer. Hasta que volvió la detective acompañada de un oso polar tan alto como ella, quien dio la orden de que los demás se retiraran.

—Es importante avisar al alcalde de tu llegada -fue lo primero que dijo el hombre albino-.

—Me da igual lo que hagan, con tal me dejen volver a casa -replicó molesto Rogers- Ya me duele el culo de tanto estar sentado.

Kylie soltó una risa burlona y negó con la cabeza.

—¿Y a dónde pretendes ir, humanito? No hay nada a mil kilometros a la redonda, solo verías bosque y animales salvajes.

—Como ustedes -soltó él en respuesta, le caía tan mal desde que la había visto-.

—Mire, según nos informan usted también es oficial de policía, estudiando criminología al parecer -el oso polar soltó un suspiro resignado- No hay muchos lugares a donde pueda ir, pero si le parece podemos recibirle como detective novato aquí.

—¿Qué? -preguntó confundido Rogers- Pero debo volver a mi hogar, no puedo quedarme aquí..

—Seré más clara -repitió Kylie con burla- No hay manera de salir de aquí así que aceptas la oferta o sobrevives por tu propia cuenta.

—Perdona que Kylie sea tan directa, no queremos presionarte -interrumpió el oso polar- Pero piénsalo, la oferta seguirá disponible y aquí esperaremos tu respuesta.

Así que finalmente soltaron al humano y le permitieron salir, se fue dando traspiés y renegando de los furros, pero los policías solo lo miraron indiferente.

—¿Enserio le ofreciste trabajo a ese mediocre? -preguntó finalmente la canguro cuando el humano se fue- Creo que ya hay suficientes detectives.

—No lo sé, creo que hoy me siento generoso -contestó el albino- Además nuestro detective cobra mucho, contigo y este humanito ya es suficiente.

—Bueno, habrá que darle una oportunidad -se resignó Kylie-.

...

11;22 ᴀ.ᴍ

Volviendo con nuestro humano, ya iba siendo la hora del almuerzo y sentía un hambre voraz, había estado dudando mucho sobre a dónde ir a comer, no conocía ningún lugar y lo más probable es que lo cocinaran a él en cuanto lo vieran.

Finalmente se decidió por un restaurante que lucía bastante lujoso, se veía grande y espacioso desde afuera, así que esperaba que la comida fuera igual de buena, entró con pasos tímidos y se asombró al ver la elegancia del lugar. Mesas con blancos manteles, sillas acolchonadas, cuadros costosos que decoraban las paredes, un enorme estanque en una pared repleto de pequeños peces que nadaban.

Lo bueno es que no parecía estar muy lleno, encontró una mesa sola y se sentó allí a esperar que alguien lo atendiera. Pronto llegó un tucán mesero del lugar, se acercó y le extendió una tableta.

—Bienvenido a Kitty's Kitchen, aquí tiene la carta para.. -el mesero hizo una pausa y miró al humano a los ojos- ¡Dios mío, un humano!

El tucán soltó todo lo que llevaba en la mano y salió corriendo de vuelta a la cocina, las pocas personas que estaban allí también soltaron exclamaciones ahogadas por la presencia de un humano en la ciudad.

—Nunca me acostumbraré a esto -se quejó David-.

Ya estaba dispuesto a levantarse de la mesa e irse a su carro, cuando vio que alguien iba directo a su mesa, sintió nervios pensando en que se lo iban a comer, pero se trataba de una pequeña gata, tenía piel morena, ojos de un verde claro, el pelo naranja y atado en una coleta. Se acercó al humano asombrada y soltó un gritito, pero no era miedo en su voz, pero admiración.

—¡Los rumores son ciertos! -dijo emocionada- ¡Si eres un humano!

—¿Si lo soy? -contestó nervioso él-.

—Mi nombre es Kaia, pero todos me dicen Kitty, soy la dueña del restaurante, ¡pero es un placer conocerte! -le tomó la mano y empezó a sacudirla enérgicamente-.

—Bueno, yo soy Rogers -contestó él recuperando la compostura- ¿Puedo preguntar, por qué Kitty?

—¿Mi apodo? -preguntó ella- Es por el nombre del restaurante, el señor que lo registró era sordo y escuchó "Kitty's Kitchen" en lugar de "Kaia's Kitchen".

—Tiene sentido -contestó el humano, y lo entendía porque él solía confundir una culebra con una hebra en el..-.

—Adelante, toma la carta -la gata tomó la tableta del piso y se la entregó, interrumpiendo sus pensamientos- ¡Yo misma cocinaré para ti!

La gata asintió con la cabeza y volvió dando saltitos a la cocina, no podía creer que ella fuera la dueña. Tomó la tableta y al abrirla se desplegó una clase de holograma que le mostraba cada plato y una imagen de referencia, sintió aún más hambre, se veían jugosos filetes acompañados de ensalada.

Finalmente se decidió por un bistec con ensalada dulce, acompañado con una gaseosa para calmar la sed, todo le pareció bastante tecnológico y sencillo. Y al cabo de pocos minutos un mesero nervioso le entregó su plato, todo se veía tan delicioso como en la imagen, y lo comió gustoso.

Cuando ya había terminado su plato, la gata volvió para hablarle.

—Veo que ya terminaste, ¿disfrutaste tu plato?

—Todo estaba delicioso -le agradeció el humano-.

—Ahora cuéntame, ¿cómo llegaste aquí? -la felina tomó asiento frente a él y lo miró expectante-.

—Pues bueno, venía a ver un bosque y terminé en esta ciudad amurallada llena de furros, nada interesante -dijo Rogers encogiéndose de hombros-.

—¡Pero que interesante! -contestó la gata emocionada-.

—Si tú lo dices -contestó no tan emocionado él- Ahora que lo pienso, ¿qué tan cierto es que no se puede salir de la ciudad?

—La verdad es que no he escuchado a nadie decir que ha salido, ni entrado a la ciudad -replicó Kitty mirando al suelo- Aparte de ti.

—Eso si es raro -el humano se rascó la cabeza sin saber qué hacer- Supongo entonces tendré que quedarme aquí.

—¡Eso seria genial! -contestó la chica, luego vio la cara de decepcionado del contrario y negó con la cabeza- Perdón, tal vez para ti no esté bien, pero a mí me emociona conocer a alguien nuevo.

—Está bien -el humano sonrió resignado y se encogió de hombros- Tendré que buscar donde quedarme y aceptar el trabajo en la estación.

—Puedo ayudarte si necesitas -ofreció la pelinaranja- Para mí sería un placer poder ser de ayuda.

Así que la felina, muy amablemente, le dio las direcciones de diferentes conjuntos residenciales que tal vez podrían agradarle, además de hablarle un poco de la ciudad y su historia, aunque al parecer ni ella estaba muy segura de lo que contaba, pero dejó pasar ese detalle.

...

6;44 ᴘ.ᴍ

Ya estaba atardeciendo y el humano por fin había terminado de acomodarse en su nuevo apartamento. Había optado por un condominio pequeño, el alquiler era barato, pero al menos las camas no tenían pulgas, y también había acordado con el manager que pagaría en cuanto le dieran su primer sueldo en la estación.

Que por cierto, desde el teléfono del apartamento había llamado a la estación para aceptar el puesto que le habían ofrecido, el oso polar de antes le había dicho que lo esperaban al otro día y que estaban felices de tenerlo trabajando para ciudad Lucella.

Así que todo iba, relativamente, bien, tal vez no tenía comunicación con sus amigos ni nadie fuera de la ciudad, pero no había tenido inconvenientes al llegar y ahora se sentía tranquilo, como si ese fuera el lugar al que estaba destinado.

—Pero que estupideces pienso -se golpeó la frente y negó con la cabeza- Es imposible que el destino me quiera rodeado de animales parlantes a dos patas..

Miró por la ventana del apartamento para encontrarse con un bello atardecer de tonalidades naranjas y rosa salmón. Después revisó su reloj de muñeca, el cual se había detenido en cuanto llegó a la ciudad, pero ya había vuelto a coordinar la hora, decidió que era mejor descansar bastante para su nuevo trabajo, y evitar ser despedido por llegadas tardes, y se tiró a la cama.

Mañana sería un nuevo día.

6;44 ᴘ.ᴍ

Pero no todos pensaban en descansar, al otro lado de la ciudad una cebra caminaba por los pasillos de su asentamiento con pasos firmes, miraba al frente evitando toparse con alguien que empezara a charlarle, no había nada más que le disgustara que tener que relacionarse, y peor cuando se trataba de sus compañeros.

Llegó al final del pasillo y sin siquiera tocar la puerta entró al cuarto, indiferente miró a la loba y al poni que allí se encontraban.

—¡Zizzy! -regañó la mujer, se cruzó de brazos molesta ates de verle los ojos- ¡¿Por qué nunca tocas la puerta?!

—Creo que ya estás enterada de lo que piensan de nosotros -empezó a decir la nombrada, sin prestar atención a su regaño- Hay que hacer algo si quieres recuperar tu buen nombre.

—¿Y tú quien eres para decirme a mí lo que debo hacer? -preguntó la loba enseñando los dientes- Si tanto te preocupa, haz algo tú misma.

Entonces el equino se levantó y tomó a la loba por el brazo.

—Ya relájate, Willow -luego miró a la otra chica- Tenemos algo planeado para mañana, un pequeño robo que llame la atención lo suficiente, ¿no, Willow?

La llamada Willow miró al contrario con duda, pero asintió lentamente con la cabeza.

—Si, claro -contestó no muy convencida, pero luego miró a la cebra- Ahora ve y ocúpate de tus propios asuntos en vez de estarme metiendo a mí.

La cebra no contestó nada frente al insulto, solo se encogió de hombros y abandonó la habitación. 

Mañana sería un nuevo día, uno bastante bueno.


FELIZ CUMPLEAÑOS AL PIGGY😭💗

No m gustó mucho el resultado final, ni el separador pedorro, y tengo pendiente la portada, pero quería sacar el capítulo hoy así q lo voy a dejar mientras.

Y SE SUPONE Q EL SEPARADOR ES TRANSPARENTE, PQ SE VE NEGRO😭😭😭😭?????????

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