Park Jisung, adolescente, universitario, alto y torpe.

Ese soy yo, un tipo de dieciocho años en segundo año de la universidad, no sé ni pretendo saber cómo es que llegué hasta este punto con las desagradables notas en mi primaria, secundaria y las del primer año universitario.

Honestamente ni mi madre estaba convencida de que me aceptarían en la universidad de Seúl, no tenía mucha emoción cuando llegó el correo y tenía la dirección de la universidad, claramente imaginé que había sido rechazado por mis calificaciones poco eficientes, lo único que en mi boleta iba de cien puntos era mi asistencia y disciplina, soy hombre de pocas palabras.

Volviendo a los anterior, mi mamá tampoco se emocionó al ver el correo, y cuando lo abrí con ojos cansados por quedarme despierto la noche anterior, el sueño se esfumó de mi cuerpo al ver en letras mayúsculas y rojas que había sido admitido a la universidad.

Mi madre en vez de felicitar mi esfuerzo— o bueno, no sé ni cómo pasó— se alistó y fue directo a la universidad para preguntar si había sido acaso un error.

Bueno, así son las madres o al menos así lo es la mía...

Siendo sincero pensé que terminaría trabajando en un McDonald's limpiando los pisos o atendiendo en caja.

Pero aquí estoy, escuchando lo que dice el docente sin entender una sola palabra de lo que sale de su boca, ¿Acaso no hablamos el mismo idioma?.

Mágicamente he pasado los exámenes con la ayuda de mí mejor amigo, Zhong Chenle, diecinueve años, estatura promedio y estudiante de tercer año.

Con un gran futuro por delante y un novio que va por el mismo camino, Lee Félix, su novio o amigos que se besan, en realidad no lo entiendo al igual que no entendiendo las ecuaciones matemáticas.

Odio las matemáticas.

En general, odio las materias que requieren esfuerzo, tanto físico como el que conlleve hacer a mi cerebro trabajar.

Personalmente prefería estar en mi casa viendo una película de acción o un anime.

La única cosa que me alegraba al ir a la universidad era Huang Renjun, veinte años, baja estatura, cuarto año universitario y probablemente no tiene idea de mi valiosa existencia.

Él logra que me vuelva más torpe y a la vez logra que quiera rodearlo con mis brazos, acelera mi corazón cada vez que lo miro y me hace querer salir corriendo.

No sabía que me gustaban los chicos también, había sentido lo mismo cuando en secundaria una niña me gustaba, pero no imaginé que podía hacerme sentir lo mismo por un chico.

Entonces lo pensé un poco y supe que también que los chicos me gustaban, me encogí de hombros y seguí jugando con mi teléfono.

Literalmente eso pasó cuando me di cuenta.

—¿Park, está poniendo atención a la clase?.

Puto profesor.

—Eh... Si, Cristóbal Colón descubrió Asia— contesté al azar, sinceramente no sabía siquiera de que estaba hablando, tampoco estaba muy seguro en cuál clase estaba.

Muchos al rededor comenzaron a reír discretamente... ¿Qué dije de divertido?.

—Joven Park, no estamos en clase de geografía y Cristóbal Colón no descubrió Asia— severamente me apuntó con el marcador que tenía en sus manos.

—Ah... Estoy seguro de que Cristóbal Colón descubrió entonces... ¿Europa?—Rasqué mi nuca con incomodidad y miré al docente en busca de aprobación, este negó con la cabeza y entonces con inseguridad cambié mi respuesta— descubrió Oceanía— volvió a negar y suspiró— ¡Lo tengo lo tengo!— repetí con seguridad.

—Dígalo.

—Cristobal Colón descubrió África— sonreí con suficiencia y el profesor simplemente hizo un ademán con su mano para seguir explicando— ¡Si no descubrió Asia, Europa, Oceanía y África, ¿Entonces que mierda descubrió? ¿El mar Mediterráneo?— cuestioné molesto.

—Joven Park, estoy seguro que son cinco continentes y no cuatro.

Ah... ¿Son cinco?.

—Se lo dejó de tarea Joven Park.

Vaya mierda, ¿Ven lo que digo?, no sé como puta entré a la universidad.