Bien, entiendo, Cristóbal Colón descubrió América, ¿Qué gano yo con llevárselo a mi profesor?, Claramente dijo que era mi tarea, pero no mencionó valor de puntaje.

Quizás pedirle ayuda a Chenle sea la mejor opción que tengo en estos momentos de tensión, vaya, necesito un masaje en los hombros, estoy resolviendo este enigma indescifrable, aunque muy probablemente el profesor haya dicho tarea solo para que lo investigara, pero enserio quiero saber si me dará al menos cinco puntos extras para poder pasar el trimestre.

Bueno, cinco puntos no me ayudan en nada porque he reprobado la materia desde el inicio del ciclo universitario.

Chenle será de ayuda

Tengo en cuenta que mi querido mejor amigo tiene cosas que hacer, pero no mejores cosas que hacer, porque yo soy más importante en estos momentos.

O talvez me saque a patadas de su humilde —no tan humilde— mansión.

Me quedo con lal primera opción, siempre hay que ser positivos ante cualquier situación.

Una vez tomo mi decisión, que de hecho no tengo tanta decisión, comienzo a alistarme para caminar a la parada del colectivo.

Y este es el momento en el que me comienzo a arrepentir de mis acciones no muy sopesadas desde un principio, justo ahora me encuentro frente a los grandes portones que dan entrada a la humilde morada de mi amigo con risa de delfín.

Llevo aquí aproximadamente quince minutos y no sé si tocar sea una buena idea.

Dos minutos después de pensar muy bien una excusa para que no me arrancara las pelotas antes de dárselas de comer a aves carroñeras— o a sus perritos inofensivos— tocó el timbre y la voz computarizada me indica que debo ver hacia la cámara para poder identificarme, unos segundos después los portones de tamaño colosal estaban dándome paso a la mansión de la familia Zhong.

¿Qué es lo peor que puede pasar? Mi querido Lele no le puede hacer daño ni a una mosca.

Mierda, estoy en problemas, Lele si le puede hacer daño a las moscas e inclusive las caza con las manos.

Entro a la mansión y enseguida el mayordomo me recibe en la puerta, me saluda formalmente y me informa de el señor Zhong está en su habitación.

Subo las escaleras y cuando estoy frente a la puerta de su habitación doy tres golpecitos suaves, bien podría entrar sin permiso pero la última vez que entré sin el permiso correspondiente, Lele y su novio— o amigo— australiano estaban haciendo cosas muy comprometedoras allí dentro.

No es como si jamás hubiera visto antes a Chenle desnudo, pero no necesito verlo, gracias por su comprensión.

—Adelante— escuché decir.

Pasé y antes de que dijera algo saqué la cajita de leche con vainilla en modo de disculpas, estaría dispuesto a arrodillarme pero escuché la risita de Chenle y abrí los ojos.

Tal y como lo predije, Felix estaba con Chenle y bueno, la risita no iba dirigida a mi persona según tengo entendido porque de inmediato me dio una mirada asesina y es aquí donde debo temer por mi vida o por mis pelotas.

—¿Por qué no me avisaste que vendrías?— pregunta con un tono no muy amable.

—No tengo que avisarte, tú nunca avisas cuando vas a mi casa— le reto, mientras me tiemblan las piernas y por dentro rezo a dios que Chenle no sea tan malo conmigo.

—Pero-

—Yo soy tu prioridad, saca a tu noviecito y préstame atención— pataleo sentándose en la cama con los brazos cruzados a la altura de mi pecho.

—No lo puedo sacar así por así— comentó Lele con lástima en su tono de voz.

—Tú sacas a las personas que llegan a visitarme y siquiera me pides permiso.

Chillo dispuesto a hacer que saque al australiano de su habitación o de la mansión si es posible, ese chico no me cae bien.

—No.

—Si.

—No.

—Entonces lo saco yo y me lo llevo como costal de papas.

—Si saben que sigo aquí, ¿verdad?— habló Felix, quién se encontraba al otro extremo de la cama.

—¡Guarda silencio!— repetimos al unísono Chenle y yo, desde siempre hemos odiado que interrumpan nuestras discusiones.

Tres horas más tarde y después de terminar nuestra discusión, decidimos sacar al australiano de la habitación porque interrumpía nuestra discusión cada cinco minutos y realmente se estaba tornando insoportable.

—¿Recuerdas que te dije que mi familiar es amiga de los Huang?— inquirió Chenle después de un rato.

—Sí.

Olvidé decirles que mi queridísimo mejor amigo conoce a Huang Renjun y aunque hemos estado cerca en repetidas ocasiones, Renjun ni siquiera me nota y no sabe de mi bella existencia.

Él no sabe de lo que se está perdiendo.

—Mis padres quieren comprometerme con el hijo mayor de los Huang.

Silencio.

Más silencio

Espera un momento y proceso la información...

—¡¿Qué?!.