➳[ 027 ]
—Entonces... ¿No podré ir al cielo?— Negó, mientras metía más comida a su boca.
—No, aquí dice que debe ir al infierno, fue acusado de asesinato en tercer grado y fue un delincuente muy peligroso, así qué, debe obedecer e ir al infierno. Reglas son reglas— Tomó un pedazo de tarta de chocolate y empezó a comerla, manchando sus comisuras y un poco de su mejilla derecha.
—Podemos llegar a un acuerdo... miré, tengo mucho dinero y puedo, no sé, quizás... ¡Yah, te estoy hablando! ¡Deja de tragar!— Los ojos de Yoongi brillaron cuando las lágrimas aparecieron. Su mandíbula se detuvo, y trago el bocado de tarta de chocolate, para después, ponerse a llorar.
—¡Yah, sé que cómo mucho, pero no es mi culpa! ¿¡Ves está panza!? ¡Estoy embarazado, joder! ¿¡Acaso nadie puede soportar y mimar al gordo embarazado!?— Chilló, haciendo que el alma del hombre entrara en pánico.
—N-No, y-yo no quise decir eso, d-digo, es un hombre muy b-bonito, pero su p-panza...— Se detuvo de golpe al escuchar más llanto por Yoongi.
—¡Jimin!— Gritó entre llanto, el hombre entro en pánico, y negó repetidas veces con la cabeza y manos.
—N-No, por favor no llores, no llames a ese tal...
—¡Jimin!
Y como si fuera magia, un hombre alto, piel blanca, ojos rojos, cabello semi largo y en unos ligeros rulos, y con un traje negro, apareció en la estancia. Rápidamente corrió hacia su esposo, quien lloraba sentado en el trono de oro, a su alrededor, había diferentes comidas y postres.
—Mi cielo, ¿Qué sucede, amor?— Pregunto, tomando ligeramente sus mejillas y haciéndolo que lo mirara. Él hizo un puchero y señaló al hombre que estaba en medio de aquel lugar.
—M-Me d-dijo gordo— La mirada enfurecida de Jimin cayó en la alma del hombre que estaba aterrado hasta la médula, dió unos pasos hacia atrás y negó con la cabeza.
—¡No es verdad! ¡No le dije gordo!— Gritó, mientras señalaba a Yoongi.
—¡Es verdad, me dijiste que ya no tragara más!— Lloró, Jimin limpio sus lágrimas y beso tiernamente sus labios, para después sonreírle.
—Mi amor, tú no estás gordo, recuerda que ahí dentro, están nuestros dos pequeños, ambos necesitaban espacio y es por eso, que tú pancita está un poco grande, pero no estas gordo, ¿Sí, amor?— Yoongi sorbio su nariz y asintió. —Ahora bien, ¿Hacía dónde va está imbécil, que hizo llorar a mi precioso esposo?
—A-Al infierno.
—Excelente— Dejo un último beso en sus labios y camino hasta el sujeto, lo tomó del cuello de la camisa y empezó a jalarlo hacía las puertas que estaban a un costado del trono de Yoongi, una era blanca y la otra, negra.
—¡No señor, por favor, prometo pedirle perdón a su esposo, yo no sabía que era su esposo, tampoco que estaba embarazado! ¡Por favor, perdóneme!— Jimin sacudió al hombre, haciéndolo callar y poniéndolo de frente a él, pero sin soltarlo.
—No sabes cuántas veces tuve que lidiar con su mal humor, sus cambios bruscos de humor, ni tampoco la inseguridad de que estaba poniéndose gordo debido al embarazo, habíamos superado con éxito esa faceta, para que un idiota sin cerebro viniera a recordárselo y echar a la basura todas mis putas palabras— Recito con odio, haciendo que el hombre se encogiera en su lugar. —Ahora, entraras a la puerta negra y te irás a la mierda al infierno, ¿Me escuchaste? Si no obedeces, voy a llevar tu alma con la perros de tres cabezas y sufrirás para toda la eternidad en el puto limbo, ¿Quedó claro?— El hombre asintió repetidas veces, asustado hasta los huesos. —Vete.
Jimin lo soltó y dió un empujón hacia la puerta de color negro. El alma del hombre no tuvo de otra que hacer caso, tomo el pomo y lo abrió, para después, mirar a Jimin de reojo y ver como sus ojos se ponían negros por completo, aquello simplemente le hizo entrar y salir huyendo, la puerta se cerró y Jimin soltó un suspiro.
Se dió la vuelta y regreso con su amado, quien ahora, bebía de una rica malteada de fresa.
—¿Estás bien, cielo?— Jimin tomó asiento a lado de Yoongi, y él aprovecho para abrazarlo por el torso y asentir. —¿Cómo está Jaemin y Jamie?— Con una mano, acarició el vientre inchado de Yoongi.
El tiempo había pasado más rápido de lo normal, al ser hijos de un demonio y estar en vientre de la muerte, el embarazo se iba más rápido y los bebés se desarrollaban con más rapidez. Sólo habían pasado cuatro meses y él ya estaba por dar a luz, sólo faltaban días, casi horas para que los pequeños quisieran venir al mundo.
—Jimin, ¿Podemos ir a dormir? Realmente me siento muy cansado— Hizo un puchero y él asintió, acariciando su cabello.
—Dejare a Yugyeom a cargo, por si llega a venir otra alma, ¿Está bien?— Él asintió. —¡Yugyeom!— Gritó, haciendo que un hombre apareciera detrás de una puerta e hiciera una reverencia para ambos.
—¿Para que soy bueno, señor?
—Verás, mi esposo está cansado y lo llevaré a dormir, ¿Podrías quedarte a cargo para supervisar a las almas que lleguen a venir?— Yugyeom asintió. —Bien. Gracias Yugyeom y suerte, cualquier cosa, estoy en mi habitación, ¿Sí?
—Sí señor. Espero que el joven Yoongi, se encuentre mejor— Hizo una reverencia, en la cual, Jimin aprovecho para desaparecer y reaparecer en la habitación, con Yoongi en sus brazos.
—Vamos a dormir— Lo acostó con cuidado en la cama, tomó una cobija y lo cubrió hasta su panza, haciéndolo sonreír. —¿Seguro que estás bien? Te noto un poco pálido.
—Sí, cielo. Estoy bien— Acarició con cariño su panza y se acomodo mejor en la cama, para después, cerrar sus ojos y quedarse, dormido al instante.
Jimin soltó un suspiro y camino hasta su guardarropa, sacando otro conjunto, y tomando una toalla, miró por última vez a su esposo y camino hasta el baño, para darse una ducha.
Yoongi se movió incómodo sobre su espalda, el colchón al parecer ya no era cómodo y se sentía estar acostado encima de una cama de agujas, las cuales se clavaban en su espalda sin piedad.
—Ugh— Se quejo al sentir un pequeño tirón en su vientre. —Dios, necesito ir al baño— Abrió perezosamente sus ojos, e hizo el ademan de levantarse, pero ni siquiera lo logro, cuando sintió algo mojar sus piernas. —Joder, ¿Me orine?— Preguntó bastante confundido y sorprendido. Pero esa sola idea cambio por completo al sentir un dolor más fuerte apoderarse de su vientre y espalda baja. —¡Ah! ¡Joder, no ahora!— Chilló con sorpresa. —¡Ahhh, Jimin, maldición!
Apretó las sábanas debajo de él con las manos, sintió una necesidad de pujar y expulsar lo que empezaba a molestarle en el estómago, con mucho esfuerzo, se quitó el pantalón holgado y sus bragas, quedando completamente desnudo de la parte de abajo, flexionó sus piernas y las separo.
—Yoongi, ¿Ahora qué...?— Jimin se quedó callado y en completo shock al ver a Yoongi desnudo de la parte de abajo, su rostro estaba sudado y un poco rojo, sus músculos estaban tensos y vio el dolor reflejado en sus expresiones y acciones. —Joder, no ahora.
—¡Jimin, tienes que ayudarme a sacarlos!— El demonio estaba dudativo y bastante aterrado, jamás había presenciado un parto en vivo y en directo, y menos si se trataba de sus propios hijos. —¡Joder Jimin, ya no hay tiempo!
Jimin sonrió nervioso y miró con esa sonrisa a Yoongi.
—¿Tiempo? Oh, si quieres puedo regresar el tiempo y buscar a una partera qué...
—¡Jimin!— El mencionado pego un pequeño brinco y tomó aire, arremango las mangas de su camisa blanca y camino hasta él, quedando frente a sus piernas abiertas, la cual, empezaba a estirarse al empezar a sacar la cabeza del primer bebé. —¡Ahhhhh, t-tienes que tomarlo, no dejes que caiga en la cama, puede lastimarse!— Cerró sus ojos con fuerza, tomó aire y volvió a pujar. —¡Pon tus manos cerca!— Echó su cabeza hacia atrás y tomó más aire y recogió fuerzas.
—D-De acuerdo— Jimin, escuchando de fondo los gritos de dolor de Yoongi y sus maldiciones, hizo lo que su esposo le había dicho, poso sus manos en la entrada de él, viendo cómo una cabecita empezaba a asomarse, y fue saliendo mientras más pujaba Yoongi. Sus manos tomaron rápidamente la cabeza del bebé, mientras su cuerpecito era sacado por Yoongi. Cuando finalmente el bebé salió por completo, y lo sintió en sus manos, lleno de placenta y sangre, una sensación de calidez recorrió todo su cuerpo y se le fue inevitable no sonreír.
—D-Dios... es tan, pequeño— Sonrió.
—¡Joder, no te desconcentres, falta uno, falta uno!— Chilló con fuerza, Jimin asintió, acostó con suavidad a su bebé a un costado, sin permitir que el cordón umbilical se estirará mucho y lo llegará a lastimar. Volvió a repetir la misma acción, dejó sus manos cerca de la entrada de Yoongi, esperando a su pequeña Jamie.
—Vamos Yoongi, tú puedes, ya falta poco— Ánimo. Yoongi soltó un grito al pujar nuevamente y sacar por completo a su último bebé. Jimin volvió a tomar a su segundo bebé en manos, los chillidos de Jaemin y Jamie hicieron uno sólo, se sorprendió demasiado cuando escucho llorar a Jaemin en el mismo momento que Jamie lo hizo, es como si hubiera esperado a que ella naciera para hacerlo juntos. Haciéndo sonreír a Jimin y sacándole unas cuantas lágrimas. —M-Mis pequeños...— Sin sentir asco por los restos de placenta que sus pequeños aún tenían y la sangre, dejo dos besos en su cabecita de cada uno.
—Son... muy hermosos— Miró a Yoongi y sonrió, viendo lo cansado que se encontraba su esposo, debido al parto.
—Descansa, yo me encargo de todo, amor— Él sonrió y asintió.
Poco después, Jimin cortó sus cordones umbilicales, separandolos de su padre Yoongi y envolviendolos en las suaves mantas que ya tenían listos para ellos.
La puerta fue tocada tres veces, dejo a sus bebés en la cama, junto a Yoongi y corrió a abrir.
—Hijo, venía a decirte qué... ¿¡Qué demonios paso!? ¿¡De quién es esa sangre, cariño!?— Jimin sonrió y se lanzó a abrazar a su madre, manchandolo un poco en el proceso.
—Felicidades mamá... ya eres abuela— La mujer jadeo sorprendida y se separó del abrazo que su hijo le había brindado, lo miró directamente a los ojos, encontrandolos brillosos y con una enorme felicidad en ellos. La mujer no dudo en pegar un grito de lo feliz.
—¡Ahhhhh, ya soy abuela, ya soy abuela! ¡Oh, Dios mío! ¿Puedo pasar a ver a mis nietos?— Jimin asintió.
Se hizo a un lado, dejando que una eufórica mujer entrara y caminara hasta la cama, dónde Yoongi dormía plácidamente y a su lado, estaban sus bebés, dormidos y aún con sangre.
—Por los cuernos de tu padre, que lindos son— Sonrió. —Pero... ¿Cómo hiciste, no solicitaste ninguna partera en el consejo?— Pregunto, confundida.
—Yo los traje a casa, Yoongi me dió indicaciones y yo las seguí. Traje a mis bebés sanos y salvos— La mujer sonrió y no dudo en abrazar a su hijo.
—Estoy muy orgullosa de tí. Serás un excelente padre.
Poco después de que todos en el Inframundo se enteraran que el esposo de Asmodeo había dado a luz a dos bebés sanos y fuertes, habían empezado a llevarle regalos, incluso Hoseok le había llevado dos cunas de oro y dos pulseras con diamantes preciosos incrustados, con la excusa de qué, "Mis sobrinos serán tratados como dioses, mientras yo viva" y Yoongi no pudo hacer nada en contra de eso, Jimin simplemente rió.
Ahora, ambos se encontraban en silencio en su habitación, las últimas visitar se habían ido y habían dejado algunas flores y juguetes para sus pequeños; sólo se escuchaban las pequeñas succiones que Jamie hacia al pecho de su padre.
—Es muy bella, al igual que tú— Jimin mecía a Jaemin entre sus brazos, mientras estaba parado a un costado de la cama donde Yoongi se encontraba alimentando a su pequeña.
—Tiene tus ojos de osito, no puedes negar eso— Yoongi acarició su mejilla abultada.
—Jaemin tiene tu nariz y tus labios— Dijo, dándole una mirada a su pequeño, quien dormiá plácidamente en sus brazos.
—Ambos son hermosos...
—Sí, ambos lo son— Jimin sonrió con melancolía y miró a sus dos bebés. —Yoongi, creo qué, ellos tienen una conexión especial— Él frunció el entrecejo.
—¿Especial? ¿Cómo que especial?— Pregunto, confundido y curioso.
—Sí, quizás tú no lo recuerdes porque estabas muy cansado, pero cuando Jaemin nació, no lloró y cuando Jamie nació, Jaemin también lo hizo, quizás... él espero a que ella también naciera para hacerlo juntos, creo que son muy unidos en ese aspecto— Explico, cosa que a Yoongi la hizo sonreír.
—No me quiero imaginar que las travesuras que hagan de niños, sean en conjunto. Realmente serán unos traviesos de primera— Sonrió, acariciando el piecito de Jaemin, el cual colgaba de los brazos de Jimin.
—Serán toda una diversión del Inframundo. Sólo espero que no le saquen canas verdes a los del consejo.
—Seria agradable ver cómo los saca de quicio— Ambos rieron, Yoongi saco su pezón de la boca de la pequeña dormida Jamie y lo guardo en su camisa, la arrulló un poco y miró a Jimin. —Hora de acostarlos.
—No— Park hizo un puchero, queriendo tener a sus bebés más tiempo en brazos y con él. Amaba verlos dormir en sus brazos y sentir sus cuerpecitos tiernos y delicados en sus brazos. —Un ratito más, ¿Sí?
—No Jimin, no quiero que se acostumbren a los brazos, así que, a las cunas— Yoongi se levantó con cuidado, ya que apenas había dado a luz y no podía hacer tanto esfuerzo; y empezó a caminar hacia la cuna, la cual, era del tamaño de dos, pero unidas. Agradecía eternamente a Hoseok.
Jimin lo siguió en silencio, con Jaemin dormido. Yoongi se inclino un poco y acostó a Jamie de lado, dejando una pequeña almohada detrás de su espaldita, evitando que se cansará. Jimin hizo lo mismo, pero a una distancia un poco corta de Jamie, dejando una almohadilla más detrás de su espalda.
Ambos se abrazaron y miraron a sus pequeños retoños dormir, pero se sorprendieron demasiado al ver cómo Jaemin y Jamie se buscaban el uno al otro, y cuando sintieron sus manitas, se las tomaron y volvieron a dormirse.
—Vaya, al parecer alguien va a cuidar a su hermanita.
—Espero que ambos sean tranquilos y no den muchos problemas en el Inframundo— Yoongi sonrió nervioso.
—Está bien, después de todo, las reglas se hicieron para romperse— Le sonrió y Yoongi frunció el entrecejo.
—Creo que ese no es el destino de las reglas, ¿Para algo las ponen, no? Definitivamente romperlas no es algo que se deba hacer— Contraatacó.
—¿Entonces, como crees que pude quedarme contigo, eh?— Preguntó, haciendo que Yoongi negara.
—No te quieras hacer el romántico, recuerda que el arcángel resentido me asesino y fui a dar al cielo por error, después, vine a parar al infierno y me enteré que mi padre era la muerte— Yoongi rodó los ojos y empezó a caminar de regreso a la cama.
—Sí, pero recuerda que yo te estuve buscando por muchos días...
—Nunca me lograste encontrar, yo te encontré a tí, así que cállate...
—¡Sí pero...!
—Joder, cállate.
Y así, fue como Yoongi y Jimin, un demonio que nunca debió de haber roto la regla mas importante del Inframundo, termino creando la familia más hermosa de este mismo.
Porqué el libro del Inframundo dice: ❝Queda estrictamente prohibido enamorarse de su víctima❞
Pero, las reglas fueron para romperse, ¿No es así?
Y claramente, Jimin no iba a ser la excepción.
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